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Mensajes del libro «Estudio-Vida de 1 Samuel»
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Mensaje 5

LA HISTORIA DE SAMUEL

(4)

SU MINISTERIO

(1)

  Lectura bíblica: 1 S. 1:11, 28; 2:35; 10:1; 16:1, 13; 3:20; 7:3-17; 8:6; 15:11; 12:23

  En este mensaje comenzaremos a examinar el ministerio de Samuel. Por la soberanía divina, Samuel fue dedicado a Dios por parte de su madre; creció bajo la custodia de Elí; y fue educado y perfeccionado al ser expuesto tanto a cosas negativas como positivas. Todo esto hizo de él una persona preparada que Dios pudo usar para cambiar la era.

  En 1 Samuel 7:1 dice que los hombres de Quiriat-jearim llevaron el arca de Jehová a la casa de Abinadab. “Desde el día que llegó el arca a Quiriat-jearim pasaron muchos días, veinte años; y toda la casa de Israel lamentaba en pos de Jehová” (v. 2). A estas alturas la historia de Israel sufre un cambio. Antes, la condición de Israel era patética, pero ahora se había normalizado. El versículo 3 dice que Samuel habló “a toda la casa de Israel, diciendo: Si de todo vuestro corazón os volvéis a Jehová, quitad los dioses ajenos y a Astarot de entre vosotros, y preparad vuestro corazón a Jehová, y sólo a él servid, y os librará de la mano de los filisteos”. Entonces los hijos de Israel quitaron a los baales y a Astarot, y sirvieron sólo a Jehová (v. 4). “Y Samuel dijo: Reunid a todo Israel en Mizpa, y yo oraré por vosotros a Jehová” (v. 5). La escena que se ve en estos versículos es muy hermosa. En ella vemos a un pueblo que vuelve a Dios, y a un hombre, Samuel, que es uno con Dios en la tierra. Podemos decir que Samuel era el Dios que actuaba en la tierra. Por lo menos podemos afirmar que él era representante del Dios que está en el cielo y que gobierna a Su pueblo en la tierra. Samuel inició su ministerio en esta condición.

I. SAMUEL MINISTRA EN CINCO CATEGORIAS

  Samuel, quien por nacimiento era levita, nacido de un descendiente del rebelde Coré (1 Cr. 6:33-38; cfr. Nm. 16:1-33), ministró en cinco categorías.

A. Como un nazareo consagrado a Dios con el fin absoluto de que Dios cumpliera Su economía

  En primer lugar, Samuel ministró como un nazareo que había sido consagrado a Dios con el único fin de que Dios cumpliera Su economía. El fue un voluntario que reemplazó a los que servían a Dios de manera oficial y formal (1 S. 1:11, 28a). El voto nazareo lo inició su madre y él lo completó.

B. Como sacerdote

  En segundo lugar, Samuel ministró en calidad de sacerdote.

1. No por nacimiento, sino porque Dios lo levantó a él en particular

  Samuel fue un sacerdote, pero no por nacimiento, sino porque Dios lo levantó de manera específica. Hablando de Samuel, Dios dice en 2:35: “Y yo me suscitaré un sacerdote fiel, que haga conforme a mi corazón y a mi alma; y yo le edificaré casa firme, y andará delante de mi ungido todos los días”. Esto indica que Samuel sería un fiel sacerdote que actuaría en nombre de Dios, y que incluso asignaría y nombraría reyes que establecieran el gobierno divino en la tierra. Fue él quien designó y ungió a David. Con esto vemos que Samuel tenía cualidades elevadas y una gran capacidad.

2. Fiel para proceder conforme a lo que Dios tenía en Su corazón y en Su mente

  Samuel fue fiel a Dios, y actuó en conformidad con lo que había en el corazón y la mente de Dios. Todo su ser, sus acciones, su vida y su obra, concordaban con Dios. El ser de Samuel y el corazón de Dios eran uno solo. Por esta razón no exageramos cuando decimos que Samuel, un hombre conforme a Dios, era Dios mismo actuando en la tierra. Lo único que ocupaba sus pensamientos era lo que estaba en la mente de Dios. El no tenía ningún otro pensamiento, ninguna otra consideración. El objetivo de su vida y su obra era realizar todo lo que había en el corazón de Dios. Esto lo capacitó para cambiar la era.

3. Para reemplazar y, en cierto sentido, terminar al decadente sacerdocio aarónico

  En su condición de sacerdote, Samuel reemplazó y, en cierto sentido, le puso fin al decadente sacerdocio aarónico. El no se rebeló contra la casa de Aarón, ni tampoco usurpó nada. Esto no sucedió por revolución sino por revelación. Mientras Samuel crecía, Dios dispuso las circunstancias que lo perfeccionaron, y que fomentaron su capacidad para que hiciera todo lo que Dios necesitaba para cambiar la era. En el recobro, el Señor nunca tolerará la rebelión, lo que sí hará es traer muchos cambios, correcciones y mejoras. Su propósito se logra no por medio de la rebelión sino mediante la revelación.

  Samuel tenía una clara visión de la economía de Dios, y también de lo que el enemigo hacía en la tierra para devastar dicha economía. El era una persona que discernía la economía divina así como el ambiente que lo rodeaba. Finalmente, Dios hizo algo que propició un cambió en el pueblo de Israel. El pueblo se volvió a Dios, lamentó en pos de El y estuvo dispuesto a deshacerse de todos los ídolos. Antes de suscitarse este cambio, fue necesaria la preparación del pueblo, el cual se volvió a Dios, y de Samuel, quien fue perfeccionado, equipado y calificado para cooperar con el mover de Dios en la tierra. De esta manera, los filisteos, quienes tenían cierto conocimiento de Israel y de Dios, y quienes intentaron sobornar a Dios con una ofrenda que ellos mismos inventaron, fueron rotundamente vencidos.

4. Unge a Saúl y a David como reyes

  Al ejercer este sacerdocio, el cual reemplazaba al anterior, Samuel ungió a Saúl y a David para que fuesen reyes (10:1; 16:1, 13), como Dios había dispuesto que iría siempre delante de Su ungido (2:35b), para supervisar y observar lo que el rey hacía. Esto indica que Samuel, el Dios que actuaba en la tierra, era superior al rey. Dios lo perfeccionó durante muchos años exclusivamente para Su economía.

  El pueblo es bienaventurado cuando lleva a cabo la economía de Dios. Esto significa que nuestra prosperidad y bienestar están totalmente ligados al cumplimiento de dicha economía, y no debemos buscar nuestro bienestar independientemente de ella. Debido a que esto se ha descuidado e incluso perdido, se necesita recuperarlo. Quiero decirle a los santos, especialmente a los jóvenes, que no debemos poner nuestro corazón en la prosperidad económica. Más bien, como santos que estamos en el recobro, debemos tener la expectativa de que por medio de nosotros, el Señor efectuará Su economía. Entonces seremos bendecidos.

C. Como profeta

  Samuel no sólo ministró o sirvió en calidad de sacerdote, sino también como profeta. Como sacerdote, él ungió al rey, mientras que como profeta, lo ayudó.

1. Establecido por Dios

  Dios estableció a Samuel como profeta (3:20), y nadie pudo revocarlo.

2. Para que hable la palabra de Dios y reemplace la manera en que la enseñaba el viejo sacerdocio

  Samuel fue establecido por Dios para que comunicara Su palabra y reemplazara el método de enseñanza del viejo sacerdocio. En el sacerdocio, la función principal del sacerdote era hablar por Dios. El sacerdote usaba el pectoral, el Urim y el Tumim, y por medio de ellos hablaba al pueblo en nombre de Dios. Al degradarse el sacerdocio, esto se perdió casi por completo. Por ello, Dios levantó a una persona vivaz, a un profeta: Samuel. Podemos decir que en cuanto a ordenación divina, Samuel fue el primer profeta. Abraham, por supuesto, fue un profeta que habló por Dios, pero, en términos de un procedimiento ordenado por Dios, Samuel fue el primero que estableció el ministerio profético.

  En el Antiguo Testamento, desde Isaías a Malaquías, los que concluyen la revelación divina son los profetas. Si no existiera el oráculo de Dios, el universo estaría vacío. Damos gracias al Señor que hoy, por Su misericordia, tenemos Su hablar continuo en Su recobro.

3. Samuel recibe la palabra de Dios y la comunica al anciano Elí en el sacerdocio decadente

  Samuel profetizó por primera vez cuando habló a Elí (3:1-18). El recibió la palabra de Dios y se la comunicó al anciano Elí, quien estaba en el sacerdocio decadente. Elí debió ser el que profirió estas palabras, pero él se había degradado, y Dios no pudo hablar por medio de él; tuvo que expresarse por medio de alguien mucho más joven.

a. En aquel tiempo

1) Cuando la palabra de Jehová escaseaba y no había visión con frecuencia

  “La palabra de Jehová escaseaba en aquellos días; no había visión con frecuencia” (1b). Esto indica que lo que Samuel profetizó en el capítulo tres, ocurrió en una época en al que escaseaba la palabra y no había visión con frecuencia.

2) Cuando los ojos de Elí habían comenzado a oscurecerse de modo que no podía ver

  El versículo 2 revela que Samuel profetizó por primera vez cuando la vista de Elí estaba tan oscura que ya no podía ver.

3) Cuando la lámpara de Dios aún no se había apagado en el templo

  Además, Samuel comenzó a profetizar cuando la lámpara de Dios todavía no se había apagado en el templo (v. 3). El oráculo de Dios había cesado, pero todavía había algo de luz. Aplicando esto a la situación actual, podemos decir que en el catolicismo y el protestantismo degradados todavía hay un poco de luz. Esto es obra de la misericordia de Dios.

4) Cuando Samuel no había conocido aún a Jehová

  Durante la época de la que habla el capítulo tres, Samuel “no había conocido aún a Jehová, ni la palabra de Jehová le había sido revelada” (v. 7). Como se describe en los versículos 4-9, Samuel tuvo una nueva experiencia: Jehová lo llamó, y él comenzó a oír la voz de Jehová.

b. Acerca del severo juicio de Dios sobre la casa de Elí

  En la primera profecía que expresó Samuel, él habló del severo juicio de Dios que venía sobre la casa de Elí (vs. 10-18)

D. Como juez

  En cuarto lugar, Samuel ministró como juez. El sacerdote sirve a Dios, el profeta habla por Dios, y el juez implementa Su administración gubernamental. Samuel ocupó en la tierra la posición del propio Dios —de uno que representaba a Dios y que obraba en nombre de El—, en calidad de sacerdote, profeta y juez. En la vida de iglesia en el recobro actual del Señor, tenemos el oficio de sacerdote, de profeta y de rey. Por ello todo está en orden.

1. Establecido por Dios

  Dios mismo estableció a Samuel para que ministrara como juez (7:15-17).

2. Para reemplazar la manera en que el viejo sacerdocio juzgaba al pueblo

  Samuel fue constituido juez para que reemplazara la manera en que el antiguo sacerdocio juzgaba al pueblo. La tarea de juzgar en realidad pertenecía a los profetas, pues la función de éstos era hablar por Dios y llevar a cabo Su administración. Pero debido al deterioro del sacerdocio aarónico, Dios levantó a Samuel como un nuevo sacerdote, un nuevo profeta y un nuevo juez.

  Por medio de Samuel, y de la triple responsabilidad que él desempeñaba, como sacerdote, como profeta y como juez, se estableció el buen orden y los filisteos fueron derrotados y sometidos. Esta era la situación existente cuando Dios mandó a Samuel que ungiera a David como el rey que El había escogido. Así que fue Samuel quien presentó a David, un crucial descendiente de Cristo. La venida de Cristo a la tierra fue el evento más importante en el universo, y debe dársele crédito de esto a Samuel.

  Hoy Cristo es la buena tierra para nosotros, y lo estamos expandiendo y, a la vez, laborando en El. Somos los miembros de Cristo y los constituyentes de Su Cuerpo, la iglesia. Esto cumple la economía eterna de Dios, la cual tendrá su consumación en la Nueva Jerusalén. Pero para cumplir Su economía eterna, Dios necesitaba a Samuel.

E. Como hombre de oración

  En quinto lugar, Samuel ministró como hombre de oración.

1. Ora por los escogidos de Dios, los hijos de Israel

  Samuel pidió por los elegidos de Dios, los israelitas (7:3-14; 8:6; 15:11b).

a. Para que fueran guardados en el camino de Dios

  Samuel oró para que los hijos de Israel fueran preservados en el camino de Dios, que fueran uno con El, que no cayeran en el lazo de los ídolos paganos, sino que disfrutaran a Dios como Eben-ezer, que significa: “piedra de ayuda”. “Tomó luego Samuel una piedra y la puso entre Mizpa y Sen, y le puso por nombre Eben-ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová” (7:12).

b. Para que el deseo de la voluntad de Dios para con Sus elegidos fuera satisfecho

  Samuel oró por los elegidos de Dios, pidiendo que se cumpliera el deseo de la voluntad de Dios para con ellos. Hasta ahora Dios nos ha ayudado, pero ¿por qué nos ha ayudado? Nos ha ayudado para que se cumpla Su deseo. Debemos darnos cuenta de que toda la ayuda que Dios nos brinda tiene como fin que El cumpla Su economía, la cual consiste en edificar el Cuerpo de Cristo. Hoy nosotros estamos disfrutando la bendición de participar en este cumplimiento.

2. Para Samuel, dejar de orar por los elegidos de Dios era pecar contra Jehová

  Para Samuel, cesar de orar por los elegidos de Dios era pecar contra Jehová (12:23). Nosotros también debemos orar por el pueblo de Dios. En particular, los ancianos y colaboradores deben orar por las iglesias todos los días.

3. Dios reconoció ante Jeremías que Samuel, tal como Moisés, era un hombre que estaba delante de El a favor de Su pueblo

  Dios reconoció ante Jeremías que Samuel, al igual que Moisés, era un hombre que estaba delante de El por causa de Su pueblo (Jer. 15:1). Moisés fue un sacerdote, un profeta (Dt. 18:15, 18) y un juez que siempre oró por el pueblo de Dios. Con Samuel sucedió lo mismo. En el Antiguo Testamento, sólo Moisés y Samuel fueron aptos para participar plenamente en el oficio de sacerdote, de profeta y de juez.

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