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Mensajes del libro «Estudio-Vida de Job»
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Mensaje 11

LA SEGUNDA DE TRES RONDAS EN LOS DEBATES SOSTENIDOS ENTRE JOB Y SUS TRES AMIGOS

Capítulos 12—20

(2)

EL COMPLEJO DE SUPERIORIDAD DE JOB, SUS ACUSACIONES Y ARGUMENTOS, Y LA REPRENSIÓN Y ADVERTENCIA QUE LE HIZO ELIFAZ

(2)

  Lectura bíblica: Job 14; Job 15

  En este mensaje seguiremos considerando los argumentos que Job presentó ante Dios (13:3, 20—14:22) para luego considerar la reprensión y advertencia hechas por Elifaz (cap. 15).

2. Job se queja respecto a la estricta severidad de Dios al tratar con él

  En Job 13:3, 20-28, Job contendió con Dios defendiendo su caso. En 14:1-22 Job continúa quejándose respecto a la estricta severidad de Dios al tratar con él, y luego Job le pide a Dios que aparte Su mirada de él para que pueda descansar.

  Argumentando con Dios, Job le decía: “El hombre, nacido de mujer, / vive por pocos días y está lleno de inquietudes. / Sale como una flor y es cortado, / también huye como una sombra y no permanece. / ¿Sobre éste abres Tus ojos, / y me traes a litigio contigo?” (vs. 1-3). Lo dicho por Job acerca de ser traído a juicio por Dios implica que habría un litigio en los tribunales en el cual Job y Dios estarían involucrados; Job sería el demandante, y Dios sería el demandado. Job estaba preguntándose si Dios le traería al tribunal a fin de que Job pudiese ir a juicio con Él. Job tenía esta esperanza.

  Después de afirmar que nadie puede sacar algo limpio de lo inmundo, Job continuó diciendo: “Ya que sus días están determinados, / y el número de sus meses está contigo; / puesto que le pusiste límites, y no los puede pasar” (v. 5). Aquí Job estaba diciendo que Dios le tenía confinado a ciertos límites que Job no podía sobrepasar. Él se encontraba bajo el control de Dios. Job quería que Dios apartara Su mirada de él para que pudiera descansar. Él se sentía como un “jornalero”, un empleado contratado por Dios y sujeto a ciertos límites que Dios le había fijado.

  Aunque hay esperanza de que retoñe un árbol que ha sido cortado, no existe esperanza alguna para los que yacen. “El hombre yace y no se levanta; / hasta que los cielos ya no sean, no despertará / ni se levantará de su sueño” (v. 12). Job dijo que una vez que uno fallece, ha llegado a su fin. Después, él le dijo a Dios: “¡Oh, si sólo me escondieras en el Seol, / si me ocultaras hasta apaciguarse Tu furor, / si me pusieras un plazo y de mí te acordaras!” (v. 13).

  Luego, Job preguntó: “Si el hombre muere, ¿volverá a vivir? / Todos los días de mi servicio esperaría / hasta que me llegara tal cambio” (v. 14). La palabra hebrea que aquí se tradujo “servicio” también significa “batalla” o “angustia”. A Job le parecía que su vida era una guerra y que sus días eran días de batallas.

  En los versículos del 15 al 17 Job continuó diciendo: “Tú llamarías, y yo te respondería; / añorarías la obra de Tus manos. / Porque ahora cuentas mis pasos. / ¿No vigilas mi pecado? / Sellada en un saco está mi transgresión, / y tienes cosida mi iniquidad”. Job pensaba que era Dios quien le hacía esto. Tal parece que Job estaba muy sensible y profundamente turbado psicológicamente debido a que se encontraba en el ámbito del bien y del mal.

  Finalmente, Job aduce que Dios destruye la esperanza del hombre, prevalece para siempre contra él, demuda su rostro y lo despide. “Sólo siente el dolor de su propia carne, / y su propia alma por él se lamenta” (v. 22). Todo esto formaba parte de los argumentos que Job presenta ante Dios.

II. ELIFAZ REPRENDE A JOB Y LE HACE UNA ADVERTENCIA

  En el capítulo 15 consta la reprensión y la advertencia que hace Elifaz.

A. Elifaz reprende a Job por ser orgulloso y por considerarse justo

  En los versículos del 1 al 16, Elifaz reprendió a Job por ser orgulloso y por considerarse justo.

1. Dice que el conocimiento de Job era vano como el viento, carente del temor a Dios

  Elifaz dijo que el conocimiento de Job era vano como el viento, carente del temor a Dios, y que suprimía la meditación delante de Dios. Según Elifaz, la iniquidad de Job instruía su boca, y Job había escogido el lenguaje de los astutos. Por tanto, su propia boca lo condenaba y sus propios labios testificaban contra él (vs. 1-6).

2. Dice que Job se sentía orgulloso de su superioridad

  Elifaz continúa reprendiendo a Job por sentirse orgulloso de su superioridad (vs. 7-13). Elifaz le preguntó a Job: “¿Fuiste tú el primer hombre en nacer? / ¿O fuiste dado a luz antes que los collados? / ¿Escuchaste tú el concilio secreto de Dios? / ¿Acaparas tú la sabiduría? / ¿Qué sabes tú que no sepamos? / ¿Qué entiendes tú que no se halle también con nosotros?” (vs. 7-9). Luego, Elifaz dijo que Job tenía en poco las palabras de consuelo que Dios le había hablado con cariño, que se había dejado alejar por su corazón y que había vuelto su espíritu contra Dios.

3. Dice que Job era justo en su propia opinión

  Finalmente, Elifaz reprendió a Job por considerarse justo. Elifaz recalcó que ningún hombre nacido de mujer puede ser limpio ni justo, que Dios no confía en Sus santos y que si ni aun los cielos son limpios delante de Sus ojos, cuánto menos lo será el hombre abominable y corrupto, que bebe la maldad como agua (vs. 14-16).

B. Le advierte a Job que podría tener el fin miserable de los impíos

  Después de reprenderle, Elifaz le advirtió a Job que podría tener el fin miserable de los impíos (vs. 17-35). Esta advertencia estaba basada en el principio del bien y del mal. Regido por este principio, Elifaz dijo que los impíos, cuyo corazón maquina engaños, serían atormentados por la ansiedad y la angustia, que ellos no se enriquecerían y sus riquezas no habrían de durar, que no saldrían de las tinieblas y que la vanidad sería su recompensa. El concepto de Elifaz se ajustaba por completo al principio del bien y del mal. Según su perspectiva personal, el hombre bueno habría de prosperar y el malvado habría de sufrir.

  Después de leer los capítulos 12—15, podemos ver la situación en la que se encontraban tanto Job como Elifaz. Job, una persona de carácter muy fuerte, tenía un complejo de superioridad, y Elifaz era el típico insensato que trató de enseñar a Job reprendiéndole y haciéndole advertencias conforme al principio del bien y del mal.

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