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Mensajes del libro «Estudio-Vida de Job»
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Mensaje 28

ELIÚ RESPONDE A JOB

Capítulos 32—37

(3)

LAS PALABRAS FINALES DE ELIÚ A JOB

  Lectura bíblica: Job 36; Job 37

  En este mensaje consideraremos los capítulos 36 y 37, donde constan las palabras finales de Eliú a Job. Una vez más, no hallamos ninguna oración ni el ejercicio del espíritu en comunión.

I. ELIÚ TIENE MÁS QUE DECIR EN FAVOR DE DIOS

  En 36:1-4 Eliú afirma tener más que decir en favor de Dios. Él dijo: “Traeré mi conocimiento desde lejos / y atribuiré justicia a mi Hacedor. / Porque de cierto no son falsas mis palabras; / contigo está uno que tiene perfecto conocimiento” (vs. 3-4). No creo que Eliú haya hablado en favor de Dios en ningún momento; él estaba hablando por cuenta propia, haciendo alarde de su conocimiento. En realidad, él tenía menos conocimiento que Job y sus tres amigos. Aunque Eliú dijo que atribuiría justicia a Dios, en realidad él se atribuía todo a sí mismo, llegando al extremo de referirse a sí mismo como “uno que tiene perfecto conocimiento”.

II. MUESTRA A JOB QUE DIOS CUIDA DE LOS JUSTOS

  En los versículos del 5 al 16 Eliú le muestra a Job que Dios cuida de los justos y que Él indujo a Job a salir de las fauces de la angustia para llevarlo a un lugar espacioso. Aquí Eliú salta de un tema a otro, y resulta difícil determinar sobre qué estaba hablando.

  Eliú dijo que Dios “no deja vivir al malvado” (v. 6a). Esto no es cierto, pues hay muchos malvados que todavía viven. Eliú dijo también que aquellos que oyen a Dios y le sirven “pasarán sus días en prosperidad / y sus años en lo agradable” (v. 11). Tal concepto corresponde en su totalidad al principio del bien y del mal. En el versículo 16, Eliú prosigue diciendo: “En verdad, Él te induce a salir de las fauces de la angustia / a un lugar espacioso, donde no hay aprietos; / y lo que está sobre tu mesa está lleno de grosura”.

III. LE ADVIERTE A JOB QUE ESTABA LLENO DEL JUICIO DEL MALVADO

  Luego, Eliú le advierte a Job que estaba lleno del juicio del malvado, diciéndole que juicio y litigio se habían apoderado de él (v. 17). Aquí, Eliú parecía decir que Job no disfrutaba de una mesa llena de grosura debido a que estaba obsesionado con el juicio del malvado, pensando continuamente en que Dios debería juzgar al malvado, con miras a que el derecho fuese el veredicto del juicio. Por tanto, juicio y litigio se habían apoderado de Job.

IV. EXHORTA A JOB A NO DEJAR QUE LA IRA LE INDUZCA A BURLARSE DELANTE DE DIOS

  Del versículo 18 al 23 Eliú exhortó a Job a no dejar que la ira le indujera a burlarse delante de Dios, a no anhelar la noche y a no volverse a la iniquidad. En los versículos 22 y 23 él dijo: “He aquí, Dios es exaltado en Su poder; / ¿quién es maestro como Él? / ¿Quién le ha señalado Su camino? / ¿Y quién le ha dicho: Has hecho mal?”.

V. LE RECUERDA A JOB QUE MAGNIFICARA LA OBRA DE DIOS EN EL UNIVERSO Y ENALTECIERA LA GRANDEZA DE DIOS

  Eliú prosiguió recordándole a Job que magnificara la obra de Dios en el universo y enalteciera la grandeza de Dios (36:24—37:13). En 36:26 Eliú declaró: “He aquí, Dios es grande, y nosotros no le conocemos; / no se puede escudriñar el número de Sus años”. En 37:5 él dice: “Truena Dios maravillosamente con Su voz; / hace grandes cosas que nosotros no entendemos”. Aquí, al hablar, Eliú hace alarde de su habilidad y sus capacidades para componer poesía. Si hablásemos así en nuestros grupos vitales, traeríamos muerte a dichos grupos.

VI. ENCARGA A JOB A CONSIDERAR LAS MARAVILLAS REALIZADAS POR DIOS EN LOS CIELOS Y LA TIERRA

  Después, Eliú encargó a Job a considerar las maravillas realizadas por Dios en los cielos y la tierra (vs. 14-23). Él concluye tal encargo diciendo: “El Todopoderoso: no le podemos escudriñar; / Él es excelente en potencia, / y no dañará la equidad ni la abundancia de la justicia” (v. 23).

VII. INSTRUYE A JOB A TEMER A DIOS

  Finalmente, en sus últimas palabras a Job, Eliú le instruye a temer a Dios, el cual no mira a ninguno que se cree sabio de corazón (v. 24).

  Con respecto al propósito que tenía Dios al tratar con Job, incluso con lo más destacado de sus últimas palabras a Job, Eliú careció de la capacidad necesaria para comunicar a Job alguna medida de revelación divina que estuviese al nivel del Nuevo Testamento, a saber, que el propósito de Dios al permitir que los creyentes sufran la pérdida de todas las cosas es que ellos puedan ganar a Dios como su eterna porción a fin de heredar y disfrutar la vida eterna por la eternidad, conforme a lo revelado por el Señor a Sus discípulos en Mateo 19:27-29.

  Job estaba sufriendo, y sus tres amigos vinieron a consolarle. Eliú también estaba allí para ayudar. Sin embargo, estas personas piadosas no oraron por Job ni tampoco tuvieron comunión unos con otros ejercitando su espíritu a fin de obtener algún grado de suministro espiritual. Esto les hubiera ayudado a descubrir cuál era el verdadero propósito de Dios al aplicar Su trato a Job. Ellos hablaron sobre Dios y se refirieron también al espíritu, pero en todos sus debates no hay el menor indicio de que ellos ejercitaran su espíritu; más bien, ellos ejercitaron sus mentes para exhibir sus conocimientos, rebuscando palabras relacionadas con los cielos, los aires, las aves en los aires, las bestias del campo y los peces del mar, a fin de componer sus poesías.

  Hoy en día, si hemos de establecer grupos vitales, estas conversaciones deben servirnos de advertencia. El grupo que vemos en el libro de Job nos da un ejemplo negativo, un ejemplo del tipo de reunión de grupo que no debemos tener en nuestra vida de iglesia actual.

  Cuando nos reunimos en los grupos vitales, lo primero que tenemos que hacer es orar. Los grupos vitales son grupos de oración vital. En los grupos vitales, aprendan a no orar viejas oraciones con terminología vieja, oraciones conforme a nuestras tradiciones. Aprendan a siempre orar oraciones nuevas y frescas. Procuren ejercitar su espíritu, pues Dios mismo, el Dios presente, nuestro Dios hoy, está en nuestro espíritu con todo Su abundante suministro. Por tanto, cuando se reúna con el grupo vital, asegúrese de permanecer en su espíritu y ejercitarlo. En su espíritu, usted captará nuevos términos y nuevas expresiones. Usted podrá hacer esto debido a que posee al propio Dios Triuno como Espíritu consumado en su espíritu.

  Los grupos son vitales en estos dos espíritus: vitales en nuestro espíritu humano y vitales en el Espíritu divino de Dios. La última sección de la Biblia —desde Hechos hasta Apocalipsis— aborda el tema del Espíritu divino que ahora está en nuestro espíritu para ser un solo espíritu (1 Co. 6:17). El contenido de esta sección de la Palabra es la vida que llevan estos dos espíritus. En estos dos espíritus, Dios se mueve en el hombre y el hombre se mueve en Dios. Por tanto, al reunirse como grupo vital, ustedes deben volverse a su espíritu, permanecer en el espíritu y ejercitar el espíritu.

  No se reúnan en sus grupos vitales para hablar de manera natural, aun cuando sea realizado de manera íntima. Esto aniquila tales grupos. Más bien, ejerciten su espíritu para alabar a Dios o para cantar algunas estrofas o algunas líneas de un himno. Esta clase de alabanza y cánticos despierta los espíritus de aquellos que están en el grupo vital. Luego, todos continuarán orando.

  La segunda cosa que debemos hacer en el grupo vital es tener comunión. Después de orar, debemos tener comunión, quizás sobre asuntos relacionados con nuestra vida familiar o con algún problema de los santos, pero debemos tener comunión en nuestro espíritu al ejercitar nuestro espíritu. Al hablar sobre un santo que está enfermo no debemos hacerlo con palabras ordinarias, sino con palabras que proceden del Espíritu vivificante y todo-inclusivo. Al hablar, procure introducir al grupo en los dos espíritus. Ello tendrá gran efecto en el grupo y ayudará a establecer las bases para que el grupo vital se mueva en los dos espíritus. Más aún, al visitar a los demás, al estar en su hogar, en el hogar de otros o en el salón de reuniones, ejercite su espíritu.

  El mover del Dios Triuno hoy se halla completamente en los dos espíritus, esto es, en Sí mismo como Espíritu consumado que mora en nuestro espíritu regenerado. Estos dos espíritus —el Espíritu divino y el espíritu humano— han llegado a ser un solo espíritu. Ser un cristiano simplemente significa atender a estos dos espíritus con miras al mover de Dios. Aprenda a vivir la vida cristiana de esta manera. No procure aprender tantas enseñanzas; más bien, procure estudiar y leer la Biblia a fin de nutrirse y despertar su espíritu de modo que pueda ejercitar su espíritu para tener contacto con el Espíritu divino en su espíritu.

  Aprendan a tocar al Espíritu divino que está en su espíritu. En esto consiste la vida cristiana, y en esto también debe consistir la obra cristiana. En esto consiste el mover de Dios en el hombre y el mover del hombre en Dios a fin de que se cumpla la economía de Dios, el plan de Dios respecto a Cristo con Su Cuerpo. Para ello estamos aquí en la tierra, y para ello debemos vivir por los dos espíritus, seguir a los dos espíritus y hacerlo todo conforme a los dos espíritus.

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