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Mensajes del libro «Estudio-Vida de Lucas»
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Mensaje 12

EL MINISTERIO DEL SALVADOR-HOMBRE SE LLEVA A CABO EN SUS VIRTUDES HUMANAS JUNTO CON SUS ATRIBUTOS DIVINOS EN GALILEA

(2)

  Lectura bíblica: Lc. 4:14-21, 31-44; 5:1-11

SE PROCLAMA EL AÑO AGRADABLE DEL SEÑOR

  En el mensaje anterior afirmamos que el Señor Jesús comenzó Su ministerio proclamando el jubileo de gracia. En 4:19, El proclamó el año agradable del Señor. Esta es la era neotestamentaria, tipificada por el año de jubileo (Lv. 25:8-17). El año de jubileo era el quincuagésimo año, la conclusión de medio siglo. Así que, según el libro de Levítico, al final de cada medio siglo había un año que era llamado el año de jubileo y también el año agradable. El año agradable significa el año en que el Señor acepta a la gente. En el capítulo sesenta y uno de Isaías hay una profecía relacionada con el cumplimiento de este jubileo.

  Es muy improbable que antes de Lucas 4 los judíos entendieran lo que Isaías decía en relación al año agradable del Señor. Un día el Señor Jesús entró a la sinagoga y leyó Isaías 61 en cuanto al año agradable del Señor. El año agradable es el jubileo de Jehová.

La duración de la vida humana caída

  Medio siglo representa la duración de la vida humana caída. Cincuenta años es la duración de toda la vida de una persona caída. En Salmos 90:10 Moisés dijo que los días de nuestra edad son setenta años, y ochenta en los más robustos. Según Moisés, la vida humana dura setenta años. Si alguien es robusto, podría llegar a los ochenta años de edad. Según la Biblia, en cierto sentido se podría considerar que la vida de una persona comienza a los treinta años de edad, la edad en la cual un sacerdote empieza a desempeñar su función. Incluso el Señor Jesús tenía treinta años cuando comenzó a ejercer Su ministerio (3:23). Treinta más cincuenta es ochenta. Por lo tanto, medio siglo, o sea cincuenta años, representa la duración de la vida de una persona que está en la naturaleza caída. Como el quincuagésimo año, el año de jubileo es la conclusión de toda nuestra vida caída.

  ¿Qué nos sucedió en nuestra vida caída? Perdimos nuestra primogenitura, nos vendimos como cautivos y nos convertimos en esclavos. Lo perdimos todo, incluso nuestra primogenitura y nuestra condición social.

  Una persona que no haya perdido nada no esperaría con ansias el año de jubileo. De hecho, para tal persona, el jubileo podría ser un sufrimiento. Pero el que lo hubiera perdido todo, incluyendo sus tierras y a sí mismo, ciertamente esperaría con ansias el año de jubileo. Cuando llegara el año de jubileo, regocijaría al ser liberado y al recuperar el derecho a su porción de la tierra.

  A todo israelita se le asignó una porción de la tierra buena. La tierra buena tipifica a Cristo. Por lo tanto, perder el derecho a la buena tierra es perder el derecho de disfrutar a Cristo. Todo ser humano caído perdió el derecho de disfrutar a Dios como el árbol de la vida y el derecho de disfrutar a Cristo como la buena tierra. Además, todo ser humano caído se vendió al pecado, al mundo y a Satanás. En Romanos 7:14 Pablo dijo en cuanto a sí mismo: “Yo soy de carne, vendido al pecado”. Incluso Pablo se había convertido en un esclavo del pecado.

  Todas las personas caídas perdieron el derecho de disfrutar a Cristo y se vendieron a las cosas negativas. Pero el año de jubileo indica que podemos ser liberados del cautiverio y recobrar el derecho de disfrutar a Cristo como nuestra porción.

  Después de que el Señor Jesús, el Salvador-Hombre, había sido probado, empezó Su ministerio. Al principio de Su ministerio, declaró el jubileo, el año agradable del Señor. Esto indica que toda la era neotestamentaria es en realidad un solo año, el año de jubileo, el año en que Jehová acepta a los seres humanos caídos.

El verdadero evangelio

  La proclamación del jubileo es el verdadero evangelio, el evangelio rico y completo. Un evangelio parcial dice a la gente que es pecador destinada al infierno, pero que Jesús le amó y murió por ella en la cruz, y que si cree en El tendrá vida eterna. Esta es sólo una parte del jubileo. El jubileo es una proclamación que libera de la esclavitud y que recobra la primogenitura espiritual. Este jubileo es el año agradable del Señor.

  Según el capítulo cuatro del Evangelio de Lucas, el Señor Jesús proclamó el jubileo en un día de sábado especial en Galilea. Pero durante los siglos siguientes, no se ha hecho caso del jubileo. Por lo tanto, necesitamos que el jubileo neotestamentario sea recobrado.

El recobro de nuestra porción

  Fuimos recobrados para que disfrutáramos al Dios Triuno como el árbol de la vida, y a Cristo como nuestra tierra, nuestra porción. La buena tierra es en realidad más misteriosa que el árbol de la vida, pues la buena tierra es el cumplimiento del árbol de la vida. Adán no comió del fruto del árbol de la vida, pero los hijos de Israel comieron de las riquezas de la buena tierra. Hoy disfrutamos al Dios Triuno como el árbol de la vida y aún más, disfrutamos a Cristo como la buena tierra. ¡Alabado sea el Señor, porque se nos asignó una porción de esta buena tierra! Según Colosenses 1:12, esta asignación es la porción de los santos. Esto demuestra que nuestra primogenitura, la cual había sido perdida, fue recuperada en el jubileo del Nuevo Testamento.

Liberados del cautiverio

  En el jubileo también fuimos liberados del cautiverio. Antes estábamos cautivos, pero fuimos liberados de la esclavitud y devueltos a la libertad de la gloria de los hijos de Dios. Esto es otro indicio de que estamos en el jubileo del Nuevo Testamento.

Restaurados a nuestra condición original

  Según Levítico 25, en el año del jubileo todos eran restaurados a su condición original. Ya que la era neotestamentaria es el verdadero año de jubileo, esto significa que Dios nos restaurará a nuestra condición original. En Adán nos perdimos, y nos vendimos al pecado como esclavos. Pero ahora Jesús, el Salvador-Hombre, vino y trajo el año agradable del Señor. El año agradable del Señor es, en el Nuevo Testamento, el cumplimiento del jubileo del Antiguo Testamento. En este año se nos libera y nuestra primogenitura es recobrada, redimida y restaurada, la cual se había perdido.

LA COMISION CUADRUPLE DEL SALVADOR-HOMBRE

  Hemos recalcado el hecho de que el Evangelio de Lucas presenta al Salvador-Hombre que posee el más alto nivel de moralidad. Los casos relatados en Lucas muestran diferentes aspectos del más alto nivel de moralidad. La narración de los casos hallados en 4:38-41, 5:12-14 y 7:1-10 concuerda con la secuencia de la moralidad. Por esta razón la narración de Lucas es diferente de la de Mateo 8:2-16 y la de Marcos 1:29—2:1. La secuencia de lo narrado en Marcos, que muestra que Jesús es el Siervo de Dios, concuerda con la historia. La secuencia de lo narrado en Mateo, que demuestra que Cristo es el Rey del reino de los cielos, concuerda con la doctrina, o sea, con ciertos casos dados juntos para presentar una doctrina. La secuencia de lo relatado en Lucas, que revela que Jesús es el hombre cabal que ha de ser nuestro Salvador, concuerda con la moralidad.

Enseñar

  En Lucas 4:31-44 el Salvador-Hombre lleva a cabo Su comisión cuádruple: enseñar, echar fuera demonios, sanar y predicar. El versículo 31 dice que El descendió a Capernaum y enseñaba los sábados. Como hemos indicado, Su enseñanza liberó la luz de la vida para alumbrar a los asentados en la oscuridad de la muerte (Mt. 4:12-16) para que recibieran la luz de la vida (Jn. 1:4).

  Lucas 4:32 dice que las personas “quedaban atónitos de Su enseñanza, porque Su palabra era con autoridad”. Como Aquel que fue autorizado por Dios, el Señor Jesús enseñó realidades mientras que los escribas enseñaron conocimiento vano sin autoridad ni poder. El Salvador-Hombre no sólo tenía poder espiritual para sojuzgar al pueblo, sino también autoridad divina para someterlo al reinado divino.

Echar fuera demonios

  En 4:33-36 tenemos un relato en el cual el Señor echó fuera a un demonio. En el versículo 33 se nos dice que un hombre que estaba en la sinagoga tenía un espíritu de demonio inmundo. Esta clase de espíritu es diferente a la de un ángel caído. Un demonio es uno de los espíritus de los seres vivientes que existieron en la era preadamítica y que fueron juzgados por Dios cuando se unieron a la rebelión de Satanás (véase Estudio-vida de Génesis, mensaje 2). Los ángeles caídos obran con Satanás en el aire (Ef. 2:2; 6:11-12), y estos demonios, los espíritus inmundos, se mueven con él en la tierra. Ambos operan en el hombre de modo maligno a favor del reino de Satanás. El hecho de que alguien sea poseído por un demonio significa que Satanás usurpa al hombre, a quien Dios creó para Su propósito. El Salvador-Hombre, en Su ministerio, expulsa demonios de las personas poseídas, para que sean liberadas de la esclavitud de Satanás (Lc. 13:16), de la autoridad de tinieblas de Satanás (Hch. 26:18; Col. 1:13) y puestas en el reino de Dios.

  En 4:34 el demonio dijo: “¡Ah! ¿Qué tenemos nosotros que ver contigo, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Sé quién eres, el Santo de Dios”. ¡Ah! es una interjección de enojo o consternación. La palabra griega puede ser traducida déjanos en paz. Las palabras griegas traducidas ¿Qué tenemosnosotros que ver contigo? literalmente quiere decir ¿Qué a nosotros y qué a Ti? Este es un modismo hebreo.

  El versículo 35 dice: “Y Jesús le reprendió, diciendo: Cállate, y sal de él. Entonces el demonio, derribándole en medio de ellos, salió de él, y no le hizo daño alguno”. Literalmente, la palabra griega traducida cállate quiere decir ponte un bozal.

  Después de que el Señor echó al demonio, “estaban todos maravillados, y hablaban unos a otros, diciendo: ¡Qué palabra es ésta? Porque con autoridad y poder manda a los espíritus inmundos, y salen” (v. 36). Aquí vemos que el Salvador-Hombre tiene tanto la autoridad como el poder para echar fuera demonios. Por el bien de Su ministerio El tenía la autoridad divina no sólo para enseñar al pueblo, sino también para echar fuera demonios.

Sanar

  En 4:38 y 39 tenemos el relato en el cual el Señor sana a la suegra de Simón, que tenía una gran fiebre. Esta fiebre tal vez se refiera al mal genio desenfrenado, el cual es anormal y desmesurado.

  Lucas 4:40 dice: “Al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos de diversas enfermedades los traían a El; y El, poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba”. La enfermedad es un resultado del pecado y una señal de la condición anormal del hombre delante de Dios debido al pecado. Por lo tanto, el Salvador-Hombre, en Su ministerio, sanó la condición enferma de la gente, tanto física como espiritualmente, para restablecerle a la normalidad con el fin de que le sirviera a El.

Predicar

  Además de enseñar, echar fuera demonios y sanar a los enfermos, el Señor también “predicaba en las sinagogas de Judea” (4:44). En Su predicación, el Salvador-Hombre anunciaba las buenas noticias de Dios a las gentes desdichadas que estaban en cautiverio (v. 43). Su enseñanza, con la luz divina de la verdad, alumbró a los ignorantes que estaban en las tinieblas. Su predicación implica enseñanza, y Su enseñanza implica predicación.

ATRAE A LOS OCUPADOS

  En el resto de este mensaje examinaremos 5:1-11, un caso en que el Salvador-Hombre atrae a los ocupados.

  Lucas 5:1 dice: “Aconteció que estando Jesús junto al lago de Genesaret, la multitud se agolpaba sobre El para oír la palabra de Dios”. Genesaret era un nombre comúnmente dado al mar de Galilea (Mt. 4:18; Mr. 1:16).

El hombre caído ocupado con ganarse la vida

  Los primeros cuatro discípulos fueron llamados con el llamamiento que atrae a los ocupados. Los seres humanos no se dan cuenta de cuán caídos están, no sólo en el pecado sino también en su ocupación. Nuestra ocupación es nuestro negocio u oficio, es decir, la manera en que nos ganamos la vida. Hoy los seres caídos están ocupados con la manera en que se ganan la vida. Podemos decir que los seres humanos caídos están ocupados por sus oficios.

  Por supuesto, es necesario que trabajemos. Pablo ordenó a los creyentes que trabajaran para ganarse la vida (2 Ts. 3:10-12). No debemos depender de que otros nos mantengan. Esto quiere decir que no debemos tener la clase de fe que requiera que los demás ejerciten su amor y cuiden a nosotros. Necesitamos tener un empleo. Sin embargo, el problema está en que nuestra ocupación nos mantiene ocupados y alejados de Dios.

  Los seres humanos fueron creados por Dios para Sí mismo, pero se mantienen ocupados y alejados de El por la cuestión de ganarse la vida. Nada mantiene más a las personas apartadas de Dios que sus oficios. Considere el mundo de hoy. ¿Quién no está ocupado con su trabajo o con su educación a fin de prepararse para un oficio? Aunque la mayoría de la gente está ocupada, casi nadie está ocupado con Dios. Al contrario, prácticamente todos están ocupados con algo en lugar de Dios. Los primeros discípulos fueron llamados y atraídos por el Señor para que saliesen de su ocupación y no de sus vidas pecaminosas. En particular, Pedro, Andrés, Jacobo y Juan estaban ocupados con la pesca.

  Los que están ocupados con ganarse la vida, normalmente dan excusas cuando son invitados a escuchar el evangelio o a asistir a una reunión. Si usted invita a tal persona a escuchar el evangelio, quizás le diga que no tiene tiempo. Si usted invita a una persona atareada a asistir a una reunión de la iglesia, tal vez le diga que está muy ocupada. Esta es la razón por la cual en 5:1-11, el Salvador-Hombre, inmediatamente después de empezar a llevar a cabo Su comisión cuádruple, hizo algo para atraer a algunos que estaban ocupados.

  El deseo de Satanás es mantener a la gente ocupada con ganarse la vida. Esto es ilustrado por lo que Faraón hizo con los hijos de Israel. Cuando Moisés dijo a Faraón que dejara que el pueblo de Dios se fuera, Faraón hizo todo lo posible por mantenerlos ocupados con sus oficios. De igual manera, Pedro, Andrés, Jacobo y Juan estaban atareados y ocupados. Sin embargo, el Señor Jesús fue a ellos, los atrajo y los llamó.

Milagros relacionados con la pesca

  En 5:2-10a tenemos un relato en el cual el Salvador-Hombre atrajo a algunos que estaban ocupados con ganarse la vida. Este relato no consta ni en Mateo 4:18-22 ni en Marcos 1:16-20. Al leer Mateo y Marcos, quizás nos preguntemos por qué Pedro y los otros siguieron al Señor cuando éste les dijo que vinieran y le siguieran. Aquí en Lucas 5 tenemos un relato adicional que indica que cuando el Señor Jesús llamó a Pedro, realizó un milagro relacionado con la pesca. En Juan 21, el Señor realizó un milagro semejante después de Su resurrección. En Lucas 5 el milagro fue parte de la obra del Señor mediante la cual atraía a los ocupados. Este milagro atrajo a Pedro al Salvador-Hombre.

  Unos años más tarde, después de la resurrección del Señor, parecía que Pedro no tenía nada que hacer, y anunció que iba a pescar (Jn. 21:3). Varios le siguieron. Ya que volvieron a sus antiguos oficios, el Señor Jesús volvió, en resurrección, para realizar otro milagro relacionado con la pesca, con el fin de atraer otra vez a Pedro. Así que, el Señor hizo dos milagros relacionados con la pesca por el bien de Pedro.

  El llamamiento de Pedro en Lucas 5:1-11 está relacionado con el más alto nivel de moralidad. El versículo 2 dice: “Y vio dos barcas que estaban a la orilla del lago; y los pescadores, habiendo descendido de ellas, lavaban las redes”. El Señor entonces entró en la barca de Simón y le pidió que le apartase de tierra un poco (v. 3). Enseñó a la multitud desde la barca, y cuando terminó de hablar, dijo a Simón: “Boga mar adentro, y echad vuestras redes para la pesca” (v. 4). Simón respondió: “Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas confiado en Tu palabra echaré las redes” (v. 5). Anteriormente a esto, Simón fue llevado al Señor por su hermano Andrés (Jn. 1:40-42).

  En el versículo 5, Simón se dirigió al Señor llamándole Maestro. La palabra griega, diferente de la palabra traducida Maestro en 2:29, denota a uno que ejerce algún tipo de supervisión.

  Pedro era un pescador profesional, el lago tenía peces en abundancia, y la noche era el momento propicio para la pesca. No obstante, no pescaron nada. El Señor en Su soberanía debió de haber mantenido los peces alejados. Esto no fue obra de Sus virtudes humanas, sino de Sus atributos divinos.

  La razón por la cual el Señor ejercitó Su soberanía de esta manera fue que tenía la intención de atraer a Simón y a su hermano. Por lo tanto, en el momento apropiado, el Señor mandó a los peces que se acercaran. Como resultado, “encerraron gran cantidad de peces, y sus redes se rompían” (v. 6). Ambas barcas se llenaron de tal manera que se hundían (v. 7). “Viendo esto Simón Pedro, cayó a los pies de Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador” (v. 8). Se nos dice que “el asombro se había apoderado de él, y de todos los que estaban con él” (v. 9).

  Aquí el punto importante es que en este milagro podemos ver tanto las virtudes humanas del Señor como Sus atributos divinos. Las virtudes humanas expresan los atributos divinos, lo cual significa que el Salvador-Hombre llevaba una vida llena de las virtudes humanas, y dichas virtudes expresaban los atributos divinos. Puesto que el Salvador-Hombre vivió de este modo, Pedro y los otros fueron atraídos por el Señor y le siguieron.

Pescadores de hombres

  En 5:10 el Señor Jesús dijo a Simón: “No temas; desde ahora pescarás a los hombres para vida”. Este fue el llamamiento que el Señor hizo a Pedro con un milagro de pesca. La palabra griega traducida pescar es zogréo, compuesta de zóos, vivo y de agréuo, pescar; es decir, atrapar vivo, tomar cautivo vivo (en la guerra), en vez de matar. Los pescadores por lo regular atrapan a los peces para matarlos, pero Pedro fue llamado por el Señor para ser un pescador de hombres (Mt. 4:19), para atrapar hombres y conducirlos a la vida (Hch. 2:38; 11:18).

  Lucas 5:11 dice: “Y cuando trajeron a tierra las barcas, dejándolo todo, le siguieron”. Fueron atraídos por lo que el Señor hizo en Sus virtudes humanas con Sus atributos divinos.

  La intención de Lucas en 5:1-11 es enseñar cómo el Salvador-Hombre se condujo en Su ministerio en Sus virtudes humanas con Sus atributos divinos. Esto atrae a las personas y las obtienen. Esta es la manera en que el Salvador-Hombre lleva a cabo Su ministerio.

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