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Mensajes del libro «Estudio-Vida de Lucas»
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Mensaje 30

EL SALVADOR-HOMBRE LLEVA A CABO SU MINISTERIO EN SUS VIRTUDES HUMANAS CON SUS ATRIBUTOS DIVINOS DE GALILEA A JERUSALEN

(8)

  Lectura bíblica: Lc. 12:49-59

EL SEÑOR ANHELA SER LIBERADO POR MEDIO DE LA MUERTE

  En 12:1-48 el Salvador-Hombre advirtió a Sus discípulos acerca de la hipocresía religiosa (vs. 1-12), en cuanto a la codicia (vs. 13-34) y en cuanto a velar y a ser fieles (vs. 35-48). Luego en 12:49-53 El expresó el anhelo de ser liberado por medio de Su muerte. Aquí vemos que el Señor deseaba ser liberado totalmente de la esclavitud de Su carne. Esta breve porción de la Palabra es muy profunda y para entenderla, necesitamos la experiencia debida espiritual.

  Hace más de cincuenta años, estando en Shanghai, leí un libro escrito por T. Austin-Sparks titulado The Release of the Lord [La liberación del Señor]. Aquel libro haciendo referencia a 12:49-50 decía que el Señor en Su encarnación, estaba atado y escondido en Su carne. El era Dios y tenía la vida divina como esencia, fortaleza y poder. Sin embargo, estaba cubierto por Su humanidad, la cual restringía Su ser divino. Por lo tanto, El necesitaba ser liberado por medio de Su muerte; es decir, deseaba que Su ser divino fuera liberado por medio de Su muerte.

  Lucas 12:49 y 50 corresponde a Juan 12:24: “De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto”. Aquí el Señor se compara con un grano de trigo. Si un grano de trigo no cae en la tierra y muere, se queda solo y permanece inmutable. Pero cuando cae en la tierra y muere, la muerte del grano libera la vida contenida en él. Podemos decir que la muerte viene a ser la liberación de la vida contenida en el grano mediante la cual la riqueza de la vida que contiene brota y produce muchos granos. El Señor Jesús, como un grano de trigo, cayó en la tierra y perdió la vida de Su alma por medio de la muerte para que fuese liberada Su vida eterna en resurrección y dada a los muchos granos.

  Cuando comparamos Juan 12:24 con Lucas 12:49-50, vemos que ambas porciones de la Escritura describen la liberación de la vida divina, o sea, la liberación del ser divino de la Persona del Señor. El Señor Jesús, siendo Dios, posee la vida eterna ilimitada. Sin embargo, esta vida estaba restringida y limitada en Su humanidad, Su carne. Por lo tanto, el Señor deseaba que Su vida divina fuera liberada. Una vez que la vida divina fuese liberada de Su interior, El podría impartirla en Sus muchos creyentes. Esta es la idea básica presentada en 12:49-53.

VIENE A ECHAR FUEGO SOBRE LA TIERRA

  En 12:49 el Señor Jesús dice: “Fuego he venido a echar sobre la tierra; y ¡cómo quisiera que ya estuviera encendido!” Este “fuego” es el impulso de la vida espiritual, que procede de la vida divina liberada por el Señor y que provoca las divisiones mencionadas en los versículos del 51 al 53, donde vemos que habrá divisiones inclusive en las familias de los creyentes. Estas divisiones provienen del fuego que es generado por la vida espiritual, lo cual proviene de la vida liberada por el Señor. Su vida estaba escondida, y El quería que fuera liberada. El deseaba que el fuego se convirtiera en llama.

  En el versículo 49 el Señor dice: “¡Cómo quisiera que ya estuviera encendido!” Esta porción del versículo también puede traducirse “¡cómo deseo que ya fuera encendido!” Esto indica que antes de la muerte del Señor, el fuego no estaba encendido. En el relato que se halla en el libro de los Hechos sabemos que después de la muerte del Señor este fuego se convirtió en una llama.

ANGUSTIADO HASTA QUE SU BAUTISMO SE CUMPLA

  En 12:50 el Señor añade: “De un bautismo tengo que ser bautizado; y ¡cómo me angustio hasta que se cumpla!” La palabra bautismo nos recuerda lo que El dijo les había dicho a Jacobo y a Juan en Marcos 10:38: “¿Podéis beber la copa que Yo bebo, o ser bautizado con el bautismo con que Yo soy bautizado?” Tanto la copa como el bautismo se refieren a la muerte del Señor. La copa indica que Su muerte era la porción que Dios le daba para tomar por los pecadores, quienes serían redimidos para Dios. El bautismo denota que Su muerte fue ordenada por Dios como el camino que El tenía que pasar a fin de efectuar la redención de los pecadores.

  La palabra traducida me angustio en Lucas 12:50 también puede traducirse me constriño. El Señor estaba constreñido en Su carne, de la cual se había vestido en la encarnación. El necesitaba morir, ser bautizado, en la muerte física, para que Su ser divino ilimitado e infinito junto con Su vida divina pudiesen ser liberados de Su carne. Su vida divina, después de ser liberada por Su muerte física, llegó a ser el impulso de la vida espiritual de Sus creyentes en resurrección.

UN CONFLICTO ENTRE DOS REINOS

  En 12:51 el Salvador-Hombre dice: “¿Pensáis que he venido para dar paz en la tierra? Os digo: No, sino más bien división”. Aquí el Señor preguntó si los discípulos pensaban que El había venido para traer paz a la tierra. En cierto sentido, el Señor vino para traer paz. Cuando El vino, vino la paz, pues trajo paz a los seres humanos. Cuando nació, la multitud del ejército celestial alabó a Dios y dijo: “¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz entre los hombres de Su complacencia!” (2:14). Por lo tanto, la llegada del Salvador dio gloria a Dios en los cielos y trajo paz a los hombres en la tierra. En Efesios 2:14 Pablo dice que Cristo es nuestra paz. Pero, en otro sentido, el Señor no vino para traer paz sino división. Esta división se debe a la vida satánica que se encuentra en los incrédulos, la cual lucha contra la vida divina que está en los creyentes; es un conflicto entre el reino satánico y el reino de Dios.

  El Señor dijo algo parecido en Mateo 10:34: “No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada”. El mundo entero fue usurpado por Satanás (1 Jn. 5:19). El Señor Jesús vino para llamar a algunos a salir de la usurpación de Satanás. Esto ciertamente provoca la oposición de Satanás e instiga a los que él usurpó a luchar contra los que son llamados por el Señor. Sin duda, la venida del Señor no trajo paz sino espada.

  El conflicto entre la vida satánica y la vida divina es en realidad una guerra entre el reino de Satanás y el de Dios. Al hablar del reino nos referimos a la vida; es decir, un reino denota cierta clase de vida. Por ejemplo, podemos hablar del reino vegetal. El reino vegetal consta de la vida vegetal. Del mismo modo, el reino humano consta de la vida humana, y el reino de Dios depende de la vida de Dios. Puesto que tenemos la vida de Dios, tenemos la realidad del reino de Dios y estamos en ella. Pero los incrédulos, quienes viven por la vida de Satanás, están en otra esfera, en otro reino; están en la realidad del reino satánico. El reino de Dios y el reino de Satanás no están de acuerdo, ya que uno está en contra del otro. Por lo tanto, hay una lucha que causa división entre el reino de Dios y el de Satanás.

  En Lucas 12:52 el Señor añade: “Porque de aquí en adelante, cinco en una familia estarán divididos, tres contra dos, y dos contra tres”. Esta clase de división ha ocurrido una y otra vez a lo largo de los últimos diecinueve siglos.

  En el versículo 53 el Señor añade: “Estarán divididos el padre contra el hijo, y el hijo contra el padre; la madre contra la hija, y la hija contra la madre; la suegra contra su nuera, y la nuera contra su suegra”. Lucas menciona los detalles, pues es característico de él hacerlo. La clase de división descrita aquí no es agradable, ya que se debe a la lucha entre dos vidas, la divina y la satánica.

  Vimos en 12:51-53 que habrá divisiones, las cuales serán causadas por la lucha entre la vida satánica que está en los incrédulos y la vida divina que está en los creyentes. Hicimos notar que éste es un conflicto entre el reino satánico y el reino de Dios.

  Ya que entendemos la idea expresada en estos versículos, no debemos hacer nada para empezar un conflicto en nuestra familia. Nunca debemos decirle a nuestra familia: “Yo tengo la vida divina, pero ustedes no la tienen. Ya que tengo la vida divina, habrá guerra entre ustedes y yo. Aunque no quiero estar en contra de ustedes, ustedes estarán en contra de mí”. Decir algo así sería una insensatez. En vez de provocar conflictos con nuestra familia, debemos llevar una vida humilde, pacífica y sumisa, y dejar que el Señor actúe en la situación.

ENSEÑA EN CUANTO A DISCERNIR LOS TIEMPOS

  En 12:54-59 tenemos la enseñanza del Señor en cuanto a discernir los tiempos. Lo que dijo el Señor, relatado en los versículos 49 al 53, fue dirigido a Sus discípulos. Lo que dijo en los versículos del 54 al 59 estaba dirigido a la multitud, los incrédulos.

  En 12:54-56 el Señor dijo a la multitud: “Cuando veis una nube que sale del poniente, inmediatamente decís que viene un aguacero; y así sucede. Y cuando sopla el viento del sur, decís: Hará calor abrasador; y lo hace. ¡Hipócritas! Sabéis discernir el aspecto de la tierra y del cielo; ¿y cómo es que no discernís este tiempo?” La palabra discernís en el versículo 56 también significa “poner a prueba”, y la palabra aspecto denota apariencia. La frase traducida ¿y cómo es que no discernís este tiempo? también puede traducirse pero esta vez no sabéis discernir. Discernir el tiempo se refiere a discernir las señales de los tiempos (Mt. 16:3). Estas señales eran que Juan el Bautista vino para anunciar la venida del Mesías, como se profetizó (3:2-6, 15-17), y que el Mesías ya está presente, ministrando al pueblo para traer salvación. La gente podía discernir las señales acerca de los tiempos y la apariencia de la tierra y del cielo, pero no podía discernir las señales que Juan el Bautista y el mismo Mesías trajeron.

  En el versículo 57 el Señor añade: “¿Y por qué no juzgáis por vosotros mismos lo que es justo?” Aun sin la enseñanza del Señor, los judíos tenían suficientes señales para juzgar por sí mismos el camino que debían seguir y lo que debían hacer en aquel momento, o sea, recibir al Señor y seguirle. Sin embargo, se negaron a recibirle y a seguirle.

LAS PALABRAS DIRIGIDAS A LA MULTITUD PARA ARREPENTIMIENTO Y SALVACION

  En los versículos 58 y 59 el Señor dice: “Cuando, pues, vayas al magistrado con tu adversario, haz esfuerzos en el camino por librarte de él, no sea que te arrastre al juez, y el juez te entregue al alguacil, y el alguacil te eche en la cárcel. Te digo: De ningún modo saldrás de allí, hasta que hayas pagado aun el último leptón”. La palabra griega traducida leptón se refiere a la moneda de menor valor en el sistema greco-romano de Palestina. La palabra pues al principio del versículo 58 indica que los versículos 58 y 59 son la continuación del versículo 57, donde el Salvador-Hombre mandó a los judíos que, mientras todavía estaban en camino, bajo la ley (el adversario de ellos, Jn. 5:45), para presentarse a Dios (el magistrado) y ser juzgados por Cristo (el juez, Jn. 5:22; Hch. 17:31), debían tratar de librarse de la ley para no ser juzgados por Cristo y luego ser arrojados en el lago de fuego (la cárcel, Ap. 20:11-15) por el ángel (el alguacil, véase Mt. 13:41). Si esto sucede, ellos jamás saldrán de allí (12:59).

LAS PALABRAS DIRIGIDAS A LOS DISCIPULOS PARA LA VIDA DEL REINO

  Lo expresado en 12:58-59 fue dirigido a la multitud (v. 54) para traer arrepentimiento y salvación. Pero en Mateo 5:25-26 estas palabras se aplican a los discípulos con miras a la vida del reino: “Ponte a buenas con tu adversario cuanto antes, mientras estás con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel. De cierto te digo: De ningún modo saldrás de allí, hasta que pagues el último cuadrante”. Aquí el Señor dice que debemos “ponernos a buenas cuanto antes”, no sea que muramos o nuestro adversario muera o el Señor regrese, de modo que no haya oportunidad de reconciliarnos con nuestro adversario. En griego la palabra adversario indica un oponente en un litigio, un demandante. En el camino indica que todavía estamos vivos. Ser entregado al juez tendrá lugar en el tribunal de Cristo cuando El regrese (2 Co. 5:10; Ro. 14:10). El juez será el Señor; el aguacil será el ángel, y la cárcel será el lugar de castigo. La frase saldrás de allí (de la cárcel) es ser perdonado en la era venidera, o sea, en el milenio.

  Un cuadrante romano era una pequeña moneda de bronce, equivalente a la cuarta parte de un asarion, que equivalía a un centavo. Esto significa que debemos resolver aun el asunto más insignificante, lo cual está relacionado con la vida del reino.

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