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Mensajes del libro «Estudio-Vida de Oseas»
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Mensaje 8

EL AMOR INALTERABLE DE JEHOVÁ EN CONTRASTE CON LA OBSTINADA INFIDELIDAD DE ISRAEL

(2)

  Lectura bíblica: Os. 11; Os. 12; Os. 13; Os. 14

  El primer énfasis principal del libro de Oseas es la metáfora del matrimonio de Oseas con Gomer la ramera. Sus tres hijos también fueron metáforas. El primero de sus hijos, Jezreel, simboliza que Dios tomaría venganza de la casa de Jehú por el derramamiento de sangre en Jezreel (2 R. 10:1-11) y pondría fin al reino de la casa de Israel (2 R. 15:10-12). La hija Lo-ruhama simbolizaba que Dios ya no tendría compasión de la casa de Israel. El hijo Lo-ammi simbolizaba que Israel ya no era el pueblo de Dios. Dios se valió del matrimonio de Oseas con Gomer y de la familia que tuvieron para mostrar de qué manera Israel, como esposa de Jehová, se había convertido en una esposa infiel a su Marido.

  El segundo énfasis en el libro de Oseas es las maldades cometidas por Israel como esposa que dejó de ser casta para con Jehová. Una vez que una esposa deja de ser casta siguen una serie de maldades. Una vez que abandonamos a Dios, nosotros también podemos cometer toda clase de maldades. Israel, como esposa que dejó de ser casta para con Jehová, fue obstinada en su infidelidad. Esta obstinación es descrita detalladamente en los capítulos del 11 al 14. Estos capítulos también revelan el amor inalterable de Jehová, y esto es lo que procederemos a considerar en el presente mensaje.

II. EL AMOR INALTERABLE DE JEHOVÁ

A. Jehová ama a Israel cuando éste es apenas un muchacho, y llama a Su hijo a salir de Egipto

  Oseas 11:1 dice: “Cuando Israel era muchacho, Yo lo amé, / y de Egipto llamé a Mi hijo”. Israel es presentado como la esposa de Jehová en todo el libro de Oseas. Pero cuando se aborda el amor inalterable de Dios, Israel es llamado hijo de Dios (Éx. 4:22-23), lo cual indica que Israel tiene la vida del Padre. Únicamente quienes verdaderamente son hijos, y no son adoptados, poseen la vida de su padre. Oseas 11:1 también indica que Cristo se unió a Israel para ser el Hijo de Dios y que Él fue llamado por Dios a salir de Egipto (Mt. 2:13-15).

  El amor imperecedero de Dios no es un amor en afecto, como el amor de un marido hacia su esposa, sino un amor en vida, como el amor de un padre por su hijo. El amor que se tiene por una esposa es un amor en afecto, pero el amor que se tiene por un hijo es un amor en vida. Por un lado, Dios nos ama como Su esposa, y el Señor Jesús es nuestro Marido; por otro, Dios es nuestro Padre, y nosotros somos hijos del Padre.

B. Jehová llama a Israel por medio de Sus profetas

  Oseas 11:2a dice que Jehová llamó a Israel por medio de Sus profetas.

C. Jehová enseña a Efraín a andar

  El versículo 3 procede a decir que Jehová enseñó a Efraín (Israel) a andar, llevándolos en Sus brazos y sanándolos.

D. Jehová atrae a los hijos de Israel con cuerdas de hombre, con lazos de amor

  El versículo 4a dice: “Con cuerdas de hombre los atraje, / con lazos de amor”. La expresión “con cuerdas de hombre, con lazos de amor” indica que Dios nos ama con Su amor divino no en el nivel correspondiente a Su divinidad, sino en el nivel correspondiente a Su humanidad. El amor de Dios manifestado en enseñarle a Efraín a andar y en llevarlo en Sus brazos nos muestra que el amor de Dios es divino, pero en un nivel humano. Si Él nos amase en un nivel divino, no podríamos tocar Su amor. Su amor divino llega hasta nosotros en un nivel humano. Él ha descendido a un nivel humano para llegar hasta nosotros. Esto es lo que quiere decir que Él atrajo a Israel con cuerdas de hombre, con lazos de amor.

  El resto del versículo 4 dice: “Fui para ellos como los / que alzan el yugo de sobre sus quijadas, / y con ternura Yo les daba de comer”. Este yugo era el yugo de Faraón, y lo que se les dio a comer fue el maná en el desierto. Faraón había puesto un yugo pesado sobre Israel, pero Dios quitó ese yugo y tiernamente hizo comer a Su pueblo al introducirlos en el desierto, donde Dios los alimentó con maná de manera tierna mañana tras mañana (Éx. 16:14-18).

E. Jehová no abandona a Efraín

  Oseas 11:8 y 9 revelan que Jehová no podía abandonar a Efraín: “¿Cómo he de dejarte, oh Efraín? / ¿Cómo he de entregarte, oh Israel? / ¿Cómo podré Yo hacerte como Adma? / ¿Cómo te trataré como Zeboim? / Mi corazón se conmueve dentro de Mí; / arden todas Mis compasiones. / No ejecutaré el ardor de Mi ira / ni volveré para destruir a Efraín, / porque Dios soy y no hombre, / el Santo en medio de ti; / y no vendré con ira”. Adma y Zeboim fueron destruidos junto con Sodoma y Gomorra (Gn. 14:8; Dt. 29:23). Efraín se había vuelto tan malvado que llegó incluso a ser más malvado que Sodoma y Gomorra; sin embargo, debido a Su amor imperecedero, Dios no destruiría a Efraín.

F. Los hijos de Israel caminarán en pos de Jehová, y Jehová los hará morar en sus casas

  Según Oseas 11:10 y 11, los hijos de Israel caminarán en pos de Jehová. Él rugirá como un león, y los hijos de Israel vendrán temblando desde el occidente, como ave que viene de Egipto y como paloma que viene de la tierra de Asiria. Jehová los hará morar en sus casas.

G. En Bet-el Jacob halla a Jehová, y allí Jehová habla con los hijos de Israel

  En Bet-el Jacob halló a Jehová, y allí Jehová habló con los hijos de Israel, el propio Jehová, el Dios de los ejércitos. Jehová es Su memorial. Allí los hijos de Israel debían volver a su Dios, guardar benevolencia amorosa y equidad, y esperar en su Dios continuamente (12:4b-6).

H. Jehová fue Dios de los hijos de Israel desde la tierra de Egipto

  Desde la tierra de Egipto Jehová ha sido el Dios de los hijos de Israel. Él hará que nuevamente moren en tiendas como en los días de la fiesta señalada. Dios también ha hablado a los profetas. Él ha multiplicado la visión, y por medio de los profetas ha usado símiles (vs. 9-10).

I. Israel no conoce a otro dios fuera de Jehová

  Israel no habría de conocer a otro dios fuera de Jehová, porque no hay otro salvador fuera de Él. Él conoció a Israel en el desierto, en tierra de gran sequía. Conforme a sus pastos (dados por Jehová) se saciaron (13:4-6a).

J. Jehová los rescata del poder del Seol

  Jehová los rescatará del poder del Seol; Él los redimirá de la muerte (v. 14a). Por tanto, la siguiente parte del versículo dice: “¿Dónde están tus plagas, oh muerte? / ¿Dónde está tu destrucción, oh Seol?”. El arrepentimiento estará oculto a Sus ojos (v. 14c). El amor de Dios por Israel es imperecedero, y Él jamás se arrepentirá de este amor.

K. Por medio de Su profeta, Jehová llama a Israel a volver a su Dios

  Israel había caído por su iniquidad y, por medio de Su profeta, Jehová los llamó a volver a su Dios (14:1). Ellos deberían llevar consigo palabras, volver a Jehová y decirle: “Perdona toda iniquidad / y acéptanos bondadosamente; / así presentaremos nuestros labios como toros. / No nos salvará Asiria; / no montaremos a caballo, / ni nunca más diremos a la obra de nuestras manos: ¡Dios nuestro!, / porque en Ti el huérfano encuentra compasión” (vs. 2-3). Con sus labios ellos habrían de ofrecer sacrificios y ofrendas a Dios.

L. Israel en la restauración

  En los versículos del 4 al 8 tenemos un cuadro de Israel en la restauración (Mt. 19:28), según es revelado en Oseas 2:15-23; 3:5; 6:1-3 y 10:12. Jehová los sanará de su apostasía; Él los amará generosamente, pues Su ira se habrá apartado de ellos. Él será para Israel como el rocío. Israel florecerá como el lirio (que representa una vida pura que pone su confianza en Dios) y extenderá sus raíces como los árboles del Líbano (que representa permanecer de pie afirmados en la humanidad que ha sido elevada). Sus renuevos se extenderán (que representa florecer y propagarse), su esplendor será como el del olivo (que representa la gloria manifestada en dar fruto), y su fragancia será como la de los árboles del Líbano (que representa el grato olor de una vida en la humanidad que ha sido elevada). Quienes se sienten bajo su sombra (que representa estar bajo la cubierta de la gracia abundante que es disfrutada por ellos, 2 Co. 12:9) volverán. Ellos serán reavivados como el grano (que representa estar llenos de vida para producir alimento que satisface) y florecerán como la vid (que representa florecer para producir bebida que alegra). El renombre de Israel será como el del vino del Líbano (lo cual representa que su buen nombre se propagará como vino de buen gusto).

  Espero que ésta llegue a ser la situación en la que se encuentren todas las iglesias locales en el recobro del Señor. Entonces, en lugar de ser torta no volteada, paloma incauta o arco engañoso, seremos como lirios, como los árboles del Líbano, como olivos y como vides florecientes.

  La transformación de Israel según es descrita en Oseas 14:4-7 está basada en el factor del amor en vida. El amor en afecto no transforma, pero el amor en vida transforma a las personas. Un marido que ama a su esposa en afecto podría mimarla demasiado, pero un padre que ama a su hijo en vida jamás lo mimaría demasiado. A medida que crece, un hijo es transformado. Nuestra relación con Dios es una relación propia de la vida de Dios, eterna y divina. Esta vida nos vivifica, nos regenera, nos santifica tanto en posición como en nuestra manera de ser, nos renueva, nos transforma, nos conforma, nos hace madurar y nos glorifica, con lo cual nos hace iguales a Dios en vida, naturaleza, apariencia y gloria.

  Al principio del libro de Oseas, Israel era una ramera, pero al final de dicho libro, Israel se ha convertido en un hijo. A la postre, Efraín declara que ya no tiene ídolos. “Efraín dice: ¿Qué tengo que ver con los ídolos?” (v. 8a). A lo que Dios le responde: “Yo respondo y le miro. / Yo soy como el abeto verde; / procedente de Mí es hallado tu fruto” (v. 8b). Que Jehová sea como abeto verde (lo cual simboliza el hecho de que Dios es viviente y siempre lozano) y que Efraín llevase fruto procedente de Jehová, indica la unidad de Efraín con Jehová. Esto también indica que una maravillosa transformación ha tenido lugar, una transformación basada en el factor del amor en vida. Hoy en día Dios es el árbol de hoja perenne, y nosotros, los que creemos en Cristo, somos las ramas de ese árbol, las cuales llevan fruto que procede de Él. Esto es más que una unión orgánica; es la unidad de dos en una misma vida, una misma naturaleza y un solo vivir. Por tanto, el resultado de este libro es la transformación en vida por el amor de Dios. Ésta es la revelación contenida en el capítulo 14 de Oseas, y es necesario que todos la veamos.

III. LAS PALABRAS DEL PROFETA SON SABIAS

  El versículo 9 afirma que las palabras del profeta son sabias, lo cual nos muestra que los caminos de Jehová son rectos. Los justos andarán en ellos, mas los transgresores tropezarán en ellos.

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