Mensaje 169
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Lectura bíblica: Éx. 30:34-38
En el primer mensaje sobre el incienso, consideramos el tráfico en ambas direcciones entre Dios y nosotros y entre nosotros y Dios. Vimos que el ungüento tipifica la venida de Dios a nosotros en Cristo y por medio de El y que el incienso tipifica nuestra ida a Dios en Cristo y por medio de El. En el segundo mensaje sobre el incienso, dijimos que en el ungüento y en el incienso vemos al Dios Triuno, a la divinidad, la humanidad y la muerte y resurrección de Cristo. Vemos también que el aceite es imprescindible para experimentar la venida de Dios a nosotros en Cristo y que la sal es necesaria para experimentar nuestra ida a Dios en Cristo. Esto significa que nuestras oraciones deben ser saladas por la muerte eficaz de Cristo. En el mensaje anterior, dimos énfasis a que nuestras oraciones deben ser purificadas por la sal si queremos ofrecerle a Dios incienso aromático para Su satisfacción. Ahora continuaremos estudiando los elementos del incienso.
El estacte es la primera especia aromática en la composición del incienso. La palabra hebrea traducida por estacte es nataph, la cual significa mirra, una resina de mirra pura. Por tanto, el estacte es otra clase de mirra y representa la dulce muerte de Cristo. Debemos recordar que la mirra es también la primera especia en la composición del ungüento para la unción. Esto indica que la muerte de Cristo es una necesidad fundamental para la venida de Dios a nosotros y nuestra ida a El. Sin la muerte de Cristo, no podríamos ir a Dios. Además, Dios tampoco podría venir a nosotros. Esta fue la razón por la cual el Señor Jesús dijo a los discípulos: “os conviene que Yo me vaya; porque si no me voy, el Consolador no vendrá a vosotros; más si me voy, os lo enviaré” (Jn. 16:7). El Señor indicaba que si El no “se hubiese ido” al morir en la cruz para cumplir en la redención, Dios no tendría ninguna posibilidad de entrar en nosotros. Cuando el Señor Jesús estaba con los discípulos, Dios estaba presente con ellos, pero esta venida de Dios a los discípulos era solamente parcial. Mientras el Señor Jesús estaba con Sus discípulos en la carne, la venida de Dios al hombre se quedó a mitad. El todavía no tenía la manera de entrar en Sus Discípulos. Por consiguiente, el Señor tenía que irse, es decir, debía pasar por la muerte para abrir el camino a la entrada de Dios en el hombre caído.
La raíz de la palabra hebrea traducida por estacte es nataph, que significa gota (Job. 29:22; Cnt. 4:11 ver Lc. 4:22). Ya hemos señalado que la mirra, en la composición del ungüento de la unción, tiene la apariencia de lágrimas cuando sale del árbol. Ahora vemos que la raíz de la palabra hebrea traducida por estacte significa gota. Esto es muy significativo, pues indica que el Señor Jesús sufrió mucho en Su vida humana. El sufrió cuando caminaba en la tierra experimentando la mirra. Mientras ministraba, de Su interior brotaban lágrimas. En la cruz, la vida humana del Señor, Su vida del alma se derramó considerablemente. Por esta razón, la mirra, el estacte, es el primer elemento del incienso.
La palabra hebrea traducida por uña aromática es shecheleth. Esta palabra denota la cáscara de un pequeño animal que vive en los pantanos del mar Rojo; esta cáscara es medicinal y se usa también como especia. Esto significa que Cristo, con Su vida redentora, murió por los pecadores.
El Segundo de la Deidad, representado por la uña aromática, debía ,orir para nuestra redención. La uña aromática crece en los pantanos del mar Rojo, el cual representa al mundo corrupto. El Señor Jesús llegó a ser un pequeño “animal” que vivió en los pantanos de este mundo corrupto durante treinta y tres años y medio. Este es el Cristo que fue crucificado para nuestra redención.
Como dijimos, la vida animal tipifica el aspecto redentor de la vida de Cristo. Por lo tanto, la uña aromática no indica solamente la muerte de Cristo, sino también el hecho de que el Señor Jesús posee una vida redentora y que El llevó una vida redentora por nosotros. Luego Su vida redentora fue dada en la cruz para los pecadores.
La palabra hebrea traducida por gálbano es chelebnah. Esto denota una resina. Como tercer elemento en la composición del incienso, el gálbano representa la muerte poderosa de la vida regeneradora de Cristo.
La raíz de la palabra hebrea traducida por gálbano significa grasa y su terminación significa llanto. La grasa significa que Cristo llevó una vida totalmente consagrada a Dios. Este es el significado de la grasa del holocausto. Al llevar una vida de total consagración a Dios, Cristo llora por aquellos que no buscan a Dios. Por una parte, El llevó una vida totalmente consagrada a Dios y por otra, El llora por aquellos que no se interesan en Dios.
El olor de la resina gálbano es sumamente fuerte, desagradable. Este olor tiene tres funciones extrañas. A pesar de ser no ser agradable, fortalece la fragancia de otros olores. Cuando se añade a otras especias, aumenta la fragancia de éstas.
Cuando el Señor Jesús estaba en la tierra, El ciertamente era agresivo para con los fariseos y los saduceos. Su reprimenda ofendió considerablemente a los fariseos. Mateo 23:33 revela que El los llamó: “serpientes, cría de víboras”. ¡Cuán firme y agresivo era el Señor! No obstante, como gálbano, El fortaleció la fragancia de los demás olores.
La mirra es aromática y la uña aromática desprende una aroma agradable cuando es quemada. Cuanto más se quema, más agradable es su fragancia. Por tanto, la mirra y la uña aromática tienen un dulce aroma, el cual es más penetrante cuando se añade el olor del gálbano.
La segunda función del gálbano consistía en fijar y conservar el aroma del incienso. En otras palabras, fijaba la fragancia del incienso durante más tiempo. Por lo tanto, el gálbano no fortalece solamente el aroma de las demás especias sino que fija el aroma del incienso.
Tercero, el gálbano funciona como repelente. Repele y expulsa insectos dañinos y reptiles venenosos, incluyendo serpientes. En sí, el gálbano es nocivo. Se usa para repeler y expulsar insectos, reptiles venenosos y serpientes, y particularmente la “antigua serpiente, el diablo”. El gálbano indica que la muerte de Cristo repele la serpiente. En cierto sentido, la muerte de Cristo no es agradable, pero fortalece y preserva verdaderamente los demás elementos y expulsa a la serpiente. Su muerte es repelente; posee el poder repelente de expulsar a Satanás.
El cuadro de estos versículos nos permite ver que las tres especias representan la muerte de Cristo. Vemos la muerte de Cristo en la esencia de todos los ingredientes. El Dios Triuno fijó tabernáculo en la humanidad con el fin de morir por nuestra redención para producir hijos y arrojar el mal. El Dios Triuno se hizo hombre para generarnos como hijos, redimirnos de la caída y expulsar todo mal.
Al considerar las tres especias del incienso, quedo nuevamente convencido de que la Biblia fue verdaderamente inspirada y revelada por Dios. La sabiduría humana no puede componer tal relato. Sin duda, estas palabras fueron escritas bajo la inspiración y revelación de Dios.
El incienso puro es una resina blanca que representa la dulce resurrección de Cristo. La raíz de la palabra hebrea traducida por incienso puro significa blanco. Además, el incienso puro proviene de cinco clases de árboles productores de resinas con flores de cinco pétalos y frutos de cinco lados. Esto representa la responsabilidad en la resurrección con la Trinidad. Es interesante observar también que las flores de estos árboles poseen cinco pistilos y cinco estambres. Por consiguiente, vemos continuamente el número cinco en el árbol que produce incienso puro. Vemos este número en las clases de árbol, en los cinco pétalos de las flores, en los cinco estambres y cinco pistilos en las flores y en las frutas de cinco lados. Todo eso guarda relación con el significado del incienso puro.
Según Exodo 30:34, todo debía ser “en igual peso”. Esto significa que los cuatro elementos básicos deben tener la misma proporción y que todos los atributos de la muerte y resurrección de Cristo son parejos.
No se debía ver ningún desequilibrio en el incienso. Sin embargo, muchos cristianos contemporáneos no tienen una experiencia equilibrada. Por ejemplo, algunos creyentes dan demasiado énfasis a la experiencia de la cruz. No tienen ninguna experiencia de la resurrección. Por el contrario, siempre están hablando de llevar la cruz. Su templante es austero. Las reuniones de estos cristianos están llenas de gemidos y carecen de alabanza. He asistido a reuniones donde la gente pasa la mayor parte de su tiempo gimiendo. Los participantes de estas reuniones dan énfasis a la muerte del Señor y descuidan Su resurrección.
Por otro lado, encontramos otros cristianos que parecen estar continuamente en las alturas. En realidad, eso no es la experiencia de la resurrección de Cristo. Por el contrario, se trata de su emoción natural. Algunos cristianos pentecostales se encuentran en esta categoría. A menudo dicen con excitación: “¡alabado sea Jesús! ¡alabado sea Jesús!” Ellos susurran o gimen muy poco.
Uso estos ejemplos para demostrar nuestra necesidad de ser equilibrados en nuestra experiencia de Cristo. Necesitamos una porción idéntica de la muerte y resurrección del Señor.
En el último mensaje, enfatizamos el hecho de que somos salados por la muerte de Cristo. Necesitamos la sal de la cruz del Señor. No obstante, el incienso contiene incienso puro, lo cual representa la resurrección. Junto con nuestra experiencia de la muerte de Cristo, necesitamos la experiencia de Su resurrección.
Las tres especias indican que el Señor Jesús llevó una vida generadora, representada por la vida vegetal y también una vida redentora, tipificada por la vida animal. Las primera y tercera especias, el estacte y el gálbano, provienen de la vida vegetal. La segunda especia procede de la vida animal. Las tres especias representan la muerte del Señor. La primera especia, el estacte, significa que Cristo murió para generar muchos hijos. La segunda especia, la uña aromática, significa que El murió para redimir los pecadores caídos. La tercera especia, el gálbano, significa que El murió para expulsar al enemigo. Vemos así que la muerte de Cristo cumple tres funciones: redimir a los pecadores caídos, producir hijos de Dios y arrojar a laserpiente antigua, el diablo. ¡Alabado sea el Señor por las funciones de la generación, redención y expulsión!
En la composición del ungüento de Exodo 30, cada ingrediente tiene su cantidad específica, pero no es así en el caso del incienso, pues no se menciona ninguna cantidad. Esto significa que Cristo es inmensurable, ilimitado. Este incienso no tiene medida ni peso. Este universo no dispone de ningún medio para medir a Cristo. Por esta razón, Pablo nos enseña en Efesios 3:18 que Cristo es la anchura, la longitud, la altura y la profundidad. En otras palabras, Cristo es ilimitado. Vemos lo ilimitado de Cristo en el hecho de que no se menciona ningún peso para el estacte, la uña aromática, el gálbano y el incienso puro. Vemos simplemente que cada elemento del incienso tiene partes o porciones iguales.
El versículo 35 dice: “y harás de ello el incienso, un perfume según el arte del perfumador, bien salado, puro y santo” (hebreo). Como ya vimos, esta sal representa la eficacia de la muerte de Cristo, que aniquila lo negativo y preserva (Lv. 2:13). La sal contiene el poder aniquilador de corrupción. En tipología, la sal representa el poder preservador de la muerte de Cristo y también su poder aniquilador.
Los ingredientes del incienso son mezclados con la sal. El ungüento de la unción es mezclado con el aceite de oliva, el Espíritu santo, pero el incienso es mezclado con sal, la cruz de Cristo.
Leamos el versículo 36 “y molerás parte del él en polvo fino, y los pondrá delante del testimonio en el tabernáculo de reunión, donde Yo me mostraré a ti. Os será cosa santísima”. Los versículos 35 y 36 nos enseñan que el incienso debía ser salado, molido y quemado. El hecho de moler el incienso y de ponerlo delante del testimonio en el tabernáculo de reunión representa la mezcla de la dulce muerte de Cristo y Su resurrección aromática, y la ofrenda de Su muerte y resurrección a Cristo sobre el altar del incienso como base para la intercesión de Cristo y de Sus miembros.
Nuestras experiencias de Cristo deben ser sazonadas, molidas y finalmente quemadas a fin de convertirse en dulce aroma para Dios. Al pasar por tal proceso, nuestras experiencias se convierten en dulce aroma para Dios. Esto significa que no necesitamos experimentar solamente la esencia de lo que Cristo es y hace; nuestras experiencias de este Cristo deben ser saladas, molidas y quemadas. Cuando quemamos algo, se reduce a cenizas. Todo lo que ofrezcamos a Dios, como incienso, será consumido, pero su aroma le resultará agradable. Podremos ofrecerle a Dios el incienso como aroma de olor agradable sólo cuando nuestra experiencia de Cristo haya sido salada, molida y quemada. Primero necesitamos las experiencias genuinas de Cristo con todos los ingredientes del incienso. Luego necesitamos que este incienso sea salado, molido y quemado. Vemos así que la experiencia es imprescindible para quemar el incienso. Debemos tener experiencias de Cristo y estas experiencias deben ser saladas, molidas y quemadas.
Leamos Exodo 30:37 y 38 “este incienso que harás, no os haréis otro según su composición; te será cosa sagrada para Jehová. Cualquiera que hiciere otro como este para olerlo, será cortado de entre su pueblo”. En estos versículos, vemos que el incienso no es destinado al uso humano. El incienso es exclusivamente para el disfrute y la satisfacción del Señor. ¿Qué significa esto en nuestra experiencia práctica? Esto significa que no debemos orar con el fin de que otros nos escuchen. A menudo se hacen oraciones para impresionar a los oyentes. Este es un error grave. El incienso debe ser ofrecido únicamente a Dios, debe ascender a El para Su disfrute. Esta es la razón por la cual no debemos orar para los que nos escuchan, sino para la satisfacción del Señor.
En estos tres mensajes sobre el incienso, hemos abarcado muchos temas profundos relacionados con la experiencia espiritual. Les aliento a que dediquen el tiempo suficiente a cada uno de estos puntos, en oración y en comunión con los demás.