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Mensaje 84

El arca del testimonio

(1)

  Lectura bíblica: Éx. 25:10-11

  Exodo 25:10 dice: “Harán también un arca de madera de acacia”. Según el versículo 22, al arca se le llamaba el “arca del testimonio”. En el libro de Exodo, el testimonio se refiere a la ley. Dios consideraba, como Su testimonio, la ley que Moisés promulgó en el monte Sinaí.

  Una fotografía da testimonio de una persona. Supongamos que jamás haya visto a cierto hermano. Cuando alguien me muestra una fotografía de él, veo un testimonio de su apariencia. Como descripción del hermano, su fotografía es su testimonio.

  Sabemos que el primer capítulo de Génesis nos muestra que en la creación, Dios llevó a cabo muchas cosas. No obstante, Génesis 1 no revela la clase de Dios que tenemos. En este capítulo, no sabemos si El es un Dios de amor o de odio, un Dios de tinieblas o de luz. No sabemos si El es santo o común, justo o injusto. La ley fue dada para que tuviéramos un retrato, una descripción de Dios, y para que entendiéramos lo que El es. Por esta razón, Dios considera la ley como Su testimonio. Como testimonio de Dios, la ley tipifica a Cristo. Cristo es el retrato vivo de Dios, Su definición y descripción vivas. Por lo tanto, Cristo es el verdadero testimonio de Dios.

  Tal como Cristo es el testimonio de Dios, la iglesia es el testimonio de Cristo. La iglesia es un retrato, una fotografía de Cristo y por lo tanto, es Su testimonio.

  Ya vimos que al arca se le llama el arca del testimonio. Además, el tabernáculo es llamado el tabernáculo del testimonio (38:21), porque el testimonio está en el arca, y el arca está en el tabernáculo. En estos mensajes donde hablaremos acerca de los últimos dieciséis capítulos de Exodo, cuando hablamos del arca del testimonio o del tabernáculo del testimonio, debemos tener en cuenta que la palabra testimonio se refiere a la ley. No obstante, se refiere a la ley como definición de Dios, y no como mandamientos que la gente debe guardar.

  En los mensajes acerca de Exodo 19 y 20, recalcamos el hecho de que contrario al concepto de los judíos y de los cristianos, la ley no fue dada para que la guardáramos, sino para revelarnos la clase de Dios que tenemos. Como testimonio de Dios, la ley es verdaderamente algo que podemos atesorar. Romanos 7:12 dice: “De manera que la ley es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno”. En Romanos 7:14, Pablo declara que “la ley es espiritual”. La ley es santa, justa, buena y espiritual porque es un retrato de Dios. Debemos atesorarla porque es un retrato de nuestro Dios.

  El testimonio de Dios, la ley, fue colocado en el arca para protegerla. El arca puede compararse con una caja fuerte donde se guardan documentos importantes u objetos de valor personal. En el tabernáculo del testimonio, había una “caja fuerte”, donde se guardaba la ley, el testimonio de Dios. Por tanto, el arca del testimonio era una caja fuerte divina para preservación de la “fotografía” de Dios.

I. EL PRIMER MUEBLE DEL TABERNACULO

  El arca del testimonio era el primer mueble del tabernáculo. El tabernáculo tenía muchos muebles importantes: el altar y el lavacro que estaban en el atrio; la mesa de los panes de la proposición, el candelero, y el altar del incienso que se encontraban en el Lugar Santo, y el arca estaba en el Lugar Santísimo, la cámara interior del tabernáculo. El primero de estos objetos era el arca. Como tal ocupaba el lugar de preeminencia. En 40:2 y 3 vemos que estaba en el tabernáculo y en 40:20-21 que estaba en el Lugar Santísimo.

  Si queremos entender correctamente el tabernáculo con su mobiliario, debemos estudiar el diagrama del tabernáculo, incluyendo el altar y el lavacro del atrio, la mesa de los panes de proposición, el candelero, y el altar de incienso del Lugar Santo y el arca del Lugar Santísimo. Debemos entender claramente la ubicación de cada mueble en relación con el tabernáculo.

II. TIPIFICA A CRISTO

A. Como corporificación del testimonio de Dios

  El arca, el altar del incienso, la mesa de los panes de proposición, y el candelero tipifican a Cristo. Cristo tiene muchos aspectos, y estos cuatro artículos muestran distintos aspectos de El. Cristo es la corporificación de Dios y el arca como tipo de Cristo, tipifica a Cristo como corporificación del testimonio de Dios. Todo lo que Dios es, está corporificado en Cristo. Colosenses 2:9 afirma que la plenitud de la Deidad mora corporalmente en Cristo. Esto nos sirve de base para usar la palabra corporificación. Ya que Cristo es la corporificación de Dios, El lo describe, define y explica. Cristo es la definición de Dios, Su explicación. Como testimonio de Dios, Cristo es tipificado por el arca del testimonio.

  En Colosenses 2:9, vemos claramente que la plenitud de la Deidad mora corporalmente en Cristo. Con el arca del testimonio tenemos un cuadro, un tipo, que corresponde con esto. Cuando un maestro enseña a los niños a leer, a menudo les muestra un dibujo de un objeto con la palabra que lo identifica abajo. Por ejemplo, puede tener un dibujo de un avión, y debajo de éste la palabra “avión”. En la Biblia, tenemos los dibujos o cuadros y también las palabras. En cuanto a Cristo como la corporificación del testimonio de Dios, tenemos la palabra en Colosenses 2:9 y el cuadro es el arca mencionada en Exodo.

B. Para que el pueblo redimido de Dios tenga contacto con El y lo disfrute

  Dios está en Cristo. Fuera de Cristo, no podemos encontrar a Dios. No sólo Dios está en Cristo, sino que Cristo es Dios mismo. Juan 1:1 afirma que el Verbo, el cual es Cristo estaba con Dios y era Dios. En Romanos 9:5, Pablo declara que Cristo es Dios bendito para siempre. Jesús, un carpintero de Nazaret, era Dios mismo que está por encima de todos y bendito para siempre. La única manera en que podemos tener contacto con Dios y disfrutarlo es por medio de Cristo y en El. El arca como tipo de Cristo indica que el pueblo redimido de Dios puede tener contacto con Dios y disfrutarlo en Cristo y por medio de El.

  Puesto que los judíos no tienen contacto con Dios en Cristo, no tienen un contacto genuino con El, y ciertamente no lo disfrutan, aunque quizá lo adoren. Podemos, incluso, dudar que los judíos contemporáneos sepan lo que es disfrutar a Dios. Por el contrario, recalcan el hecho de temer a Dios, adorarlo, exaltarlo. Se preguntarán cómo podemos hablar de tener contacto con Dios y disfrutarlo. No obstante, el Nuevo Testamento revela que Dios ha venido en Cristo para que tengamos contacto con El, lo recibamos, y lo disfrutemos. Como el arca del testimonio, por medio de Cristo podemos tener contacto con Dios y disfrutarlo

III. EL CENTRO DEL TABERNACULO DEL TESTIMONIO

A. Representa el centro de la morada de Dios

  Si miramos un diagrama del tabernáculo, nos preguntaremos cómo podemos decir que el arca del testimonio es el centro del tabernáculo del testimonio (38:21). No obstante, en la Biblia la parte interior de algo es considerada el centro. Por ejemplo, aunque nuestro corazón no esté ubicado en el mismo centro de nuestro cuerpo, de todos modos lo consideramos como el centro. Del mismo modo, puesto que el Lugar Santísimo está en la parte interior del tabernáculo, es el centro del tabernáculo. Es el enfoque del tabernáculo y representa el centro de la morada de Dios. Dios moraba en el tabernáculo, pero no en el atrio ni en el Lugar Santo. El moraba en el Lugar Santísimo. El arca que estaba en el Lugar Santísimo representa el centro de la morada de Dios, la iglesia (Ef. 2:21-22).

  La cubierta del arca equivale al trono de gracia que se menciona en Hebreos 4:16. Dios moraba sobre la cubierta del arca, el trono de gracia. Este era el lugar exacto en el cual se encontraba Dios. En el Antiguo Testamento, este lugar estaba en el tabernáculo del testimonio. Pero en el Nuevo Testamento, este lugar está en la iglesia. La iglesia hoy es el tabernáculo de Dios, Su morada.

B. Representa el contenido de la casa de Dios

  El arca representa también el contenido de la iglesia como casa de Dios (1 Ti. 3:15-16). Así como el arca, la corporificación del testimonio de Dios, era el contenido del tabernáculo, también Cristo como corporificación de Dios es el contenido de la iglesia. Muchos cristianos se preguntan acerca de quién es la iglesia hoy en día. Tal vez algunos pregunten: “¿Por qué dicen ustedes que son la iglesia? ¿Acaso no somos la iglesia también?” Cuando nos hacen esta pregunta, nuestro sentir interior puede ser: “Usted pretende ser la iglesia, pero ¿cuál es su contenido? ¿Tiene a Cristo como la corporificación del testimonio de Dios?”

  Interiormente la iglesia debe tener a Cristo como el contenido de forma real y no solamente en terminología. Exteriormente la iglesia debe estar en el terreno adecuado, el terreno de unidad. Este terreno es también el terreno de la localidad. Todo terreno que no sea el terreno de la localidad no es el terreno de la unidad. La iglesia en Jerusalén fue edificada en el terreno de la localidad de Jerusalén. Por consiguiente, fue establecida en el terreno de la unidad. Entre los cristianos contemporáneos existen supuestas iglesias edificadas sobre muchos terrenos distintos, tales como el terreno del presbiterio, de la inmersión, o de ciertas enseñanzas. Todos estos terrenos son divisivos; son la base de la división. No son el terreno único y genuino de la unidad.

  Si queremos ser la iglesia, debemos satisfacer los requisitos externos y también los internos. El requisito externo es el terreno de la unidad, y el interno es Cristo como el contenido, como la corporificación del testimonio de Dios. Si decimos que somos la iglesia, debemos tener a Cristo no solamente en terminología, sino en realidad como la corporificación del testimonio viviente de Dios. Algunos grupos cristianos en realidad son sociedades, y no iglesias, porque su contenido difiere de Cristo mismo. La iglesia es el Cuerpo de Cristo con El como vida y como su todo. El contenido de la iglesia es Cristo como la corporificación del testimonio de Dios.

IV. LOS MATERIALES DEL ARCA

A. La madera de acacia

1. Representa la humanidad de Cristo

  Exodo 25:10 dice: “Harán también un arca de madera de acacia”. El arca no estaba hecha de oro. Era de madera de acacia, que representa la humanidad de Cristo, fuerte en carácter y elevada en norma. La humanidad de Cristo es el elemento fundamental, la sustancia básica, para que El sea el testimonio de Dios. Cristo se hizo la corporificación del testimonio de Dios en Su humanidad.

  La madera de acacia tipifica la humanidad de Cristo. Cristo era un ser humano genuino. El nació de una madre humana, El poseía sangre y carne humana, tuvo un nombre humano: Jesús, y vivió en la tierra como un hombre. Su humanidad fue la sustancia fundamental para que El fuese el testimonio de Dios.

  La humanidad de Cristo era fuerte en carácter y elevada en norma. Ninguna otra persona en la historia ha tenido una humanidad tan fuerte en carácter y elevada en norma como la del Señor Jesús. Los chinos educados aprecian a Confucio. Efectivamente Confucio tenía un carácter fuerte, y su norma era bastante elevada, pero no se le puede comparar con el Señor Jesús. En los evangelios de Marcos y Lucas, vemos el carácter y la norma de la humanidad de Cristo. El evangelio de Mateo recalca el reino, y el evangelio de Juan recalca la vida, mientras que Marcos y Lucas dan énfasis a la humanidad del Señor con Su carácter y norma. Estos libros relatan la vida de una persona con carácter firme y una norma en cuanto a Su humanidad.

2. Significa que la humanidad de Cristo es la sustancia fundamental para expresar a Dios

  La madera de acacia usada para hacer el arca significa que la humanidad de Cristo es la sustancia fundamental para expresar a Dios. Cristo necesitaba una humanidad con carácter firme y una norma elevada para ser el testimonio de Dios, Su expresión.

B. El oro puro

1. Representa la divinidad de Cristo

  Exodo 25:11 dice: “Y la cubrirás de oro puro por dentro y por fuera, y harás sobre ella una cornisa de oro alrededor”. El oro puro representa la divinidad de Cristo. Otros metales pueden oxidarse o degradarse, pero la sustancia del oro no cambia. Por consiguiente, representa a Dios quien nunca cambia.

  Cristo es una Persona que posee dos naturalezas: la humana y la divina. Por ser hombre y también Dios, El puede ser llamado justamente un Dios-hombre.

  Hoy en día algunos se oponen al uso que hacemos de la expresión Dios-hombre para describir a Cristo. Algunos, incluso, nos acusan de herejía acerca de la persona de Cristo. Los que nos acusan no tienen el pleno conocimiento de la verdad. Su teología es superficial, tradicional, natural, religiosa, inapropiada y hasta supersticiosa. No han tocado las profundidades de la revelación de Dios acerca de Cristo.

  Algunos instructores bíblicos alegan que Cristo dejó de ser un hombre después de Su resurrección, a pesar de que El fue tanto Dios como hombre en Su vivir humano. En realidad ellos creen que Cristo ya no es un hombre, que como Aquel que resucitó, ya no posee una naturaleza humana. Algunos de los instructores más destacados entre la Asamblea de hermanos lucharon por la verdad acerca de la humanidad de Cristo después de Su resurrección y ascensión. La experiencia de Esteban cuando fue martirizado demuestra que el Señor Jesús sigue siendo un hombre. Según Hechos 7:55, él “vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios”. Luego él testificó “He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre de pie a la diestra de Dios” (v. 56). Esto demuestra que después de Su resurrección y ascensión, Cristo sigue siendo un hombre. En el día de Su resurrección, el Señor mostró a Sus discípulos Sus manos y Su costado abierto. Esto demuestra también que El todavía tiene una naturaleza humana. Debemos dejar la teología superficial e ir a la plena revelación de las Escrituras. La Biblia enseña que por la eternidad, Cristo será tanto Dios como hombre. El es tipificado por el arca hecha de madera de acacia cubierta de oro puro.

2. Cubría la madera de acacia por dentro y por fuera

  La madera de acacia estaba cubierta con oro por dentor y por fuera. Esto representa la naturaleza divina mezclada con la naturaleza humana: Dios y el hombre haciéndose uno. Esto significa también que la naturaleza divina penetra la naturaleza humana y también descansa en ella a fin de expresarse por medio de la misma. Si se hubiera cubierto de oro solamente la parte exterior del arca, esto habría significado juntar en lugar de mezclar. La mezcla es representada por el hecho de que la madera de acacia está cubierta de oro tanto por dentro como por fuera. La madera de acacia estaba entre dos capas de oro. Esta es la mezcla.

  Otro ejemplo de la mezcla en la Biblia es la ofrenda descrita en Levítico 2. Los elementos fundamentales de la ofrenda eran la harina fina y el aceite. El aceite está mezclado con la harina fina y también se derramaba sobre ella. La harina fina estaba en el aceite, y el aceite estaba en la harina fina. Del mismo modo, en nuestra relación con el Señor, estamos en Dios, y El está en nosotros. Esta mezcla es tipificada por la ofrenda donde están mezclados el aceite y la harina y por el arca del testimonio con la madera de acacia cubierta por dentro y por fuera con oro. Estos dos tipos demuestran que no es simplemente una unión, sino una mezcla.

  Hoy en día algunos se oponen a la enseñanza de que como hijos de Dios estamos mezclados con El. Ellos dicen que si los creyentes están mezclados con Dios esto equivaldría a enseñar que nos hacemos a nosotros mismos Dios. No queda ninguna duda de que como pueblo redimido de Dios, los que nacieron de El, poseemos la vida y naturaleza de Dios. En 2 Pedro 1:4 afirma que somos participantes de la naturaleza divina. ¿Cómo un hijo puede tener la vida y naturaleza de su padre? En el mismo principio, ¿cómo podemos ser verdaderos hijos de Dios, nacidos de El, sin tener la misma vida y naturaleza que El? Repito que como hijos de Dios, tenemos Su vida y naturaleza. No obstante, y a pesar de que compartimos la divinidad, jamás alcanzaremos la Deidad o el ser adorados como Dios. Declarar que podemos alcanzar la Deidad misma y ser adorados como Dios constituye una blasfemia. Pero también es un grave error negar el hecho de que los creyentes genuinos en Cristo tienen la vida y naturaleza divina.

  Jesucristo es el Dios-hombre, la mezcla de Dios con el hombre. El es el verdadero Dios y también un verdadero hombre. Algunas personas se oponen a nuestra enseñanza acerca de la mezcla de Dios con el hombre y pretenden que la mezcla produce una tercera naturaleza, una naturaleza que no es ni divina ni completamente humana. Esto es absurdo, y lo rechazamos. Cuando la madera de acacia del arca fue cubierta con oro puro, no se produjo una tercera naturaleza. Del mismo modo, cuando el aceite se mezcla con la harina fina, no se produce una tercera naturaleza, algo que no es ni aceite ni harina. Cristo es una persona que tiene dos naturalezas: divina y humana. Aunque la divinidad y la humanidad se mezclan, esto no produce una tercera naturaleza. Ciertamente no enseñamos que Cristo no fue plenamente Dios ni plenamente hombre. La Biblia enseña que El es tanto Dios como hombre, y por lo tanto un Dios-hombre.

V. EL TAMAÑO

  Exodo 25:10 nos dice el tamaño del arca: “Cuya longitud será de dos codos y medio, su anchura de codo y medio y su altura de codo y medio”. Note que estas medidas son las mitades de unidades completas. Dos codos y medio, la longitud, es la mitad de cinco codos; y un codo y medio, la altura y la anchura, es la mitad de tres codos. Los números cinco y tres denotan la edificación de Dios (Gn. 6:15-16). El arca construida por Noé fue el primer edificio de Dios en la Biblia. Es significativo que las medidas del arca tienen que ver con los números tres y cinco. Si leemos detenidamente los datos de las medidas del tabernáculo en Exodo, descubriremos que los números cinco y tres se mencionan reiteradamente. No obstante, las medidas del arca del testimonio son mitades. Esto significa que el arca es un testimonio. Una mitad implica que se necesita otra mitad para obtener un testimonio pleno. Por ejemplo, la mitad de una sandia nos deja ver que se necesita otra mitad para tener la sandia completa. Además, en la vida matrimonial, a veces decimos que una esposa es la mitad de su esposo. Por tanto, el esposo y la esposa juntos forman un entero. El hecho de que dos codos y medio son la mitad de cinco codos, y que un codo y medio es la mitad de tres indica que el arca es un testimonio. Las mitades implican otra mitad, y éstas puestas juntas forman el testimonio.

  Todo detalle en la Biblia, incluyendo las medidas del arca dadas en mitades de unidades completas, son significativas y tienen un propósito.

VI. UNA CORNISA DE ORO RODEABA EL ARCA

  El versículo 11 dice: “Y la cubrirás de oro puro por dentro y por fuera, y harás sobre ella una cornisa de oro alrededor”. La cornisa del arca era el borde en forma de guirnalda como corona. Una versión usa la palabra corona. Como corporificación del testimonio de Dios, Cristo tiene una cornisa, una guirnalda como corona. Esta cornisa de oro representa la gloria de la naturaleza divina. Cristo como la corporificación de Dios expresa a Dios al mostrar Su gloria. La gloria de Dios está encima de Cristo como el borde, formando un cornisa. Esta cornisa que está sobre Cristo es la gloria de Dios, la infusión de Su gloria que expresa a Dios. Además, la gloria de la naturaleza divina como cornisa representa el poder divino que guarda y la fuerza que sostiene.

  Cuando nosotros, el testimonio viviente de Cristo, lo expresamos a El, tenemos una cornisa de gloria sobre nosotros. Los demás sentirán que hay algo maravilloso y glorioso en nosotros. Esta cornisa de gloria nos preservará y nos sostendrá. No obstante, si no vivimos a Cristo de esta manera, no tendremos la cornisa con el poder que guarda y con la fuerza que sostiene. En realidad, lo que nos preserva y nos sostiene es Cristo mismo, a quien expresamos día tras día. ¡Alabado sea el Señor por la cornisa de oro que nos proporciona el poder que guarda y la fuerza que sostiene!

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