Mensaje 3
Lectura bíblica: 1 Crónicas cap. 1—9
En este mensaje hablaremos de la genealogía que se extiende desde Adán hasta las doce tribus de Israel, de la cual tratan los nueve primeros capítulos de 1 Crónicas.
En 1 Cr. 1:1-27, tenemos la genealogía que comienza con Adán y se extiende hasta Abraham. Los principales personajes de esta genealogía son Adán, Enós, Enoc y Noé.
Los versículos 28-34 presentan los descendientes de Abraham. Las figuras principales en este caso son Abraham, Isaac e Israel.
La genealogía de Esaú (vs. 35-54) no figura en el linaje genealógico de Cristo presentado en Mateo 1 Cr. 1:1-17 y Lucas 1 Cr. 3:23-38.
Los capítulos del dos al nueve contienen la genealogía de Israel. Israel tuvo doce hijos, quienes llegaron a ser los padres de las doce tribus. Los capítulos siguientes, hasta el capítulo nueve, enumeran los descendientes de las doce tribus.
En 1 Crónicas 1 Cr. 2:3—4:23 se presenta el linaje de Judá.
En esta genealogía, las figuras principales son Judá, Caleb, Booz, Isaí, David y Salomón.
La tribu de Judá es la tribu de la realeza (1 Cr. 5:2a), la cual produjo un linaje de reyes, desde David hasta Cristo. Así, de las doce tribus, sólo los descendientes de Judá figuran en el linaje de la genealogía de Cristo narrada en Mateo 1 y Lucas 3.
En la crónica de los descendientes de Judá, lo más sobresaliente fue que Judá engendró a Fares de Tamar su nuera (2:4). La Biblia no oculta nada al narrar este suceso.
En 1 Cr. 4:10 leemos de una oración muy particular que ofreció uno de los descendientes de Judá: “E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh, si me dieras bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras de mal, para que no me dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió”. Dios contestó a la oración de Jabes. Espero que todos ofrezcamos este tipo de oración, pidiéndole a Dios que ensanche el territorio del disfrute que tenemos de la buena tierra y que extienda la frontera del deleite que tenemos de Cristo. Todos deberíamos orar así: “Oh Dios, ensancha mi frontera para obtener más de Cristo y disfrutarlo cada vez más”.
En la crónica de los descendientes de Judá se incluyen las genealogías de David y Salomón.
La genealogía de David se describe en 1 Cr. 3:1-9. David tuvo seis hijos durante los siete años y medio que reinó en Hebrón, y le nacieron otros trece hijos durante los treinta y tres años que reinó en Jerusalén, entre los cuales figura Salomón, quien nació de Bet-súa. Además, David tuvo una hija, Tamar, y los hijos que tuvo con sus concubinas.
Las principales personajes que figuran en la genealogía de Salomón (vs.10-24) son: Salomón, Asa, Ezequías y Zorobabel.
En 1 Cr. 4:24-43 se narra la genealogía de Simeón. Lo más destacado de esta tribu fue que ellos poseían pastizales ricos, espaciosos, tranquilos y serenos, y que derrotaron a los amalecitas. Nosotros también debemos poseer estos ricos pastizales, lo cual significa que el disfrute que tenemos de Cristo como nuestra buena tierra debe ser amplio, tranquilo y sereno.
Después de los descendientes de Simeón, vemos los de Rubén (1 Cr. 5:1-10). Rubén fue el hijo primogénito de Israel; pero por haber mancillado el lecho de su padre, sus derechos a la primogenitura fueron transferidos a los dos hijos de José, a fin de que ellos heredaran una doble porción de la buena tierra, como si fuesen dos tribus (vs. 1-2). Esto debe advertirnos del riesgo de perder la primogenitura, es decir, que por causa de un fracaso, podemos perder el derecho a disfrutar a Cristo.
La genealogía de Gad se halla en los versículos 11-17.
Los versículos 18-26 constituyen una inserción.
Los rubenitas, y los gaditas, junto con media tribu de Manasés derrotaron a sus enemigos y los despojaron de sus tierras con la ayuda de Dios, debido a que clamaron a Dios en la batalla y confiaron en El (vs. 18-23). Este es un buen ejemplo para nosotros hoy. Nosotros debemos también clamar a Dios, diciéndole que deseamos ganar más de Cristo, poseer más de El y disfrutarlo aún más.
Los hijos de Rubén, los gaditas y la media tribu de Manasés, prevaricaron contra Dios apartándose como rameras en pos de los dioses de los pueblos de Canaán. Entonces el Dios de Israel levantó a los reyes de Asiria para que los capturaran y los exiliaran lejos de su tierra (vs. 25-26).
En el capítulo seis se habla de los descendientes de Leví, la tribu sacerdotal.
Uno de los hijos de Leví fue Coat, cuyo descendiente fue Amram, y los hijos de éste fueron Aarón, Moisés y su hija Miriam (vs. 1-3). Esta es la genealogía de Aarón, Moisés y Miriam.
Un hijo de Aarón, Josadac, fue llevado cautivo a Babilonia por Nabucodonosor (v. 15). El hecho de que incluso un descendiente de la tribu sacerdotal fuera llevado cautivo a Babilonia, fue algo lamentable.
El profeta Samuel fue descendiente de Coré, quien era un rebelde famoso de la familia de Coat, hijo de Leví (vs.16-27); y el nieto de Samuel, Hemán, fue cantor y salmista del templo (v. 33; Sal. 88, véase el título). Coré, su antepasado, fue un rebelde famoso, pero uno de sus descendientes era Samuel, y otro Hemán. Esto muestra que la misericordia y la gracia de Dios son ilimitadas.
Después de que David diera reposo al arca del testimonio, él estableció a los descendientes de Coat sobre el servicio del canto en la casa de Jehová; así que ellos ministraban delante del tabernáculo en el canto, hasta que Salomón edificó el templo en Jerusalén. Ellos desempeñaron su oficio, y sus hermanos, los levitas, fueron puestos sobre todo el servicio del tabernáculo en la casa de Dios (1 Cr. 6:31-48). En tipología, esto representa el servicio de la iglesia, en el que todo debe ser ordenado por el Espíritu.
Aarón y sus hijos eran los sacerdotes, y moraban en trece ciudades (vs. 49-60).
En los versículos 61-81 vemos que los levitas vivían en las ciudades de las tribus.
En 7:1-5 se habla de los descendientes de Isacar. Las familias de Isacar tenían fama por el valor de sus hombres. Ellos eran excelentes guerreros.
La genealogía de Benjamín se describe en 1 Cr. 7:6-12 y 1 Cr. 8:1-40. Las figuras principales de esta genealogía fueron Saúl y Jonatán (1 Cr. 8:33). Los hijos de Benjamín eran varones de guerra (1 Cr. 7:9, 11; 8:40) y estaban asentados cerca de Jerusalén.
En 1 Cr. 7:13 se presenta la genealogía de Neftalí.
Los versículos 14-19 hablan de la genealogía de Manasés.
La genealogía de Efraín se halla en los versículos 20-29. El pueblo de Efraín moraba alrededor de Bet-el.
En la genealogía de Aser (vs. 30-40), vemos que la tribu de Aser contaba con hombres de valor y que eran bélicos (v. 40).
En 1 Cr. 9:1-34 se presenta la genealogía de los hijos de Israel que volvieron [a sus tierras]. Los primeros moradores de los hijos de Israel que volvieron a sus ciudades y recobraron sus posesiones, fueron los sacerdotes, los levitas y los sirvientes del templo (v. 2). Por otra parte, los que habitaron en Jerusalén eran de los hijos de Judá, los hijos de Benjamín, los hijos de Efraín y los de Manasés (vs. 3-9). Los sacerdotes (vs.10-13) y los levitas (vs. 14-34) moraban en Jerusalén. Entre los levitas que servían se encontraban los descendientes de Coré, el que provocó la gran rebelión contra Dios y contra Moisés (vs. 19, 31; Nm. 16).
Finalmente, en 1 Crónicas 9:35-44, tenemos la genealogía de la casa de Saúl, quienes habitaban en Gabaón.
En este mensaje hemos presentado simplemente un bosquejo general de la genealogía que se extiende desde Adán hasta las doce tribus de Israel. Estoy seguro de que si leen detenidamente estos capítulos, el Espíritu les mostrará la importancia espiritual de su contenido.