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Mensajes del libro «Estudio-Vida de 2 Corintios»
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INTRODUCCIÓN

(2)

  Lectura bíblica: 2 Co. 1:12-14

  En este mensaje vamos a considerar únicamente tres versículos, 1:12-14. En estos versículos hay algo muy profundo, no en doctrina sino en experiencia. Si no hemos experimentado lo que se describe en este pasaje, no podremos entender lo que Pablo quiere decir en él. Aparentemente las palabras de Pablo son sencillas y fáciles de entender; en realidad, Pablo se refiere a algo muy profundo.

IV. LOS APÓSTOLES SE GLORÍAN DE SU CONDUCTA EN LA GRACIA DE DIOS

  En el versículo 12 Pablo dice: “Porque nuestra gloria es ésta: el testimonio de nuestra conciencia, que con sencillez y sinceridad de Dios, no con sabiduría carnal, sino con la gracia de Dios, nos hemos conducido en el mundo, y mucho más con vosotros”. En este versículo Pablo declara que la gloria de ellos era el testimonio de su conciencia respecto a la manera en que vivían y se comportaban. Necesitamos cierta perspicacia para entender lo que Pablo quiere decir aquí.

  La palabra griega traducida “sencillez” en el versículo 12 puede ser traducida también “simplicidad”. En lugar de sencillez o simplicidad, algunos manuscritos dicen “santidad”. El profundo pensamiento y la rica experiencia que encontramos en el versículo 12 se relacionan principalmente con la palabra griega que significa sencillez, sinceridad. Esta palabra aparece por lo menos en cinco ocasiones en el Nuevo Testamento. Diferentes versiones adoptan diferentes traducciones: sencillez, simplicidad, liberalidad, generosidad, abundancia. Sin una experiencia adecuada, resultaría difícil decidir cuál palabra usar en esta traducción.

  El versículo 12 empieza con la palabra “porque”, lo cual indica que este versículo explica los versículos anteriores. Por tanto, si queremos entender el versículo 12, debemos tener presente lo que dijo Pablo en los versículos anteriores. Pablo acababa de hacerles notar a los creyentes corintios que él y sus colaboradores tenían en sí mismos sentencia de muerte. En el versículo 10, él testificó que Dios los había librado de “tan gran muerte”. Es cierto que el poder, la sabiduría y los métodos del hombre pueden solucionar toda dificultad, problema o situación difícil, pero no pueden hacer nada frente a la muerte. Ningún ser humano puede vencer la muerte. La gente rica soluciona problemas emitiendo cheques con grandes sumas de dinero. Hay un proverbio que dice: “El dinero lo compra todo”. Esto significa que el dinero puede solucionar todos los problemas. Sin embargo, ni siquiera la persona más rica puede vencer la muerte. Cuando le llega la muerte a un multimillonario, ninguna suma de dinero le puede ayudar a evadirla. Pablo, antes de escribir esta epístola, tenía en sí mismo sentencia de muerte. Desde la perspectiva humana, no había salida a la situación en la cual se encontraba Pablo; sin embargo, para el apóstol y para los que creen en la resurrección sí lo hay. Esa salida es el Dios de resurrección.

  La situación en la que se encontraba Pablo en Asia le obligó a ser sencillo o simple en la manera en que hizo frente a ella. Las personas adineradas, capacitadas y cultas no son sencillas en la manera en que se enfrentan a situaciones difíciles. Por el contrario, ejercen su conocimiento, su sabiduría. Si un método no funciona, usan otro. Sus mentes son muy complicadas; están lejos de ser sencillos. Por ser conocedoras y capaces, tienen muchas formas de encarar las distintas situaciones. Una persona que tiene muchas maneras de solucionar las distintas situaciones, con toda seguridad no es sencilla.

  Según los versículos anteriores, Pablo y sus colaboradores se encontraban en una situación que los restringía a un grado que ningún método humano podía ayudarles. La salida para ellos era el Dios de resurrección. No sólo se hallaban en dificultades y aflicciones, y no sólo tenían problemas, sino que ellos se hallaban frente a la muerte. No importa cuánto conocimiento tengamos y cuán capaces o ricos seamos, no hay nada que podamos hacer frente a la muerte. La única escapatoria que tenían Pablo y sus colaboradores era el Dios de resurrección.

  Una persona muerta siempre es sencilla; pero una persona viva no es sencilla. Ésta, por el contrario, siempre tiene una alternativa con la cual enfrentar las situaciones. Nosotros los seres humanos no somos sencillos. Todos disponemos de diversas alternativas; pero bienaventurados los que son sencillos. ¿Qué clase de persona puede ser sencilla? Sólo una persona muerta. Cuando Pablo y sus colaboradores sufrían aflicciones en Asia, ellos estaban presionados de tal manera que se daban por muertos. No tenían ninguna opción para hacerle frente a su situación. No tenían depositada su confianza en ellos mismos, sino en el Dios que resucita a los muertos.

A. El testimonio de su conciencia

  En el versículo 12, Pablo se refiere al testimonio de nuestra conciencia. Debemos tener una conciencia pura (2 Ti. 1:3), una conciencia sin ofensas (Hch. 24:16), que dé testimonio de lo que somos y lo que hacemos. La conciencia de Pablo testificaba que él era sincero, fiel y honesto. Su conciencia le testificaba particularmente que él era sencillo. Él no recurrió a nada humano para afrontar las diversas situaciones. No ejerció su conocimiento, capacidad, fuerza o sabiduría. Tampoco fue diplomático, ni jugó a la política. Antes bien, él fue sencillo, simple. Su conciencia dio testimonio de eso, y este testimonio era su gloria. Así Pablo pudo decir en efecto: “Vivimos, nos conducimos, actuamos y laboramos exclusivamente en Dios, y nada proviene de nosotros mismos. El Dios de resurrección, el Dios que levanta a los muertos, es la única manera que usamos. Por tanto, no jugamos a la política, ni ejercimos nuestra sabiduría. Fuimos totalmente sencillos, tan sencillos como lo son los muertos. No ponemos nuestra confianza en ninguna otra cosa, sino sólo en la Persona viviente que es el Dios de resurrección. Ésta es nuestra gloria, y es el testimonio que da nuestra conciencia”.

B. Su conducta en el mundo

1. Con sencillez y sinceridad de Dios

  ¿Por qué Pablo habló de sencillez a los corintios? Lo hizo porque los corintios eran muy complicados. Ellos tenían muchos métodos, y por esta razón, algunos preferían a Apolos, otros, a Cefas o a Pablo. En realidad, 1 Corintios es un libro que trata de las complejidades de los creyentes de Corinto.

  La confusión y la división entre los creyentes de hoy se originan en las complejidades que hay en ellos. Si todos los cristianos fuesen sencillos, no habría ningún problema entre ellos. Los problemas que se hallan en una iglesia local siempre provienen de las complicaciones. Si hay un problema en su localidad, éste proviene de una persona que no es sencilla, sino complicada. Por esta razón, siempre procuro evitar las personas complicadas. Cuando nos encontramos con una persona complicada, no intentemos argumentar con ella ni corregirla. Todo intento por hacerlo nos dejará atrapados en las complicaciones.

  En el versículo 12 Pablo habla de la sencillez y sinceridad de Dios. La sinceridad de Dios constituye una virtud divina, una virtud de lo que Dios es. Conducirnos según esta virtud significa experimentar a Dios mismo, y por ende, equivale a estar en “la gracia de Dios” mencionada también en este versículo.

  Dios es sabio y todopoderoso. Pero en cierto sentido, Él es muy sencillo también, Él es muy simple. Cuando el Señor Jesús estaba en la tierra, Él era sabio, y al mismo tiempo, simple y sencillo. Gracias a Su sencillez y simplicidad, yo disfruto mucho el tener contacto con Él. Sin embargo, cuando uno habla con ciertos hermanos, nos damos cuenta de que son muy complicados. Pero nuestro Dios es sencillo. Siempre que hablamos con Él, descubrimos que Él no es complicado. Cuando Él dice que sí, es sí, y cuando dice que no, es no. Asimismo, cuando Él dice que algo es blanco o que es negro, Él quiere decir que es blanco o negro, y no gris. Sienta lo que sienta para con nosotros en determinado momento, Dios siempre es sencillo. En ocasiones tal vez esté contento con nosotros y en otras ocasiones quizás no lo esté, pero Él no deja de ser sencillo.

  Por experiencia, hemos aprendido que una persona simple y sencilla también es generosa y llena de liberalidad. Las personas simples son las que dan con generosidad. Por ejemplo, supongamos que un hermano se acerca a una persona sencilla y le dice que carece de suficiente dinero para pagar su alquiler. Una persona simple inmediatamente estará dispuesta a dar al hermano lo que necesita. Esto muestra que ser simple es ser generoso. Pero la gente complicada no es generosa. En lugar de estar dispuesta a dar con generosidad, analiza el caso de una manera complicada para dar luego, una cantidad inferior a la necesidad. Pablo era sencillo, simple y generoso.

  Sólo una persona sencilla puede ser generosa. Si usted carece de sencillez, jamás será generoso o liberal para con los demás. Nuestro Dios es generoso para con nosotros porque Él es sencillo. Imagínense lo que nos sucedería si Dios no fuese sencillo y si Él pensara en nosotros de una manera complicada. Es probable que no nos querría. ¿Le gustaría que Dios considerara su situación y lo examinara detalladamente? ¿Le gustaría que Él lo revisara de pies a cabeza y lo examinara interior y exteriormente? Si nos examinara de esta manera, a ninguno de nosotros Dios le miraría con favor. Pero gracias a Su sencillez y generosidad, hemos recibido bendiciones de parte de Él.

  Me gustaría que comparáramos a Pablo con los corintios. Pablo se parecía al Dios sencillo, pero los corintios eran sumamente complicados. Si Pablo no hubiera sido sencillo y simple, él probablemente se habría olvidado de los corintios y no habría estado dispuesto a ministrar entre ellos. La conciencia de Pablo testificaba que él y sus colaboradores se habían conducido con la sencillez de Dios para con los corintios. Por tanto, podían ser generosos para con los corintios y estar dispuestos a darles lo que fuera. Pablo y sus colaboradores eran generosos y llenos de liberalidad para con estos creyentes.

  La palabra griega traducida “sencillez” tiene un significado amplio. Traducirla únicamente como sencillez o simplicidad no es suficiente, ya que también implica generosidad, liberalidad, abundancia y disposición para dar. Si un hermano casado es sencillo, él será muy generoso para con su esposa, sin importar lo que ella haga o cómo lo trate. Sin embargo, si un hermano es complicado, él será muy estricto con su esposa.

  Pablo era uno que se conducía conforme a la sencillez de Dios. Él era un verdadero imitador de Dios, uno que vivía a Dios. Dios es sencillo, y Pablo también era sencillo. Dios es generoso, y Pablo también era generoso. Él se conducía con sencillez de Dios.

  Si somos sencillos y generosos, también seremos sinceros. Es común concluir las cartas [escritas en inglés] con las palabras “se suscribe sinceramente”. Pero de hecho esto quiere decir más bien, “políticamente se suscribe”, o en el mejor de los casos, “se suscribe cortésmente”. Tal vez la persona escriba una carta larga y complicada, y luego al final diga: “se suscribe sinceramente”. Esto no es sinceridad. Cuando uno ha tratado a los demás con sencillez y generosidad, entonces puede decir “se suscribe con toda sinceridad”. Pablo era verdaderamente sincero, pues actuaba con sencillez de Dios y era generoso.

  Ciertamente no afirmo ser un perfecto y fiel imitador de Pablo, pero sí puedo testificar que en el transcurso de los años, por la misericordia y la gracia del Señor, hemos sido adiestrados, enseñados y ayudados a comportarnos con simplicidad, sencillez, sinceridad y generosidad. Les puedo testificar delante del Señor que no juego a la política. Además, puedo declarar delante de Él que soy una persona sencilla. Cuando digo que sí, sí lo es, y cuando digo que no, no lo es.

2. No con sabiduría carnal sino en la gracia de Dios

  En el versículo 12, Pablo hace referencia a la sabiduría carnal y a la gracia de Dios. La sabiduría carnal es la sabiduría humana que proviene de la carne. Esto equivale a nosotros mismos, así como la gracia de Dios equivale a Dios mismo. La gracia de Dios es el propio Dios, a quien disfrutamos. La gracia del versículo 12 es el don del versículo 11, don que recibieron los apóstoles para experimentar la resurrección en sus sufrimientos.

  El ser sencillos y simples son aspectos de la expresión de una vida en resurrección. Únicamente viviendo en resurrección y por el Dios de resurrección, y no por nosotros mismos, podemos ser sencillos. Sólo cuando vivimos en resurrección podremos ser imitadores de Dios. Aunque otras personas son diplomáticas con nosotros, nosotros no debemos serlo con ellas. Lo más que debemos hacer es procurar evadir la trampa que representan las complicaciones. En cuanto a mí, yo deseo seguir a Pablo y actuar con sencillez y sinceridad de Dios. Éste es un aspecto de la manifestación de la resurrección.

  Únicamente llevando una vida con sencillez y sinceridad de Dios, podremos ser hechos ministros de Cristo y de la gracia. En la iglesia se necesitan personas así. Los ancianos y todos los que sirven en la iglesia deben ser esta clase de personas. Si consideramos la historia del recobro del Señor, veremos que las personas que usan diplomacia y que no viven según la sencillez de Dios causan daño y pérdida al recobro del Señor, y también a sí mismos. Sólo aquellos que viven verdaderamente con sencillez de Dios han beneficiado al recobro. Con respecto a esto, hemos aprendido algunas lecciones importantes. Vivir en resurrección es vivir con sencillez de Dios. En 1:12-14 vemos, como continuación de 1 Corintios, cómo vivir en resurrección.

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