Lectura bíblica: Abd. 1:1-21
En este mensaje consideraremos la profecía de Abdías.
En hebreo el nombre Abdías significa “el siervo de Jehová”.
El período de tiempo en que transcurrió el ministerio de Abdías fue alrededor del año 880 o del año 587 a. C.; es difícil determinar la fecha correcta.
El ministerio de Oseas tuvo como su destinatario el reino sureño de Judá.
El lugar donde Abdías desempeñó su ministerio también fue el reino sureño de Judá.
El tema del libro de Abdías es el trato que Jehová aplica a Esaú y la victoria de Jacob para el reino de Jehová, el cual es la manifestación de Cristo.
El pensamiento central de Abdías es que el trato que Jehová aplica a Esaú redunda en que Jacob obtiene la victoria y toma posesión de la tierra con miras al reino de Dios en la era de la restauración.
El libro de Abdías tiene cinco secciones: palabras de introducción (v. 1a); el trato que Jehová aplica a Edom (vs. 1b-9); las maldades cometidas por Edom (vs. 10-14); el día de Jehová que viene sobre todas las naciones (vs. 15-16); y el resultado del trato aplicado por Jehová (vs. 17-21).
Los versículos del 1b al 9 hablan del trato que Jehová aplica a Edom. Mientras que Esaú es el nombre de una persona, el mellizo de Jacob, Edom es el nombre de un país.
Jehová aplicó Su trato a Edom al incitar a las naciones a levantarse contra él en batalla (v. 1b).
Dios deliberadamente aplicó Su trato a Edom al hacerle pequeño entre las naciones y despreciado en gran manera (v. 2). Como resultado de ello, Edom era una nación humilde.
Debido a la arrogancia de Edom, Jehová le hará descender a tierra bajándolo de su morada en las elevadas hendiduras de la peña (vs. 3-4). El pueblo de Edom estaba orgulloso de su altísima morada y pensaba estar más alto y más encumbrado que los demás.
Jehová aplicó Su trato Edom al permitir que fuera saqueado por ladrones y despojadores (vs. 5-6). Aunque ellos vivían en lugares elevados, los ladrones y despojadores los visitaron.
Edom también fue engañado por los de su confederación (v. 7). Algunas naciones formaron una confederación junto con Edom, pero a la postre le fueron infieles a Edom.
Jehová aplicó Su trato a Edom también al destruir a sus hombres sabios y amedrentar a sus hombres valientes, de modo que cada uno fuese cortado del monte de Esaú (vs. 8-9).
En los versículos del 10 al 14 tenemos una descripción de las maldades cometidas por Edom.
Edom cometió maldades al actuar violentamente contra su hermano Jacob (v. 10). La nación de Edom siempre actuó violentamente contra Israel.
Edom también cometió maldades al quedarse a un lado cuando extraños capturaron las riquezas de su hermano y extranjeros entraron por sus puertas echando suertes sobre Jerusalén, pues él era como uno de ellos (v. 11). Él se alegró de ver que Jacob sufría.
Edom contempló el día de la desgracia de su hermano, se regocijó en cuanto a los hijos de Judá en el día de su destrucción y se jactó en el día de su angustia (v. 12).
Edom también entró por la puerta de Israel a contemplar su aflicción y echó mano a sus riquezas cuando ellos padecían calamidad (v. 13).
Edom se puso en las encrucijadas para exterminar a los de Israel que escaparon y los entregó a su enemigo en el día de su angustia (v. 14).
Tal parece que entre estos dos hermanos mellizos únicamente había celos y odio. El odio que Esaú sentía por Jacob no carecía de motivo. Jacob no solamente se asió al calcañar de Esaú en su nacimiento (Gn. 25:26), sino que también le quitó con engaños la bendición de la primogenitura (Gn. 27:18-36). Por tanto, Esaú se complacía en ver sufrir a Jacob. Siempre que Israel sufría alguna calamidad natural, Edom aprovechaba para robarle sus riquezas. El trato aplicado por Dios en relación con esta situación revela que Él es muy humano. Dios juzgó a la nación de Edom en un asunto relacionado con el afecto humano.
Abdías 15 y 16 hablan acerca del día de Jehová que viene sobre todas las naciones. Este asunto guarda relación con el juicio de Dios sobre Edom y las naciones.
En el versículo 15 tenemos el principio rector del juicio de Dios sobre Edom. Este principio es que a Edom le será hecho como él hizo a otros. Ellos serán tratados del mismo modo en que trataron a otros.
El principio según el cual se juzga a las naciones es revelado en el versículo 16. Debido a la acción profanadora de las naciones que se deleitaron en hacer beber a Judá de la copa de ira sobre el monte santo del santuario de Dios, Dios hará que las naciones beban de esa misma copa continuamente. De este modo, Dios les dará su recompensa a las naciones que hicieron que Judá bebiera de dicha copa en el santo monte de Dios.
En los versículos del 17 al 21 vemos el resultado del trato aplicado por Jehová.
Como resultado de haber aplicado Su trato, Jehová salvará la casa de Jacob y la santificará (v. 17a).
“La casa de Jacob será fuego, / la casa de José será llama, / y la casa de Esaú será rastrojo; / los quemarán y los consumirán, / y no quedará sobreviviente alguno / de la casa de Esaú, / porque Jehová ha hablado” (v. 18). Esto nos dice que, como resultado del trato aplicado por Dios, la casa de Jacob vencerá a Edom.
La casa de Jacob poseerá las posesiones de Edom, esto es: el monte de Esaú, a los filisteos, el campo de Efraín y el campo de Samaria, Galaad hasta Sarefat y las ciudades del sur (vs. 17b, 19-20).
Salvadores subirán al monte Sion para juzgar al monte de Esaú, y el reino será de Jehová (v. 21).
Todo lo mencionado anteriormente como parte del trato de Jehová se cumplió en el tiempo de los macabeos y se cumplirá mucho más en gloria en el tiempo de la restauración con miras al reino de Dios (Mt. 19:28; Ap. 11:15). Los macabeos, al tomar el monte Sion como base para juzgar a Edom, obtuvieron la victoria sobre Antíoco Epífanes alrededor del año 165 a. C. La victoria de los macabeos tipifica la victoria que Israel obtendrá inmediatamente antes de la era de la restauración.
Los Profetas Menores, incluyendo Abdías, revelan que las naciones usadas por Dios para disciplinar al Israel pecaminoso, cometieron excesos. Por tanto, Dios intervendrá para juzgar a las naciones. Este juicio resultará en que Israel obtenga la victoria y expanda su territorio para el reino de Dios en la tierra, especialmente para el reino de Dios en el tiempo de la restauración.