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Mensajes del libro «Estudio-Vida de Apocalipsis»
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Mensaje 23

LA ESCENA DEL CIELO DESPUES DE ABRIRSE EL SEPTIMO SELLO Y EL JUICIO SOBRE LA TIERRA, EL MAR, LOS RIOS, EL SOL, LA LUNA Y LAS ESTRELLAS: LAS PRIMERAS CUATRO TROMPETAS

  En este mensaje llegamos a Ap. 8:1-12. En este capítulo tenemos la apertura del séptimo sello (vs. 1-2), la escena en el cielo después de que esto ocurre (vs. 3-5), y el sonido de las primeras cuatro trompetas (vs. 6-12).

I. EL SEPTIMO SELLO

  El séptimo sello, el cual comenzará antes de la gran tribulación, consta de siete trompetas; las siete trompetas son, pues, el contenido del séptimo sello. Si queremos entender la profecía de este libro, debemos darnos cuenta de que el secreto de la economía de Dios está sellado con siete sellos. Como dijimos, el libro del capítulo cinco es el nuevo pacto, establecido por Cristo con Su preciosa sangre. Este nuevo pacto es el libro de la economía de Dios, sellado con siete sellos que, a su vez, son el contenido del libro. Vimos que los primeros cuatro sellos no son consecutivos sino simultáneos y que el quinto sello y el sexto son consecutivos. El séptimo sello abarca desde el sexto sello hasta la eternidad futura. Por consiguiente, el séptimo sello, que consta de siete trompetas, es todo inclusivo. Como veremos, las siete copas son parte de las siete trompetas. Los siete sellos constan de las siete trompetas, y la séptima trompeta, por su parte, consta de las siete copas. Tanto los siete sellos como las siete trompetas continúan hasta la eternidad. La séptima trompeta pondrá fin a esta era e introducirá el reino, el nuevo cielo y la nueva tierra.

  Algunos tal vez tengan la idea de que las siete trompetas vienen después de los siete sellos y que las siete copas se derraman después de sonar las siete trompetas. Este concepto procede del hombre natural. No debemos tener ninguna confianza en nuestros conceptos naturales para entender la Palabra. Al contrario, debemos abandonarlos, acudir al Señor y decirle: “Señor, muéstrame Tu camino”. Desde 1933 he recibido mucha ayuda del estudio que hizo el hermano Nee en el libro de Apocalipsis. Debido a mi concepto natural, arraigado en lo más recóndito de mi mente, yo creía que las siete trompetas eran la continuación de los siete sellos, y que las siete copas vendrían después de las siete trompetas. Este concepto me preocupaba constantemente. Estudié esto reiteradas veces, hasta que un día la luz vino y vi que el séptimo sello contiene las siete trompetas. Las siete trompetas equivalen al séptimo sello. En realidad ellas son el séptimo sello. El contenido de los primeros cuatro sellos son los cuatro caballos, el contenido del quinto sello es el clamor de los santos martirizados, el contenido del sexto sello es la respuesta de Dios al clamor de los santos martirizados, y una advertencia a los moradores de la tierra, y el contenido del séptimo sello es las siete trompetas.

  Igual que los primeros cuatro sellos, las primeras cuatro trompetas, las cuales todavía no son el juicio directo sobre los hombres, forman un grupo. La primera trompeta trae juicio sobre la tierra, los árboles y la hierba, como ocurrió en Egipto (Ex. 9:18-25); la segunda, trae juicio sobre el mar y los seres vivos que hay en él, y sobre los barcos; la tercera trae juicio sobre los ríos y las fuentes de las aguas, como ocurrió en Egipto (Ex. 7:17-21); la cuarta trompeta trae juicio sobre el sol, la luna y las estrellas, igual que ocurrió en Egipto (Ex. 10:21-23). Mediante los juicios de estas cuatro trompetas, la tercera parte de la tierra, el mar, los ríos y los cuerpos celestes son dañados, lo cual hace que ya no sirvan para la subsistencia del hombre. Antes de tocarse las siete trompetas, ya habrá venido juicio sobre la tierra y sobre los astros en el sexto sello (6:12-14). El daño causado por ese juicio no será tan definitivo como el producido por las primeras cuatro trompetas. Al sonar la quinta trompeta, Satanás y el anticristo colaborarán para atormentar a los hombres; con la sexta trompeta vendrá otro juicio sobre los hombres, mientras doscientos millones de soldados de caballería matan la tercera parte de ellos; cuando se toque la séptima trompeta sucederán muchas cosas: el eterno reinado de Cristo, el tercer ay constituido de las siete copas, el juicio de los muertos, la recompensa a los profetas, a los santos y a los que temen a Dios, y la destrucción de los que destruyen la tierra. En la séptima trompeta, vendrán más juicios sobre la tierra, el mar, los ríos y el sol por medio de las siete copas (16:1-21) Estos serán los más severos de los juicios de Dios sobre la tierra y el cielo.

  Debemos abandonar el concepto de que los siete sellos, las siete trompetas y las siete copas son consecutivos. No, repito que las siete trompetas están incluidas en el séptimo sello, y que las siete copas son parte de la séptima trompeta. Esta es la clave para entender la profecía de este libro. Solamente Dios pudo haber escrito el libro de Apocalipsis; solamente El tiene la sabiduría para redactarlo de un modo tan maravilloso. ¿Quién más tiene la sabiduría para escribir un libro con símbolos y señales como las de los cuatro caballos, los cuales abarcan la historia de los últimos veinte siglos? El hecho de que los siete sellos, las siete trompetas y las siete copas no sean consecutivos, revela la sabiduría de Dios al escribir este libro. Si no tenemos la luz para entender este arreglo, quedaremos confundidos aunque leamos el Apocalipsis muchas veces.

II. LA ESCENA DEL CIELO DESPUES DE ABRIRSE EL SEPTIMO SELLO

  En Apocalipsis 8:1-2 vemos que las siete trompetas suenan como respuesta a la oración que hacen los santos en el quinto sello. Los sellos son abiertos en secreto, mientras que las trompetas son tocadas públicamente.

A. Silencio en el cielo como por media hora

  Cuando el cordero “abrió el séptimo sello, se hizo silencio en el cielo como por media hora” (v. 1). Este silencio indica solemnidad. Cuando se abrió el séptimo sello, todo el cielo estuvo en silencio debido a que la era iba a cambiar. El período anterior a la apertura del séptimo sello fue la era de la paciencia de Dios. Dios ha tolerado la situación pecaminosa de la tierra por causa de Su propósito de predicar el evangelio para producir las iglesias y así cumplir Su plan eterno. Pero al abrirse el séptimo sello, la era de la paciencia termina y comienza una nueva edad. Esta es la edad de la ira de Dios. Dios ahora interviene en la situación de rebelión y pecado que hay en la tierra. El cielo queda en silencio por la solemnidad de esta ocasión, lo cual indica que algo serio está a punto de suceder.

B. Cristo ministra en el cielo como Sumo Sacerdote

1. Como “otro Angel”

  En medio de esta solemne escena, aparece otro Angel (v. 3). Este es Cristo. Cuando Cristo fue revelado como el que anda en medio de las iglesias, fue manifestado como el Hijo del Hombre, y cuando habló a las iglesias, presentó todos Sus méritos. Pero en cuanto a la administración del juicio de Dios sobre la tierra, Cristo es el Angel que tiene la posición de un enviado de Dios. De hecho, Cristo lo es todo; El es todo lo que la economía de Dios necesite. El Apocalipsis describe a Cristo específicamente como “otro Angel”, lo cual indica que no es un ángel común sino un Angel especial. Como dijimos en el mensaje veintiuno, en el Antiguo Testamento Cristo fue llamado “el Angel de Jehová”, es decir, Dios mismo (Gn. 22:11-12 Ex. 3:2-6; Jue. 6:11-24; Zac. 1:11-12; 2:8-11; 3:1-7). En Génesis 22 el Angel de Jehová habló con Abraham, y en Exodo 3 el Angel de Jehová apareció a Moisés. Cristo es el otro Angel; El es el Angel especial y único.

2. Presenta a Dios las oraciones de los santos

  El versículo 3 dice: “Otro Angel vino entonces y se paró ante el altar, con un incensario de oro; y se le dio mucho incienso para que lo ofreciese junto con las oraciones de todos los santos, sobre el altar de oro que estaba delante del trono”. El primer altar de este versículo se refiere al altar del holocausto (cfr. Ex. 27:1-8), y el altar de oro que está delante del trono se refiere al altar del incienso (cfr. Ex. 30:1-9). El incensario de oro simboliza las oraciones de los santos, las cuales Cristo, el “otro Angel”, lleva a Dios. El incienso representa a Cristo con todos Sus méritos, quien es añadido a las oraciones de los santos a fin de que las oraciones ofrecidas por ellos sobre el altar de oro sean aceptables a Dios. Cuando se abra el séptimo sello todavía habrá “santos” orando en la tierra.

  En esta escena celestial, que se da después de la apertura del séptimo sello, Cristo aparece como otro Angel para llevar a cabo la administración de Dios en la tierra ministrando a Dios como Sumo Sacerdote las oraciones de Sus santos. Al ofrecer las oraciones de Sus santos a Dios, El agrega Su incienso a ellas. El versículo 4 dice que “de la mano del Angel subió a la presencia de Dios el humo del incienso con las oraciones de los santos”. El “humo del incienso” indica que el incienso es ofrecido a Dios por fuego con las oraciones de los santos. Esto implica que por el incienso añadido, las oraciones de los santos llegan a ser eficaces y aceptables para Dios.

3. Se arroja fuego a la tierra para ejecutar el juicio de Dios sobre ella

  El versículo 5 dice: “Y el Angel tomó el incensario, y lo llenó del fuego del altar, y lo arrojó a la tierra; y hubo truenos, y voces, y relámpagos, y un terremoto”. Esto indica que ésa es la respuesta a las oraciones de los santos, especialmente a la oración hecha en el quinto sello, en 6:9-11, y a la oración mencionada en Lucas 18:7-8. La oración que hacen los santos en este capítulo, muy posiblemente trae el juicio a la tierra, la cual se opone a la economía de Dios. La respuesta a las oraciones de los santos es la ejecución del juicio de Dios sobre la tierra realizado por las siguientes siete trompetas. Arrojar fuego sobre la tierra equivale a ejecutar el juicio de Dios sobre la misma. De modo que los truenos, las voces, los relámpagos y el terremoto, vienen como señales del juicio de Dios.

  El juicio que Dios trae sobre la tierra es la respuesta a las oraciones de los santos mezcladas con Cristo como incienso. Aunque el sexto sello ha sido abierto y las siete trompetas están a punto de sonar, nada pasa hasta que Cristo ofrece a Dios las oraciones de los santos y se añade a ellas como incienso. En aquella hora, habrá truenos, voces, relámpagos y un terremoto. Esto indica que pese a que Dios tiene la intención de ejecutar Su juicio sobre la tierra, sigue siendo necesario que los santos cooperen con El por medio de las oraciones. Dios necesita que los santos oren para poder ejecutar Su juicio. Si usted lee Lucas 18, verá que el Señor Jesús dice que en cierto tiempo los santos que estén en la tierra clamarán al Señor pidiéndole que intervenga, ponga fin a la situación y se vindique a Sí mismo. Al final de esta era, la gente estará en una rebeldía tan grande contra Dios, que declararán al universo entero que ellos son Dios. Dios ha estado tolerando esto, pero algunos de los santos fieles no lo soportarán más y clamarán: “¿Oh Dios soberano, cuánto tiempo más vas a soportar esto? ¿Has de soportar esta rebelión perpetuamente? ¿Cuándo te vengarás y nos vengarás a nosotros? ¿Cuánto tiempo más pasará antes que toda la tierra sepa que Tú eres el Señor?” Finalmente, será necesario que se eleven esta clase de oraciones. Creo que el tiempo se acerca en que todos nos veremos obligados a orar así. No puedo exhortarlos hoy a orar de esta manera, porque no están bajo esta clase de opresión. Pero un día la opresión será tal que tendremos que orar de esa manera. Esto indicará que el fin se acerca, porque nuestro espíritu ya no tolerará la situación. Entonces oraremos al Señor pidiéndole que se vengue para que los rebeldes sepan que El es Dios. Cuando oremos de esta manera, el Angel enviado por Dios ministrará a Dios llevándole nuestras oraciones y añadiéndose a ellas como incienso. Dios ciertamente contestará esa oración, y habrá truenos, voces, relámpagos y un terremoto. Este sólo será el comienzo del juicio de Dios sobre la tierra rebelde. Esto sucederá cuando se abra el séptimo sello y Cristo, el otro Angel, ministre a Dios como nuestro Sumo Sacerdote nuestras oraciones mezcladas con Su incienso, y sea enviado a ejecutar el juicio de Dios sobre la tierra.

  El versículo 6 dice: “Y los siete ángeles que tenían las siete trompetas se dispusieron a tocarlas”. A los siete ángeles les fueron dadas siete trompetas (v. 2). Sólo después de que las oraciones de los santos son contestadas en los versículos del 3 al 5, los ángeles se preparan a tocar las trompetas. La voluntad de Dios en el cielo requiere las oraciones de los santos para llevarse a efecto en la tierra. Cuando Cristo presenta a Dios las oraciones de los santos, se presentan las siete trompetas.

III. LA PRIMERA TROMPETA: EL JUICIO SOBRE LA TIERRA

  El versículo 7 dice: “El primero tocó la trompeta, y hubo granizo y fuego mezclado con sangre, que fue lanzado sobre la tierra; y la tercera parte de la tierra se quemó, y la tercera parte de los árboles se quemó, y se quemó toda la hierba verde”. Cuando los ángeles empiecen a tocar las trompetas, todas las cosas del universo serán trastornadas. La primera trompeta dañará “la tercera parte de la tierra”. Nótese que este versículo no dice “un tercio”, sino “la tercera parte”. Esto significa que cierta parte de la tierra será dañada. Aunque toda la tierra es pecaminosa, algunas partes son particularmente infernales, diabólicas, satánicas, demoníacas y malignas. No creo que la tercera parte de la tierra incluya los Estados Unidos. Estados Unidos es un país pecaminoso, pero, a diferencia de las otras partes de la tierra, no es pecaminoso diabólicamente. Esas regiones de la tierra que son tan pecadoras serán “la tercera parte”. Mucha gente necesita oír este mensaje y necesita estar advertida para no ser tan maligna contra Dios que su región se incluya en “la tercera parte” de la tierra, la región que será completamente destruida por el juicio de Dios. De acuerdo con Apocalipsis 9, el juicio de Dios sobre “la tercera parte” de la tierra será también una advertencia al mundo rebelde para que se arrepienta.

IV. LA SEGUNDA TROMPETA: EL JUICIO SOBRE EL MAR

  En los versículos 8 y 9 vemos la segunda trompeta: “El segundo ángel tocó la trompeta, y algo como una gran montaña ardiendo en fuego fue lanzada al mar; y la tercera parte del mar se convirtió en sangre. Y murió la tercera parte de los seres vivientes que estaban en el mar, y la tercera parte de las naves fue destruida”. Aquí vemos que la segunda trompeta destruirá “la tercera parte del mar”. Algunas naciones poderosas están desarrollando flotas marinas para ensanchar su dominio marino. Hacen esto por su rebeldía en contra de Dios. Así como fue juzgada la tierra con la primera trompeta, Dios juzgará la tercera parte del mar. El versículo 9 menciona específicamente la destrucción de la tercera parte de las naves. La parte del mar que está contaminada por la maldad contra Dios será destruida por el juicio de Dios.

V. LA TERCERA TROMPETA: EL JUICIO SOBRE LOS RIOS Y SOBRE LAS FUENTES DE LAS AGUAS

  Los versículos 10 y 11 describen lo que ocurre cuando suena la tercera trompeta: “El tercer ángel tocó la trompeta, y cayó del cielo una gran estrella, ardiendo como una antorcha, y cayó sobre la tercera parte de los ríos, y sobre las fuentes de las aguas. Y el nombre de la estrella es Ajenjo. Y la tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo; y muchos hombres murieron a causa de esas aguas, porque se hicieron amargas”. Otra vez vemos que la tercera parte de los ríos y los manantiales serán destruidos. El agua es crucial para la vida humana. Los que se oponen a Dios y los que practican maldad contra El continuarán disfrutando de las cosas que Dios creó. Aunque ellos participan del agua creada por Dios, siguen oponiéndose a Dios. Un día Dios dirá: “Ahora haré descender ajenjo del cielo sobre el agua y la volveré amarga”. Este juicio de Dios sigue limitado solamente a la tercera parte de los ríos y los manantiales.

VI. LA CUARTA TROMPETA: EL JUICIO DE LA MULTITUD CELESTIAL

  En el versículo 12 leemos de la cuarta trompeta, el juicio de las huestes del cielo: “El cuarto ángel tocó la trompeta, y fue herida la tercera parte del sol, y la tercera parte de la luna, y la tercera parte de las estrellas, para que se oscureciese la tercera parte de ellos, y el día no resplandeciese en su tercera parte, y asimismo la noche”. Después de ejecutarse el juicio sobre la tierra, el mar y los ríos, el juicio de Dios destruirá la tercera parte de los cuerpos celestes, al dañar la tercera parte del sol, de la luna, y de las estrellas. La parte del sol que será dañada será la parte que brilla sobre las naciones malignas. Dios conoce esta parte, y hará que se oscurezca.

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