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Mensajes del libro «Estudio-Vida de Cantar de Los Cantares»
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Mensaje 4

LLAMADA A VIVIR EN ASCENSION COMO NUEVA CREACION EN RESURRECCION

  Lectura bíblica: Cnt. 3:6-11; Cnt. 4; 5:1

  En la segunda etapa (Cnt. 2:8-17; 3:1-5), la amada de Cristo aprendió tres lecciones básicas: el poder de la resurrección, las riquezas de la resurrección, y la vida de la cruz. El poder de la resurrección de Cristo es representado por Cristo como gacela y como cervatillo, saltando sobre los montes y brincando en los collados (2:8-9). Las riquezas de la resurrección de Cristo son representadas por las plantas, la voz de la tórtola y las diversas fragancias de la primavera (vs. 12-13a); la vida de la cruz es representada por las grietas de la peña y por lo escondido de escarpados parajes (v. 14). Uno vive la vida de la cruz por el poder de la resurrección y es alentado por las riquezas de la resurrección.

  En la siguiente etapa —la de ser llamados a vivir en ascensión como nueva creación en resurrección (3:6—5:1)— debemos aprender la lección de discernir entre el espíritu y el alma (He. 4:12). En la actualidad, son pocos los cristianos que tienen este discernimiento. En realidad, muchos creen que en la Biblia, espíritu y alma son sinónimos, aunque 1 Tesalonicenses 5:23 habla de “vuestro espíritu y vuestra alma y vuestro cuerpo”. Si no comprendemos que el espíritu es diferente del alma, no podremos alcanzar la etapa de ser llamados a vivir en ascensión como nueva creación en resurrección.

  La ascensión está en los cielos. Aunque los que hemos creído en Cristo estamos sobre la tierra, nuestro espíritu regenerado está unido a Dios el Espíritu en los cielos. Estos dos espíritus son uno. Esto es semejante a la electricidad, la cual se encuentra en la central eléctrica y a la vez en nuestra habitación, pero en realidad existe una sola corriente. Cuando estamos en nuestro espíritu, estamos unidos o conectados al Cristo ascendido en los cielos.

  Vivir en ascensión significa llevar una vida cristiana continuamente en nuestro espíritu. Esto requiere que discernamos entre nuestro espíritu y nuestra alma. Si amamos a los demás con nuestra alma, estamos sobre la tierra, y no en ascensión, pero si amamos desde nuestro espíritu, ciertamente estamos en ascensión. Dios nos hizo sentar en los lugares celestiales en Cristo (Ef. 2:6). En cuanto a nuestra posición, estamos sentados allí, así que debemos vivir en ascensión. En conclusión, después de llamarnos a la cruz, Cristo nos llama a vivir en ascensión como la nueva creación en resurrección.

1. LA NUEVA CREACION

  Cantar de los cantares Cnt. 3:6-11; Cnt. 4:6 gira en torno a la nueva creación.

A. Por la plena unión que la amada tiene con Cristo

  La que ama a Cristo llega a ser una nueva creación por la unión total que ella tiene con Cristo (Cnt. 3:6-11). Anteriormente estábamos en unión con Adán, lo cual hizo de nosotros la antigua creación; ahora estamos en unión con Cristo, por consiguiente somos una nueva creación. En 2 Corintios 5:17 dice: “Si alguno está en Cristo, nueva creación es”.

1. Ella viene de Egipto como personas que están en el inconmovible poder del Espíritu

  “¿Quién es ésta que sube del desierto como columna de humo, sahumada de mirra y de olíbano y de todo polvo aromático de mercader?” (Cnt. 3:6). Ella (como representante vencedora de los elegidos de Dios) viene de Egipto (el desierto) como las personas que están en el inconmovible poder del Espíritu (Ex. 14:19-20), sahumada con la muerte dulce y la resurrección aromática de Cristo y con todas las riquezas aromáticas de Cristo en calidad de mercader. El Señor necesita a los vencedores, aquellos que son perfumados, impregnados, con el aroma de las riquezas de Cristo.

2. Ella es la victoria del Cristo victorioso

  “He aquí es la litera de Salomón; sesenta valientes la rodean, de los fuertes de Israel. Todos ellos tienen espadas, diestros en la guerra; cada uno su espada sobre su muslo, por las alarmas de la noche” (Cnt. 3:7-8). Ella es la victoria (la litera de reposo y la victoria en la noche) del Cristo victorioso, llena del poder de los vencedores entre los elegidos de Dios, poder que transporta a Cristo aun en tiempos difíciles. Estos vencedores son expertos en la guerra y pelean con sus armas al sonar la alarma.

3. Ella es un palanquín como carroza de Cristo

  “El rey Salomón se hizo un palanquín de madera del Líbano. Hizo sus columnas de plata, su base de oro, su asiento de púrpura, su interior recamado de amor por las hijas de Jerusalén” (vs. 9-10). Ella es un palanquín (en el día), una especie de carroza de Cristo, hecha por El a partir de la humanidad resucitada, elevada y noble (la madera del Líbano), con la naturaleza de Dios (el oro) como base, la redención de Cristo (la plata) como soporte, el trono real (púrpura) como su asiento, y el amor de los creyentes como el recamado interior.

4. El Espíritu exhorta a los creyentes vencedores a que dejen de mirarse a sí mismos y que miren a Cristo, a la humanidad de El

  “Salid, oh hijas de Sión, y ved al rey Salomón con la corona con que le coronó su madre en el día de sus bodas, y el día del gozo de su corazón” (v. 11). Aquí el Espíritu exhorta a los creyentes vencedores a que dejen de mirarse a sí mismos y que miren a Cristo, a la humanidad de Su encarnación, la corona de Su gloria, en el día en que los creyentes son desposados con Cristo, un día de gozo del corazón.

  Si Cristo no tuviera humanidad, no podría casarse con nosotros, ni tampoco nosotros los humanos con El. Así que, el hecho de que seamos desposados con Cristo depende de Su humanidad, la cual es Su corona. La humanidad con la que Cristo se revistió en Su encarnación y se elevó en Su resurrección es Su corona. Debemos mirar solamente a Cristo en Su humanidad.

  A estas alturas, debemos observar que la unión de la litera con su durmiente, la unión del palanquín con su jinete, y la unión de la novia con su novio, indicadas en los tres puntos ya mencionados, representan la plena unión que la amada tiene con Cristo. Por haber sido unidos a Cristo, nos hemos convertido en la nueva creación.

B. La hermosura de la amada, la novia, como nueva creación

  En 4:1-5 vemos la hermosura de la amada, la novia, como nueva creación.

1. La belleza que hay en su sencillez y perspicacia por el Espíritu

  “He aquí que tú eres hermosa, amor mío; he aquí que tú eres hermosa; tus ojos son como de palomas detrás de tu velo; tus cabellos como manada de cabras que se recuestan en el monte de Galaad” (v. 1). En este versículo, vemos la belleza que hay en su sencillez y perspicacia por el Espíritu, lo cual es imperceptible a los de afuera, y en su sumisión y obediencia al ser alimentada por Dios, lo cual subyuga su desobediencia entre los desobedientes.

2. La belleza que tiene al recibir el alimento divino

  “Tus dientes como manadas de ovejas trasquiladas, que suben del lavadero, todas con crías gemelas, y ninguna entre ellas ha perdido su cría” (v. 2). Esto habla de la belleza que ella tiene al recibir el alimento divino por el poder que ha obtenido al ser juzgado en la cruz, limpiado por el lavamiento del Espíritu, fortalecido dos veces y equilibrado, sin perder fuerza.

3. La belleza que tiene al hablar con la redención y autoridad de Cristo

  “Tus labios como hilo de escarlata, y tu boca hermosa; tus mejillas, como cachos de granada detrás de tu velo” (v. 3). Esta es la belleza que tiene cuando habla con la redención de Cristo y con Su autoridad usando su hermosa boca, y en su expresión llena de vida, la cual se esconde.

4. La hermosura de su voluntad sometida a Cristo

  “Tu cuello, como la torre de David, edificada para armería; mil paveses están colgados en ella, todos escudos de valientes (v. 4). Aquí vemos la belleza en su voluntad sometida a Cristo, la cual es rica en el poder defensor.

5. La belleza de su tierna fe y dulce amor

  “Tus dos pechos, como dos crías, gemelas de gacela, que se apacientan entre lirios” (v. 5). Esto habla de la belleza de su tierna fe y su dulce amor, que son fortalecidos doblemente y nutridos en las circunstancias de una vida pura y confiada.

C. Su búsqueda más profunda

  El versículo 6 habla de su búsqueda más profunda: “Hasta que apunte el día y huyan las sombras, me iré al monte de la mirra, y al collado del olíbano”. En su búsqueda más profunda, ella está dispuesta a ir y permanecer en la muerte y resurrección de Cristo, en aquellas cumbres, hasta que El venga, cuando amanezca el día y huyan las sombras. Antes, ella tenía miedo de las grietas de la peña y de lo escondido de escarpados parajes, pero ahora está dispuesta a permanecer allí, en la muerte y resurrección de Cristo.

II. LLAMADA A VIVIR EN ASCENSION

  En los versículos del 7 al 15, la que ama a Cristo es llamada a vivir en ascensión.

A. Su llamado

  En los versículos 7 y 8, el Amado llama a la que lo ama.

1. El evalúa la belleza y la perfección de ella

  “Toda tú eres hermosa, amor mío, y en ti no hay mancha” (v. 7). Aquí el Amado evalúa la belleza y la perfección de ella.

2. Le pide a ella que, como novia Suya, observe con El en ascensión

  “Ven conmigo desde el Líbano, oh novia mía; ven conmigo desde el Líbano. Mira desde la cumbre de Amana, desde la cumbre de Senir y de Hermón, desde las guaridas de los leones, desde los montes de los leopardos” (v. 8). Amana quiere decir “verdad,” Senir significa “armadura suave,” y Hermón significa “destrucción”. En este versículo, El le pide a ella que, como novia Suya, observe con El en ascensión, el lugar más elevado de la verdad y de la victoria de Cristo en Su lucha, y desde los lugares celestiales de los enemigos. Aquí vemos un vivir en la ascensión de Cristo.

B. Su callada respuesta

  La que ama no contesta al llamado del Amado audiblemente. El versículo 9 indica que ella responde silenciosamente: “Prendiste mi corazón, hermana, novia mía; prendiste mi corazón con una sola mirada de tus ojos, con una sola hebra de tu collar”. Aquí El considera que ella es uno con El en naturaleza y también la considera como Su novia, cuya respuesta silenciosa, por una breve mirada y por su sumisión a las instrucciones de Dios, ha apasionado el corazón de El.

C. El disfruta de ella en privado

  Los versículos del 10 al 15 describen cómo El disfruta de ella en privado.

1. Disfruta su hermoso amor

  “¡Cuán hermosos son tus amores, hermana, novia mía! ¡Cuánto mejores que el vino tus amores, y el olor de tus ungüentos que todas las especias aromáticas!” (v. 10). Considerando que ella es uno con El en naturaleza y que es Su novia, El disfruta su hermoso amor, que es mucho mejor que el vino, y sus ungüentos, que eran del Rey (1:3) y son más aromáticos que todas las especias.

2. Disfruta las palabras de ella como miel fresca así como la fragancia de la conducta de ella

  “Miel fresca destilan tus labios, oh novia; miel y leche hay debajo de tu lengua; y el olor de tus vestidos como el olor del Líbano” (4:11). El disfruta las palabras de ella como miel fresca (que restaura al débil), que destilan sus labios, y disfruta las palabras de ella como miel y leche (que restauran al débil y alimentan a los inmaduros), qué están bajo su lengua, y la fragancia de su conducta como el aroma de la ascensión.

3. La considera un huerto cerrado, un manantial cerrado y una fuente sellada

  “Huerto cerrado eres, hermana mía, novia mía; manantial cerrado, fuente sellada” (v. 12). El no la considera como un lugar abierto y público sino como un huerto cerrado, un manantial cerrado y una fuente sellada.

a. Un huerto cerrado, donde crecen todo tipo de plantas de distintos colores

  “Tus renuevos son huerto de granados, con frutos exquisitos, de flores de alheña y nardos; nardo y azafrán, cálamo y canela, con todos los árboles de olíbano; mirra y áloes, con todas las principales especias aromáticas” (vs. 13-14). Cuando El la disfruta, ella es un huerto cerrado donde crecen todo tipo de plantas de distintos colores, como expresiones diversas de la vida interior y con una variedad de fragancias como la rica expresión de la vida madura.

b. Una fuente sellada con un manantial cerrado que fluye como pozo de agua de vida

  “Fuente de huertos, pozo de aguas vivas, que corren del Líbano” (v. 15). El la considera como fuente sellada con manantial cerrado en huertos, que fluye como pozo del agua de vida del Espíritu vivificante y como arroyos de la vida de resurrección.

III. LLEVA UNA VIDA DE AMOR

  Cantar de los cantares 4:16-5:1 habla de llevar una vida de amor.

A. La respuesta de la novia

  El versículo 16 es la respuesta de la novia: “Levántate, viento del norte, y ven, viento del sur; soplad en mi huerto, despréndanse sus especias. Venga mi amado a su huerto, y coma su fruto exquisito”. Ella desea que las circunstancias difíciles (el viento del norte) y las agradables (el viento del sur) operen en ella como en un huerto para que se desprenda su aroma. Ella le pide a su Amado que entre en ella como en un huerto y que disfrute de su fruto exquisito. Todos debemos considerarnos como huertos para Cristo, los cuales producen fruto para Su disfrute.

B. La respuesta del Amado

  “Yo he entrado en mi huerto, oh hermana, novia mía; he recogido mi mirra y mis especias; he comido mi panal y mi miel, mi vino y mi leche he bebido. Comed, amigos; bebed, oh amados, bebed bastante” (5:1). Aquí el amado contesta, invitando a Sus “amigos” queridos, el Dios Triuno, a comer y beber en abundancia, para disfrutarla con El.

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