Mostrar cabecera
Ocultar сabecera
+
!
NT
-
Navega rápidamente por los libros de vida del Nuevo Testamento
AT
-
Navega rápidamente por los libros de vida del Antiguo Testamento
С
-
Mensajes del libro «Estudio-Vida de Colosenses»
Чтения
Marcadores
Mis lecturas


Mensaje 14

CRISTO, EL MISTERIO DE LA ECONOMÍA DE DIOS

  Lectura bíblica: Col. 1:25-29

  En este mensaje llegamos al misterio de la economía de Dios, el misterio que en realidad es Cristo mismo.

  En 1:25 Pablo habla de la mayordomía de Dios. La palabra griega traducida mayordomía, oikonomía, puede traducirse también economía o administración. La mayordomía es la economía, y la economía de Dios es Su dispensación, Su impartición. La intención de Dios en Su economía consiste en impartir Su ser —Padre, Hijo y Espíritu— en Su pueblo escogido.

  Cristo es el misterio, el secreto y el foco de la economía divina, lo cual significa que Él mismo es el secreto de la impartición del Dios Triuno en su pueblo escogido. Cristo es el enfoque central de la impartición divina. Dicha impartición está enteramente relacionada con Cristo y gira en torno a Él.

  A pesar de que los cristianos han leído las epístolas de Pablo durante siglos, muy pocos han visto la economía divina y que Cristo es el misterio de dicha economía. Puedo testificar que después de haber leído Efesios y Colosenses durante muchos años, empecé a ver que Cristo es el misterio de la economía de Dios. En los primeros años de mi vida cristiana, yo no vi que Cristo era el secreto de la impartición de Dios. Éste es un asunto que está escondido y no concuerda con nuestros conceptos naturales. Si queremos ver este asunto, debemos orar y ejercitar nuestro espíritu mientras estudiamos la Epístola a los Colosenses en forma detallada. Examinemos ahora detenidamente 1:25-29.

UN MINISTRO DE LA IGLESIA

  Leamos el versículo 25: “De la cual fui hecho ministro, según la mayordomía de Dios que me fue dada para con vosotros, para completar la palabra de Dios”. La expresión “de la cual” se refiere a la iglesia, mencionada en el versículo 24, lo cual indica que Pablo llegó a ser un ministro, no de cierta enseñanza, predicación u obra misionera, sino de la iglesia. La palabra “ministro” denota a uno que sirve. Pablo llegó a ser esta clase de ministro conforme a la mayordomía, economía o dispensación de Dios. Él recibió esta mayordomía por causa de la iglesia, y dicha mayordomía tenía como fin completar la palabra de Dios.

EL MISTERIO MANIFESTADO A LOS SANTOS

  Observe que el versículo 25 no termina con un punto sino con una coma, después de la cual Pablo agrega en el versículo 26: “El misterio que había estado oculto desde los siglos y desde las generaciones, pero que ahora ha sido manifestado a Sus santos”. Conforme a la gramática, la expresión “el misterio” mencionada en el versículo 26 está en aposición con “la palabra de Dios”, que se encuentra en el versículo 25. Esto significa que la palabra de Dios es el misterio que se mantuvo oculto desde las edades y generaciones, y que finalmente fue manifestado a los santos. “Desde los siglos” significa desde la eternidad, mientras que “desde las generaciones” significa desde los tiempos. El misterio tocante a Cristo y la iglesia estaba escondido desde la eternidad y desde todos los tiempos hasta la era del Nuevo Testamento, en la cual ha sido manifestado a los santos, a los que creen en Cristo.

  Es muy significativo que Pablo no dice en el versículo 26 que el misterio fue manifestado a los apóstoles, sino que fue manifestado a los santos. Debido a la influencia de la tradición religiosa, muchos creen que asuntos como la economía de Dios no pueden ser entendidos por los “laicos”. ¡Cuánto agradecemos al Señor por manifestar este misterio a los santos, a todos los que creen en Cristo! Aun los más jóvenes de entre nosotros tienen la posición y el privilegio de ver este misterio. Tenemos el privilegio de ver algo que no fue revelado a Adán, Noé, Abraham, Moisés, ni a profetas como Isaías, Jeremías y Zacarías. ¡Alabado sea el Señor porque podemos conocer la palabra de Dios de forma completa! Podemos conocer a Cristo como el misterio de la economía de Dios y el Cuerpo como la plenitud de Cristo. Además, podemos saber que la iglesia es el nuevo hombre que tiene a Cristo por contenido y constituyente. Ninguna de estas cosas fueron reveladas al pueblo de Dios en la era del Antiguo Testamento.

  Hoy en día, nuestra atención se centra en Cristo como misterio de Dios y en la iglesia como misterio de Cristo. Como misterio de Dios, el Cristo todo-inclusivo es la corporificación de Dios y también el Espíritu vivificante. La iglesia como misterio de Cristo es el Cuerpo de Cristo, Su plenitud, y también el nuevo hombre que lo expresa en plenitud. Éste es el misterio que ha sido manifestado a los santos.

  Lo que escribe Pablo en esta epístola es bastante complejo. Él usa muchas frases extensas que contienen varias cláusulas y pronombres relativos. De hecho, los versículos del 24 al 29 pueden considerarse una sola frase. En el versículo 27, que es la continuación del versículo 26, Pablo dice: “A quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria”. La expresión “a quienes” al principio de este versículo se refiere a los santos mencionados en el versículo anterior. Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio a nosotros los santos. Este misterio, que es Cristo en nosotros como esperanza de gloria, es dado a conocer entre los gentiles. La palabra “que” del versículo 27 se refiere al misterio. Este misterio, lleno de gloria entre los gentiles, es Cristo en nosotros. Cristo en nosotros es un hecho misterioso y también glorioso. Debido a que Pablo abordaba asuntos muy profundos, tuvo que valerse de una redacción compleja y usar oraciones muy largas.

LAS RIQUEZAS DE LA GLORIA DEL MISTERIO

  Ahora prestemos especial atención a la frase “las riquezas de la gloria de este misterio”, mencionada en el versículo 27. Las riquezas de este misterio entre los gentiles son las riquezas de todo lo que Cristo es para los creyentes gentiles (Ef. 3:8). En la época en que Pablo escribió a los colosenses, los judíos tenían a los gentiles por cerdos. Sin embargo, Pablo dijo que Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles, es decir, entre los “cerdos” gentiles. También se usan otros términos para describir a los gentiles, a saber: pecadores, rebeldes, enemigos de Dios, hijos de desobediencia e hijos de ira. Antes de ser salvos, nosotros pertenecíamos a esta categoría; pero aun entre tales personas, Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio. Después de ser salvos, ¿no tuvieron la sensación de haber entrado en la gloria? Muchos tuvimos esta clase de experiencia. A pesar de haber sido pecadores, enemigos y rebeldes, fuimos hechos hijos de Dios. Ahora somos también herederos de Dios, copartícipes de Cristo e incluso miembros de Cristo. Además, el Nuevo Testamento revela que somos reyes y sacerdotes. Como herederos de Dios, no sólo heredaremos a Dios mismo, sino también todas las cosas. Somos hijos de Dios, herederos de Dios, compañeros de Cristo, y reyes y sacerdotes. ¡Cuán glorioso es esto!

  Si visualizamos esta gloria, también sabremos lo que significa las riquezas de la gloria, aunque no tengamos las palabras adecuadas para describirlas. Estas riquezas incluyen la vida y la naturaleza divinas, la unción y el Espíritu todo-inclusivo. Otros aspectos de dichas riquezas son la justicia, la justificación, la santidad, la santificación, la transformación, la glorificación, el consuelo y la presencia divina. Sería imposible enumerar todas las riquezas, ya que son incontables. Tales son las riquezas de esta gloria, la cual nos pertenece por ser hijos y herederos de Dios, compañeros de Cristo, y reyes y sacerdotes.

  La clave para disfrutar las riquezas de la gloria es Cristo mismo. Los judíos de la antigüedad eran el pueblo de Dios, y no “cerdos” gentiles; sin embargo, ellos no quisieron reconocer al Señor Jesús como su Mesías. Hoy en día, para muchos judíos, la palabra Mesías no conlleva ninguna realidad. Cuando su Mesías venga y ellos lo reconozcan, Él sólo estará entre ellos. No obstante, 1:27 indica que Cristo no solamente está entre nosotros, sino en nosotros. Para nosotros, Cristo no es solamente una persona objetiva, sino una persona subjetiva que mora en nosotros. Debemos decirles a los judíos que, en lugar de esperar a que su Mesías venga visiblemente, ellos pueden ahora mismo recibir a Cristo, el verdadero Mesías, para que more en ellos y puedan convertirse así en hijos de Dios. Los judíos que reciban a Cristo, no sólo serán el pueblo escogido de Dios, sino también hijos de Dios, regenerados por Él. ¡Cuán glorioso es que Cristo more en nosotros!

  Los que creemos en Cristo conocemos las riquezas de la gloria de este misterio. Resulta imposible agotar todos los aspectos de las riquezas de esta gloria. Todas las bendiciones de la Biblia se encuentran incluidas en las riquezas de esta gloria, la cual es nuestra porción. Esta gloria es la gloria del misterio entre los gentiles, y dicho misterio es Cristo en nosotros. El Cristo que mora en nosotros es un misterio glorioso de incontables riquezas. Éste es el punto clave del libro de Colosenses.

REGRESEMOS AL MISTERIO

  Desafortunadamente, los colosenses habían perdido la visión de este misterio y se habían distraído con filosofías, observancias, ordenanzas y prácticas. Ellos habían sido llevados cautivos y habían sido privados de su premio, a saber, del Cristo que lo es todo. Al igual que los colosenses, los cristianos de hoy han perdido la visión de la gloria de Cristo, quien es el misterio de la economía de Dios. Hoy la gran mayoría de los verdaderos creyentes han sido distraídos de Cristo y arrastrados hacia otras cosas que no son Él. Puesto que los colosenses estaban distraídos, Pablo les escribió con el fin de decirles que el misterio que había estado oculto desde los siglos y desde las generaciones, había sido manifestado a los santos. Dicho misterio es el Cristo todo-inclusivo que mora en nosotros. Puesto que tenemos a Aquel que lo es todo y en todos, no necesitamos recurrir a filosofías, ordenanzas, observancias ni prácticas. ¡Cuánto le pido al Señor que todos podamos regresar a este misterio! Olvidémonos de todo lo que no sea Cristo y preocupémonos únicamente por Él. Cristo, el misterio entre los gentiles, posee una gloria llena de riquezas.

LA ESPERANZA DE GLORIA

  En el versículo 27 Pablo dice que Cristo en nosotros es la esperanza de gloria. Cristo es el misterio que ahora está lleno de gloria. Esta gloria será manifestada en su plenitud cuando Cristo regrese para glorificar a Sus santos (Ro. 8:30). Por lo tanto, tal gloria es una esperanza, la esperanza de gloria. Cristo mismo es también la esperanza de gloria.

  Hoy en día, podemos vivir en Cristo, por Cristo y con Cristo. Podemos vivirle, crecer en Él y producirlo como nuestro fruto; al mismo tiempo, Él es nuestra esperanza de gloria. Si recibimos la visión de que el Cristo todo-inclusivo que mora en nosotros es nuestra esperanza de gloria, ocurrirá un cambio radical en nuestra vida diaria. Diremos: “Señor, a partir de este momento, no me preocuparé por ninguna otra cosa que no sea Tú. No me preocuparé por doctrinas, ordenanzas, regulaciones ni por tradiciones. No me importa la religión, la filosofía ni los rudimentos del mundo. Lo único que me importa eres Tú, la propia corporificación de Dios y el Espíritu vivificante que mora en mi espíritu. Puesto que eres tan real, viviente y accesible en mi espíritu, yo puedo vivir por Ti y contigo. Señor, lo único que deseo es experimentarte de esta manera”.

  Al final del Nuevo Testamento se nos exhorta a andar conforme al espíritu mezclado (Gá. 5:16, 25; Ro. 8:4). Debemos andar conforme al Cristo, quien es la gloria llena de riquezas. ¡Oh, que todos recibamos esta visión! Una vez que la tengamos, ésta regirá cada aspecto de nuestro diario andar.

  Si recibimos esta visión, descubriremos cuán distraídos están los cristianos con cosas que no son Cristo. Tal vez presten atención a cosas que son buenas, bíblicas, fundamentales y aun espirituales. No obstante, tales cosas no son Cristo mismo. Es crucial que veamos el Cristo que es el misterio que había estado oculto desde la eternidad, pero que ahora ha sido manifestado a los santos en la era del Nuevo Testamento. Dios quiso dar a conocer entre los gentiles las riquezas de la gloria de este misterio, que es Cristo en nosotros, la esperanza de gloria. Este misterio es la clave de nuestra vida cristiana y de la vida de iglesia.

PRESENTAR A TODO HOMBRE PERFECTO EN CRISTO

  En el versículo 28 Pablo dijo que anunciaba a Cristo. No dijo que enseñaba ni que predicaba a Cristo, sino que lo anunciaba. Al anunciarlo, él estaba “amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo a todo hombre”. El ministerio de Pablo, ya sea al anunciar a Cristo o al amonestar y enseñar a todo hombre en toda sabiduría, tenía como fin ministrar a Cristo en otros para que ellos pudiesen llegar a ser perfectos y completos, al madurar con Cristo hasta llegar a una etapa de plena madurez.

  Llegar a ser plenamente maduros en Cristo es un asunto de vida. Es necesario que Cristo se añada a nosotros. Luego necesitamos crecer en Cristo y gradualmente ganar más de Su estatura. Finalmente, al forjarse Él en nosotros, llegamos a ser perfectos en Cristo.

  La meta del ministerio de Pablo era presentar perfecto en Cristo a todo hombre. Cada vez que examino la frase “presentar perfecto en Cristo a todo hombre”, me doy cuenta de mis deficiencias. En lo profundo de mi ser el Espíritu me amonesta en cuanto a mi ministerio. Me preocupa saber a cuántos podré presentar perfectos en Cristo. El peso de esta responsabilidad me abruma. Interiormente siento que me es impuesta la carga de anunciar a Cristo, y de amonestar a todo hombre y de enseñarles acerca de Cristo, a fin de presentarlos perfectos en Cristo.

  El concepto de Pablo en 1:28 es completamente distinto del que sostienen los pastores y ministros cristianos de hoy en día. Según Pablo, su ministerio consistía en impartir a Cristo en las personas para que crecieran en Cristo hasta la madurez. Él sabía que Cristo debía ser añadido a los creyentes hasta que ellos llegasen a ser perfectos en Cristo. Nuestro concepto debe ser el mismo que Pablo. Los ancianos, al cuidar de los santos en las iglesias, deberían esforzarse por presentar perfectos en Cristo a todos estos amados.

LUCHAMOS SEGÚN LA OPERACIÓN DE ÉL

  En el versículo 29, Pablo agrega: “Para lo cual también trabajo, luchando según la operación de El, la cual actúa en mí con poder”. Las palabras “para lo cual” se refieren al hecho de presentar perfecto en Cristo a todo hombre. Con este fin, Pablo trabajaba, luchaba y combatía. No obstante, su lucha era según la operación de Cristo en él. ¡Aleluya, el Cristo que mora en nosotros está ahora operando en nuestro interior! Al operar en nosotros, Él nos infunde Su vigor. Mientras Él nos vigoriza interiormente, nosotros debemos laborar en cooperación con Su operación.

  La operación de Cristo actúa con poder. La palabra griega traducida “poder” es la misma palabra de donde proviene el vocablo “dínamo”. Sin lugar a dudas, este poder se refiere al poder de la vida de resurrección (Fil. 3:10), el cual operó en el apóstol y también opera en todos los creyentes (Ef. 1:19; 3:7, 20). Por medio de este poder interior de vida, Cristo opera en nosotros. Este poder difiere del poder creador de Dios. El poder creador de Dios produce las cosas materiales que están a nuestro alrededor, mientras que Su poder de resurrección realiza en nuestro interior los asuntos espirituales para la iglesia. Era conforme al poder de resurrección que Pablo trabajaba, luchaba y combatía. Mediante la operación de este poder, él podía llevar a cabo su ministerio y presentar perfecto en Cristo a cada santo.

  Espero que nuestros ojos sean abiertos para ver que la meta de nuestra obra y de nuestro ministerio debe ser ministrar a Cristo a otros, a fin de que ellos crezcan con la medida de Cristo, quien es el misterio de la economía de Dios.

Biblia aplicación de android
Reproducir audio
Búsqueda del alfabeto
Rellena el formulario
Rápida transición
a los libros y capítulos de la Biblia
Haga clic en los enlaces o haga clic en ellos
Los enlaces se pueden ocultar en Configuración