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Mensajes del libro «Estudio-Vida de Eclesiastés»
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Mensaje 1

VANIDAD DE VANIDADES

(1)

  Lectura bíblica: Ec. 1:1-11

  En este mensaje daremos una introducción al estudio-vida de Eclesiastés y luego empezaremos a examinar su contenido.

1. INTRODUCCION

A. Título

  El título, Eclesiastés, en hebreo es Qohelet y significa “predicador” o “maestro”, aquel que congregaba a los hijos de Israel en una asamblea y les hablaba.

B. El escritor

  El escritor del libro de Eclesiastés fue el sabio rey Salomón (Ec. 1:1, 12; 12:9; cfr. 1 R. 4:32).

C. La época

  Este libro fue escrito cerca del año 977 a. de C., después de la caída de Salomón.

D. El lugar

  El libro de Eclesiastés fue escrito en Jerusalén (Ec. 1:1, 12).

E. El contenido

  Después de haberse apartado de Dios y de volver a El, Salomón describe en Eclesiastés la vida humana del hombre caído, la cual transcurre debajo del sol, en el mundo corrupto. El aplicó su corazón a inquirir y a buscar todo lo que se hacía debajo del cielo, y observó que, conforme a los fenómenos naturales, todas las cosas que siguen un ciclo, permanecen iguales generación tras generación; todas son fatigosas y no hay nada nuevo. Concluye declarando que, para la vida humana del hombre caído, todo es vanidad de vanidades, semejante a correr tras el viento. El sabio rey, en su sabiduría, llegó a tal conclusión, la cual puede considerarse una historia de la vana vida de un hombre caído. La conclusión dada a este libro es como una endecha para un hombre cuyo fin es miserable.

  Según Eclesiastés, la historia humana, desde su principio hasta el presente día, es vanidad. Puesto que la creación fue sujetada a vanidad y a la esclavitud de la corrupción, todo lo que está debajo del sol es vanidad. Las palabras de Pablo al respecto, en Romanos 8:20-21, corresponden a Eclesiastés. Hoy la gente no está viviendo; en realidad, está muriendo. Nacimos para morir, es decir, que empezamos a morir desde el día de nuestro nacimiento. Así, vemos que la vida humana debajo del sol es vanidad de vanidades.

F. La idea central

  Salomón poseía una sabiduría sin par, una posición suprema, riquezas insuperables, y centenares de esposas y concubinas, pero debido a que se entregó a la concupiscencia, cayó hasta un nivel sin precedente. Todas las experiencias positivas y negativas de la vida humana debajo del sol lo dejaron impresionado y ocupado con la idea central de este libro, es decir, la vanidad de vanidades de la vida humana debajo del sol, cuando uno se aparta de Dios. Dios creó al hombre con un propósito muy elevado y noble, es decir, lo creó para que le expresara como semejanza de El en Su vida, Su naturaleza y Su expresión. Pero Satanás el diablo, el enemigo de Dios, intervino y se inyectó como pecado en el hombre que Dios había creado para Su propósito. Por causa de esta caída, el hombre y todas las cosas creadas que Dios había encomendado al dominio del hombre, fueron introducidos en la esclavitud de la corrupción, y sujetados a vanidad (Ro. 8:20-21). De esta manera, la vida humana en el mundo corrupto también vino a ser vanidad, el correr tras el viento. El escritor, Salomón, lo comprendió ampliamente y lo recalcó constantemente en su descripción. No obstante, no se desanimó por ello; antes bien, nos enseñó que hay una manera de salir de esta vanidad, siempre y cuando el hombre se vuelva a Dios y lo tome como su todo —como redención, vida, riqueza, disfrute, placer y satisfacción— para que el hombre vuelva a ser usado por Dios, a fin de que se cumpla el propósito original que Dios tenía con respecto al hombre, con miras a realizar Su economía eterna (Ec. 12:13-14).

II. EL LIBRO EN SI

A. Palabras de apertura

  Ec. 1:1-11 da las palabras de apertura.

1. El escritor

  El versículo 1 indica que el escritor fue Salomón, hijo de David, rey de Jerusalén: el Predicador.

2. El tema

  En los versículos del 2 al 11 vemos que el tema de este libro es vanidad de vanidades.

a. Todo el trabajo del hombre debajo del sol sigue un ciclo

  Todo el trabajo del hombre debajo del sol sigue un ciclo (vs. 3-4). Todos los días el sol sale y se pone. Cada año una estación sigue a la otra. Los padres traen hijos al mundo y mueren finalmente. Los hijos crecen y a su vez tienen hijos; y luego ellos también mueren. Tal ciclo continúa sin parar, y nada es nuevo.

b. Todo sigue igual

  Todo sigue igual, generación tras generación, como los fenómenos naturales (vs. 4-7).

c. Todo es fatigoso

  Todas las cosas son fatigosas, es decir, no satisfacen, nada es nuevo y no hay memoria de lo que precedió (vs. 8-11).

B. Lo que ensayó el escritor

  Eclesiastés 1:12-6:12 es una sección extensa que presenta lo que ensayó el escritor.

1. En sabiduría y conocimiento

  El primer experimento tenía que ver con la sabiduría y el conocimiento (Ec. 1:12-18). El escritor declara que este penoso trabajo dio Dios a los hijos de los hombres, para que se ocupen en él (v. 13). Lo torcido no se puede enderezar y lo incompleto no puede contarse (v. 15). En la mucha sabiduría hay mucha molestia, y quien aumenta el conocimiento, también aumenta su tristeza (v. 18). Conocer la sabiduría, las locuras y los desvaríos también equivale a correr tras el viento (v. 17).

2. En placeres

  En 2:1-11, se describe lo que el escritor ensayó en cuanto al placer, particularmente en el gozo (vs. 1-2), el beber (v. 3), el edificar y plantar (vs. 4-6), los bienes (v. 7), la plata y el oro (v. 8a), la música (v. 8b), y los deleites con muchas concubinas (v. 8c). Después de haber disfrutado de placeres incomparables, con su sabiduría Salomón encontró que todo ello era vanidad y correr tras el viento, sin provecho debajo del sol (vs. 9-11).

3. Como sabio y como necio

  Los versículos del 12 al 26 describen lo que el escritor ensayó como sabio y como necio.

a. Es mejor ser sabio que necio

  Es mejor ser sabio que necio, pero después de la muerte ambos vienen a ser vanidad, como correr tras el viento. Así que Salomón odiaba la vida debajo del sol, la cual le fastidiaba (vs. 12-17).

b. Salomón, un hombre que laboraba mucho, iba a dejar el fruto de su labor a alguien que nunca trabajó en ello

  Salomón, un hombre que trabajaba con sabiduría, conocimiento, destreza y afán, y que dejaría su hacienda a un hombre que no había trabajado en ello, aborreció todo su trabajo que había hecho debajo del sol y se desesperanzó acerca de ello, al ver que dejaría todo que había obtenido a alguien que vendría después de él, considerando esto un mal grande, que le causaba dolores y molestia, lo cual no permitían que su corazón reposara de noche. Por tanto, todo era vanidad y correr tras el viento para él (vs. 18-23).

c. Salomón reconoce lo que proviene de la mano de Dios

  Salomón consideró que no había cosa mejor para el hombre que comer y beber, y que su alma goce el bien de su trabajo, y reconoció que esto proviene de la mano de Dios, quien da sabiduría conocimiento y gozo al hombre que es bueno ante Sus ojos (Ec. 3:13; 5:18-20), mas al pecador da el trabajo de recoger y amontonar, para darlo al que es bueno ante Dios. Para Salomón, también esto es vanidad y correr tras el viento (Ec. 2:24-26).

4. En la fortuna determinada por la soberanía de Dios

  En Ec. 3:1-15, tenemos una palabra acerca de lo que Salomón ensayó en cuanto al destino bajo la soberanía de Dios.

a. Un tiempo para todo

  Todo tiene su tiempo, señalado por Dios. ¿Qué provecho tiene el que trabaja, de aquello en que se afana? (vs. 1-9).

b. Las razones por las cuales Dios designó un tiempo para todo

  Salomón enumera las razones por las cuales Dios designó un tiempo para todo.

1) Dios ha dado trabajo a los hijos de los hombres

  Dios ha dado trabajo a los hijos de los hombres para que se ocupen en él (v. 10).

2) Dios ha puesto eternidad en el corazón del hombre

  Dios lo hizo todo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad (una aspiración por lo eterno) en el corazón del hombre, sin que alcance éste a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin (v. 11). Dios, al crear al hombre, puso algo en él, que Salomón llama “eternidad”. Esto significa que en el hombre hay cierta aspiración por Dios, una aspiración por lo eterno. Aunque las cosas físicas sean agradables, son temporales.

  Muchos de los que han tenido éxito en sus vidas pueden dar testimonio de que, cuando intentaban superarse en su carrera, sentían un vacío dentro de ellos. Así, empezaron a darse cuenta de que buscaban algo eterno. Después de lograr lo que deseaban, sienten que eso no significa nada. Este sentir proviene de la aspiración por algo eterno, la cual reside dentro del corazón del hombre.

  Según nuestras experiencias personales, sabemos que cada vez que tenemos éxito en nuestra vida humana, también sentimos un vacío. Esto indica que dentro del hombre hay una aspiración por lo eterno. Dios ha puesto esta aspiración, esta búsqueda, en el corazón del hombre, a fin de que busque a Dios. Cada persona, sobre todo las que reflexionan, tiene dentro de sí este anhelo y búsqueda de lo eterno.

3) No hay cosa mejor para el hombre que alegrarse y hacer el bien en su vida

  Los versículos 12 y 13 declaran que no hay cosa mejor para el hombre que alegrarse y hacer el bien en su vida, comiendo, bebiendo y gozando del bien de toda su labor; esto es un don de Dios.

  Dios creó al hombre para Sí mismo, pero Satanás sedujo al hombre y lo incitó a que abandonara a Dios; por consiguiente, el hombre cayó. No obstante, Dios sigue bendiciendo al hombre para que éste pueda llevar un buen vivir y disfrutar de varias cosas materiales. Al bendecir al hombre con bienes materiales, Dios preserva la existencia de la humanidad de generación en generación. De esta manera, Dios ha preservado al linaje humano con miras a redimir Sus elegidos.

  Sin las bendiciones de Dios nadie podría vivir en la tierra. Por una parte, todo lo que se encuentra debajo del sol es vanidad de vanidades y está sujeto a la esclavitud de la corrupción. Pero por otra, ciertas cosas en la vida humana, como la educación, el trabajo y el matrimonio, nos atraen. Si no nos esforzáramos por obtener una buena educación, tener éxito en nuestro trabajo, llevar una buena vida matrimonial y una buena vida de familia, podríamos caer en la tentación de cometer suicidio. Dios usa los esfuerzos humanos para preservar al hombre sobre la tierra. Pues si la humanidad dejara de existir, Dios no podría obtener Sus elegidos de entre el linaje humano caído. Si la humanidad se hubiese extinguido, Cristo no habría podido venir a la tierra, porque no habría quedado linaje para Su encarnación.

  El hombre ha caído, pero Dios sigue bendiciéndolo, mandando que el sol brille y la lluvia caiga, a fin de mantener un buen orden en el universo. Como resultado de ello, las personas tienen el deseo de seguir viviendo. De este modo, la humanidad es preservada y Dios puede así cumplir Su propósito, por el cual nos escogió antes de la fundación de la tierra.

  Nacimos en el tiempo designado y en el lugar correcto. Por consiguiente, todos estamos aquí para cumplir el propósito de Dios. Si Dios, bajo Su mano soberana, no hubiese preservado la vida humana física, ninguno de nosotros podría existir para cumplir Su propósito. Yo creo que ésta es la manera correcta de entender el punto de vista de Salomón cuando escribió que “es don de Dios que todo hombre coma y beba, y goce el bien de toda su labor” (v. 13).

4) Dios ordenó todo lo que está presente y todo lo que ha de ser

  Dios, en Su soberanía sobre todo, ha ordenado todo lo que está en el presente y lo que ha de ser, y busca emplear de nuevo lo que ocurrió en el pasado. Aquello que Dios hace es perpetuo; nada se le puede añadir ni quitar; de esta manera Dios hace que todos le teman y obtengan Su sabiduría para comprender el verdadero significado de la vida humana (vs. 14-15).

5. En los rangos y las clases de la sociedad humana

  Eclesiastés 3:16—4:16 tiene que ver con lo que ensayó Salomón en cuanto a las clases sociales y los rangos de la sociedad humana.

a. El juicio de Dios rebaja a los justos

  El juicio de Dios en el tiempo señalado rebaja a los justos al mismo nivel en que están los impíos (Ec. 3:16-17).

b. Dios demuestra que los hombres son sólo bestias

  Dios demuestra que los hombres son sólo bestias, bajándolos al mismo nivel que bestias. Por esto, no hay cosa mejor para el hombre que alegrarse en su trabajo, porque ésta es su porción; ya que, ¿quién lo llevará para que vea lo que ha de ser después de él? (vs. 18-22).

c. Los oprimidos lloran y los opresores tienen poder

  Los oprimidos lloran y los opresores tienen poder; pero ninguno de ellos tiene consolador. Salomón alabó a los muertos más que a los vivientes, y aún más al que no ha sido aún y no ha visto las malas obras que debajo del sol se hacen (Ec. 4:1-3).

d. Todo trabajo y destreza para hacerlo causan que el hombre tenga envidia contra su prójimo

  Todo trabajo y destreza de obras causan que el hombre tenga envidia contra su prójimo. El necio cruza sus manos y come su misma carne; más vale un puño lleno con sosiego, que dos puños llenos con trabajo; todo esto es vanidad y correr tras el viento (vs. 4-6).

e. El hombre solo y sin sucesor

  Un hombre solo y sin sucesor, que no tiene hijo ni hermano, nunca cesa de trabajar, ni sus ojos se sacian de sus riquezas; trabaja y se priva del bien, pero no para beneficio de nadie. Mejores son dos que uno, y mejor todavía tres que dos (vs. 7-12).

f. Mejor es el muchacho pobre y sabio, que el rey viejo y necio

  Mejor es el muchacho pobre y sabio, que el rey viejo y necio que no sabe ya ser amonestado (vs. 13-16).

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