Mostrar cabecera
Ocultar сabecera
+
!
NT
-
Navega rápidamente por los libros de vida del Nuevo Testamento
AT
-
Navega rápidamente por los libros de vida del Antiguo Testamento
С
-
Mensajes del libro «Estudio-Vida de Génesis»
Чтения
Marcadores
Mis lecturas


Mensaje 24

La segunda caida del hombre

(2)

  En este mensaje continuaremos nuestro estudio de la segunda caída del hombre. Como vimos en mensajes anteriores, en la primera caída el hombre comió algo equivocado. Según nuestro concepto humano, eso no era muy grave. Cuando yo era un cristiano joven, traté de alegar con Dios, y le preguntaba qué había de malo en comer un pedazo de fruta. Encontré a otros cristianos que tenían el mismo concepto. No obstante, si pasamos de Gn. 3 a Gn. 4, veremos las cosas malignas que brotan de esta pequeña semilla.

  A la semilla que entró en el hombre en Génesis 3 Pablo la llama pecado en Romanos 7. Leamos lo que dice Pablo en Romanos 7:19-20: “Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso practico. Mas si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí”. Aunque la mayoría de los cristianos sabe que Gálatas 2:20 dice “ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí”, son pocos los que prestan atención a Romanos 7:20, donde vemos que ya no obro yo, sino que el pecado mora en mí. Gálatas 2:20 nos muestra que el Cristo que mora en nosotros es una persona. Cristo, la corporificación misma de Dios, mora en nosotros. Según el mismo principio, podemos decir que el pecado que mora en nosotros también debe de ser una persona viviente. No tengo ninguna duda de que el pecado es la corporificación de Satanás. Cristo es la corporificación de Dios y mora en nuestro espíritu; mientras que el pecado es la corporificación de Satanás y mora en nuestra carne. Satanás, el maligno, se ha inyectado en nuestra naturaleza. Esto se produjo en Génesis 3, pero el resultado de esta inyección aparece en el hombre caído de Génesis 4.

  Esta simiente maligna empezó a expresarse religiosamente en forma de adoración a Dios. ¿Puede usted imaginar que la simiente de Satanás que mora en el hombre caído lo incitaría a adorar a Dios? No obstante, como mencionamos antes, la simiente que estaba en Caín lo incitó efectivamente a adorar a Dios, no conforme al camino de Dios ni a Su revelación, sino según sus conceptos de hombre caído. ¿Cuáles son los conceptos del hombre caído? Son la expresión de Satanás en el hombre. No olvide jamás el incidente relatado en Mateo 16:20-23, en el cual Pedro expresó su preocupación por el Señor. Pedro no se dio cuenta de que Satanás estaba presente en su concepto, pero el Señor lo reconoció y llamó a Pedro “Satanás”. Por consiguiente, el concepto del hombre caído no es más que la expresión de la presencia interior de Satanás.

d. La mentira del hombre y su arrogancia

  Génesis 4 nos muestra que la simiente maligna inyectada en el hombre en Génesis 3 empezó a manifestarse en lo que era aparentemente algo bueno: la adoración a Dios. No obstante, este capítulo nos muestra que la semilla se desarrolla más aún: primero los celos, luego la ira, el odio, el homicidio y las mentiras. Caín no sólo mató a su hermano, sino que también mintió a Dios mismo. ¿Puede imaginarse que esa persona se atrevió a mentirle a Dios? Después de que Caín mató a Abel, Dios se le presentó con bondad y misericordia. En cierto sentido, Dios no vino a juzgar ni a ejecutar la sentencia de muerte sobre Caín. Dios le preguntó a Caín dónde estaba su hermano. Esta pregunta indica que la puerta del arrepentimiento todavía estaba abierta. Si yo fuese Caín, habría dicho: “Señor, perdóname porque maté a mi hermano; cometí una acción muy pecaminosa”. Iluminado por el evangelio, habría confesado y pedido perdón. Pero escuche la respuesta de Caín: “No sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?” (Gn. 4:9). Esta respuesta era una gran mentira, la primera mentira en la historia de la raza humana. Juan 8:44 demuestra que no fue Caín solo el que mintió, sino que le diablo también mintió desde el principio. Caín fue uno con la mentira, el diablo. Satanás, el diablo, era mentiroso, y Caín cooperó con él para decir una gran mentira. La primera mentira de la tierra no se le dijo a un hombre, sino a Dios. Observe ahora el desarrollo de la semilla de Génesis 4: empezó con la adoración a Dios y continuó con la mentira a Dios. Además, Caín era arrogante. Sus palabras: “¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?” así lo demuestran. Ahora podemos ver hasta qué punto el hombre había caído. Toda la maldad que encontramos en Génesis 4 provenía de la pequeña simiente inyectada en el hombre en Génesis 3.

  Esta pequeña simiente permanece en nuestra naturaleza. Aparentemente, usted puede ser amable, bueno, agradable y comprensivo; pero en realidad, la simiente maligna de Satanás mora en su naturaleza. Por tanto, debemos seguir el camino de la salvación revelado por Dios. La simiente de la mujer herirá la cabeza de la serpiente, el maligno, quien es la fuente de todo mal (Gn. 3:15). La simiente de la mujer, nuestro Señor Jesucristo, hirió la cabeza de la serpiente objetivamente en la cruz; día y noche, El sigue hiriendo la cabeza de la serpiente subjetivamente dentro de nosotros. Bajo la sangre prevaleciente del Señor, la cual nos cubre, puedo testificar que varias veces en el día de hoy la simiente interior de la mujer ha herido la cabeza de la serpiente dentro de mí. Mientras no nos preocupemos por la simiente de la mujer, la simiente que está en nosotros, Satanás seguirá manipulándonos. No tenemos ninguna otra alternativa que creer diariamente que Jesús es la simiente de la mujer y a toda hora hiere la cabeza del maligno dentro de nosotros.

  No tenemos ninguna necesidad de cometer pecados para ser pecadores. Como seres humanos, ya somos pecaminosos. Somos pecaminosos por nacimiento. De hecho, éramos pecaminosos antes de nacer. Por consiguiente, no somos otra cosa que pecado. Si usted me pregunta lo que soy yo naturalmente, contestaría que no soy más que pecado. Estoy contaminado y soy corrupto. Necesito ser lavado por la sangre del Cordero de Dios. Necesito a Cristo como la simiente de la mujer para que aplaste la serpiente dentro de mí. No obstante, si adoro a Dios según mi propio concepto en lugar de tomar el camino de salvación de Dios, me encontraré automáticamente bajo el control del maligno. Si él me incita a adorar a Dios, al hacerlo él se apoderaría completamente de mí. Después de incitarme a adorar a Dios, él puede desarrollarse en mí hasta el punto de hacer de mí un hombre mentiroso y arrogante en presencia de Dios. Todos debemos ver que la simiente de cada maldad mora en nosotros.

  Cuando yo era un joven cristiano, decía: “Puesto que Satanás estaba en Caín, y éste era tan malo, ¿por qué Dios no lo eliminó? Si yo fuese Dios, lo habría sentenciado a muerte”. Pero Dios era bondadoso y misericordioso, y dejó abierta la puerta al arrepentimiento para Caín y para todas las personas caídas.

4. El resultado:

a. Una maldición peor

  Como resultado de la segunda caída del hombre, Dios pronunció una maldición peor: “Ahora, pues, maldito seas tú de la tierra, que abrió su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano. Cuando labres la tierra, no te volverá a dar su fuerza” (4:11-12). Estas palabras constituían una advertencia para Caín. Dios parecía decir: “Por haber hecho cosas tan malignas, la tierra recibirá una maldición peor que la anterior. Fue maldita a causa de la caída de tus padres y por eso produjo espinos y cardos (3:17-18). Ahora, debido a tu caída, la tierra recibirá una maldición mayor. Será maldita hasta el punto de no darte el producto de su fuerza por mucho que la labres”.

b. Anda errante y es extranjero

  Además, Dios le dijo a Caín que sería “errante y extranjero” (4:12). ¿Qué es un extranjero? Un extranjero o un nómada es una persona sin meta, sin hogar, sin satisfacción ni descanso. Un vagabundo no tiene morada ni comodidades; él anda errante continuamente por la tierra, pasando de un lugar a otro. Dios le dijo a Caín que sería un extranjero.

  Sin embargo, esta sentencia estaba llena de misericordia. Si en algún momento, Caín se hubiera arrepentido y hubiera buscado el perdón de Dios, el Señor lo habría perdonado con mucho gusto. Supongamos que Caín hubiese dicho: “Señor, estoy equivocado. No seguí el camino que indicaste a mis padres, el camino que mis padres me enseñaron. Ahora me arrepiento y sigo ese camino. Señor, perdóname”. Si Caín hubiera orado de esta manera, Dios ciertamente lo habría perdonado. Pero escuche la respuesta de Caín a la sentencia misericordiosa de Dios: “He aquí me echas hoy de la faz de la tierra, y de tu faz me esconderé, y seré errante y extranjero en la tierra; y sucederá que cualquiera que me hallare, me matará” (4:14, heb.). No detectamos el menor indicio de arrepentimiento. Caín sólo discutía con Dios, diciendo que sería echado de la tierra.

  ¿Qué significa ser echado de la faz de la tierra? Todos los lectores de la Biblia tienen dificultad para entender esto. ¿Qué significa eso según usted? Aparentemente, Caín no fue echado de la faz de la tierra. ¿Cómo podría ser echado de la faz de la tierra y seguir viviendo? Recuerde que esta palabra no fue dada por Dios, pues El sólo le dijo a Caín que sería errante y extranjero, y no que sería echado de la tierra. No obstante, Caín interpretó así las palabras de Dios, al darse cuenta de que estaba a punto de ser echado de la faz de la tierra. ¿Qué significa eso? Contestaré a esta pregunta más adelante en este mensaje.

  Caín no se arrepintió. El argumentó con temor. No temía a Dios, sino al hecho de que otros pudieran matarlo. ¿Por qué tenía ese temor? Porque había dado muerte a su hermano. A menudo el hermano Watchman Nee me decía: “Si alguien piensa que usted le puede robar, se debe a que esa persona debe de ser un ladrón. Sólo un ladrón teme que otros lo roben. Si usted nunca les roba a los demás, no pensará que le van a robar a usted”. Si no sabe nada de robos, jamás pensará que alguien puede robarle. Pero si usted roba, será consciente del peligro de que le roben. Caín tenía miedo de ser muerto porque él había matado a su hermano. Así que no se arrepintió, sino que argumentó con Dios, diciendo: “Y sucederá que cualquiera que me hallare me matará”. Caín sabía que no disponía de ninguna protección. Sin embargo, Dios fue bondadoso. La bondad de Dios es proporcional a nuestra capacidad de recibir. “Y le respondió Jehová: Ciertamente cualquiera que matare a Caín, siete veces será castigado. Entonces Jehová puso señal en Caín, para que no lo matase cualquiera que le hallara” (4:15). Vemos que Dios puso una señal sobre Caín. No me pregunten en qué consistía esta señal, porque no lo sé. Sólo sé que Dios marcó a Caín a fin de protegerlo.

c. Fue echado de la presencia de Dios

  Caín tomó su propio camino sin arrepentirse. Su propio camino consistió en apartarse de la presencia de Dios. “Salió, pues, Caín de delante de Jehová, y habitó en tierra de Nod, al oriente de Edén” (4:16). Adán fue echado del paraíso, del huerto de Edén, pero Caín fue echado de la presencia de Dios. A pesar de adorar a Dios, con el tiempo se apartó de Su presencia. ¿Qué clase de adoración es ésta? Aborrezco toda clase de adoración que aparte a la gente de la presencia de Dios. No diga: “¿Qué hay de malo con la manera en que adoramos a Dios?” Está equivocada si lo aparta a usted de la presencia de Dios. Estar fuera de la presencia de Dios es algo terrible.

  Ahora volvemos a lo que significa ser echado de la faz de la tierra. Si usted no vive en la presencia de Dios, no tiene ningún lugar donde vivir en esa tierra. La tierra fue hecha para los que viven en la presencia de Dios. En Génesis 4:14 la faz de la tierra equivale a la faz de Dios. Las expresiones “faz” y “delante de” en los versículos 14 y 16 respectivamente son traducciones de la misma palabra hebrea, y en el versículo 14 “la faz de la tierra” corresponde a “tu faz”, es decir, la faz de Dios. Caín dijo: “He aquí me echas hoy de la faz de la tierra, y de tu faz me esconderé”. Por tanto, si uno no vive delante de Dios, no vive como debería en esta tierra. Si usted no vive en presencia de Dios, está robando la tierra. La tierra no fue hecha para los que están en contra de Dios, sino para los que viven para Dios. Así que si usted no está delante de Dios, no tiene derecho a estar en esta tierra. Por tanto, ser echado de la faz de Dios equivale a ser echado de la faz de la tierra. Desde el punto de vista de la lógica, tal vez eso no parezca válido, pero, espiritualmente, está correcto. Si usted no está en la presencia de Dios, tendrá la convicción de que no tiene adonde ir. En su interior sentirá que es un vagabundo. Usted diría: “No hay lugar para mí en la tierra”. Pero cuando está en la presencia de Dios, todos los lugares se convierten en los cielos. Cualquier lugar resulta muy agradable. Ninguna persona que viva en presencia de Dios cometería suicidio. Sólo aquellos que han perdido completamente la presencia de Dios y que se han convertido en vagabundos en la tierra, personas sin hogar, contemplan la posibilidad de suicidarse. Nuestra verdadera morada es la presencia de Dios.

  Durante la segunda guerra mundial, mi labor en la iglesia fue la causa de que me encarcelara el ejercito japonés que había invadido China. En la cárcel todo estaba sucio. Este encarcelamiento me causó muchos sufrimientos. Pero el Señor estaba allí, y yo estaba en Su presencia. Jamás disfruté más de la presencia del Señor que cuando estuve encarcelado. Una noche tuve una comunión profunda con el Señor. Sentía que el Señor estaba en frente de mí. Me salieron lágrimas y dije: “Señor, esto es maravilloso”. Esta fue mi experiencia en la cárcel. Esta cárcel se convirtió en los cielos para mí, y moré con el Señor en los cielos.

d. Produjo una cultura sin Dios

  Caín se apartó de la presencia de Dios y siguió su propio camino. Lo primero que hizo fue construir una ciudad. El produjo una cultura sin Dios (4:16-24). En la Biblia, el concepto de una ciudad es muy significativo, y en ella podemos trazar una línea de ciudades, empezando con Enoc, una ciudad construida por Caín, y terminando con la Nueva Jerusalén, una ciudad construida por Dios. La ciudad construida por Caín tendrá su consumación en la gran Babilonia. La ciudad de Enoc fue una falsificación del edificio de Dios. No pertenecía a Dios, sino que Satanás la inició dentro de Caín.

1) El motivo

  Debemos saber cuál es el origen de la cultura humana y el motivo de su desarrollo. La cultura humana se desarrolló porque la humanidad había perdido a Dios. Originalmente, Dios, el Creador del hombre, lo era todo para el hombre. Dios era su protección, su mantenimiento, su provisión, su alegría, su esparcimiento y su defensa. Dios lo era todo. En el huerto el hombre no tenía necesidad de hacer otra cosa que labrar la tierra para cooperar con Dios. Dios lo era todo para el hombre allí. No obstante, cuando el hombre perdió a Dios, lo perdió todo. El perdió la protección, la salvaguardia, el sustento, el abastecimiento y el esparcimiento. Al perder a Dios el hombre se vio obligado a inventar la cultura humana. Por haberlo perdido todo, el hombre tuvo que inventar algo.

2) El proceso

a) Construyó una ciudad para poder subsistir

  Satanás, obrando desde el interior de Caín, le sugirió que construyera una ciudad. Quizás Satanás haya dicho: “Caín, tienes miedo de que la gente te mate. Para sobrevivir necesitas una ciudad que te proteja”. Caín tenía miedo porque había perdido a Dios. Perdió a Dios como su abastecimiento, su alegría y su protección. Antiguamente las ciudades servían principalmente como protección. Por consiguiente, Caín construyó esa ciudad para su propia protección. En una cultura sin Dios la gente se ve obligada a defenderse. Caín no le dio a la ciudad el nombre de Jehová, sino el de Enoc, el nombre de su hijo. El dio el mismo nombre a su hijo y a su ciudad, pues, en cierto sentido, su ciudad era su hijo y él la amaba como amaba a su propio hijo. Es muy significativo observar que el nombre Enoc significa “iniciado”, refiriéndose a algo iniciado por Caín. Caín fue el primer constructor de ciudades, el primero en hacer los planos de una ciudad, y el primer arquitecto. Caín fue un inventor, un iniciador. Sin embargo, lo primero que inventó no fue la ciudad, sino la religión. Primero, él inventó la religión; y en segundo lugar inventó la construcción de ciudades.

  Uno de los descendientes de Caín fue Lamec. En hebreo, el nombre Lamec significa “fuerte”, “poderoso”. Lamec, de la séptima generación humana, fue una persona poderosa. El practicaba la poligamia, pues tenía dos esposas (4:19). De modo que la poligamia empezó en la ciudad de Enoc en el país de Nod, que significa “nómada”. Lamec practicó la poligamia para satisfacer su lujuria. La poligamia viola la ley natural ordenada por Dios con relación a la subsistencia del hombre. El matrimonio es necesario para la supervivencia humana. No obstante, el matrimonio debe limitarse al principio de que el marido debe tener una sola esposa. Dios dispuso este principio a fin de mantener la existencia humana. Lamec fue el primero en quebrantar el principio divino del matrimonio. La primera de sus dos esposas se llamaba Ada, que significa “adorno”. Ella se adornaba y se embellecía. Ada fue una esposa de adorno. Al tener dos esposas, quedó expuesta la lujuria de Lamec. Un día Lamec se jactó ante sus esposas Ada y Zila: “Oíd mi voz; mujeres de Lamec, escuchad mi dicho: que un varón mataré por mi herida, y un joven por mi golpe. Si siete veces será vengado Caín, Lamec en verdad setenta veces siete lo será” (4:23-24). Lamec era aún más arrogante que su antepasado Caín, pues se jactaba de haber dado muerte a un varón porque éste lo había herido, y de haber matado a un joven por un golpe que ése le había propinado. Por tanto, Lamec no sólo era polígamo sino homicida, arrogante y jactancioso. Al leer este pasaje podemos ver lo horrible que fue la primera cultura humana, una cultura sin Dios. Todas estas maldades deben de haber sucedido en la ciudad de Enoc, que había sido construida por Caín. A esto se le puede llamar vida de ciudad, y fue tan perversa como la vida en las grandes ciudades de hoy.

b) Inventó la crianza de ganado para ganarse la vida

  Ada, la primera esposa de Lamec, dio a luz a Jabal y a Jubal. Jabal fue el padre de los que crían ganado (4:20). El inventó la crianza de ganado usada para ganarse la vida. Se hizo nómada, y vagaba de un lugar a otro, porque no tenía tierras que le devolvieran el producto de su fuerza. En Estados Unidos nadie estaría dispuesto a ser nómada, porque la tierra de este país es muy fértil. Por tanto, aquí nadie necesita ser nómada. No obstante, Jabal encontró que la tierra no le devolvía su fuerza. Esto lo obligó a andar errante y a criar ganado como medio de subsistencia. Ganarse la vida es uno de los aspectos principales de la cultura humana. La ciudad fue inventada para la supervivencia del hombre, y la crianza de ganado fue inventada para obtener el sustento del hombre.

c) Inventó la música para entretenerse

  Jubal inventó la música (4:21). El inventó arpas y flautas. De hecho, el nombre Jubal significa “jubileo” o “sonido alegre” o “música”. ¿Qué es la música? La música es una especie de diversión, y alegra a la gente. ¿Por qué necesita el hombre esparcimiento? Porque perdió a Dios como su alegría. Dios es el verdadero deleite del hombre. Anteriormente dije muchas veces a los amigos que me invitaban a acompañarlos al cine: “No necesito eso; tengo algo mucho mejor”. No necesito mirar la televisión, pues tengo un televisor celestial. Todo lo que se encuentra en la Nueva Jerusalén fue grabado para mí. Nunca podré olvidar una experiencia que tuve al visitar la ciudad de Houston. Un amigo me guió por la ciudad. Yo le dije: “Después de ver a la Nueva Jerusalén, no necesito ver ninguna ciudad terrenal”. No estoy diciendo una necedad. En realidad así lo creo.

  En cierta ocasión, en el año 1937, yo predicaba el evangelio en la capital de Nanking. Tuvimos un buen tiempo de predicación, y el evangelio prevaleció. Después de una reunión, una señora joven e inteligente, vestida a la moda y de una manera muy mundana, me dijo: “Señor Lee, su predicación me ha convencido. Quisiera creer en su Jesús. Pero esta decisión depende de algo. A mí me encanta el teatro. Dígame, después de ser cristiana, ¿podré seguir yendo al teatro?” Esta pregunta me molestó bastante. Me di cuenta de que ella estaba convencida y dispuesta a creer en el Señor Jesús. No obstante, si contestaba su pregunta negativamente, no tomaría la decisión de recibir al Señor. Sin embargo, como predicador del evangelio, ¿cómo podría contestar de manera afirmativa? Mientras consideraba la manera de contestarle, me dirigí al Señor y le pedí una respuesta sabia; y me la dio. Le respondí así: “Usted tiene a su hijo consigo. Supongamos que un día él juega con un cuchillo afilado, y que usted considera que es peligroso para él. ¿Qué haría usted? ¿Lo obligaría a dejar el cuchillo, o le quitaría el cuchillo de su mano?” Ella contestó: “Ninguno de los dos. Echaría simplemente algunos dulces o manzanas al suelo. Estoy segura de que él dejaría el cuchillo y tomaría los dulces y las manzanas. Dejaría el cuchillo porque sus manos se llenarían de cosas mejores”. Entonces dije: “Sucede exactamente lo mismo con la asistencia al teatro. Si usted desea tomar a Jesús, El la llenará y no quedará sitio para nada más”. Ella dijo: “¡Eso es maravilloso!, creeré”. Entonces le dije: “Usted debe hacerlo ahora”. Ella respondió: “Sí, lo haré ahora. Creo en el Señor Jesús”. Y fue salva.

  ¿Por qué va la gente a ver películas o a bailar? Porque está vacía. No tiene a Dios como su alegría. La razón por la cual yo no voy al cine no son las reglas de la iglesia. La iglesia no tiene una lista de mandamientos en contra de estas cosas. No obstante, a pesar de la falta de reglamentación al respecto, yo no iría al cine ni aunque me dieran miles de dólares por hacerlo. Tengo algo mejor. Estoy lleno de Cristo y no me queda espacio para nada más.

  Jubal inventó la música porque en aquel tiempo el hombre estaba vacío. Se hallaba en la vanidad del mundo, y nada lo podía satisfacer. La falta de entretenimiento lo condujo a inventar algo que lo divirtiera. El mismo principio se aplica hoy a las diversiones. La gente necesita divertirse porque no tiene a Dios.

  Algunos de ustedes han oído hablar del avivamiento que se produjo en el país de Gales hace como setenta años. En aquel tiempo, en toda la isla de Gales los teatros y los lugares de entretenimiento cerraron porque toda la gente fue salva. Tenían algo mejor que la diversión mundana. Tenían a Cristo.

  Lamec satisfizo su lujuria, y Ada se adornó y se embelleció. De estos padres nació Jubal, el inventor de la música. Aquí vemos una familia compuesta de lujuria, adornos y diversión. ¡Qué familia! Hoy en día muchas familias se parecen a ellos: el padre satisface su lujuria, la madre se preocupa por su ropa y sus adornos, y los hijos buscan divertirse. ¿No es ésta una familia moderna?

  En Génesis 4 podemos ver dos familias bien opuestas. La familia de Adán era una familia que creía en el evangelio. El padre abrió el camino y creyó en el evangelio, la madre preparó el terreno, y el hijo, Abel, anduvo en ese camino. Pero la familia de Lamec anhelaba las cosas del mundo. El padre satisfizo su lujuria, la madre se preocupaba por los adornos, y el hijo, Jubal, buscaba divertirse. ¡Qué contraste! No me gustaría ser miembro de la familia de Lamec. ¡Alabado sea el Señor, porque somos miembros de la familia que cree en el evangelio!

  La simiente sembrada en Génesis 4 seguirá desarrollándose hasta convertirse en una cosecha en la gran Babilonia. Apocalipsis 18 enumera muchas mercancías, las cuales sirven para tres fines: satisfacer la lujuria, adornar, y divertir a la gente. Si se quitan estas cosas de la sociedad humana, se cerrarán todas las tiendas. ¿Qué venden las tiendas? Venden cosas que gratifican la lujuria del hombre, adornan a las mujeres, y proporcionan diversión a los jóvenes. Esta es la razón por la cual cada vez que entro en una tienda siento en lo profundo de mi ser que voy al infierno. Mi esposa puede testificar que en más de tres años, no he ido a ninguna tienda. Así que, la sociedad moderna constituye un agrandamiento del relato de Génesis 4. El principio de cada asunto se ha conservado inmutable.

d) Inventó armas para defenderse

  Zila, la otra esposa de Lamec, dio a luz a Tubal-Cain, quien era “artífice de toda obra de bronce y de hierro” (4:22), lo cual significa que fue el inventor de las armas. Las armas que él produjo tenían como fin matar. El arsenal moderno es la cosecha total de las armas que encontramos en Génesis 4. Claro que todas estas armas tienen el propósito de defender al hombre.

  El nombre Zila significa “sombra”, “cubierta”. ¿A qué clase de cubierta se refiere eso? A cubrirse con las armas. Una de las esposas de Lamec sirvió para adornarse, y la otra sirvió de cubierta, de sombra. Fue usada como sombra para cubrirlo.

  Por lo tanto, vemos cuatro cosas que inventó la primera cultura humana, una cultura sin Dios: una ciudad para la existencia; la crianza de ganado con el fin de obtener el sustento; la música para divertirse; y las armas para defenderse. Estos cuatro asuntos constituyen a la vez los principales aspectos de la cultura humana moderna. Todos estos aspectos llegaron a existir porque el hombre perdió a Dios.

  Si usted analiza la situación actual del mundo a la luz de la historia, descubrirá que es simplemente el desarrollo de la cultura humana que se creó en Génesis 4. La presente situación mundial, como la cultura inventada en Génesis 4, se compone de cuatro elementos: las ciudades en las cuales sobrevive el hombre, las diversas maneras de ganarse la vida, las diversiones y la defensa.

  En Génesis 4 se inició una cultura sin Dios, la cual se desarrolló y seguirá desarrollándose hasta culminar en la gran Babilonia. Le damos las gracias al Señor porque no estamos en aquella cultura.

3) El resultado

  Ya vimos que el hombre produjo una cultura sin Dios. Esta cultura da por resultado lo siguiente: la satisfacción de la lujuria, o sea, el adulterio, la lucha y la matanza. Hemos encontrado un ejemplo de ello en la persona de Lamec. Por tanto, vemos en la Palabra santa que la pequeña simiente inyectada en la naturaleza humana en Génesis 3 se ha desarrollado hasta ese punto. A todas las maldades de Caín se añadieron la satisfacción de la lujuria y las luchas dentro del género humano. ¡Cuántas maldades se han desarrollado a partir de una sola semilla pequeña que se sembró en la naturaleza humana!

  Zila no sólo dio a luz a Tubal-Cain, sino también a una hija llamada Naama (4:22). El nombre Naama significa “hacerse agradable y deseable”. ¿Con qué propósito se hizo atractiva? Para satisfacer la lujuria del hombre. Este es también un aspecto de la sociedad moderna. A las señoras jóvenes les gusta hacerse deseables y agradables. Por tanto, todo lo que contiene la cultura contemporánea ya estaba presente en Génesis 4 en forma de semilla. Ahora conocemos el origen de la cultura humana. Llegó a existir porque el hombre había perdido a Dios.

  Si usted lee Génesis 5, descubrirá que allí se mencionan las edades de todas las personas nombradas. Por ejemplo, nos dice que Adán vivió novecientos treinta años. Pero la genealogía de Génesis 4 no nos dice la edad de nadie. ¿Por qué? Porque esa genealogía es la genealogía de los perdidos. Todas las personas mencionadas en Génesis 5 fueron salvas. Por tanto, esa genealogía es la genealogía de los salvos. Las personas salvas andan en el camino de Dios y, como resultado, sus días y años son valiosos a los ojos de Dios. Por el contrario, los perdidos ya están acabados delante de El, y sus días y años no cuentan delante de El. ¿Cuánto tiempo vivieron Jabal, Jubal y Tubal-Caín? No se sabe. Pero sí podemos leer cuántos años vivieron Adán y Matusalén: novecientos treinta años y novecientos sesenta y nueve, respectivamente. Génesis 5 también habla de Enoc, un Enoc distinto al que encontramos en Génesis 4, y vemos que él vivió trescientos sesenta y cinco años. Sus días y años fueron valiosos a los ojos de Dios.

Biblia aplicación de android
Reproducir audio
Búsqueda del alfabeto
Rellena el formulario
Rápida transición
a los libros y capítulos de la Biblia
Haga clic en los enlaces o haga clic en ellos
Los enlaces se pueden ocultar en Configuración