Mensaje 15
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Lectura bíblica: Is. 24; Is. 25; Is. 26; Is. 27
En el mensaje anterior hablamos sobre la reacción de Jehová ante la degradación de Israel y Su reacción ante las acciones excesivas de las naciones contra Israel. En este mensaje veremos que esta reacción de Jehová redunda en que Israel se vuelve a Jehová y retorna a la Tierra Santa con miras a la restauración.
El primer resultado de la reacción de Jehová es que Israel se vuelve a Jehová.
En la angustia, ellos buscaron a Jehová; susurraban una oración, porque Su castigo estaba sobre ellos (26:16). Como la mujer encinta que se retuerce y clama en sus dolores cuando se acerca el parto, así fueron ellos delante de Jehová (v. 17). Del mismo modo en que Israel se volvió a Jehová después de recibir la disciplina de Dios, nosotros también debemos arrepentirnos, susurrar una oración y conversar con el Señor en medio de nuestra angustia.
Isaías 25:1, 4 y 5 presentan lo que Israel dijo en oración a Jehová. El versículo 1 dice: “Oh Jehová, Tú eres mi Dios; / te exaltaré, daré gracias a Tu nombre, / porque has hecho maravillas, / consejos de antaño realizados en fidelidad, en perfecta fidelidad”. Usando palabras que nos recuerdan de 4:6, el versículo 4 prosigue diciendo: “Porque has sido baluarte para el débil, / baluarte para el menesteroso en su angustia, / refugio contra la tormenta, sombra contra el calor; / porque el aliento de los que infunden terror es como tempestad contra un muro”. A continuación, el versículo 5 dice: “Como el calor en la sequía, / Tú aquietarás el estruendo de los extranjeros; / como calor atenuado mediante la sombra de la nube, / será humillada la canción de los que infunden terror”. Su altivez e incluso hasta su cantar serán subyugados.
Según 25:9, en aquel día Israel dirá: “He aquí, éste es nuestro Dios, / al cual hemos esperado para que nos salve. / Éste es Jehová, a quien hemos esperado; / alegrémonos y regocijémonos en Su salvación”.
“Ciertamente en la senda de Tus juicios, / oh Jehová, te hemos esperado” (26:8a). Esto indica que mientras el Señor ejecuta Sus juicios, debemos esperar por Él en el camino de Sus juicios. Mientras el Señor nos disciplina, debemos aprender algo de Él y aprender la lección que nos dará. Sin embargo, algunos santos, después de haber sido disciplinados por el Señor, parecen no haber aprendido nada. Ellos pierden tanto su tiempo como el del Señor. Siempre que somos disciplinados por el Señor, debemos aprender algo de Él. En esto consiste esperar por Él en la senda de Sus juicios.
A continuación, los versículos 8b y 9 dicen: “Tu nombre, esto es, Tu memorial, / es el deseo de nuestra alma. / En la noche te desea mi alma; / en verdad mi espíritu dentro de mí te busca por la madrugada; / porque cuando Tus juicios están en la tierra, / los habitantes del mundo aprenden justicia”. Los juicios de Dios siempre nos enseñan lecciones en justicia.
El versículo 10 dice: “Aunque se le muestre gracia al malvado, / él no aprende justicia; / en tierra de rectitud obra injustamente, / y no percibe la majestad de Jehová”. A veces Dios nos muestra gracia, pero nosotros no aprendemos lección alguna de ello. Así que, en ciertas ocasiones, Él tiene que ser severo con nosotros y disciplinarnos para que aprendamos algo de Él y percibamos Su majestad.
En 26:11 la mano de Jehová está alzada, pero las personas no la ven. Más bien, ellos verán el celo de Jehová por el pueblo y se avergonzarán. El fuego consumirá a Sus adversarios. En los versículos 12 y 13 Israel continúa su oración diciendo: “Oh Jehová, Tú establecerás paz para nosotros, / porque también has hecho por nosotros todas nuestras obras. / Oh Jehová, Dios nuestro, otros señores fuera de Ti se han enseñoreado de nosotros, / pero sólo por Ti es que podemos mencionar Tu nombre”. Aunque hay otros que se enseñorean de ellos, Israel no menciona sus nombres; más bien, menciona únicamente el nombre de Jehová, pues reconoce que Él solamente es su Señor.
Finalmente, al volverse a Jehová, Israel alzará su voz; dará un grito resonante (24:14a). Por causa de la majestad de Jehová, ellos clamarán del occidente, desde el lado del mar (v. 14b). Los versículos 15 y 16 continúan diciendo: “Por tanto, glorificad a Jehová en el oriente, / incluso el nombre de Jehová, el Dios de Israel, en las costas del mar. / Desde los confines de la tierra escuchamos canciones: / ¡Gloria al Justo!”.
Ahora hablaremos sobre el retorno de Israel a la Tierra Santa con miras a la restauración.
Isaías 27:12 y 13 dicen: “En aquel día trillará Jehová el grano desde la corriente del Río / hasta el arroyo de Egipto; / y vosotros seréis espigados / uno a uno, oh hijos de Israel. / También en aquel día se tocará una gran trompeta, / y vendrán los que se habían perdido en la tierra de Asiria, / asimismo los desterrados en la tierra de Egipto, / y adorarán a Jehová / en el monte santo, en Jerusalén”. La expresión el Río en el versículo 12 se refiere al río Éufrates, y el grano representa al pueblo disperso de Israel. Según estos versículos, todos los israelitas que fueron desterrados y estaban perdidos y dispersos serán congregados nuevamente en la buena tierra. Esta profecía comenzó a cumplirse con el retorno de quienes estaban en cautiverio en Babilonia, continúa cumpliéndose hoy en día y se cumplirá plenamente en el tiempo de la segunda venida del Señor.
En aquel día se cantará un cántico en tierra de Judá: “Fuerte ciudad tenemos; / salvación establecerá Él por muros y antemuro. / Abrid las puertas / para que entre la nación justa, / la que mantiene la fidelidad. / Tú guardarás en perfecta paz / a aquel cuyo pensamiento en Ti persevera, / porque en Ti confía. / Confiad en Jehová para siempre, / porque en Jah Jehová tenemos una roca eterna” (26:1-4). Mientras que en los capítulos iniciales de Isaías vemos que los hijos de Israel no fueron fieles a Jehová, aquí se nos dice que Israel es una nación que mantiene la fidelidad.
Isaías 27:2-9 dice que se cantará acerca de una viña de vino. En estos versículos a veces resulta difícil determinar si el que habla es Israel o Isaías. El versículo 2 dice: “En aquel día: / Una viña de vino, ¡cantad acerca de ella!”. Jehová es quien cuida esta viña. Él la riega a cada momento y la guarda de día y de noche para que nadie la dañe (v. 3). El Señor dice aquí que Él no guarda enojo para Israel (v. 4a). Después, Él continúa diciendo: “¡Oh, si tuviera espinos y cardos! / Marcharía contra ellos en la batalla; / los quemaría completamente. / O que se acoja a Mi fuerza; / que haga paz conmigo; / que haga paz conmigo” (vs. 4b-5). En el siguiente versículo, el pensamiento salta refiriéndose a Jacob, quien será bendecido. “En los días venideros Jacob echará raíces; / Israel florecerá y echará brotes; / y llenará la faz del mundo con su fruto” (v. 6). A continuación, el versículo 7 pregunta si Jehová los había herido como los que les hirieron a ellos, si ellos habían sido muertos como los que fueron muertos por Él. Después, los versículos 8 y 9 prosiguen diciendo: “Expulsándolos y desterrándolos, contendiste con ellos; / Él los despidió con Su recio viento en el día del viento solano. / De esta manera, pues, será expiada la iniquidad de Jacob, / y éste será todo el fruto de la remoción de su pecado; / cuando hagan todas las piedras de su altar / como piedras de cal desmenuzadas, / no permanecerán ni Aseras ni imágenes del sol”. Aquí vemos que Israel será redimido. Sus Aseras, sus imágenes del sol, dejarán de ser, pues todo ídolo y altar falso será destruido.
Isaías 26:19 habla sobre la resurrección de los muertos. “Tus muertos vivirán; mis cadáveres se levantarán. / Despertad y dad un grito resonante, vosotros que moráis en el polvo, / porque tu rocío es cual rocío del alba, / y la tierra entregará a los fallecidos”. Los muertos, los moradores del polvo, despertarán y cantarán dando gritos resonantes.
Isaías 26:15 dice: “Has aumentado la nación, oh Jehová; / has aumentado la nación: eres glorificado; / has extendido todos los límites del país”. El aumento de la nación equivale al aumento del número de personas, y extender los límites equivale a ensanchar el territorio. En esta restauración, la Tierra Santa se extenderá desde el Mediterráneo hasta el Éufrates (cfr. Dt. 11:24).
La luz del sol y de la luna menguará debido a la gloria resplandeciente de Dios. Según Isaías 24:23, la luna se abochornará, y el sol se avergonzará, porque Jehová de los ejércitos reinará en el monte Sion y en Jerusalén, y Su gloria estará delante de Sus ancianos.
“Y Jehová de los ejércitos hará en este monte / a todos los pueblos / banquete de pingües manjares, / banquete de vinos madurados sobre sus sedimentos, / de pingües manjares llenos de tuétanos, / y de vinos depurados que han sido madurados sobre sus sedimentos” (25:6). Aquí pueblos se refiere a las naciones. En la restauración, Dios celebrará un banquete que satisfará a las naciones. Creo que en la restauración, Jerusalén con el monte Sion será el lugar de mayor gozo en la tierra; será un centro al cual los pueblos de la tierra acudirán para encontrar deleite y satisfacción. Desde todos los confines de la tierra, la gente vendrá a Jerusalén para disfrutar de la fiesta.
“Consumirá en este monte / la cubierta tendida sobre todos los pueblos, / sí, el velo que está extendido sobre todas las naciones” (v. 7). Hoy en día, la gente de toda la tierra está cubierta con un velo que les impide ver la economía de Dios, pero en la restauración, Dios quitará este velo. Entonces, todos verán algo con respecto a la economía eterna de Dios. Más aún, Dios consumirá a la muerte para siempre, y Él enjugará las lágrimas de todos los rostros. Además, Él quitará el oprobio de Su pueblo de sobre toda la tierra (v. 8).