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Mensajes del libro «Estudio-Vida de Isaías»
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Mensaje 39

UN RETOÑO DEL TOCÓN DE ISAÍ Y UN VÁSTAGO DE LAS RAÍCES DE ISAÍ INTRODUCE LA RESTAURACIÓN DE VIDA Y UN ESTANDARTE PARA LOS PUEBLOS Y UNA BANDERA PARA LAS NACIONES PRODUCE EL RETORNO DEL PUEBLO DE DIOS Y LOGRA LA SUMISIÓN DE LOS GENTILES

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  Lectura bíblica: Is. 11:10-16

  En este mensaje queremos dar continuación a nuestra comunión con respecto a la revelación del Cristo todo-inclusivo contenida en Isaías 11. Vimos que en Isaías 4 hay cuatro ítems que tipifican a Cristo, y estos cuatro ítems forman dos pares. El primer par es Cristo como Renuevo de Jehová y fruto de la tierra, y el segundo par es Cristo como dosel de gloria que cubre y tabernáculo de gracia que brinda sombra. En Isaías 11 también hallamos cuatro ítems que tipifican a Cristo, y estos cuatro ítems forman dos pares. El primer par es Cristo como retoño del tocón de Isaí y vástago de sus raíces, y el segundo par es Cristo como estandarte para los pueblos y bandera para las naciones.

  Isaías 11 es por completo un capítulo que trata sobre la venidera restauración de vida, especialmente la restauración de la nación de Israel que retorna. En estos mensajes no estamos estudiando el futuro cumplimiento de Isaías 11. Estamos estudiando el principio rector de la restauración de vida. El retoño y el vástago brotan en vida, y dicha vida está llena del poder que restaura, del poder que profundiza, del poder que hace crecer y del poder que da fruto. Un retoño que brota de un tocón seco y muerto es claro indicio del poder restaurador que hay en dicha vida. El vástago significa que esta vida posee el poder que profundiza, el poder que hace crecer y el poder que da fruto. Esta vida trae consigo el Espíritu, y este Espíritu lleva a cabo la administración de Dios, en la cual vemos la plena restauración de vida. Dondequiera que Cristo crece de manera fresca y con profundidad, allí está el Espíritu con Sus riquezas, allí está el gobierno de Dios en justicia y equidad, y allí ocurre la restauración de vida.

II. UN ESTANDARTE PARA LOS PUEBLOS Y UNA BANDERA PARA LAS NACIONES

  Al ser restaurado Israel, Cristo llegará a ser estandarte para los pueblos y bandera para las naciones. Debemos considerar cuál es la diferencia entre un estandarte y una bandera. A fin de entender las verdades bíblicas, debemos entender el significado apropiado de las palabras usadas en la Biblia. Isaías 11 describe la escena de un recobro, un avivamiento, una restauración. Cuando los pueblos vean tal restauración, se preguntarán: “¿Qué es esto? ¿Quién lo lleva a cabo?”. Por eso existe la necesidad de enarbolar un estandarte que explique, describa e instruya a los pueblos. Esto convence a la gente, la redarguye y la cautiva. Este estandarte llega a ser como un imán; atrae a las personas. En la restauración también habrá necesidad de una bandera que convoque a la gente y la reúna. Por tanto, en Isaías 11 se menciona primero un estandarte y después una bandera. Un estandarte sirve principalmente para designar, explicar e instruir, y una bandera sirve principalmente para llamar a la gente y reunirla. La bandera es colocada como el objeto central de los pueblos convocados y congregados.

  En nuestra vida de iglesia, cuando el Cristo que está entre nosotros crece haciéndose más y más grande, a la postre le tenemos a Él como estandarte. Este Cristo que ha crecido en medio nuestro llega a ser un estandarte cuya función es describir, designar y explicar. Cristo como estandarte instruye a los pueblos con respecto al avivamiento y la restauración ocurridos en la iglesia. Dicho estandarte será como un gran imán, una gran atracción. Esto atraerá a las personas. En realidad, este gran imán es también una bandera que llama a la gente, la atrae, la convoca, la reúne y la congrega.

  Allí donde Cristo es exaltado y tomado como objeto central por aquellos que le buscan, quienes se reúnen en torno a Él, se produce el retorno del pueblo de Dios y se logra la sumisión de quienes han sido doblegados. La vida de iglesia, entonces, se convierte en centro de atracción para otros, no por obra de la iglesia misma, sino en virtud de Cristo quien, como retoño, se convierte en un estandarte y, como vástago, se convierte en una bandera. Debemos ver por qué Isaías hace un paralelo entre Cristo como retoño y vástago y Cristo como estandarte y bandera. Cuando Cristo, en calidad de retoño, crece entre nosotros, este retoño en crecimiento se convierte en un estandarte que describe, explica, designa e, incluso, instruye a las personas con respecto a lo que Cristo es para la iglesia. Este mismo Cristo en calidad de vástago crece hasta llegar a ser una bandera.

A. Un estandarte para los pueblos

  Cristo es un estandarte para todos los pueblos. Isaías 11:10 dice: “En aquel día, la raíz de Isaí / se pondrá por estandarte para los pueblos, / y le buscarán las naciones, / y la gloria será Su lugar de reposo”. La raíz de Isaí indica la misma fuente humana de realeza que la fuente del retoño en el versículo 1. David es esta fuente humana de realeza. La expresión se pondrá indica plena fortaleza y capacidad. Cristo ha sido puesto —lleno de fortaleza y capacidad— por estandarte para los pueblos.

  Un estandarte, que probablemente hace referencia al agrandamiento del retoño mencionado en el versículo 1, indica una insignia que sirve para reunir y congregar. La palabra hebrea traducida estandarte en el versículo 10 también puede ser traducida insignia o señal (LBLA). Cristo como estandarte es la señal en torno a la cual se reunirán y congregarán todos los pueblos de la tierra. La expresión para los pueblos en el versículo 10 indica todos los pueblos de la tierra.

  La expresión le buscarán las naciones indica que todas las naciones de la tierra se volverán a Él y estarán dispuestas a ser Su pueblo. Llegará el día en que todos los pueblos de la tierra se volverán para buscar a Cristo y estarán felices de ser Su pueblo. Nosotros esperamos tal día.

  La expresión la gloria será Su lugar de reposo indica que la gloria divina de Dios será el lugar de reposo de Cristo. La gloria divina será Su lecho, Su sofá, Su lugar de reposo. Esto indica que la gloria divina es uno con Cristo. Que la gloria divina sea Su lugar de reposo implica la divinidad de Cristo, lo cual significa que Él y Dios son uno. En realidad, el estandarte para los pueblos es Dios mismo.

B. Una bandera para las naciones

  Cristo también es una bandera para las naciones (v. 12a). Una bandera, que probablemente hace referencia al agrandamiento del vástago mencionado en el versículo 1, indica la influencia del poder que reúne y convoca. Una bandera izada siempre reúne y convoca a la gente allí donde está. Tal bandera se convierte en un gran imán para las naciones. La expresión a las naciones indica toda la tierra.

C. Produce el retorno del pueblo de Dios y logra la sumisión de los gentiles

  Cristo como estandarte para los pueblos y bandera para las naciones producirá el retorno del pueblo de Dios y logrará la sumisión de los gentiles (Is. 11:11d, 12b-16). El Señor recobrará por segunda vez el remanente de Su pueblo trayéndolo de las naciones y reuniéndolo de los cuatro ángulos de la tierra (vs. 11, 12b). La primera vez que el Señor recobró a Israel fue con ocasión de su éxodo de Egipto. Incluso hoy en día la mayoría de los judíos está disperso, esparcido por todo lugar alrededor de la tierra.

  Los versículos 13 y 14 dicen que Efraín no tendrá envidia de Judá, ni Judá hostilizará a Efraín. Ellos se unirán para saquear a las naciones al occidente y al oriente; las naciones estarán bajo su dominio y se les someterán. Efraín era la nación norteña de Israel, y Judá era la nación sureña. La nación estaba dividida en dos: la nación de Israel y la nación de Judá. En lugar de estar enfrentados entre sí, formarán armoniosamente una sola nación. Ellos estarán unidos para saquear a las naciones al occidente y al oriente. Las naciones estarán bajo su dominio y se les someterán. En nuestra experiencia, esto es resultado de la predicación del evangelio. Si tenemos envidia unos de otros y somos hostiles unos a otros, no podremos estar unidos para saquear a los pueblos del occidente y del oriente, y estos pueblos no estarán bajo nuestro dominio ni se nos someterán.

  Más aún, Jehová destruirá la lengua del mar de Egipto (el golfo del mar Rojo) y secará el Éufrates, el gran río, con el ardor de Su viento y lo herirá, partiéndolo en siete arroyos; entonces habrá calzada desde Asiria para el retorno del remanente de Su pueblo, el que quedó (vs. 15-16). El mar de Egipto es el mar Rojo, y la lengua del mar de Egipto es el golfo de Suez, el golfo del mar Rojo. Llegará el día en que este golfo será destruido. En ese día el pueblo de Dios, Israel, podrá caminar desde Egipto hasta su tierra santa.

  Isaías dice que Jehová hará secar “el Río” (v. 15). Éste es el gran río, el Éufrates, el cual Abraham cruzó (Jos. 24:2-3). El gran río Éufrates también es mencionado en Apocalipsis 16:12 con relación a la batalla en Armagedón. En el futuro, Dios secará el Éufrates con el calor abrasador del viento. Luego ese río será partido en siete arroyos, de modo que el pueblo de Dios podrá cruzarlo a pie para regresar a su tierra.

  También habrá calzada desde Asiria para el remanente del pueblo de Dios, el que quedó. El Señor edificará calzada desde Asiria hasta la Tierra Santa. Él cambiará la situación imperante en la tierra. En primer lugar, la lengua del mar de Egipto, que obstaculiza el tráfico entre Egipto y la Tierra Santa, será destruida. En segundo lugar, Dios se valdrá del calor abrasador del viento para secar el Éufrates, partiéndolo en siete arroyos. El versículo 15 dice que Dios hará que hombres pasen por él a seco. La expresión a seco significa literalmente en sandalias. Este gran obstáculo será secado de modo que los hijos de Israel puedan cruzarlo a pie. En tercer lugar, Dios construirá una calzada que vaya desde Asiria hasta la Tierra Santa. Todo esto resolverá tres grandes problemas y obstáculos que impiden el retorno de los hijos de Israel.

  Nosotros también tenemos que superar obstáculos para predicar el evangelio en el mover del Señor. Recientemente tuve comunión con algunos hermanos respecto a mi sentir de que el recobro del Señor debe reconsiderar su dirección. El mundo ha cambiado y continúa cambiando. Han ocurrido cuatro importantes cambios recientemente en la situación mundial. En primer lugar, Europa posee un mercado común. En segundo lugar, Alemania Oriental y Alemania Occidental se han reunificado. En tercer lugar, han ocurrido muchos cambios políticos en los países europeos pequeños. En cuarto lugar, Rusia y los países que pertenecían a la órbita soviética han cambiado y continúan cambiando. Todos los líderes de la tierra están considerando qué pasos deben dar en relación con sus propias economías, su industria y su sistema educativo con miras a su futuro entre las naciones de la tierra.

  Ya hemos señalado en el pasado que toda la situación mundial es la preparación para el mover del Señor en Su evangelio. El libro de Isaías muestra que la disciplina aplicada por Dios a Su pueblo elegido y Su juicio sobre las naciones introduce a Cristo. Cristo es simplemente el evangelio, y la situación mundial es propicia para el evangelio. El mundo actual cambia constantemente con miras al avance del evangelio. Incluso el propio Señor Jesús vino mientras el mundo estaba cambiando. El general romano Pompeyo había conquistado Jerusalén el año 63 a. C. En el año 27 a. C., Augusto recibió la aprobación del Senado romano para formar el Imperio romano. Todo ello preparó el camino para el nacimiento de Cristo apenas veintisiete años después.

  La predicación del evangelio efectuada por los apóstoles también respondió a la situación política imperante en aquellos tiempos. En los últimos veinte siglos, el evangelio siempre ha sido difundido conforme a los cambios políticos ocurridos en la tierra. Los hermanos que recientemente viajaron a Rusia han compartido con nosotros cómo el Señor abrió las puertas de Rusia a nuestras publicaciones. Hay muchas cartas alentadoras escritas por los habitantes de Rusia testificando de esto. No podemos ser meros observadores de la situación mundial y ser complacientes con nosotros mismos. Tenemos que reconsiderar nuestra dirección a la luz de la situación mundial actual.

  Hechos 13 muestra cinco profetas y maestros en la iglesia en Antioquía que ayunaban y oraban juntos. Sólo entonces pudieron ellos recibir dirección de que debían apartar a Pablo y a Bernabé para enviarlos. Ellos llevaron el evangelio de Antioquía a Asia Menor. Ello fue un gran paso en el mover del Señor. Creo que estos cinco profetas y maestros estaban considerando cómo llevar el evangelio del Señor desde la Tierra Santa hasta el mundo gentil, y mientras ellos consideraban al respecto, recibieron dirección.

  Durante el segundo viaje de Pablo, él y sus colaboradores intentaron hablar la palabra en Asia, pero se los prohibió el Espíritu Santo (Hch. 16:6). Luego buscaron ir a Bitinia, pero el Espíritu de Jesús no se los permitió (v. 7). El hecho de que el Espíritu Santo les prohibiera hacer un giro a la izquierda, hacia Asia, y que el Espíritu de Jesús no les permitiera hacer un giro a la derecha, hacia Bitinia, les indicó al apóstol y a sus colaboradores que debían seguir hacia adelante. Espontáneamente, ellos debían haber seguido hacia adelante, hacia Macedonia. Pero Pablo tuvo que recibir una visión durante la noche en que un hombre macedonio le rogaba que cruzara el mar Egeo y viniera a Macedonia a ayudarles (v. 9). Entonces Pablo y sus colaboradores concluyeron que Dios les llamaba a llevar las buenas nuevas a Macedonia.

  Ellos cruzaron el mar Egeo para entrar en Europa y llegaron a Filipos. Filipos era un puesto fortificado de avanzada del Imperio romano en un país extranjero, cuyos ciudadanos disfrutaban de los mismos derechos que los ciudadanos de la capital, Roma. Por ser un fortín del antiguo Imperio romano, Filipos era una ciudad de importancia estratégica para la propagación del evangelio en sus inicios en Europa. Desde allí, el evangelio se propagó por toda Europa y, con el tiempo, llegó hasta Grecia y Roma.

  Tenemos que considerar la presente situación mundial y nuestra presente dirección. ¿Deberíamos simplemente observar la situación actual y decir que todo está bien en relación con el recobro del Señor? Durante estos últimos años hay muchos jóvenes entre nosotros que han sido entrenados, y en la actualidad hay más de cien jóvenes participando en el Entrenamiento de Tiempo Completo. Estamos orando sobre este asunto. Tal vez en el próximo semestre de entrenamiento demos lecciones de idiomas como el ruso, el francés, el alemán y el inglés británico. Si uno conoce estos cuatro idiomas, podrá viajar por toda Europa y Rusia y conversar con casi todas las personas en esos países. Les animo a los jóvenes a estudiar el francés, el alemán y el ruso por causa del mover del Señor.

  En estos días tenemos que darle toda nuestra atención al Cristo todo-inclusivo, quien es la centralidad y universalidad de la gran rueda del mover de la Trinidad Divina para la impartición divina de Sí mismo en Sus elegidos. En la vida de iglesia en pro del recobro del Señor, donde el avivamiento apropiado y la restauración en vida tienen lugar, Cristo debe ser el retoño, el vástago, el estandarte y la bandera. En primer lugar, nosotros mismos debemos experimentar la restauración de vida; después, esto se propagará y será designado por medio de un estandarte, Cristo. Entonces, Él será buscado por las naciones y llegará a ser una bandera para ellos. ¡Aleluya por Cristo!

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