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Mensajes del libro «Estudio-Vida de Jeremías»
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Mensaje 21

EL PECADO QUE ISRAEL COMETE CONTRA JEHOVÁ Y EL CASTIGO QUE JEHOVÁ INFLIGE A ISRAEL

(12)

JEHOVÁ CONDENA Y CASTIGA A LOS REYES Y PROFETAS DE JUDÁ

(2)

  Lectura bíblica: Jer. 21; Jer. 22; Jer. 23

  En este mensaje continuaremos considerando la condenación y el castigo de Jehová sobre los reyes y profetas de Judá.

II. JEHOVÁ CONDENA Y CASTIGA A LOS PROFETAS DE JUDÁ JUNTO CON LOS SACERDOTES Y EL PUEBLO

  En 23:9-40 se nos habla sobre la condenación y el castigo de Jehová sobre los profetas de Judá junto con los sacerdotes y el pueblo.

A. Jehová condena a los profetas de Judá junto con los sacerdotes y el pueblo

  En estos versículos primero vemos la condenación de Jehová sobre los profetas de Judá junto con los sacerdotes y el pueblo. Esta condenación presenta cinco aspectos.

1. La tierra está llena de adúlteros

  En Su condenación, Jehová dijo que la tierra estaba llena de adúlteros (v. 10a). Había muchos entre el pueblo que se habían vuelto adúlteros.

2. Tanto los profetas como los sacerdotes eran profanos

  Tanto los profetas como los sacerdotes eran profanos. Incluso en la casa de Jehová, el templo, su maldad era hallada por Dios (v. 11). Ser profanos es ser personas mundanas; en lugar de ser santificados, separados para Dios como pueblo santo, ellos eran profanos.

3. Los profetas de Samaria profetizan por Baal, y los profetas de Jerusalén cometen adulterio

  Los profetas de Samaria profetizaban por Baal y descarriaban a Israel, el pueblo de Jehová, lo cual era ofensivo para Él (v. 13). Además, Jehová vio en los profetas de Jerusalén algo horrible: que cometían adulterio y andaban en la falsedad. Ellos fortalecían las manos de los malhechores, de modo que ninguno de ellos se convertía de su maldad. Todos ellos llegaron a ser para Jehová como Sodoma, y sus habitantes como Gomorra (v. 14). De los profetas en Jerusalén había salido la profanación por toda la tierra (v. 15b).

4. Profetizan para guiar a los reyes y al pueblo a la vanidad, hablando visión de su propio corazón y no de la boca de Jehová

  Los profetas profetizaron para guiar a los reyes y al pueblo a la vanidad (v. 16a). Aquí vanidad significa ídolos. Ellos también hablaron visión procedente de su propio corazón, y no de la boca de Jehová (v. 16b). Ellos le decían continuamente a quienes menospreciaban a Jehová: “Jehová ha hablado: Paz tendréis”. A todo el que andaba tras la obstinación de su propio corazón, ellos le decían: “No vendrá mal sobre vosotros” (v. 17). Ellos dijeron al pueblo que no habría calamidades y que nada malo habría de sucederles. ¡Cuán malvados eran los profetas de Judá!

  Jehová no envió a estos profetas, pero ellos corrían. Él no les habló, mas ellos profetizaban (v. 21). Si ellos hubieran estado en el concilio de Jehová y hubieran hecho que el pueblo oyera Sus palabras, habrían hecho volver al pueblo de su mal camino y de la maldad de sus obras (v. 22).

5. Consideran que Jehová es Dios de cerca y no Dios de lejos, que no llena los cielos y la tierra, y se atreven a profetizar falsamente en Su nombre del engaño de su propio corazón

  “¿Soy Yo Dios de cerca, declara Jehová, / y no Dios de lejos? / ¿Podrá alguno ocultarse en escondrijos / de modo que Yo no lo vea?, declara Jehová. / ¿No lleno Yo el cielo y la tierra?, / declara Jehová” (vs. 23-24). Estas palabras indican que los profetas de Judá consideraban a Jehová como Dios de cerca y no Dios de lejos, que no llena los cielos y la tierra.

  Estos profetas se atrevían a profetizar falsamente en el nombre de Jehová y eran “profetas del engaño de su propio corazón” (v. 26). Al profetizar de este modo decían: “He tenido un sueño, he tenido un sueño”, pensando hacer que el pueblo de Jehová se olvide de Su nombre “con sus sueños que cada uno cuenta a su prójimo, tal como sus padres se olvidaron de Mi nombre a causa de Baal” (vs. 25, 27). Ellos profetizaron falsos sueños para hacer descarriar al pueblo de Jehová con sus mentiras y jactancia, en lugar de traerles algún provecho. A este respecto, Jehová dijo: “He aquí, Yo estoy contra los que profetizan sueños falsos, declara Jehová, y que los cuentan y descarrían a Mi pueblo con sus mentiras y con su temeridad, aunque Yo no los envié ni los mandé, y ningún provecho han traído a este pueblo, declara Jehová” (v. 32).

  El versículo 30 dice: “Por tanto, he aquí que Yo estoy contra los profetas, declara Jehová, que hurtan Mis palabras, cada uno de su prójimo”. Cuando estos profetas hurtaban las palabras de Jehová, ellos fingían haber recibido las palabras directamente de Jehová. ¿Había usted escuchado de tal clase de hurto, el cual consiste en hurtar no oro ni plata, sino las palabras de Dios? No obstante, tal cosa sucedió en tiempos de Jeremías y todavía sucede en nuestros días.

  Jeremías era un auténtico profeta que recibía palabra de Dios. Aunque había otros profetas auténticos, la mayoría de los profetas que había en Judá eran falsos. Estos falsos profetas no tenían manera de recibir palabra de Jehová, así que escuchaban a quienes hablaban por Dios y hurtaban las palabras que Jehová había hablado por medio de ellos.

  El principio es el mismo hoy. Alguien recibe una revelación de parte de Dios por medio de la Palabra y proclama esta revelación. Otros toman esta palabra y la hablan como si fuera suya. Ellos no dan crédito alguno a quien recibió la revelación, sino que fingen haber recibido por sí mismos esta revelación de parte de Dios y que las palabras que ellos proclaman son sus propias palabras. Esto es hurtar la palabra. Sé de algunos casos en los que ciertas personas usaron mis mensajes sobre Romanos y sobre Apocalipsis sin darme el debido crédito. ¡Qué vergüenza que haya cristianos que hagan esto! Al respecto, debemos ser honestos y tener normas éticas elevadas. Si usamos las palabras de otra persona, debemos darle el debido crédito a dicha persona.

  En el versículo 28 Jehová dice: “El profeta que tenga un sueño, que cuente el sueño; y aquel que tenga Mi palabra, que hable Mi palabra fielmente. ¿Qué tiene que ver la paja con el grano?, declara Jehová”. La palabra de Dios proveniente de Jeremías era grano, pero la palabra de los falsos profetas era paja, tamo. Que la palabra de Dios sea grano significa que es alimento para nutrirnos y contiene la esencia divina que debe ser impartida en nuestro ser.

  Los nuevos libros cristianos que se publican hoy en día contienen mucho tamo, pero muy poco grano. Entre los libros cristianos publicados después de 1945 difícilmente hemos podido encontrar un libro que sea rico en grano nutritivo o que esté lleno de la revelación divina respecto al plan de Dios. Con respecto a la revelación divina, muchos en la actualidad se encuentran en tinieblas y tienen paja en lugar de grano.

  En los versículos 28 y 29 Jehová comparó Su palabra al grano, al fuego y al martillo que despedaza la piedra. En un sentido positivo, la palabra de Dios, por ser grano de trigo, imparte a Dios como vida a nuestro ser para nutrirnos. En un sentido negativo, la palabra es como fuego que nos quema e incinera muchas de las cosas en las que ponemos nuestra confianza y, además, la palabra es como un martillo que quebranta nuestro yo, nuestra vida natural, nuestra carne, nuestras concupiscencias y nuestros conceptos. Quizás nuestro corazón sea como una roca, pero la palabra de Dios puede despedazarnos a fin de que Cristo sea ministrado a nuestro ser como grano que imparte vida.

B. Jehová castiga a los profetas de Judá junto con los sacerdotes y el pueblo

  Jeremías 23 también nos muestra el castigo de Jehová sobre los profetas de Judá junto con los sacerdotes y el pueblo. Este castigo también presenta cinco aspectos.

1. Jehová hace que su camino sea para ellos como resbaladeros

  Jehová hará que su camino sea para ellos como resbaladeros. En la oscuridad serán empujados y caerán en tal camino. Él traerá mal sobre ellos en el año de su castigo (v. 12).

2. Jehová les da a comer ajenjo

  Jehová les dará a comer ajenjo y les dará a beber agua envenenada (v. 15a).

3. La ira de Jehová sale como viento tempestuoso, incluso como tempestad que va girando, la cual caerá como torbellino sobre la cabeza de los malvados

  La ira de Jehová saldrá como viento tempestuoso, incluso como tempestad que va girando, la cual caerá como torbellino sobre la cabeza de los malvados. El furor de Jehová no se apartará hasta que Él haya realizado y cumplido los propósitos de Su corazón (vs. 19-20).

4. Jehová está contra los falsos profetas

  Jehová estará contra los falsos profetas, quienes pervirtieron las palabras del Dios viviente. Él los castigará a ellos y su casa (vs. 30-38).

5. Jehová los olvida por completo y los echa de Su presencia, tanto a ellos como a la ciudad que Él había dado a ellos y a sus padres

  Jehová los olvidará por completo y los echará de Su presencia, tanto a ellos como a la ciudad que Él había dado a ellos y a sus padres. Él pondrá sobre ellos oprobio eterno y humillación eterna, que no serán olvidados (vs. 39-40).

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