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Mensajes del libro «Estudio-Vida de Joel»
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Mensaje 5

LOS CUATRO FACTORES EN EL LIBRO DE JOEL

  Lectura bíblica: Jl. 1:4; 2:28-32; 3:16-21

  En este mensaje quisiera dar una palabra adicional con respecto a los cuatro factores, los cuatro principios primordiales, en el libro de Joel.

EL PRIMER FACTOR: EL CONSUMIR EFECTUADO POR LAS LANGOSTAS

  El primer factor, o principio, es el consumir efectuado por las langostas, el factor de la consumición. “Lo que dejó la langosta que corta, lo comió la langosta que pulula; / lo que dejó la langosta que pulula, lo comió la langosta que lame; / y lo que dejó la langosta que lame, lo comió la langosta que consume” (1:4). Estas langostas denotan el gobierno humano que ha existido por dos mil setecientos años y que continúa existiendo. Los gobiernos de las naciones han sido y continúan siendo usados por Dios para consumir a Israel. Hoy en día sobre la tierra está presente tal factor de consumición que involucra a las naciones.

EL SEGUNDO FACTOR: EL SUFRIMIENTO DE ISRAEL

  El segundo factor, el segundo principio, es el factor del sufrimiento, el sufrimiento de Israel bajo las langostas. Israel ha padecido el consumir efectuado por las langostas durante casi veintisiete siglos. Al considerar el sufrimiento de Israel podríamos preguntarnos por qué Dios ha permitido que esto continúe por tanto tiempo. Podríamos cuestionar por qué Dios ha permitido que Sus elegidos sufran bajo las langostas que consumen. Por un lado, Dios permite que este sufrimiento continúe; por otro, Él no permite que Israel sea consumido por completo. Israel es la única nación que ha sufrido la consumición de las langostas por tanto tiempo. No obstante, Israel continúa soportando y aún permanece.

  Estos dos factores —el factor de la consumición que involucra a las naciones en cuatro etapas y el factor del sufrimiento que involucra a Israel— han estado presentes durante la mayor parte de la historia humana. Muchos libros han sido escritos acerca de la historia mundial, pero estos libros no abordan estos factores, estos principios, como lo hacemos aquí.

EL PROPÓSITO DE DIOS CON RESPECTO AL FACTOR DEL SUFRIMIENTO

  Llegamos ahora al asunto crucial del propósito de Dios con respecto al factor del sufrimiento. El factor del sufrimiento es el factor que produjo la encarnación. Mediante la encarnación el Dios infinito, eterno y todopoderoso fue introducido en la humanidad y mezclado con ella. ¡Ninguna otra cosa, ni aun la creación del universo, puede ser más importante que esto! El propósito de Dios al permitir que Israel padeciera bajo tales langostas era producir una pareja, María y José, de modo que Dios pudiera nacer en el hombre, del hombre y procedente del hombre, a fin de llegar a ser alguien que ya no es solamente Dios, sino un Dios-hombre. Por tanto, el factor del sufrimiento era el factor requerido para consumar la encarnación divina; el sufrimiento de los judíos era el factor requerido para producir la encarnación. Como resultado de que Dios entró en la humanidad y se mezcló con ella, ahora tenemos una persona única —Jesús—, quien es tanto el Dios completo como un hombre perfecto. Dios se hizo hombre, el hombre Jesús, y vivió sobre esta tierra haciendo Su hogar en Nazaret por treinta años. ¡Ciertamente, éste es el más grande milagro en todo el universo!

EL USO QUE DIOS HACE DEL FACTOR DE LA CONSUMICIÓN

  Hemos visto que Israel fue usado por Dios a través de mucho sufrimiento para el propósito de que Dios pudiera nacer del hombre a fin de llegar a ser un Dios-hombre. Ahora debemos ver de qué manera Dios ha usado el factor de la consumición y todavía lo sigue usando.

  Es el primer factor, el factor de la consumición, el que ha provisto en el entorno todas las condiciones requeridas a fin de llevar a cabo el propósito de Dios. El Imperio romano, la suma total de los cuatro imperios, proveyó todo lo necesario para que el Dios encarnado viviese y llevase adelante Su mover y Su obra en la tierra. Además, el Imperio romano proveyó los medios para que Cristo fuese crucificado, pues poseía la autoridad gubernamental necesaria, preparó la cruz e, incluso, proveyó los soldados que crucificaron al Señor Jesús.

  Tanto el factor de la consumición como el factor del sufrimiento han sido útiles a Dios. Los judíos habían perdido su nación y habían sido dispersados por todo lugar, por lo cual anduvieron errantes durante siglos. Humanamente hablando, esto fue una tragedia. Pero el día de Pentecostés, después que Dios hubo consumado Su largo proceso de encarnación, vivir humano, crucifixión, resurrección y ascensión, era necesario que Dios se derramara a Sí mismo sobre todo el linaje humano, no solamente sobre un pueblo sino sobre todos los pueblos. Para este derramamiento se requería de una ocasión particular, y el Imperio romano hizo esto posible. Primero, fue el Imperio romano el que dispersó a los judíos entre todos los pueblos. Después, exactamente en el día correcto, cuando el tiempo era propicio, el Imperio romano proveyó la manera en que el pueblo que había sido dispersado regresase a Jerusalén para disfrutar de la fiesta. En ese tiempo de regocijo, Dios de improviso descendió sobre la gente. Esto nos permite ver que mediante aquel que sufría, Israel, y mediante todas las facilidades provistas por la langosta que consume, esto es, el gobierno romano, Dios se derramó sobre toda carne. Ahora nosotros, como la iglesia, somos la manifestación de Cristo, producida por el derramamiento del Dios Triuno procesado y consumado sobre toda carne.

  Las langostas actuales también son útiles a Dios y a nosotros, los miembros de la iglesia, el Cuerpo de Cristo. Es debido a las langostas que tenemos cosas como el teléfono, el micrófono, la grabadora, el avión, la computadora y el fax. Es debido a las langostas que quienes vivimos en los Estados Unidos disfrutamos de libertad de expresión y libertad de reunirnos como la iglesia. Las conveniencias provistas por las langostas también nos ahorran mucho tiempo. Por tanto, estamos agradecidos por la “langosta” del gobierno y la “langosta” de las compañías telefónicas y de informática. En un sentido muy real, todas las langostas están trabajando para nosotros. Los millones de langostas que pululan hoy sobre la tierra nos sirven para que hoy nosotros podamos vivir aquí con miras a la manifestación de Cristo.

EL TERCER FACTOR: LOS BENEFICIARIOS

  El consumir efectuado por las langostas así como el sufrimiento padecido por Israel nos sirven a nosotros. Esto quiere decir que nosotros, los que estamos en la vida de iglesia hoy, somos los beneficiarios tanto de lo que acontece con los judíos como con las naciones. Éste es el tercer factor, el tercer principio. Pablo dice que todas las cosas cooperan para nuestro bien (Ro. 8:28). Por tanto, nosotros somos el tercer factor: los beneficiarios. En calidad de beneficiarios, debemos darle gracias al Señor por todo lo que Él ha hecho por nosotros mediante la consumición de las langostas y el sufrimiento de los judíos.

EL CUARTO FACTOR: EL PRINCIPIO DE LA RESTAURACIÓN

  El cuarto factor en el libro de Joel es el principio de la restauración. En el futuro tendremos la restauración real, práctica y concreta; pero al presente, nosotros, el tercer factor, estamos experimentando la restauración, el cuarto factor, en la medida que participamos de la manifestación de Cristo y la disfrutamos, manifestación que vino mediante los primeros dos factores: la consumición de las langostas y el sufrimiento de Israel.

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