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Mensajes del libro «Estudio-Vida de Levítico»
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Mensaje 24

LA LEY DE LA OFRENDA DE HARINA

  Lectura bíblica: Lv. 6:14-23

  La ofrenda de harina no es un alimento común para gente común. La ofrenda de harina es el alimento reservado sólo para los sacerdotes. Todos los creyentes neotestamentarios son sacerdotes. Por tanto, la ofrenda de harina es para aquellos creyentes en la vida de iglesia que son sacerdotes de Dios de hecho y en la práctica.

I. LA OFRENDA DE HARINA ES PRESENTADA DELANTE DE JEHOVÁ ANTE EL ALTAR

  Levítico 6:14 dice: “Ésta es la ley de la ofrenda de harina: los hijos de Aarón la presentarán delante de Jehová ante el altar”. Que la ofrenda de harina sea ofrecida delante de Jehová significa que la ofrenda de harina es ofrecida a Dios en Su presencia. Que la ofrenda de harina sea ofrecida ante al altar significa que la ofrenda de harina es ofrecida en relación con la redención de Cristo efectuada en la cruz, donde el altar tipifica la cruz. En el Antiguo Testamento tenemos el altar, pero en el Nuevo Testamento tenemos la cruz. Por tanto, ante el altar significa en relación con la redención que Cristo efectuó en la cruz. La ofrenda de harina es ofrecida a Dios en Su presencia, pero debe ser ofrecida en relación con la redención efectuada por Cristo en la cruz.

II. LA PORCIÓN DE LA OFRENDA DE HARINA QUE ES DE AARÓN Y DE SUS HIJOS SE COME EN UN LUGAR SANTO, EN EL ATRIO DE LA TIENDA DE REUNIÓN

  Levítico 6:16 dice: “Aarón y sus hijos podrán comer lo que sobre de ella. Sin levadura se comerá en un lugar santo; lo comerán en el atrio de la Tienda de Reunión”. Este versículo habla de la porción de la ofrenda de harina que era de Aarón y de sus hijos, es decir, la porción que era de los sacerdotes que desempeñaban su servicio sacerdotal.

A. Significa disfrutar a Cristo como nuestra ofrenda de harina (el suministro de vida para servir), libres de pecado

  Comer en un lugar santo la porción de la ofrenda de harina correspondiente a los sacerdotes significa disfrutar a Cristo como nuestra ofrenda de harina (el suministro de vida para servir), libres de pecado. Aquí la palabra santo indica que el disfrute que tenemos de la ofrenda de harina debe ser libre de pecado.

B. Significa disfrutar a Cristo en un ámbito separado y santificado

  Comer la ofrenda de harina en un lugar santo significa también que disfrutamos a Cristo en un ámbito separado y santificado. Podemos tomar a Cristo como nuestra ofrenda de harina, como nuestro suministro diario de vida, únicamente en un lugar santo. Un lugar santo es un ámbito santificado.

C. Significa disfrutar a Cristo en la esfera de la iglesia

  La porción de la ofrenda de harina que correspondía al sacerdote se comía en el atrio de la Tienda de Reunión. La Tienda de Reunión tipifica a la iglesia. Por consiguiente, comer la ofrenda de harina en el atrio de la Tienda de Reunión significa disfrutar a Cristo en la esfera de la iglesia. Fuera de la esfera de la iglesia, no hay ofrenda de harina para nosotros. La ofrenda de harina únicamente puede ser aplicada en la esfera de la vida de iglesia. Podemos disfrutar a Cristo como nuestra ofrenda de harina para nuestro servicio sacerdotal únicamente dentro del círculo de la vida de iglesia. El disfrute que tenemos de Cristo como ofrenda de harina debe ser santo, debe darse en un ámbito santificado y debe hallarse en la esfera de la vida de iglesia.

  Cristo es nuestra ofrenda de harina para que sirvamos a Dios como sacerdotes. Sin embargo, en la actualidad hay muchos creyentes genuinos que son sacerdotes de Dios solamente de nombre, mas no en realidad. En su vida diaria, ellos no son sacerdotes de Dios.

  Para ser un sacerdote, uno no tiene que servir de tiempo completo. Llegamos a ser sacerdotes por medio de nuestra regeneración. Puesto que hemos sido regenerados, ahora debemos vivir como sacerdotes de Dios, sirviendo a Dios. Usted puede servir a Dios como sacerdote aunque tenga un trabajo de tiempo completo. Tal vez estemos ocupados en diferentes tipos de empleo que son apropiados, pero eso no impide que trabajemos en el sentido de ser sacerdotes para Dios. Por ejemplo, un hermano que es médico puede realizar su práctica médica como servicio sacerdotal, predicando el evangelio a los incrédulos para conducirlos a Cristo y ministrando vida a los creyentes. Si todos nos condujéramos como sacerdotes de esta manera, sirviendo a Dios en Su evangelio, en Su misericordia, en Su gracia y en Su vida, ésta sería la mejor manera de predicar el evangelio.

  Sin embargo, la verdadera situación que impera entre los creyentes es todo lo contrario. Quizás más de la mitad de la población de los Estados Unidos sea cristiana, pero es raro oír de alguien que predique el evangelio en su trabajo. Muchos creyentes viven como gente mundana, como personas comunes, y no como sacerdotes. ¡Cuán vergonzoso es esto! Ya que somos sacerdotes, debemos preguntarnos cómo está nuestra predicación del evangelio.

  Según lo que he estudiado del Nuevo Testamento, lo primero que debemos hacer como sacerdotes de Dios es predicar el evangelio y presentar a los pecadores a Dios como ofrendas. Esto es lo que hizo Pablo; su predicación del evangelio era un servicio sacerdotal (Ro. 15:16). En su servicio sacerdotal, él ofreció a los gentiles a Dios. ¿Tenemos pecadores salvos que ofrecerle a Dios?

  El libro de Levítico trata sobre los sacerdotes. Casi cada capítulo tiene que ver con la vida, el vivir, la necesidad y el suministro de los sacerdotes y todo lo demás relacionado con ellos. Si realmente no somos sacerdotes, no somos aptos para profundizar en este libro. Así que, en lo profundo de mi ser siento la carga de rogarles que regresen a su llamamiento celestial como sacerdotes de Dios. Nuestro primer deber en nuestro servicio sacerdotal es el de presentar pecadores a Dios como ofrendas.

  Pablo dijo que él fue salvo a fin de ser un modelo para todos los creyentes (1 Ti. 1:16). Él era un modelo para los creyentes, y su primer deber consistía en ganar pecadores y ofrecérselos a Dios como ofrendas. Su obra de predicación constituyó el verdadero servicio sacerdotal del Nuevo Testamento. Ciertamente Pablo sabía lo que significaba experimentar a Cristo como ofrenda de harina en relación con su servicio sacerdotal. Pero es posible que la ofrenda de harina no sea tan real para nosotros como lo era para Pablo, debido a que muy raras veces llevamos la vida de un sacerdote. ¡Cuán triste sería si sólo habláramos del servicio sacerdotal sin participar verdaderamente en él!

  En estos días, mientras considero el libro de Levítico, hay un gemido en mi corazón. Cuanto más leo y estudio este libro, más gime mi corazón. Entre nosotros hay muy poco que sea motivo de alegría. Hablamos de la comida sacerdotal, pero ¿quiénes son los sacerdotes y dónde están? En este mensaje únicamente siento la carga de recalcar esto: el libro de Levítico está dirigido a los sacerdotes.

  Con respecto al servicio sacerdotal, debemos considerar nuestra situación y preguntarnos dónde nos encontramos. El profeta Hageo exhortó al pueblo de Israel a que considerara bien sus caminos (Hag. 1:5-11). Todos debemos reflexionar sobre nuestros caminos. ¿Qué clase de creyentes somos? ¿Somos creyentes sacerdotales o creyentes comunes?

III. LA OFRENDA DE HARINA NO SE COCE CON LEVADURA

  Refiriéndose a la ofrenda de harina, Levítico 6:17a dice: “No se cocerá con levadura”. No usar levadura al cocer la ofrenda de harina significa que al laborar en Cristo para ser partícipes de Él como nuestro suministro de vida, es indispensable que no haya pecado.

IV. LA OFRENDA DE HARINA ES SANTÍSIMA, COMO LA OFRENDA POR EL PECADO Y LA OFRENDA POR LAS TRANSGRESIONES

  La ofrenda de harina “es santísima, como la ofrenda por el pecado y la ofrenda por las transgresiones” (v. 17b). Aquí se menciona la ofrenda de harina en relación con la ofrenda por el pecado y la ofrenda por las transgresiones. Debemos considerar santísimas todas estas ofrendas.

A. Significa que para disfrutar a Cristo como suministro de vida, debemos tomar medidas con respecto al pecado presente en nuestra naturaleza caída

  La ofrenda por el pecado se encarga del pecado presente en nuestra naturaleza caída. Si queremos disfrutar a Cristo como nuestro suministro de vida, debemos tomar medidas con respecto al pecado que está en nosotros.

B. Significa que para disfrutar a Cristo como suministro de vida, debemos también tomar medidas con respecto a los pecados manifestados en nuestra conducta

  La ofrenda por las transgresiones se encarga de los pecados manifestados en nuestra conducta. Si queremos disfrutar a Cristo como nuestro suministro de vida, no sólo debemos tomar medidas con respecto al pecado, sino también con respecto a nuestros pecados.

  Cuando disfrutamos a Cristo como nuestro suministro diario para nuestro servicio sacerdotal, debemos comprender que este disfrute incluye tomar medidas con respecto al pecado presente en nuestra naturaleza caída así como con respecto a los pecados manifestados en nuestra conducta. Si tratamos de disfrutar la ofrenda de harina sin tomar tales medidas, cometeremos pecado. No podemos recibir a Cristo como ofrenda de harina a menos que tomemos medidas con respecto a nuestro pecado interno y a nuestros pecados externos. Ésta es la razón por la cual la ofrenda de harina nos remite a la ofrenda por el pecado y a la ofrenda por las transgresiones.

V. TODO VARÓN ENTRE LOS HIJOS DE AARÓN COME DE LA OFRENDA DE HARINA

A. Significa que aquellos que participan de Cristo como suministro de vida deben ser fuertes en términos de la vida divina

  “Todo varón entre los hijos de Aarón comerá de ella; será un estatuto perpetuo por todas vuestras generaciones respecto a las ofrendas de Jehová presentadas por fuego” (v. 18a). Aquí vemos que todos los varones de los hijos de Aarón podían comer de la ofrenda de harina. Esto significa que aquellos que participan de Cristo como suministro de vida deben ser fuertes en términos de la vida divina.

  Cuando oímos que para participar de la ofrenda de harina debemos ser fuertes en términos de la vida divina, tal vez nos sintamos desanimados, pensando que estamos descalificados. Por esta razón, casi todos los días hago al Señor esta súplica: “Señor, ten misericordia de todos nosotros”. Nuestra condición es probablemente apropiada únicamente para recibir la misericordia del Señor. De hecho, conforme a este estatuto particular de la ley de la ofrenda de harina, no somos aptos para participar de la ofrenda de harina. No somos los varones de entre los hijos de Aarón; es decir, de entre los santos, no somos los más fuertes en vida. Los más fuertes en vida son los únicos aptos para disfrutar a Cristo como ofrenda de harina.

  Por mucho que pensemos que disfrutamos a Cristo a diario, en realidad no lo hemos disfrutado tanto. Nuestro disfrute es poco por cuanto tenemos un problema en vida. Aún somos muy jóvenes y débiles en vida. No somos los varones apropiados. Lo que somos, Dios lo sabe, y nosotros también. No podemos decir que somos fuertes en la vida divina como debiera ser. Por esta razón, tenemos que pedirle al Señor que tenga misericordia de todos nosotros. Necesitamos la misericordia del Señor.

B. Significa que aquellos que participan de Cristo deben ser personas que sirven a Dios, los sacerdotes

  El hecho de que los varones de entre los hijos de Aarón comieran de la ofrenda de harina significa que los que participan de Cristo deben ser personas que sirven a Dios, los sacerdotes. Si vamos a nuestro trabajo todos los días sin servir a Dios como sacerdotes, no tendremos parte en el verdadero disfrute de Cristo. En tal caso, tal vez pensemos que sí lo disfrutamos, pero en realidad este pensamiento no concuerda con la verdadera situación.

VI. LA OFRENDA DE HARINA DE AARÓN Y DE SUS HIJOS ES PRESENTADA EL DÍA EN QUE AARÓN ES UNGIDO

  “Ésta es la ofrenda de Aarón y de sus hijos, la cual presentarán a Jehová el día en que él es ungido” (v. 20a). Esto significa que disfrutar a Cristo como suministro de vida guarda relación con el servicio sacerdotal. Quisiera recalcarles una y otra vez más el hecho de que el disfrute que tenemos de Cristo como ofrenda de harina está relacionado con nuestro servicio sacerdotal.

A. La décima parte de un efa de flor de harina es presentada como ofrenda de harina continua

  El versículo 20b habla de “la décima parte de un efa de flor de harina como ofrenda de harina continua”. Esto significa que la mejor porción, la décima parte, del disfrute de Cristo debe ser ofrecida a Dios. Esto también significa que esta clase de disfrute de Cristo debe continuar durante el curso de nuestro servicio sacerdotal.

B. La mitad de la ofrenda de harina es presentada por la mañana y la otra mitad por la tarde como ofrenda continua

  La mitad de la ofrenda de harina se ofrecía por la mañana y la otra mitad por la tarde como ofrenda continua (v. 20c). Esto representa el continuo disfrute de Cristo en el servicio sacerdotal.

  La ofrenda de harina era únicamente para los sacerdotes y prevalece únicamente en el servicio sacerdotal. Quizás seamos sacerdotes, pero es posible que nuestro servicio sacerdotal no sea prevaleciente. Si éste es nuestro caso, el alimento sacerdotal tampoco será prevaleciente. Este alimento espiritual puede ser prevaleciente únicamente en un servicio sacerdotal prevaleciente. Debemos ser sacerdotes que sirven en realidad. Sólo así la comida sacerdotal será de hecho nuestra porción.

C. La ofrenda de harina es quemada por completo, y el sacerdote no debe comer de ella

  “Esto será un estatuto perpetuo; será quemada completamente para Jehová. Toda ofrenda de harina del sacerdote será quemada por completo; no se comerá” (vs. 22b-23). Esto significa que el disfrute de Cristo que es para la satisfacción de Dios, debe ser absolutamente para Él.

  Nuestro disfrute de Cristo se mide según la medida en que realmente seamos sacerdotes que sirven a Dios. Nuestros sentimientos no son la medida. Somos sacerdotes, pero si tenemos problemas con respecto a nuestro servicio sacerdotal, también tendremos problemas con respecto al disfrute de Cristo como ofrenda de harina.

  Al realizar cualquier actividad, debemos estar en la posición correcta; si no estamos en la posición correcta, no tendremos nada que ver con ello. Aunque seamos sacerdotes, es posible que en un sentido práctico estemos en la posición equivocada y que, por tanto, no disfrutemos verdaderamente a Cristo como ofrenda de harina.

  Mi intención al darles esta exhortación amorosa es animarlos a que reflexionen sobre sus caminos. No piensen que están bien. Puedo testificarles que a diario necesito reflexionar sobre mis caminos y mi situación. Esto es un asunto serio, pues ninguno de nosotros sabe cuándo el Señor podría llevárselo. Él nos puede llevar en cualquier momento. Y una vez que el Señor nos lleve, será demasiado tarde para tratar de remediar nuestra situación. Se nos ha dicho claramente que a Su regreso, el Señor establecerá un tribunal (Ro. 14:10; 2 Co. 5:10). Todos compareceremos allí y le rendiremos cuentas. En particular, tendremos que confesar todas las palabras que salieron de nuestra boca mientras estuvimos en la tierra (Mt. 12:36-37). Por consiguiente, debemos tener cuidado de lo que hablamos.

  Mi deseo no es ser un expositor de la Biblia. Mi carga es ministrar la palabra del Señor de una manera viviente y que imparta luz. Quisiera que todos los queridos santos sean alumbrados y reciban un poco de luz con respecto a sí mismos, con respecto a la iglesia y con respecto a la economía neotestamentaria de Dios. Es crucial que seamos introducidos en la luz y que la luz brille sobre nosotros, alrededor de nosotros y en nosotros.

  Debemos recordar que las primeras tres ofrendas —el holocausto, la ofrenda de harina y la ofrenda de paz— nos introducen en la luz. En la luz, somos alumbrados para ver nuestro pecado y nuestros pecados. Esto es lo que necesitamos.

  Ya sea que seamos viejos o jóvenes, o que tengamos muchos años de ser salvos o sólo unos cuantos meses, necesitamos ser alumbrados. Todos debemos ser introducidos en la luz divina. Damos gracias al Señor porque somos hijos de luz (Ef. 5:8). Puesto que somos hijos de luz, debemos estar en la luz a fin de tener claridad, primeramente con respecto a nosotros mismos y luego con respecto a la economía de Dios. Esto es lo que anhelo ver.

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