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Mensajes del libro «Estudio-Vida de Levítico»
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Mensaje 44

LA LEPRA EN UNA CASA

  Lectura bíblica: Lv. 14:33-53

  En los mensajes sobre Levítico 13 vimos que podía haber lepra en una persona y también en sus vestiduras. En este mensaje consideraremos la lepra que hay en una casa.

I. LA LEPRA EN UNA CASA REPRESENTA LOS PECADOS Y MALDADES PRESENTES EN UNA IGLESIA

  Todas las cosas que se abarcan en el libro de Levítico son tipos. Estas cosas incluyen la casa mencionada en el capítulo 14. Con base en el principio de que Levítico fue escrito en forma de tipos, podemos interpretar la casa en 14:33-53 como tipo de la iglesia. En calidad de creyentes neotestamentarios, reconocemos que nuestra verdadera casa no es nuestra casa física, sino la iglesia. Sin una vida de iglesia apropiada, no tenemos hogar. Únicamente cuando estamos en la iglesia y llevamos una vida de iglesia apropiada, nos sentimos verdaderamente en casa. Muchos han testificado que al entrar en la vida de iglesia, se sintieron en casa. Por consiguiente, la casa en Levítico 14 tipifica a la iglesia, la cual es nuestra casa, nuestro hogar, y la lepra que hay en una casa representa los pecados y maldades presentes en una iglesia (vs. 33-48).

A. Dios pone la infección de lepra en una casa que estaba en la tierra poseída por Israel

  Levítico 14:34 dice que Dios pondría infección de lepra en una casa que estaba en la tierra poseída por Israel. Esto significa que cuando la condición de una iglesia se vuelve anormal, Dios hace que el pecado de lepra se ponga de manifiesto en dicha iglesia, con lo cual Él les recuerda y advierte a los creyentes que ya no tienen un hogar donde vivir y que ya no pueden disfrutar de todas las bendiciones prometidas por Dios en Su salvación.

  Durante los más de cincuenta años que llevo en el recobro del Señor, me ha tocado pasar por muchas situaciones tormentosas. En algunos casos la tormenta llegó al punto en que hubo lepra en la casa. Cuando la iglesia se vuelve leprosa, enferma a causa de los pecados y las maldades cometidas, tenemos la sensación de que hemos perdido nuestro hogar, de que nos hemos quedado sin hogar. Más aún, cuando la iglesia está enferma de lepra, perdemos nuestro disfrute de Cristo. Puesto que la vida de iglesia ha dejado de ser apropiada, no podemos disfrutar de todas las bendiciones prometidas por Dios en Su salvación.

B. El dueño de la casa va y da aviso al sacerdote que hay algo como una infección en la casa

  “Cuando entréis en la tierra de Canaán, la cual os doy en posesión, y ponga Yo la infección de lepra en alguna casa de la tierra de vuestra posesión, aquel a quien pertenezca la casa irá y dará aviso al sacerdote, diciendo: Me parece que hay algo como una infección en la casa” (vs. 34-35). Que el dueño de la casa acuda al sacerdote para informarle significa que los hermanos que llevan la delantera o quienes se preocupan por la iglesia acuden al Señor o al apóstol, el representante del Señor, y le informan, ya sea al Señor o a Su representante. Esto es lo que debemos hacer cuando la iglesia está enferma.

C. Manda que desocupen la casa para que nada quede inmundo de cuanto hay en la casa

  “Entonces el sacerdote mandará que desocupen la casa antes de entrar a examinar la infección, para que nada quede inmundo de cuanto hay en la casa” (v. 36a). Esto significa hacer lo más que se pueda para prevenir y eliminar cualquier contagio.

  Si queremos detener el contagio, debemos tener cuidado con lo que hablamos, ya que los chismes propagarán la enfermedad. Por experiencia sabemos que los chismes hacen que la enfermedad contagiosa se propague en la iglesia. Si escuchamos chismes, nos contaminaremos. Si nos guardamos de los chismes, ayudaremos a detener la propagación de la enfermedad contagiosa.

D. El sacerdote entra y examina la casa

  “Después el sacerdote entrará y examinará la casa” (v. 36b). Esto representa el hecho de que el Señor o el apóstol vienen a examinar. Tal examen no tiene como finalidad condenar, sino que es gracia con la finalidad de sanar.

E. Si la infección en las paredes de la casa tiene depresiones verdosas o rojizas y parece ser más profunda que la superficie de la pared, el sacerdote cierra la casa por siete días

  “Examinará la infección; y si la infección en las paredes de la casa tiene depresiones verdosas o rojizas, y parece ser más profunda que la superficie de la pared, el sacerdote saldrá de la casa, a la entrada de ella, y cerrará la casa por siete días” (vs. 37-38). Esto significa que el problema de la iglesia no es algo superficial, sino algo más profundo, por debajo de la superficie. La comunicación y comunión de la iglesia deberá ser mantenida bajo observación durante un período completo de tiempo. Cuando se da esta clase de enfermedad en la vida de iglesia, los ancianos, los hermanos responsables, deben hacer todo lo posible por estar atentos a la comunicación entre los santos y la comunión que ellos tienen entre sí durante un período completo. Cuanto más se practique esta clase de observación, mejor.

F. Examina la casa después de siete días, y si la infección se ha extendido en las paredes de la casa, manda que saquen las piedras en que está la infección y que las echen fuera de la ciudad a un lugar inmundo

  “Al séptimo día el sacerdote volverá y la examinará. Si la infección se ha extendido en las paredes de la casa, entonces el sacerdote mandará que saquen las piedras en que está la infección y que las echen fuera de la ciudad, a un lugar inmundo” (vs. 39-40). Esto significa que después de haberlo sometido a observación por un período completo de tiempo, si el problema de la iglesia continúa extendiéndose, el creyente o creyentes involucrados en tal problema deberán ser separados de la comunión de la iglesia y ser considerados inmundos, como los de afuera (cfr. 1 Co. 5). Esto significa que cuando la iglesia padece de cierta enfermedad, los ancianos primero deben observar la situación. Si el problema empeora, se debe separar de la comunión, de la comunicación de la iglesia, el origen del problema —el creyente o creyentes involucrados en la enfermedad— a fin de detener la propagación de la enfermedad y eliminarla. De hecho, tal vez se tenga que tomar medidas con respecto al problema desde diferentes ángulos. La manera en que hagamos frente a la situación dependerá de lo que hayamos observado y de la sabiduría que recibamos de parte de Dios.

G. Hace raspar la casa por dentro alrededor y arroja fuera de la ciudad, a un lugar inmundo, el yeso que ha raspado

  “También hará raspar la casa por dentro alrededor, y arrojarán fuera de la ciudad, a un lugar inmundo, el yeso que hayan raspado” (v. 41). Esto significa que a causa de unos cuantos creyentes, será necesario depurar la iglesia entera, y todo cuanto sea purgado deberá ser sacado de la iglesia por ser inmundo.

H. Toman otras piedras y las ponen en lugar de las piedras que fueron quitadas

  “Entonces tomarán otras piedras y las pondrán en lugar de aquellas piedras” (v. 42a). Poner otras piedras en el lugar donde estaban las piedras que fueron quitadas significa que otros creyentes llenan el vacío que había quedado. Cuando la iglesia se enferma de lepra, a menudo es necesario separar de la comunión de la iglesia a los santos involucrados en el problema. Esto dejará un vacío, y debemos procurar llenar este vacío con otros creyentes.

I. Toma otro yeso y recubre la casa

  “Y él tomará otro yeso y recubrirá la casa” (v. 42b). Esto es importante, porque significa que la iglesia deberá ser renovada con nuevas experiencias de las obras de gracia del Señor.

  A fin de resolver el problema de la lepra que hay en una casa, no es suficiente apartar a ciertos creyentes y luego llenar el vacío que queda con otros creyentes. Debemos también tener un nuevo comienzo en la vida de iglesia, o sea, renovar la iglesia con nuevas experiencias de las obras de gracia del Señor. Esto lo tipifica el hecho de que se tomaba otro yeso con el cual se recubría la casa. No se trata solamente de tomar medidas con respecto a un problema, sino de introducir las riquezas de Cristo en una manera nueva. Si no somos capaces de hacer esto y únicamente actuamos de forma legalista apartando a ciertas personas y reemplazándolas con otras, esto dejará vacía a la iglesia, y en este vacío la iglesia sufrirá aún más. Por tanto, los que llevan la delantera en la iglesia deben orar, quizás con ayuno, para que la iglesia pueda recibir algo nuevo en las experiencias de las obras de gracia de Cristo. Entonces la vida de iglesia será renovada, será recubierta con nuevo yeso, y todos los miembros se sentirán contentos con la renovada vida de iglesia.

J. Si la infección vuelve a brotar en la casa después que él ha hecho quitar las piedras y raspar la casa, y después que ésta ha sido recubierta con yeso, es una lepra maligna en la casa y es inmunda; derribará la casa

  “Si la infección vuelve a brotar en la casa después que él ha hecho quitar las piedras y raspar la casa, y después que ésta ha sido recubierta con yeso, entonces el sacerdote entrará y la examinará, y si la infección se ha extendido en la casa, es una lepra maligna en la casa; es inmunda. Derribará, pues, la casa, sus piedras, su madera y todo el yeso de la casa, y los llevará fuera de la ciudad, a un lugar inmundo” (vs. 43-45). Esto significa que después de haber tomado las medidas respectivas, si aparecen otros pecados graves, toda la iglesia deberá ser derribada. Esto es muy lamentable. Si la situación de la iglesia llega al punto en que no puede ser curada, sanada, entonces se deberá poner fin a tal iglesia.

K. Cualquiera que entre en la casa durante los días en que está cerrada, queda inmundo hasta el anochecer

  “Además, cualquiera que entre en la casa durante los días en que estuvo cerrada, quedará inmundo hasta el anochecer” (v. 46). Esto significa que en cuanto concierne a la persona que tocó las cosas contaminadas, se le deberá poner fin al viejo día y deberá haber un nuevo comienzo.

  Cada vez que surge un problema en la vida de iglesia, los que llevan la delantera deben esforzarse por obtener algo nuevo en la experiencia de Cristo a fin de que la iglesia obtenga un nuevo comienzo. Este nuevo comienzo puede rescatar a la iglesia enferma de los problemas que adolece. Sin embargo, si centramos toda nuestra atención en los problemas, habrá más problemas o éstos se intensificarán. Por tanto, debemos buscar —por medio de oración y ayuno— nuevas experiencias del Señor, experiencias que sirvan para rescatar la vida de iglesia de su enfermedad. Esto significa que debemos hacer todo lo posible por hacer que el viejo día de enfermedad de la vida de iglesia llegue a su fin y ayudar a la iglesia a experimentar un nuevo comienzo.

L. El que se acueste en la casa y el que coma en ella lavará sus vestidos

  “El que se acueste en la casa lavará sus vestidos, y el que coma en ella también lavará sus vestidos” (v. 47). Esto significa que quienes no participan positivamente en el servicio de la iglesia donde hay un problema, así como aquellos que solamente disfrutan del suministro provisto en esa iglesia, también deberán ser purificados en cuanto a su vivir y comportamiento.

  Levítico 14:47 habla de los que se acuestan y comen en una casa infectada. Acostarse en una casa infectada significa que uno no participa positivamente en el servicio de la iglesia. Si participamos activamente en la vida de iglesia, no tendremos tiempo para acostarnos. Acostarse es un indicio de que uno es indiferente con respecto a la vida de iglesia o que no tiene una participación positiva en el servicio de la iglesia. Por otra parte, comer en una casa infectada significa que a uno sólo le interesa el suministro y disfrute que hay en la vida de iglesia. A una persona así sólo le gusta pasarla bien en la iglesia. Ella no va a las reuniones para servir sino para comer, para disfrutar; no tiene ni la menor intención de participar en el servicio de la iglesia.

  En el versículo 47 podemos ver dos categorías de santos en la vida de iglesia: los que vienen a la iglesia a acostarse, a descansar, y los que vienen a la iglesia a comer, a recibir el suministro y disfrutar. Aunque estos santos no participan de una manera positiva en el servicio de la iglesia, pues no están dispuestos a hacerlo, sí son buenos para criticar a los demás. Ellos no profetizan en las reuniones, pero sí critican a los que lo hacen. Mientras se acuestan en la iglesia y disfrutan del suministro, hallan defectos en los demás. Estos santos deben lavar sus vestiduras; esto significa que deben lavarse para limpiar su conducta y comportamiento.

  Debemos pedirle al Señor que tenga misericordia y no permita que ninguno de nosotros sea de los que se acuestan ni de los que únicamente les interesa comer. Todos debemos ser personas que sirven en la iglesia.

M. Si la infección no se ha extendido en la casa después de haber sido recubierta con yeso, la casa es limpia porque la infección ha sido sanada

  “Pero, por otra parte, si el sacerdote entra y la examina, y ve que la infección no se ha extendido en la casa después de haber sido recubierta con yeso, el sacerdote declarará limpia la casa, porque la infección habrá sido sanada” (v. 48). Esto significa que si el pecado no continúa propagándose después que la iglesia ha sido renovada con las nuevas experiencias de las obras de gracia del Señor, tal iglesia es limpia y no tiene problemas. He visto esto varias veces en el pasado. En cada caso la iglesia fue sanada, fue rescatada, principalmente por medio de las nuevas experiencias de Cristo.

II. LA PURIFICACIÓN DE LA LEPRA EN UNA CASA

  En 14:49-53 vemos la purificación de la lepra en una casa, esto es, la purificación en una iglesia.

A. Es limpiada del mismo modo que se limpia la lepra en una persona

  Levítico 14:49-51 revela que la lepra en la casa es limpiada del mismo modo que se limpia la lepra en una persona. Esto significa que la iglesia entera experimenta una vez más el sufrimiento, la muerte, la resurrección, la ascensión y la entrada en la gloria juntamente con Cristo. Para que una iglesia sea purificada, ella debe experimentar nuevamente los procesos por los cuales pasó el Señor Jesús.

B. Purifica la casa con la sangre de la avecilla y con las aguas corrientes

  “Así purificará la casa con la sangre de la avecilla, con las aguas corrientes, con la avecilla viva, con la madera de cedro, con el hisopo y con los hilos escarlatas” (v. 52). Esto significa que la iglesia entera tiene que ser purificada con la sangre eternamente eficaz de Cristo y con Su Espíritu viviente y eterno. Por tanto, siempre dependemos de la sangre y del Espíritu, los cuales se ven a modo de tipo. En este tipo tenemos la sangre de la avecilla inmolada, el agua y el aceite. La sangre de la avecilla representa la sangre de Cristo, el agua representa al Espíritu que purifica, y el aceite representa al Espíritu que unge. Cuando una iglesia se enferma, necesita ser recobrada por estos dos elementos: la sangre de Cristo y el Espíritu.

C. Suelta la avecilla viva en el campo abierto

  “Luego soltará la avecilla viva fuera de la ciudad, en el campo abierto” (v. 53a). Esto significa que la iglesia entra juntamente con Cristo en la esfera y experiencia de Su resurrección y ascensión. Una vez que una iglesia enferma es sanada, ciertamente no permanecerá en un nivel terrenal, sino que ascenderá a los cielos y volará en las alturas. Nada podrá impedir, restringir, limitar ni atar a una iglesia así. Mientras una iglesia se encuentre en el nivel terrenal, será atada por los lazos terrenales. Pero cuando la iglesia disfruta la resurrección y ascensión de Cristo, estará por encima de la tierra, disfrutando de la libertad que hay en los cielos.

D. La casa es limpia

  Levítico 14:53b dice: “Así hará expiación por la casa, y quedará limpia”. Que la casa quedara limpia significa que la iglesia está completamente limpia a fin de ser la morada mutua de Dios y el hombre.

  A menudo se presentan problemas en la iglesia. Tal parece que es inevitable que haya problemas en la vida de iglesia. En una iglesia nueva, los problemas son pocos, si es que los hay, pero en una iglesia más vieja se presentan más problemas. Así como es fácil que se enferme una persona mayor, igualmente es fácil que haya problemas en una iglesia más vieja.

  Quizás cuando usted vino a la vida de iglesia, disfrutó de una luna de miel en la iglesia. Sin embargo, esta luna de miel, al igual que la luna de miel en la vida matrimonial, no dura mucho tiempo. Es posible que durante la luna de miel que experimentamos en la vida de iglesia, pensemos que la iglesia es maravillosa, que es un verdadero paraíso. Sin embargo, una vez que se acaba la luna de miel, nuestros ojos son abiertos y vemos todos los problemas, defectos y deficiencias que hay en la iglesia. Al igual que los ojos de Adán y Eva fueron abiertos después que comieron del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal, y se dieron cuenta de que estaban desnudos, así mismo se abren también nuestros ojos y vemos cosas que no son positivas ni agradables. No obstante, si nos quedamos viendo estas cosas, querremos una separación de la vida de iglesia, y más tarde, un divorcio.

  Debemos darnos cuenta de que la iglesia es el mejor lugar en la tierra. ¿Qué haremos, entonces, con los problemas que se presentan en la iglesia? Debemos orar pidiendo ser renovados en las experiencias de Cristo. No debemos dedicar demasiado tiempo para orar por otros o por la situación; más bien, debemos orar por nosotros mismos a fin de que podamos impartir algo nuevo de Cristo a la vida de iglesia. Es de esta manera que una iglesia enferma es sanada. A veces la iglesia podrá ser sanada mediante las nuevas experiencias que tienen los nuevos creyentes.

  Cuanto más experimentemos a Cristo de una manera nueva, más se sanará la iglesia. Una iglesia infectada no puede ser sanada mediante discusiones, argumentos y debates. Cuanto más hagamos esto, más problemas habrá. Debemos orar por nosotros mismos y por la iglesia para que, por medio de las nuevas experiencias de Cristo, nosotros —como miembros— y la iglesia —en conjunto— podamos experimentar un nuevo comienzo y entrar en una nueva etapa. Ésta es la única manera en que una iglesia infectada puede ser sanada.

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