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Mensajes del libro «Estudio-Vida de Los Salmos»
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Mensaje 29

EL CRISTO SUFRIDO Y EL CRISTO REINANTE

  Lectura bíblica: Sal. 69; Sal. 70; Sal. 71; Sal. 72

  En este mensaje veremos los salmos del 69 al 72. Mientras que los salmos 69 y 72 tratan de Cristo, los salmos 70 y 71 son ejemplos típicos de salmos que son expresiones piadosas expresadas basándose en los sentimientos complejos de los salmistas.

  El salmo 69 trata del Cristo sufrido tipificado por David en sus sufrimientos, y el salmo 72 trata del Cristo reinante tipificado por Salomón en su reinado. David era un guerrero que era victorioso en las batallas y que ganó territorios para el reino de Dios, sin embargo su vida fue un sufrimiento, y en su sufrimiento él era tipo del Cristo sufrido. El salmo 72 es en realidad un salmo acerca del rey Salomón, un tipo del Cristo reinante. Entonces, David, el padre, tipificaba un aspecto de Cristo, y Salomón, el hijo, tipificaba otro aspecto de Cristo. Después de la vida sufrida de Cristo sobre la tierra, tipificada por los sufrimientos de David, El ascendió a los cielos donde está ahora sentado como Rey, tipificado por Salomón. Aquí vemos que el Cristo sufrido se ha convertido en el Cristo reinante. El tema de este mensaje, por lo tanto, es “El Cristo sufrido y el Cristo reinante”.

  Veamos ahora los salmos del 69 al 72, uno por uno.

I. EL CRISTO SUFRIDO

  Mientras Isaías 53 habla de los sufrimientos de Cristo de una manera general, llamándolo Varón de dolores, el salmo 69 habla de los sufrimientos de Cristo de una manera detallada.

A. Tipificado por el David sufrido

  En el salmo 69 Cristo es tipificado por el David sufrido (vs. 1-3, 19-20, 26).

B. Los padecimientos de Cristo

1. Aborrecido por muchos sin causa

  “Son más que los cabellos de mi cabeza los que me aborrecen sin causa” (v. 4a). Este versículo, que indica que Cristo fue aborrecido sin causa por muchos, fue citado por el mismo Señor Jesús en Juan 15:25.

2. Sufrió el oprobio por amor de Dios

  El salmo 69:7 dice: “Porque por amor a Ti he sufrido oprobio; confusión ha cubierto mi rostro”. El versículo 9b, que fue citado por Pablo en Romanos 15:3, dice: “Los vituperios de los que te vituperaban cayeron sobre mí ”. Cristo sufrió el oprobio por amor de Dios.

3. Consumido por el celo de la casa de Dios

  “Porque me consumió el celo de Tu casa” (Sal. 69:9a). Este versículo es citado en Juan 2:17 en relación con la limpieza del templo por parte de Cristo.

4. Sufrió mucho, y nadie se compadeció de El

  En este salmo vemos también que Cristo sufrió mucho y nadie se compadeció de El (vs. 29a, 19-20; Jn. 16:32).

5. Lloró y le rogó a Diosque lo librara de las aguas de la muerte

  Cristo sufrió en Su llanto rogándole a Dios que lo librara de las aguas de la muerte (1-2, Sal. 69:10, 13-17). Acerca de Cristo, Hebreos 5:7 dice que El ofreció “ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte”.

6. Le dieron hiel por comidamientras sufría en la cruz

  En Salmos 69:21a dice: “Me pusieron además hiel por comida”. En Mateo 27:34 se nos dice que a Cristo se le dio a beber hiel mientras sufría en la cruz.

7. Le dieron a beber vinagre en Su sedmientras estaba en la cruz

  “Y en mi sed me dieron a beber vinagre” (Sal. 69:21b). Mientras el Señor Jesús estaba sufriendo en la cruz, dijo: “Tengo sed”, y como burla le dieron a beber vinagre (Jn. 19:28-30).

8. Molido y herido por Dios

  “Porque persiguieron al que Tú heriste, y cuentan el dolor de los que Tú llagaste” (Sal. 69:26). Esto indica que Cristo fue molido y herido por Dios (Is. 53:10a).

9. Traicionado por uno de Sus discípulos

  Cristo fue traicionado por uno de Sus discípulos (Sal. 69:25; Hch. 1:16-20a).

C. El salmista expresasus sentimientos complejosacerca de sus enemigos

  Incluso en este buen salmo acerca de Cristo, hay una porción que no alcanza a la revelación divina. Me refiero a Salmos 69:22-24, 27-28. Estos versículos son la expresión de los sentimientos complejos del salmista acerca de sus enemigos.

II. ORACION DEL SALMISTA

  El salmo 70 es una oración del salmista.

A. El salmista busca liberaciónde parte de Dios

  En los versículos 1, 4 y 5 el salmista busca liberación de parte de Dios. Esto no tiene nada de malo. Por el contrario, tenemos un buen ejemplo de la búsqueda de liberación que Dios trae, Su salvación. En el versículo 1 el salmista ora así: “Oh Dios, acude pronto a librarme; apresúrate, oh Jehová, a socorrerme”. Esta oración es muy buena. En los versículos 4 y 5 el salmista continúa con su oración, diciendo: “Alégrense y gócense en Ti todos los que te buscan, y digan continuamente los que aman Tu salvación: Engrandecido sea Dios. Yo estoy pobre y menesteroso; apresúrate a mí, oh Dios. Ayuda mía y mi Libertador eres Tú; oh Jehová, no te detengas”.

B. El salmista expresasus sentimientos complejosacerca de sus enemigos

  “Sean avergonzados y confundidos los que buscan mi vida; sean vueltos atrás y avergonzados los que en mis males se deleitan. Sean vueltos atrás, en pago de su afrenta hecha, los que dicen: ¡Ah! ¡Ah!” (vs. 2-3). Estos versículos, que sin duda son inferiores a la oración por liberación de los versículos 1, 4 y 5, son otro ejemplo de las expresiones de los sentimientos complejos del salmista acerca de sus enemigos. Le era muy difícil a David olvidar a sus enemigos.

III. LA CONFIANZA DEL SALMISTA EN DIOSY SU ALABANZA A DIOS

  El salmo 71 trata de la confianza del salmista en Dios y su alabanza a Dios.

A. El salmista confía en Dios

  Los versículos del 1 al 12 tratan de la confianza del salmista en Dios. En el versículo 5 él dice: “Porque Tú, oh Señor Jehová, eres mi esperanza, confianza mía desde mi juventud”.

B. El salmista alaba a Dios

  Los versículos 6b, 8 y 14-24 son la alabanza que el salmista ofrece a Dios. En el versículo 6b él dice: “De Ti será continuamente mi alabanza”, y en el versículo 8 él declara: “Llena está mi boca de Tu alabanza, de Tu gloria todo el día”.

C. El salmista expresasus sentimientos complejosacerca de sus enemigos

  Incluso en este buen salmo acerca de confiar en Dios y alabarle, el salmista no se olvida de sus enemigos. En el versículo 13 él dice: “Sean avergonzados y consumidos los adversarios de mi alma; sean cubiertos de vergüenza y de confusión los que mi alma buscan”. Esto es una repetición de 70:2. Una vez más, ésta es la expresión de los sentimientos complejos del salmista acerca de sus enemigos.

IV. EL CRISTO REINANTE

A. Tipificado por el rey Salomón, hijo de David, en su tiempo de prosperidad y apogeo

  El Cristo reinante es tipificado en el salmo 72 por el rey Salomón, hijo de David (Mt. 1:1; 22:42), en su tiempo de prosperidad y apogeo. Esto se indica por el título de este salmo: “De Salomón”, y por el primer versículo: “Oh Dios, da Tus juicios al rey, y Tu justicia al hijo del rey”.

B. El reinado de Cristo

1. En el milenio en la edad de restauración

  El reino de Cristo tipificado por Salomón tendrá lugar en el milenio en la edad de restauración (Ap. 20:4, 6; Mt. 19:28).

2. En justicia y en equidad para la paz

  “El juzgará a Tu pueblo con justicia, y a Tus pobres con juicio. Los montes llevarán paz al pueblo, y los collados lo harán en justicia” (Sal. 72:2-3). Esto indica que el reinado de Cristo será en justicia y en equidad para la paz. El será temido por el pueblo a lo largo de las generaciones mientras duren el sol y la luna (vs. 4-5).

3. Desciende como la lluviasobre la hierba cortada y como aguacerosque destilan sobre la tierra

  Mientras Cristo reina, El descenderá como lluvia sobre la hierba cortada y como abundantes aguaceros que destilan sobre la tierra para que florezca el justo y abunde la paz sobre la tierra hasta que no haya luna (vs. 6-7).

4. Domina de mar a mar,y desde el Río hasta los confines de la tierra

  El versículo 8 dice: “Dominará El de mar a mar, y desde el Río hasta los confines de la tierra”. “De mar a mar” significa del mar Mediterráneo al mar Muerto. El río mencionado aquí es el Eufrates. Mientras Cristo ejerza Su dominio, todas las naciones le servirán (vs. 9-11).

5. Su favor para con los menesterosos,y la respuesta de ellos

  Los versículos del 12 al 15 hablan del favor de Cristo para con los menesterosos y de la respuesta de éstos. El librará al menesteroso cuando éste clame, y al pobre cuando no tenga a nadie que lo socorra. El tendrá lástima del pobre y salvará las almas de los menesterosos, redimiendo sus almas de la opresión. El versículo 15 nos habla de la respuesta de los menesterosos al Cristo reinante: “Que viva, pues, y se le dé del oro de Sabá, y que se ore por El continuamente; todo el día se le bendiga”.

6. Una bendición a toda la tierra en prosperidad,y la respuesta de ellos

  En el versículo 16 vemos que el reinado de Cristo será una bendición para la tierra en prosperidad. “Habrá abundancia de grano en la tierra, en las cumbres de los montes; su fruto se mecerá como los bosques del Líbano, y los de la ciudad florecerán como la hierba de la tierra”. Luego en el versículo 17 tenemos la respuesta que le dan a El los bendecidos. “Será Su nombre para siempre, se perpetuará Su nombre mientras dure el sol. Benditos serán en El todos los hombres; lo llamarán todas las naciones bienaventurado”.

C. El salmista bendice a Diosen la conclusión del Libro II

  “Bendito Jehová Dios, el Dios de Israel, el único que hace maravillas. Bendito Su nombre glorioso para siempre, y toda la tierra sea llena de Su gloria. Amén y Amén” (vs. 18-19). Esta es la bendición del salmista para con Dios como una conclusión del Libro II de los Salmos. Entonces, el versículo 20 concluye: “Aquí terminan las oraciones de David, hijo de Isaí”.

  En lo que queda de este mensaje, tengo la carga de decir una palabra acerca de la relación entre los libros de Salmos y Job. Aparentemente estos libros no están relacionados, pero en realidad están muy relacionados.

  Quienes lean el libro de Job pueden fácilmente entender que este libro trata los sufrimientos de Job. Después de leer este libro, es posible que muchos cristianos lleguen a pensar que Job es un buen modelo para nosotros hoy. Aunque él sufrió mucho, no culpó a Dios sino que lo alabó. Estas personas estarán de acuerdo con la siguiente palabra del libro de Santiago: “Habéis oído de la perseverancia de Job, y habéis visto el fin del Señor” (5:11). Desde luego que no está mal usar a Job como modelo de sufrimiento con perseverancia; sin embargo, este es un entendimiento superficial.

  ¿Por qué sufrió Job? Sabemos por los dos primeros capítulos del libro de Job que Dios permitió que Satanás le hiciera daño a Job, lo despojara de sus posesiones y de sus hijos, y que aun tocara su cuerpo. La mayor parte de este libro es un relato de un largo debate en el cual participan varias partes: Job, su esposa, sus tres amigos y Eliú. Al final Dios habló, haciéndole a Job una pregunta tras otra a fin de convencerlo de que era insensato, que no sabía nada y que debía dejar de hablar. Job no conocía el propósito de Dios al dejar que sufriera, y en todo el libro no hay respuesta a esta pregunta.

  El libro de Job es muy semejante a Salmos. Tal vez casi la mitad de los ciento cincuenta salmos son las expresiones piadosas de los sentimientos complejos de los salmistas, quienes principalmente se quejan a Dios y le piden que destruya los enemigos de ellos. Todos necesitamos una visión clara de este lado negativo de los Salmos. Por el lado positivo, muchos de los salmos nos dan una revelación acerca de Cristo. Esta revelación es principalmente la persona, la obra, la exaltación y posición de Cristo.

  Sin embargo, no hay mucha revelación en los Salmos, si hay, acerca de que Cristo es vida para nosotros, que Cristo mora en nosotros y hace Su hogar en nosotros, y que nosotros vivimos a Cristo a fin de magnificarlo. No hay tal pensamiento en Salmos. Por el contrario, los Salmos nos dan una impresión de que tenemos que ser piadosos, temer a Dios y confiar en El, guardar la ley, mantener nuestra integridad, y ser justos, rectos, honrados y perfectos. Aparentemente, todo esto está bien. En realidad, el concepto de que tenemos que temer a Dios, guardar la ley de Dios, y ser justos y rectos está equivocado, pues no está de acuerdo con la revelación divina. Vale la pena que estudiemos Salmos para apreciar a Cristo pero no para apreciar asuntos como confiar en Dios. Aparentemente, el asunto de confiar en Dios está bien, pero la manera en que confiamos en Dios puede estar mal y el propósito de nuestra confianza en Dios también puede estar mal.

  Cuando hablo así de los Salmos me baso en el Nuevo Testamento con sus veintisiete libros. El Nuevo Testamento nos dice que hemos sido crucificados (Ro. 6:6; Gá. 2:20). Puesto que hemos sido crucificados y sepultados (Ro. 6:4), no hay necesidad de que temamos a Dios. Sin embargo, muchos de nosotros vivimos día a día como si no hubiésemos sido crucificados y sepultados. Si ésta es nuestra situación, entonces nosotros somos los salmistas de hoy, que sostienen conceptos erróneos acerca de asuntos tales como confiar en Dios, guardar la ley y ser justos.

  Necesitamos ver la visión de Gálatas 2:20: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí ”. Puesto que hemos sido crucificados y que Cristo vive ahora en nosotros, ya no es cuestión de si “yo” temo a Dios o si confío en El. El abundante suministro del Espíritu de Jesucristo (Fil. 1:19) no tiene como fin que temamos a Dios ni que guardemos la ley sino que vivamos a Cristo para que Cristo sea magnificado (vs. 20-21). Cristo debe ser nuestro temor, nuestra confianza, nuestra justicia, nuestra integridad, nuestra perfección. Ser perfectos fuera de Cristo está mal, y Dios condena este tipo de perfección así como condena la imperfección. Solamente el Cristo vivo es aceptable para Dios, justificado por Dios y aprobado por Dios.

  Yo espero que algún día los ojos de usted sean abiertos para ver esto. Luego usted dirá: “Dios, ahora sé que Tú no quieres nada de mí. Lo único que quieres es a Cristo. Tú quieres que yo vea que he sido crucificado, terminado, acabado, para que pueda vivir a Cristo y magnificarle”.

  En el Estudio-vida de Job, veremos que mucho de lo que dijeron Job, su esposa, sus amigos y Eliú estaba a la par con la línea del bien y del mal. Esto significa que su hablar estaba de acuerdo con la línea del árbol de la ciencia del bien y del mal. Ninguno de ellos, incluyendo a Job, seguía la línea del árbol de la vida. Al final de la Biblia, vemos al árbol de la vida (Ap. 22:2, 14). El árbol de la vida tiene que ver con Cristo y no con la integridad o la perfección.

  Acudamos todos al Señor en busca de Su misericordia para que podamos estudiar Salmos en la manera apropiada. Los Salmos nos presentan un cuadro que nos muestra que la raza humana está equivocada al sostener el concepto de que Dios quiere que le temamos, guardemos la ley, y seamos justos, rectos, honrados y llenos de integridad. Este concepto está equivocado; es un concepto que pertenece totalmente al Antiguo Testamento bajo la ley según el conocimiento del bien y del mal.

  El concepto del Nuevo Testamento es muy diferente. El Nuevo Testamento revela que Cristo vino para sufrir una muerte todo-inclusiva. Cuando El murió, nosotros morimos; y cuando El fue sepultado, nosotros fuimos sepultados. Por esta razón al creer en Cristo inmediatamente necesitamos ser bautizados en Cristo y en Su muerte (Ro. 6:3). Nuestra tumba es el bautisterio, y deberíamos quedarnos en esa tumba. Ya que estamos muertos y sepultados, ¿cómo podemos seguir temiendo a Dios y guardando la ley? Es imposible para uno que está muerto y sepultado hacer tales cosas. La muerte nos ha liberado de la ley (Ro. 7:1-6).

  El Nuevo Testamento también revela que cuando Cristo murió, El puso fin a la vieja creación. Al tercer día El resucitó, y por medio de la resurrección nos regeneró (1 P. 1:3) para ser un nuevo hombre, no un hombre de Adán y en Adán, sino un hombre de Cristo y en Cristo.

  Sin embargo, muchos están desprovistos de tal revelación. Al carecer de esta revelación, es posible que uno salga de la tumba y vuelva a Adán y trate de corregir a Adán, edificarlo, cambiarlo de lo malo a lo bueno. Esto es lo que uno hace cuando trata de guardar la ley a fin de ser perfecto, justo, recto y tener integridad. Uno en realidad está tratando de mejorar al Adán caído y degradado. Muchos cristianos en la actualidad están haciendo esto.

  También, puede ser que usted se reúna con la iglesia sin conocer el propósito de ella. Quizá piense que la iglesia lo está ayudando a ser bueno. No, la iglesia lo está ayudando a usted a permanecer en su tumba para que ya no sea usted el que viva, sino Cristo quien viva en usted. En la iglesia somos ayudados a comprender, junto con Pablo, que hemos sido crucificados, que ya no somos nosotros los que vivimos, que Cristo es el que vive en nosotros, y que ahora nos debemos preocupar sólo por una cosa: vivir a Cristo para que lo podamos magnificar.

  Mientras que algunos de nosotros permanezcamos en Job o en los Salmos, necesitamos ser traídos por estos dos libros a la economía neotestamentaria. Yo les pediría que comparen a Job y los Salmos con las catorce epístolas de Pablo. Si usted hace tal comparación, se dará cuenta de que las epístolas de Pablo son inmensamente superiores a Job y a Salmos.

  Antes de que Pablo fuese salvo, él se jactaba en la justicia de la ley, pero después de ser salvo consideraba esa clase de justicia como basura, como pérdida (Fil. 3:8-9). ¿Puede usted decir esto acerca de su propia bondad, justicia, rectitud e integridad? ¿Odia usted estas cosas y las cuenta como basura? Por el contrario, usted tal vez valore estas virtudes humanas. Pero éstas son las virtudes de una persona muerta, y Dios no las desea, pues son algo de Adán y están en Adán. Dios sólo quiere las virtudes que están en Cristo y que son de Cristo, las virtudes que se manifiestan al vivir nosotros a Cristo y al magnificarle.

  Si usted ve esto, se arrepentirá no solamente de ser malo sino también de ser bueno. Ambos proceden del mismo árbol —el árbol de la ciencia del bien y del mal— y ambos son rechazados por Dios. Mientras pasamos por Salmos mensaje tras mensaje, espero que esto le sea aclarado cada vez más a usted.

  Mi preocupación en todos estos mensajes es la revelación divina. Espero que usted reciba esta revelación y que, por ende, sepa lo que es la economía de Dios. La economía de Dios tiene como fin terminarnos y ponernos en la tumba para que recibamos a Cristo, la incorporación del Dios Triuno. Al haberle recibido, deberíamos dejarlo vivir en nosotros, ya no preocupándonos por nuestra justicia, rectitud, o integridad sino sólo por el Cristo viviente. Es muy importante ver que hemos sido crucificados y que ya no vivimos nosotros sino que Cristo vive en nosotros. Si vemos esto, sólo nos importará Cristo, y ávidamente recibiremos la revelación que hay en las epístolas de Pablo acerca de Cristo.

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