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Mensajes del libro «Estudio-Vida de Los Salmos»
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Mensaje 33

SUPLEMENTO AL MENSAJE TREINTA Y DOSACERCA DEL SALMO 84

  Lectura bíblica: Sal. 84

  En este mensaje tengo la carga de dar una palabra adicional acerca del salmo 84 como suplemento al mensaje anterior. Recientemente, el Señor ha abierto el contenido intrínseco de este corto salmo. El contenido intrínseco del salmo 84 es la revelación secreta en cuanto a disfrutar al Dios Triuno encarnado.

  El Antiguo Testamento indica que Dios es triuno (Gen. 1:1, 26; Is. 6:1-3, 8), pero el Dios revelado en el Antiguo Testamento no es el Dios Triuno encarnado. En el Antiguo Testamento la encarnación del Dios Triuno era un misterio escondido. Sin embargo, el primer capítulo del Nuevo Testamento, un capítulo que presenta la genealogía de Cristo, habla de que Dios se engendró en una virgen para llegar a ser un hombre en la carne (Mt. 1:20). Este es el Dios Triuno venido al hombre para ser uno con éste, para hacerse humanamente divino, el Dios-hombre, llamado Jesús (vs. 21, 23).

  El Señor Jesús vivió y anduvo en la tierra en una manera divino-humana por treinta y tres años y medio, y luego murió en la cruz para efectuar una muerte todo-inclusiva y sustitutiva, una muerte que resolvió todos los problemas entre Dios y el hombre. Su muerte en la cruz es tipificada por el primero de los dos altares mencionados en el salmo 84. Este altar es el altar de bronce usado para ofrecer sacrificios.

  Después de que Cristo pasó por la muerte, entró en la resurrección. En la resurrección El nació como Hijo primogénito de Dios. (He. 13:33; Ro. 1:3-4; 8:29). Antes de esto El era el Hijo unigénito de Dios (Jn. 1:8; 3:16). Como el Hijo unigénito de Dios, Cristo sólo tenía divinidad, mas no humanidad. No obstante, como el Hijo primogénito de Dios, engendrado en resurrección, El tiene humanidad y también divinidad; tiene tanto la naturaleza humana como la naturaleza divina.

  Además, en Su maravillosa resurrección Cristo llegó a ser el Espíritu vivificante (1 Co. 15:45). El Espíritu de Dios estaba en el Antiguo Testamento, pero en ese entonces el Espíritu de Dios no tenía la capacidad de dar la vida divina a la humanidad. Por esa razón, algunos de los descendientes de Adán recibían el poder de Dios pero no la vida de Dios. Sansón es un ejemplo típico de una persona que recibía el poder de Dios de parte del Espíritu de Dios pero no tenía nada de la vida de Dios. Muchos otros personajes del Antiguo Testamento, como por ejemplo Job, eran muy piadosos y devotos, pero no podemos decir que eran espirituales, o que estaban llenos de la vida espiritual y divina. Fue solamente a partir de la resurrección de Cristo, quien es el Dios Triuno encarnado, que el Espíritu de Dios pudo empezar a dar la vida divina a los seres humanos; porque fue en la resurrección que Cristo mismo llegó a ser el Espíritu vivificante. También en la resurrección de Cristo todo el pueblo escogido por Dios fue regenerado, o sea, renació. (1 P. 1:3). En el Cristo resucitado, quien es el Hijo primogénito de Dios y el Espíritu vivificante, nosotros, el pueblo escogido de Dios, fuimos regenerados para llegar a ser una nueva creación, el nuevo hombre.

  Cristo ascendió después de Su resurrección. Cuando ascendió a los cielos, otro altar fue establecido, el altar de oro del incienso, para que Dios aceptara lo que Cristo le llevó. Los dos altares —el altar de bronce para los sacrificios y el altar de oro del incienso— son las dos cosas culminantes y primordiales de la obra del Dios Triuno encarnado, quien es Cristo, la incorporación de Dios para Su aumento. Este es el contenido intrínseco del salmo 84.

  El salmo 84 abarca cuatro aspectos. El primer aspecto es el de lo amable de la casa de Dios (v. 1). El segundo es el anhelo del salmista por entrar en la casa de Dios (v. 2). El tercero es el camino a la casa de Dios (v. 5). El cuarto aspecto consta de las bendiciones de morar en la casa de Dios para disfrutar a Dios como el sol, el escudo, la gracia y la gloria. En tal caso disfrutamos al Dios Triuno encarnado y consumado como el sol que nos suministra vida, como el escudo que nos protege del enemigo de Dios, como la gracia que disfrutamos, y como la gloria que manifiesta a Dios. Ahora consideremos este salmo con más detalle.

I. UNA REVELACION SECRETA ACERCADEL DISFRUTE DEL DIOS TRIUNO ENCARNADO

  Hemos mencionado que en el salmo 84 hay una revelación secreta acerca del disfrute que tenemos del Dios Triuno encarnado. Aunque muchos cristianos hablan y hasta debaten acerca de la Trinidad, no son muchos los que disfrutan al Dios Triuno encarnado. Agradecemos al Señor que en Su recobro, en la vida de la iglesia, el Cristo que disfrutamos es el Dios Triuno encarnado.

  Necesitamos ver que Cristo no es solamente la incorporación de Dios, sino también el Dios Triuno encarnado. En este Cristo tenemos a Dios el Padre, a Dios el Hijo, y a Dios el Espíritu. El Padre, el Hijo y el Espíritu coexisten y moran el uno en el otro. El Padre está en el Hijo, y el Hijo está en el Padre. El Padre y el Hijo están en el Espíritu, y el Espíritu está en el Padre y en el Hijo. De esta manera los tres del Dios Triuno moran el uno enel otro. Más aún, en Cristo el Dios Triuno pasó por un proceso largo para llegar a ser el Dios Triuno procesado y consumado. Este es Cristo como nuestro disfrute y como la porción que Dios nos asignó (Col. 1:12).

A. El centro de esta revelación secreta:la casa de Dios

  El centro de esta revelación secreta es la casa de Dios (Sal. 84:4, 10a), tipificada por el tabernáculo (Ex. 40:2-8) y por el templo (1 R. 6:1-3; 8:3-11). Cristo cumplió estos dos tipos.

B. Diagrama de la disposiciónde la casa de Dios

  Ahora, quisiera pedirles que consideren el diagrama de la casa de Dios incluido en este mensaje. En este diagrama vemos los puntos principales de nuestro disfrute de Cristo como el Dios Triuno encarnado.

  El diagrama nos muestra que en el atrio hay dos muebles: el primer altar, el altar de bronce, donde se ofrecen los sacrificios, y el lavacro, una fuente grande que contiene agua para el lavamiento. En el primer altar, todos nuestros problemas ante Dios son resueltos por medio de los sacrificios, y nosotros somos salvos. ¿Por qué, entonces, necesitamos el lavacro? Para contestar esta pregunta necesitamos ver que la meta de Dios no es resolver nuestros problemas; la meta de Dios es hacernos la nueva creación a partir de la antigua. Para llegar a ser la nueva creación necesitamos ser lavados. Originalmente fuimos creados del polvo de la tierra, y este polvo necesita ser lavado en el lavacro. Así que, Tito 3:5 dice que Dios nos salvó “por el lavamiento de la regeneración y la renovación del Espíritu Santo”. Después de que experimentemos el altar y el lavacro, estamos calificados para entrar en el Dios encarnado, tipificado por el tabernáculo.

 

  En el Antiguo Testamento nadie podía entrar en Dios. Pero en Dios Su encarnación ha llegado a ser accesible. Sin embargo, muchos de los cristianos de hoy no se dan cuenta de que Dios es accesible, y por eso no pasan del primer altar al lavacro, y no entran en Dios. Ellos tal vez hablen de temer a Dios, de exaltarle y de amarle, pero no hablan de entrar en Dios. ¿Ha entrado usted en Dios? Necesitamos pasar por el primer altar, luego venir al lavacro, y después entrar en Dios.

  ¿Sabe usted quién es este Dios accesible? El Dios al que tenemos acceso es Cristo, el Dios-hombre, el Dios Triuno encarnado y la incorporación del Dios Triuno. Cuando entramos en El, llegamos a la mesa de los panes de la proposición para el suministro de vida y al candelero para la luz de vida. Esto nos permite vivir y andar en el Dios Triuno encarnado. Puedo testificar que en estos días he estado viviendo y andando en el Dios Triuno encarnado.

  En el Dios Triuno encarnado no sólo tenemos la mesa de los panes de la proposición, sino también el segundo altar, el altar del incienso, donde se ofrece el incienso. El incienso representa a Cristo como nuestra aceptación. En el primer altar nuestros problemas ante Dios fueron resueltos por Cristo como el sacrificio. En el segundo altar Cristo es el incienso para que seamos aceptados por Dios.

  El diagrama de la disposición de los muebles de la casa de Dios indica que, según el Antiguo Testamento, el altar del incienso estaba en frente del arca del testimonio. Sin embargo, había un velo que separaba el altar de incienso, que estaba en el Lugar Santo, del arca del testimonio, que estaba en el Lugar Santísimo (Ex. 26:31-35). Sin embargo, por la muerte de Cristo este velo fue rasgado (Mt. 27:51; He. 10:20). Ahora no hay ninguna separación entre el altar del incienso y el arca del testimonio. Los dos son uno. Esto indica que somos aceptados por Dios en Cristo como nuestra aceptación, y llegamos a ser el testimonio de Dios para expresar y manifestar a Dios.

C. Cristo como la incorporacióndel Dios Triuno es el cumplimientode los tipos del tabernáculo y el templo

  Cristo como incorporación del Dios Triuno (Col. 2:9) es el cumplimiento de los tipos del tabernáculo y el templo. El cumplimiento comenzó en Su encarnación (Jn. 1:14; 2:21) y será consumado en la Nueva Jerusalén (Ap. 21:2-3). El Nuevo Testamento, desde Mateo 1 hasta Apocalipsis 22, abarca todo el período de la encarnación del Dios Triuno. Esta encarnación, la cual comenzó en Mateo 1, continuará hasta la consumación de la Nueva Jerusalén en Apocalipsis 21 y 22. Por consiguiente, el Nuevo Testamento es simplemente una narración de la encarnación divina, la cual comenzó con el nacimiento de Cristo y culminará en la Nueva Jerusalén.

  En el primer capítulo del Nuevo Testamento tenemos al Cristo individual, pero en el último capítulo tenemos al Cristo corporativo. Esto quiere decir que el Cristo individual es el principio de la encarnación del Dios Triuno y que el Cristo corporativo, la Nueva Jerusalén, será la conclusión y la consumación. Alabamos al Señor porque hemos recibido la bendición de estar estrechamente relacionados con la encarnación del Dios Triuno por haber sido hechos parte del Cristo corporativo. Necesitamos ver esto, estar en esto, y ministrarlo a los santos.

II. LAS PRINCIPALES CONSUMACIONESDEL DIOS TRIUNO ENCARNADO

  En cuanto al Dios Triuno encarnado, hay dos consumaciones principales.

A. El primer altar

  La primera consumación es el primer altar, el altar de bronce, donde se ofrecen todos los sacrificios (Cristo en Su crucifixión) para resolver todos los problemas del hombre ante Dios. Acerca de esto Salmos 84:4 dice: “Aun el gorrión halla casa; y la golondrina nido para sí, donde ponga sus polluelos, cerca de tus altares, oh Jehová de los ejércitos, Rey mío, y Dios mío”. Hoy en día somos las “golondrinas” que han pasado por tormentas, vientos, lluvia, nieve, y el sol candente, y que necesitan un nido, un refugio. Nuestro refugio es el primer altar, el cual representa la cruz de Cristo. En la cruz de Cristo somos salvos, y allí tenemos nuestro nido. De hecho, nuestro nido es la cruz de Cristo mismo. En este nido ponemos nuestros polluelos; esto es producir nuevos creyentes.

B. El segundo altar

  El segundo altar es el altar de oro del incienso (Cristo en Su ascensión) para que Dios reciba a los pecadores redimidos (v. 3). Cuando experimentamos a Cristo en Su ascensión, tenemos un lugar para descansar, y sentimos que estamos en casa. En el primer altar tenemos un nido, y en el segundo tenemos un lugar de descanso en la casa de Dios.

III. LOS CAMINOS BENDITOS:LOS CAMINOS A SION

  En Salmos 84:5 se nos dice que es bienaventurado el hombre en cuyo corazón están los caminos a Sion. Los caminos a Sion son los caminos bendecidos por los que buscan al Dios Triuno encarnado en Sus consumaciones (que comprenden el lavacro, la mesa de los panes de la proposición, el candelero, y el arca del testimonio). En nuestras experiencias espirituales hemos aprendido que, por una parte, hemos entrado en Dios, y por otra, todavía estamos en el camino para entrar en Dios. Ninguno de nosotros puede decir que ha entrado en Dios completamente. Muchos de nosotros apenas hemos empezado a entrar en Dios. Estamos en Dios, pero todavía estamos en el camino para entrar en Dios.

A. Tienen fuerza en Dios

  El versículo 5a dice: “Bienaventurado el hombre que tiene en Ti sus fuerzas”. Esto indica que quien está en camino a Sion tiene su fuerza en Dios.

B. Atraviesan el valle de Baca (lágrimas)

  El versículo 6a habla de atravesar el valle de Baca (lágrimas). En este camino hay ocasiones en que derramamos llanto.

C. Cambian el valle de lágrimas en fuente

  Aquellos que están en el camino a Sion convierten el valle de lágrimas en una fuente (v. 6b). Esta fuente es simplemente el Espíritu. ¡Cuán maravilloso!

D. La lluvia temprana cubrede bendiciones el valle de lágrimas

  “También la lluvia temprana lo cubre de bendición” (v. 6c). La lluvia temprana representa el Espíritu. Esto indica que cuanto más lloramos al caminar a Sion, más recibimos del Espíritu. Mientras lloramos, somos llenos del Espíritu, y el Espíritu llega a ser nuestra fuente.

E. Van de poder en poder

  “Van de poder en poder” (v. 7a). Esto indica que mientras vamos por el camino de bendición buscando al Dios Triuno encarnado, vamos de poder en poder. Como resultado, nadie podrá desviarnos.

IV. ALGUNOS ASUNTOS ADICIONALES

A. Nuestro escudo y el ungido de Dios

  En Salmos 84:9 dice: “Mira nuestro escudo, oh Dios, y pon los ojos en el rostro de Tu ungido”. Aquí el “escudo” y el “ungido” se refieren al rey David, quien tipifica a Cristo.

B. Estar a la puerta de la casa de Dios

  El versículo 10 habla de estar a la puerta de la casa de Dios. Es mejor estar a la puerta que morar en las tiendas del malvado. Sin embargo, no debemos de estar satisfechos con estar solamente a la puerta de la casa de Dios, sino que debemos entrar en Su casa.

C. Los que andan en integridady el hombre que confía en Dios

  El versículo 11 habla de aquellos que caminan en integridad, y el versículo 12 concluye diciendo: “Jehová de los ejércitos, dichoso el hombre que en Ti confía”. Aquí “los que andan en integridad” se refiere probablemente, según los sentimientos del salmista, a los que guardan la ley. “El que en Ti confía” posiblemente se refiera, según los sentimientos del salmista, a los que habitan en la casa de Dios.

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