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Mensajes del libro «Estudio-Vida de Lucas»
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Mensaje 76

LA ASCENSION DEL SALVADOR-HOMBRE

(1)

  Lectura bíblica: He. 2:9; 12:2; Hch. 2:36.

  Con el presente, comenzamos una serie de mensajes sobre la ascensión del Salvador-Hombre. En este mensaje primero describiremos la ascensión y posteriormente estudiaremos el aspecto objetivo y el aspecto subjetivo de la misma.

EL SALVADOR-HOMBRE ES INVESTIDO CON SU CARGO CELESTIAL

  Cuando el Salvador-Hombre ascendió, fue investido con Su cargo celestial mediante el proceso de creación, encarnación, vida humana, crucifixión y resurrección por el cual El pasó en calidad de Dios y hombre, de Creador y criatura, de Redentor, de Salvador y de Espíritu vivificante. Esta investidura tiene como fin que El ejecute la administración de Dios y se lleve a cabo Su economía (dispensación) neotestamentaria.

  Si queremos entender la ascensión del Salvador-Hombre, tenemos que ver que Su ascensión era en esencia Su investidura en Su cargo celestial, lo cual requirió que pasara por un proceso extenso, que comenzó con la creación y continuó con la encarnación, la vida humana, la crucifixión y la resurrección. El Salvador-Hombre pasó por este proceso como Dios, hombre, Creador, criatura, Redentor, Salvador y Espíritu vivificante. El Señor Jesús recibió Su cargo celestial para ejecutar la administración de Dios y llevar a cabo Su economía neotestamentaria. En el aspecto objetivo, la ascensión coronó al Señor de gloria y de honra (He. 2:9), lo entronizó para que ejecutara la administración de Dios (He. 12:2), y lo hizo el Señor, quien ha de poseerlo todo y el Cristo, quien lleva a cabo la comisión de Dios.

  ¿Había oído alguna vez que Cristo fue investido [en Su cargo celestial] y que esta investidura fue Su ascensión? Es posible que algunos contesten diciendo que la palabra investidura no aparece en la Biblia. En efecto es correcto decir esto; no obstante, en ella se halla el hecho de la investidura del Salvador-Hombre. La Biblia tampoco contiene la expresión el Dios Triuno, pero es un hecho revelado en ella. Por ejemplo, Mateo 28:19 habla de bautizar a los creyentes “en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”. De la misma manera, el Nuevo Testamento revela el hecho de que Cristo fue investido en Su cargo. Considere Hechos 2:36: “Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo”. En este versículo, la palabra hecho puede entenderse como “investido de”. Por lo tanto, la investidura de Cristo se halla en Hechos 2:36. Si leemos los versículos anteriores, veremos que en ellos se menciona la ascensión del Señor. En Su ascensión, Dios lo invistió de Su ministerio celestial, es decir en Su ascensión, en Su investidura, Dios le hizo Señor y Cristo.

EL ESTATUS QUE TIENE EL SALVADOR-HOMBRE EN SU ASCENSION

  El Salvador-Hombre, investido de Su cargo celestial mediante Su ascensión, tiene una posición maravillosa. El es Dios y hombre, el Creador y una criatura. Algunos teólogos aceptan el hecho de que Cristo es Dios, un hombre y el Creador, pero niegan que El también sea una criatura. Sin embargo, Colosenses 1:15 dice que Cristo es el Primogénito de toda creación, lo cual quiere decir que con respecto a Su humanidad, El es una criatura. Pero debido a la herejía que Arias introdujo, la cual condenó el Concilio de Nicea en el año 325 d. C., muchos no se atreven a decir, según Colosenses 1:15, que Cristo es una criatura. En este versículo se dice que Cristo es la imagen de Dios, el Primogénito de toda creación. Si este versículo no estuviera en la Biblia, no no nos atreveríamos a decir que Cristo es una criatura y al mismo tiempo el Creador. Sin embargo, este versículo nos da la base para afirmarlo.

  Si afirmamos que Cristo es tanto Dios como hombre, entonces también debemos decir que El es el Creador y una criatura, ya que Dios es el Creador y el hombre, una criatura. Sin embargo, algunos teólogos dicen que Cristo es Dios y hombre, pero luego dicen que El es sólo el Creador y no una criatura. ¡Esto es ridículo! ¿Acaso el hombre no es una criatura? Hebreos 2:14 dice que el Señor Jesús tenía sangre y carne. ¿Acaso no son creadas la sangre y la carne? Si usted niega que Cristo es una criatura, en realidad está negando que El vino en carne, y negar esto es una herejía, la cual se condena en el capítulo cuatro de 1 de Juan.

  Hace muchos años, algunas personas en Hong Kong hicieron la siguiente afirmación: “Nuestro Cristo es el Creador, pero no una criatura”. Cuando oí esto, le dije a los santos: “Es totalmente incorrecto decir que Cristo es sólo el Creador y no una criatura. Decir que Cristo no es una criatura equivale a afirmar que El no se hizo hombre. Pero ya que Cristo se hizo hombre, también se hizo una criatura, pues el hombre es una criatura”. Nuestro Cristo, a quien Dios invistió del cargo celestial, es Dios y hombre. Además, es el Redentor, el Salvador y el Espíritu vivificante. ¡Qué posición maravillosa tiene! ¡Qué persona tan competente!

  Muchos cristianos no saben qué clase de posición tiene Cristo ni conocen la competencia que posee habiendo ascendido a los cielos. Sin embargo, cada vez que tengo contacto con El, compruebo que El es Dios, un hombre, el Creador, una criatura, el Redentor, el Salvador y el Espíritu vivificante, y puesto que lo disfruto de esta manera, a veces me hallo fuera de mí mismo, lleno de gozo al tener comunión con El. Hasta puedo decir que a veces soy “electrizado” por el Espíritu cuando pienso en lo que Cristo es.

  ¿Ha considerado alguna vez que Cristo no es el Dios parcial sino el Dios completo? El no sólo es Dios el Hijo sino que también Dios el Padre y Dios el Espíritu. Por consiguiente, Cristo es el Dios completo, el Dios Triuno. Además, El es un hombre tripartito. Por lo tanto, por ser el Dios Triuno y el hombre tripartito, El es el Dios completo y el hombre perfecto. Aprendamos a decir: “Mi Salvador es el Dios Triuno y el hombre tripartito. El es el Creador y también una criatura. El es el Redentor y el Espíritu vivificante, y este Espíritu es la consumación del Dios Triuno”. Cuanto más entendamos esto, más seremos “electrizados”, al hallarnos fuera de nosotros mismos de gozo en el Señor.

EJECUTA LA ADMINISTRACION DE DIOS Y LLEVA A CABO SU ECONOMIA NEOTESTAMENTARIA

  La maravillosa persona del Salvador-Hombre, el que pasó por la creación, la encarnación, la vida humana, la crucifixión y la resurrección, fue investido de Su cargo celestial para ejecutar la administración de Dios y llevar a cabo Su economía neotestamentaria. Ahora Cristo está en el trono para administrar el universo entero. El es el Administrador único, el Rey de reyes y el Señor de señores. Todos los principados de la tierra están bajo El. El es el Administrador que ejecuta la administración de Dios y lleva a cabo Su economía neotestamentaria. Su administración se relaciona con el universo, pero Su objetivo al llevar a cabo la economía neotestamentaria de Dios es propagarse a fin de reproducirse y así edificar la iglesia, el Cuerpo de Cristo, el cual llegará a ser la Nueva Jerusalén. ¡Qué maravilloso!

  Hasta ahora hemos dado una introducción con respecto a la ascensión del Salvador-Hombre. Estudiemos ahora el aspecto objetivo de la ascensión de Cristo.

EL ASPECTO OBJETIVO DE LA ASCENSION DEL SALVADOR-HOMBRE

Coronado de gloria y de honra

  El Salvador-Hombre, en Su ascensión, fue coronado de gloria y de honra. Hebreos 2:9 dice: “Pero vemos a Jesús, coronado de gloria y de honra, quien fue hecho un poco inferior a los ángeles para padecer la muerte”. En este versículo la gloria y la honra son consideradas como una corona. La gloria es el esplendor relacionado con la persona de Jesús, mientras que la honra es el valor inapreciable relacionado con el valor de Jesús (1 P. 2:7). Además, podemos decir que la dignidad de Jesús se relaciona con Su posición (2 P. 1:17). Cristo, como Aquel que ascendió y fue coronado de gloria y de honra, se halla en un estado de gloria y tiene un rango de honra.

  Siempre es una honra que una persona tenga un alto rango. Por ejemplo, el director de un colegio tiene un alto rango, y dicho rango es su honra. Por contraste, un conserje no tiene ni rango ni honra. Cristo es glorioso en condición y honorable en rango. El está por encima de todos los reyes y principados; esto es Su honra. El recibió tal gloria y entró en tal honra. Esta gloria y esta honra son la corona con la cual fue coronado.

Entronizado para ejecutar la administración de Dios

  El hecho de que Cristo fuera entronizado para ejecutar la administración de Dios es otro asunto que tiene que ver con el aspecto objetivo de Su ascensión. Al respecto, Hebreos 12:2 dice que Cristo está ahora sentado “a la diestra del trono de Dios”. Es posible que este versículo nos dé la impresión de que al lado del trono de Dios, a Su diestra, hay otro trono. Sin embargo, en el libro de Apocalipsis vemos que solo hay un trono de Dios y de Cristo. En Apocalipsis 3:21 el Señor dice que se sentó con Su Padre en Su trono. Además, Apocalipsis 22:1 habla de “un río de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero” y 22:3 dice que el “trono de Dios y del Cordero” estará en la santa ciudad, la Nueva Jerusalén. Apocalipsis 21:1 y 3 no hablan de tronos —un trono para Dios y otro para el Cordero— sino del trono de Dios y del Cordero. Por lo tanto, hay un solo trono para Dios y el Cordero.

  ¿Cómo se sientan Dios y el Cordero en un mismo trono? El capítulo veintiuno de Apocalipsis nos ayuda a entender esto. El versículo 23 dice: “La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lámpara”. Vemos que en el Cordero, Cristo, como lámpara brilla Dios, quien es la luz, para iluminar la ciudad con la gloria de Dios, la cual es la expresión de la luz divina. Cristo, el Cordero, es la lámpara, y Dios es la luz de la lámpara. Puesto que la luz se halla en la lámpara, no se puede separar la luz de la lámpara. De este modo podemos ver la manera en que Dios y el Cordero se sientan en el trono. Del mismo modo en que la luz se halla en la lámpara, Dios se halla en Cristo. Puesto que Dios está en Cristo, quien está sentado en el trono, Dios y Cristo se sientan en un solo trono, el cual está en los cielos.

  El hecho de que Dios en Cristo esté sentado en el trono indica que Dios administra el universo en Cristo y por medio de El, así como la luz brilla en la lámpara y por medio de ella. En esto podemos ver que Cristo está entronizado con Dios. Dios está en el trono, y este propio Dios también se halla en el Salvador-Hombre entronizado. Al estudiar esto, entendemos que la entronización del Salvador-Hombre tiene que ver con la Trinidad Divina.

  Cristo fue entronizado en Su ascensión; ascendió para ser entronizado. El Salvador-Hombre ascendido fue coronado de gloria y de honra y fue entronizado para ejecutar la administración de Dios.

El Señor que ha de poseerlo todo

  El Salvador-Hombre, en Su ascensión, fue hecho el Señor que ha de poseerlo todo (Hch. 2:36). El es ahora el Señor que ha de poseer el universo, al pueblo escogido de Dios, y todas las cosas, los asuntos y las personas positivos. Cristo no solamente es el Señor del pueblo escogido de Dios, sino también de los ángeles y de todo aquello que estará en el milenio y en el cielo nuevo y la tierra nueva. Por lo tanto, El es el Señor de los cielos, de la tierra, y de todas las cosas y personas que El redimió. El Salvador-Hombre fue hecho el Señor que ha de poseerlo todo.

El Cristo que lleva a cabo la comisión de Dios

  Hechos 2:36 revela que el Salvador-Hombre, en Su ascensión, fue hecho no sólo el Señor, sino también el Cristo. Fue hecho el Cristo, el Ungido de Dios (He. 1:9), para llevar a cabo la comisión de Dios.

  En este mensaje dimos la introducción con respecto a la ascensión del Salvador-Hombre y recalcamos el aspecto objetivo de dicha ascensión. En el mensaje siguiente veremos cómo podemos experimentar Su ascensión, y más tarde, examinaremos el aspecto subjetivo de la misma.

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