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Mensajes del libro «Estudio-Vida de Miqueas»
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Mensaje 4

LA CONTIENDA QUE JEHOVÁ TIENE CON ISRAEL Y LAS OBSERVACIONES HECHAS POR EL PROFETA Y SU EXPECTATIVA

  Lectura bíblica: Mi. 6; Mi. 7

  En el capítulo 5 Miqueas llega a la cumbre de su profecía con respecto a Cristo. Después, en los capítulos 6 y 7, que abordaremos en este mensaje, él desciende a un plano mucho más bajo. Su profecía en el capítulo 5 es grandiosa, pero su profecía en los capítulos 6 y 7 no es grandiosa, sino que se conforma en gran medida al concepto humano.

IV. JEHOVÁ CONTIENDE CON ISRAEL

  Miqueas 6 relata la contienda que Jehová tiene con Israel. Puesto que contender implica una disputa verbal, no es algo placentero para ninguna de las partes involucradas.

A. Con base en la historia de Israel

  Al contender con Israel, Jehová se basó en la historia de Israel desde el tiempo del éxodo (vs. 1-5). El versículo 2b declara que Jehová tiene contienda con Su pueblo y que Él altercará con Israel. Después, Él les pide recordar lo que hizo por ellos al sacarlos de Egipto: “Yo te hice subir de la tierra de Egipto, / de la casa de servidumbre te redimí; / y envié delante de ti a Moisés, / a Aarón y a Miriam. / Oh pueblo Mío, acuérdate ahora qué aconsejó Balac, rey de Moab, / y qué le respondió Balaam, hijo de Beor, / desde Sitim hasta Gilgal, / para que conozcas las obras justas de Jehová” (vs. 4-5).

B. Con la aspiración de que Israel le rinda auténtica adoración y servicio sincero

  Los versículos del 6 al 8 revelan que Jehová tenía la aspiración de que Israel le rindiera auténtica adoración y servicio sincero. Israel se había ocupado en la adoración a Dios durante siglos, pero su adoración no era genuina. Mucho de lo que ofrecieron no fue ofrendado a Dios, sino a ellos mismos o a sus ídolos. Por tanto, en el versículo 6 el profeta pregunta con qué se presentará ante Jehová, diciendo: “¿Me presentaré ante Él con holocaustos, / con becerros de un año?”. En el versículo 7 él pregunta si Jehová habría de agradarse con miles de carneros y miríadas de ríos de aceite, y después dice: “¿Daré mi primogénito por mi transgresión, / el fruto de mi cuerpo por el pecado de mi alma?”. Dios jamás requeriría de alguien que ofreciese sus hijos como sacrificio, pero el pueblo de Israel sí hacía esto para cumplir lo que requerían sus ídolos. Únicamente los idólatras sacrificarían a sus propios hijos. Aquí Jehová contendió con Israel respecto al hecho de que adoraran ídolos y les ofrecieran sacrificios. Por esta razón, en el versículo 8, Miqueas profetiza diciendo: “Él te ha declarado, oh hombre, lo que es bueno; / y ¿qué requiere de ti Jehová, / sino sólo hacer lo justo, amar misericordia, / y andar humildemente con tu Dios?”.

C. Se dejan establecidos la causa y el efecto

  En los versículos del 9 al 16 se dejan establecidos la causa y el efecto. La causa es los pecados de Israel, y el efecto es el castigo de Jehová.

V. LAS OBSERVACIONES HECHAS POR EL PROFETA Y SU EXPECTATIVA

  El capítulo 7 nos habla de las observaciones hechas por el profeta Miqueas y su expectativa. Las observaciones que él hizo implicaban un estudio y examen cercano de la condición y situación del pueblo de Dios. Su expectativa se relaciona con su intento de encontrar algo con lo cual él pudiera alentarse. Mucho de lo que él dice en este capítulo es expresión de su sentimiento natural.

A. Las observaciones desalentadoras hechas por el profeta

  Primero, el profeta observó la condición y situación del pueblo escogido de Dios y fue completamente desalentado (vs. 1-6). En su desaliento él dijo: “¡Ay de mí! porque estoy como cuando han recogido los frutos del verano, / como cuando han rebuscado después de la vendimia; / no queda racimo para comer, / ni higo temprano, que tanto desea mi alma. / El hombre piadoso ha perecido de la tierra, / y ninguno hay recto entre los hombres. / Todos acechan para derramar sangre; / cada cual tiende una red a su hermano” (vs. 1-2).

  Las observaciones desalentadoras de Miqueas contienen una lección para nosotros hoy en día. Con base en la experiencia de Miqueas debemos aprender a no mirarnos a nosotros mismos. Si nos miramos a nosotros mismos, aunque sólo sea un poco, nos sentiremos desalentados.

B. La expectativa alentadora del profeta

  En los versículos del 7 al 20 vemos la expectativa alentadora del profeta. En realidad, esto respondía al deseo de consolarse. Las cosas escritas por Miqueas en estos versículos fueron escritas con el deseo de consolarse; por tanto, representan el esfuerzo de Miqueas por consolarse a sí mismo.

1. Toma la delantera de mirar a Jehová y esperar por Dios

  Después de observar la pobre situación del pueblo de Israel, el profeta tomó la delantera de mirar a Jehová y esperar por Dios (vs. 7-10). Aunque la condición y situación del pueblo de Dios hizo que Miqueas se sintiera desalentado, él todavía pudo decir: “Mas yo miraré a Jehová, / esperaré al Dios de mi salvación; / mi Dios me oirá” (v. 7).

2. Asegura a Israel que será restaurada

  En los versículos del 11 al 13 Miqueas le aseguró a Israel que ella sería restaurada. Primero, dijo que vendría el día para edificar los muros de Israel (v. 11a). Después, él procedió a asegurarle a Israel: “En aquel día vendrán hasta ti / desde Asiria y las ciudades de Egipto, / y desde Egipto hasta el Río, / y de mar a mar y de monte en monte” (v. 12).

3. Pide a Jehová que alimente a Su pueblo Israel

  En los versículos del 14 al 17 el profeta le pide a Jehová que alimente a Su pueblo Israel.

4. Agradece a Dios Su perdón para con el remanente del pueblo

  El profeta concluye agradeciendo a Dios por Su perdón para con el remanente del pueblo (vs. 18-20). Miqueas no pudo alabar a Dios por razón de que la condición y situación de Su pueblo fuese maravillosa, pues ellos no tenían nada que Él pudiera apreciar. En lugar de ello, el profeta dijo: “¿Qué Dios hay como Tú, / que perdona la iniquidad / y pasa por alto la transgresión / del remanente de Su heredad? / No retiene para siempre Su enojo, / porque se deleita en la benevolencia amorosa” (v. 18). Aquí Miqueas parecía decir: “Oh Dios, todo lo que tenemos es pecado e iniquidad. No tenemos nada para darte. Pero Tú eres un Dios que perdona nuestra iniquidad. No hay Dios como Tú. También eres muy especial en el hecho de que no retienes para siempre Tu enojo, sino que te deleitas en la benevolencia amorosa”. Aquí, la alabanza de Miqueas está centrada no en las virtudes del pueblo elegido de Dios, sino en los atributos de Dios. Tal alabanza es de mucho consuelo.

  En el versículo 19 el profeta continúa: “Él volverá a tener compasión de nosotros; / hollará nuestras iniquidades. / Sí, echarás en lo profundo del mar / todos sus pecados”. Una vez más, Miqueas confiesa que el pueblo tiene muchas iniquidades, pero que Dios es un Dios que perdona y que Él hollará sus iniquidades y echará todos sus pecados en lo profundo del mar.

  Finalmente, Miqueas dice: “Cumplirás la verdad a Jacob, / y a Abraham la benevolencia amorosa, / que has jurado a nuestros padres / desde los días de antaño” (v. 20). Aquí vemos la esperanza y expectativa de Miqueas.

  En cierto sentido, lo dicho por Miqueas en los capítulos 6 y 7 es bueno, pero no puede compararse con su revelación respecto a Cristo en el capítulo 5.

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