Mensaje 35
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Lectura bíblica: Nm. 23:27-30; 24:1-25; 31:8
En este mensaje consideraremos la tercera y cuarta parábolas de Balaam.
En Nm. 23:27-30; 24:1- encontramos la tercera parábola de Balaam.
Balac dijo a Balaam: “Ven ahora, te llevaré a otro lugar; tal vez agradezca a Dios que desde allí me los maldigas” (23:27). Luego, Balac tomó a Balaam y lo llevó a la cumbre del Peor (v. 28).
“Balaam dijo a Balac: Edifícame aquí siete altares, y prepárame aquí siete novillos y siete carneros. Y Balac hizo tal como había dicho Balaam, y ofreció un novillo y un carnero en cada altar” (29-30). Este ofrecimiento de los novillos y carneros fue ambiguo; no se sabe a quién fueron ofrecidos.
“Cuando vio Balaam que agradaba a Jehová bendecir a Israel, no fue, como las otras veces, en busca de encantamientos” (24:1a). En lugar de ello, Balaam puso su rostro hacia el desierto, alzó sus ojos y vio a Israel alojado por tribus (vs. 1b-2).
El Espíritu de Dios vino sobre Balaam, y él tomando su parábola, dijo: “Declara Balaam, hijo de Beor, / y declara el varón de ojo abierto; / declara el que oye las palabras de Dios, / que ve la visión de Aquel que es todo-suficiente; / que cae, pero con los ojos descubiertos” (vs. 3b-4). Las frases de ojo abierto y el que oye las palabras de Dios indican que el profeta estaba alerta. El hecho de que él cayera, pero con los ojos descubiertos, indica que él cooperó con Dios.
En el versículo 5 Balaam dice: “¡Cuán hermosas son tus tiendas, oh Jacob, / tus tabernáculos, oh Israel!”. Esto nos recuerda lo que dijo Balaam acerca de Israel en sus primeras dos parábolas. En la primera parábola él dijo: “He aquí un pueblo que vive solo, / que no se cuenta entre las naciones” (23:9b). Estas palabras indican que Israel era un pueblo santo, un pueblo apartado, o santificado, para Dios. A los ojos de Dios, Israel es un pueblo apartado. Según la perspectiva de Dios, Israel, aun hoy en día, no es un pueblo contado entre las naciones. Si tenemos la perspectiva de Dios, consideraremos a Israel como un pueblo particular y apartado, como una nación santificada y santa. En su segunda parábola, Balaam dijo: “No ha notado iniquidad en Jacob, / ni ha visto agravio en Israel” (v. 21a). Esto significa que, a los ojos de Dios, Israel no tiene tacha.
La primera parábola revela que Israel es santo, y la segunda, que Israel es perfecto. Ahora debemos ver que, conforme a la tercera parábola, Israel es bello, como lo indica la palabra hermosas en el versículo 5. A los ojos de Dios, la nación de Israel es santa, no tiene pecado y es hermosa. En cuanto a posición, ella es santa; en cuanto a índole, es perfecta; y en cuanto a aspecto, es hermosa. Esto revela que Dios ha escogido, redimido, salvado, separado, elevado, perfeccionado y embellecido a este pueblo.
Según la Biblia, ésta será la situación real de Israel en el milenio. En esta era los judíos no son bien recibidos entre las naciones, pero sí lo serán después de que venga el Señor Jesús. Dios prometió que los descendientes de Abraham serían de bendición a todas las naciones (Gn. 12:2-3). A la postre, los judíos serán plenamente bendecidos por Dios y llegarán a ser de bendición para todo el linaje humano.
En Números 24:6, Balaam continúa con su descripción de Israel: “Como valles se extienden, / como jardines junto al río, / como áloes plantados por Jehová, / como cedros junto a las aguas”. Aquí Israel es comparado a valles, que por lo general son verdes, y a huertos junto al río. El áloe es una planta conocida por sus efectos curativos. (El Señor Jesús fue sepultado con áloes, Jn. 19:39). Después que el Señor Jesús retorne, Israel será sanidad para las naciones, y tal sanidad será una gran bendición.
Números 24:7a dice: “De sus cubos fluirán aguas, / y su descendencia estará en muchas aguas”. Esto indica que Israel tendrá un abundante suministro de agua. El agua de un país tiene que ver con las riquezas de ese país. Cuanta más agua tenga una nación, más riquezas tendrá. Sin agua, la tierra sería un desierto.
En el versículo 7b Balaam añade: “Más enaltecido que Agag será su rey, / y su reino será exaltado”. Agag era el rey de los amalecitas. Lo que aquí dijo Balaam es una profecía que al final tiene su cumplimiento en Cristo.
Los versículos 8 y 9 son una especie de repetición de 23:22 y 24. Ambos pasajes dicen que Dios saca a Israel de Egipto y que Israel “tiene fuerzas como los cuernos del buey salvaje”. Además, en ambos pasajes Israel es comparado a un león y a una leona.
Balaam concluyó su tercera parábola hablando acerca de bendecir y maldecir: “Benditos todos los que te bendigan, / y malditos todos los que te maldigan” (24:9b). Esto irritó a Balac. “Se encendió la ira de Balac contra Balaam, y batiendo sus manos Balac dijo a Balaam: Para maldecir a mis enemigos te he llamado, y he aquí, los has colmado de bendiciones ya tres veces” (v. 10).
Ante el arrebato de ira de Balac, Balaam respondió, diciendo: “¿No lo hablé yo también a tus mensajeros que me enviaste, diciendo: Aunque Balac me diera su casa llena de plata y oro, no podría traspasar la palabra de Jehová para hacer cosa buena ni mala de mi propio corazón? Lo que hable Jehová, eso diré yo” (vs. 12-13).
En 24:14-25 encontramos la cuarta parábola de Balaam.
En el versículo 14 Balaam dijo a Balac: “Me voy ahora a mi pueblo. Ven, te daré consejo sobre lo que este pueblo ha de hacer a tu pueblo en los postreros días”. Balaam no sólo bendijo a Israel, sino que también profetizó que Israel sería bendecido aún más, y que la bendición de Israel representaría un daño para Balac y su pueblo.
En el versículo 17 Balaam dice: “Lo veo, mas no ahora; / lo contemplo, mas no de cerca. / Saldrá Estrella de Jacob, / y se levantará Cetro de Israel, / y herirá los ángulos de Moab / y derrumbará a todos los hijos de Set”. Tanto la Estrella como el Cetro hacen referencia a Cristo. El Cetro es el Cristo que posee poder y autoridad. En esta profecía, por tanto, Balaam habla de Cristo. La mayor bendición para los hijos de Israel es Cristo. Como Aquel que es la Estrella y el Cetro, Cristo será el Todopoderoso poseedor de poder y autoridad todo-inclusivos. Este Cristo herirá los ángulos de Moab, uno de los países de Balac, y derrumbará a todos los hijos de Set.
En los versículos 18 y 19, Balaam continúa, diciendo: “Será desposeída Edom, / será también desposeída Seir, Sus enemigos, / mientras Israel se porta con valentía. / De Jacob saldrá Aquel que tendrá dominio, / y destruirá lo que quede de la ciudad”. Sus enemigos en el versículo 18 son los enemigos de Cristo. Estos enemigos serán destruidos pero, por causa de Cristo, Israel permanecerá. Después que esas naciones hayan sido destruidas, Israel permanecerá con Cristo. Cristo ciertamente será la mayor bendición dada a Israel. Esta profecía, como lo indica el Nuevo Testamento (véase Ro. 11), será plenamente cumplida en los días venideros, o sea, en el milenio.
En los versículos del 20 al 24, Balaam profetiza en parábola sobre otros pueblos. Estos versículos nos ayudan a comprender que Dios ejerce Su dominio sobre todos. Todas las naciones están bajo Su control y Su reinado con miras al cumplimiento de Su propósito. Él rige sobre las naciones a fin de que Su economía pueda ser llevada a cabo entre ellas mediante Israel.
Números 31:8 habla sobre la muerte de Balaam. Balaam, quien en cierto modo era un profeta de Dios, tuvo un fin miserable. Él fue muerto por Israel mientras se encontraba entre los madianitas.
