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Mensajes del libro «Estudio-Vida de Números»
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Mensaje 32

COMBATEN

(1)

  Lectura bíblica: Nm. 21:1-3, 21-35

  En este mensaje empezaremos a considerar el combate que libraron los hijos de Israel.

  Números 21:1-3, 21-35 revela que los hijos de Israel derrotaron a los reyes de Arad, de los amorreos y de Basán. Estos reyes eran los “guardianes de la entrada” a la buena tierra; su territorio se hallaba al este del Jordán. Para entrar en la buena tierra, los hijos de Israel tenían que pasar por territorio controlado por estos reyes, quienes vigilaban la tierra de Canaán en pro de Satanás. Estos reyes, por tanto, eran los guardianes del reino de las tinieblas, y tenían que ser derrotados antes que los hijos de Israel pudieran entrar en la tierra que Satanás había usurpado y ocupado.

  ¿Qué representa Canaán en la tipología? Según el entendimiento común y superficial, Canaán representa el cielo. Algunos himnos hablan de cruzar “las frías olas del Jordán” en el camino al cielo. Este entendimiento del significado espiritual de Canaán definitivamente es desacertado. En la tierra de Canaán había toda índole de enemigos. Si Canaán representara el cielo, eso significaría que hay enemigos en el cielo. Si ése fuera el caso, el cielo no sería un lugar agradable, y nadie querría ir ahí.

  En la tipología, Canaán representa la sección aérea o celestial del reino tenebroso de Satanás. Mateo 12:26 indica que Satanás tiene un reino. Como príncipe de este mundo (Jn. 12:31) y príncipe de la autoridad del aire (Ef. 2:2), Satanás tiene su propia autoridad (Hch. 26:18) y sus propios ángeles (Mt. 25:41), quienes, como subordinados suyos, son los principados, las potestades y los gobernadores del mundo de estas tinieblas (Ef. 6:12). Por tanto, él tiene su reino, la autoridad de las tinieblas (Col. 1:13). Satanás y su reino están en guerra, en enemistad, con Dios y con el reino de Dios. Anteriormente nosotros estábamos en el reino de Satanás, pero la salvación que Dios efectuó nos trasladó del reino de las tinieblas al reino del Hijo del amor de Dios (v. 13). Ahora ya no estamos en el reino de Satanás, sino en el reino de Dios.

  El punto que quisiéramos recalcar aquí es que Canaán no representa el cielo en un sentido positivo; por el contrario, Canaán tipifica la parte principal, la parte primordial, la parte aérea, del reino de Satanás, con sus autoridades y principados. En tipología, los gigantes que estaban en la tierra de Canaán representan a los ángeles malignos, a los ángeles rebeldes que siguen a Satanás (Ap. 12:4, 7).

  Durante los pasados veinticinco años hemos recalcado el hecho de que Canaán, la buena tierra, es un tipo de Cristo. Ahora estamos diciendo que Canaán es un tipo del reino de Satanás, con sus espíritus malignos. Aparentemente, esto sería una contradicción, pero en realidad no lo es. Si estudiamos la tipología con detenimiento, veremos que Canaán posee dos características. Por una parte, Canaán era una tierra de riquezas, según se revela en Deuteronomio 8. Basados en este pasaje de la Palabra, dimos los mensajes que se imprimieron en el libro El Cristo todo-inclusivo. Por otra parte, Canaán era una tierra llena de personas malignas y enemigos, todos los cuales debían ser exterminados por los hijos de Israel. Esta característica, o aspecto, de Canaán representa la parte más maligna del reino tenebroso de Satanás. Al considerar estas dos características de Canaán, vemos que si hemos de disfrutar a Cristo como tierra todo-inclusiva o no, ello depende de si derrotamos o no a los enemigos tipificados por los cananeos. Esto indica que la iglesia como colectividad, incluyendo a todos los miembros, debe tomar parte en la guerra espiritual revelada en Efesios 6.

  Efesios es un libro que trata sobre el Cristo todo-inclusivo. Efesios 3:8 nos dice que las riquezas de Cristo son inescrutables. Para disfrutar a tal Cristo, debemos pelear en contra de los enemigos espirituales, contra las “huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (Ef. 6:12). Tenemos que derrotar y aplastar a los enemigos representados por el rey de Arad, por Sehón, rey de los amorreos, y por Og, rey de Basán. Todos debemos tener presente que los cananeos tipifican a los ángeles caídos, quienes han llegado a convertirse en las potestades, los gobernadores y las autoridades del reino de Satanás, y que se libra una guerra entre estos espíritus malignos y la iglesia. La tipología en Números 21 nos muestra cómo pelear en esta guerra. La destrucción total de estos guardianes en este capítulo indica que debemos derrotar a los espíritus malignos del reino de Satanás. Es muy útil mantener esta perspectiva al considerar 21:1-3, 21-35.

I. DERROTAN AL REY DE ARAD

  En 21:1-3 los hijos de Israel derrotaron al rey de Arad.

A. El cananeo, el rey de Arad, pelea contra Israel y toma de él cautivos

  “Cuando el cananeo, el rey de Arad, que habitaba en el Neguev, oyó que venía Israel por el camino de Atarim, peleó contra Israel, y tomó de él cautivos” (v. 1). Esto describe un aspecto de la historia de la iglesia. Algunos santos de la iglesia han sido tomados prisioneros por los espíritus malignos.

B. Israel hace voto a Jehová de que si Jehová entrega al pueblo de Arad en sus manos, destruirá completamente sus ciudades

  “Israel hizo voto a Jehová, y dijo: Si en efecto entregas a este pueblo en mis manos, yo destruiré completamente sus ciudades” (v. 2). Israel hizo voto de no sólo destruir el pueblo de Arad, sino también sus ciudades. Esto indica que debemos pelear en contra de los espíritus malignos, derrotarlos y apoderarnos de su territorio. Debemos ejercer la autoridad que Cristo nos dio sobre la potestad del aire.

C. Jehová escucha a Israel y entrega a los cananeos, e Israel los destruye completamente a ellos y a sus ciudades

  “Jehová escuchó la voz de Israel y entregó a los cananeos, y los destruyeron completamente a ellos y a sus ciudades” (v. 3). Esto indica que Arad, el primero de los guardianes de la entrada, fue derrotado por los hijos de Israel. Espero que esta escena nos ayude a ver la visión de la guerra que la iglesia libra contra los espíritus malignos del aire.

II. DERROTAN A SEHÓN, EL REY DE LOS AMORREOS

  En 21:21-32 los hijos de Israel derrotaron a Sehón, el rey de los amorreos (Gn. 15:16).

A. Israel envía mensajeros al rey Sehón para pedirle que los deje pasar por su tierra

  “Entonces envió Israel mensajeros a Sehón, rey de los amorreos, diciendo: Déjame pasar por tu tierra. No nos desviaremos ni por labranza, ni por viña; no beberemos agua de ningún pozo. Por el camino real iremos, hasta que pasemos tu territorio” (Nm. 21:21-22). Puesto que Sehón es un tipo de los espíritus malignos, estos versículos indican que a veces podríamos pedirle a los espíritus malignos que nos dejen pasar por su territorio.

B. Sehón no deja pasar a Israel por su territorio y reúne a todo su pueblo para pelear contra Israel

  “Sehón no dejó pasar a Israel por su territorio. Y reunió Sehón a todo su pueblo y salió contra Israel en el desierto, y llegó a Jahaza y allí peleó contra Israel” (v. 23). Esto describe algo que de hecho puede acontecer en la esfera espiritual. Quizás hablemos a los espíritus malignos, pidiéndoles que nos permitan pasar por su territorio, pero esto los motiva a pelear contra nosotros.

C. Israel lo hiere a filo de espada, se apodera de su tierra y habita en la tierra de los amorreos

  Israel hirió a Sehón a filo de espada, se apoderó de su tierra y habitó en la tierra de los amorreos (vs. 24-25). Esto indica que después de que entablamos combate espiritual en contra de los espíritus malignos, parte del territorio de Satanás en el aire vendrá a ser nuestro. A lo largo de los siglos, algunos de los santos han peleado de esta manera en contra de las potestades malignas que están en el aire.

III. DERROTAN A OG, EL REY DE BASÁN

  Según 21:33-35, los hijos de Israel también derrotaron a Og, rey de Basán. Basán, mencionado varias veces en Salmos, es un monte que se levanta en oposición a la morada de Dios. Por tanto, Basán tipifica la autoridad satánica en los aires.

  El rey Og y todo su pueblo salieron para librar batalla contra Israel en Edrei (v. 33). Jehová entonces dijo a Moisés: “No le tengas miedo, porque en tus manos lo he entregado, a él con todo su pueblo y su tierra; y harás con él como hiciste con Sehón, rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón” (v. 34). Así que, Israel hirió a filo de espada a Og, a sus hijos y a toda su gente, sin que le quedara uno, y se apoderó de su tierra (v. 35).

  Si entendemos estos versículos con respecto a los tres guardianes como tipo de la guerra espiritual que la iglesia libra contra los espíritus malignos en el aire, recibiremos mucho provecho de este pasaje. Hoy en día debemos pelear en contra de los espíritus malignos y derrotarlos a fin de obtener más territorio para el reino de Dios.

  Es posible que en nuestra experiencia cristiana no nos percatemos mucho de la guerra espiritual respecto a la cual hemos venido hablando. Cuando pensamos en la guerra espiritual, quizás nos imaginemos la guerra entre nuestro espíritu y nuestra carne, o la lucha contra el pecado y la mundanalidad. Sin embargo, la guerra contra el pecado, el mundo y la carne corresponde al nivel más elemental de la guerra espiritual. El nivel más elevado de la guerra espiritual es la lucha que se libra en la esfera espiritual contra los espíritus malignos y los demonios.

  En el mundo espiritual existe un territorio usurpado y ocupado por Satanás y sus seguidores. Pablo tenía un excelente entendimiento de esto y habló mucho acerca de ello. Ahora debemos aprender acerca de esta realidad espiritual, que es el reino de Satanás, el reino de las tinieblas. Dentro de este reino están los ángeles caídos y los demonios. Los ángeles caídos se encuentran en el aire, mientras que los demonios se hallan en el agua. Tanto los ángeles como los demonios, los cuales son seguidores de Satanás, operan en los seres humanos caídos para convertirlos en súbditos del reino de Satanás. Los ángeles caídos que están en el aire —los principados, las autoridades y los gobernadores del reino de Satanás— gobiernan el mundo entero, y los demonios son sus asistentes, los cuales ayudan a los ángeles caídos a usurpar a los seres humanos. Así que, el reino de Satanás se compone de los ángeles malignos, los demonios y los seres humanos caídos.

  El Nuevo Testamento nos dice que Dios ha designado a Su pueblo para que pelee en contra del reino de Satanás. Él les ha dado la responsabilidad de tomar parte en la guerra espiritual. La historia de la lucha que Israel sostuvo en contra de los cananeos constituye un tipo, un cuadro, de la guerra que hoy se libra entre nosotros y los ángeles caídos y los demonios. Si leemos Números 21 desde esta perspectiva, recibiremos una visión con respecto a la guerra espiritual.

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