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Mensajes del libro «Estudio-Vida de Números»
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Mensaje 44

COMBATEN

(13)

  Lectura bíblica: Nm. 31:13-54

  En este mensaje seguiremos considerando la derrota de los madianitas por parte de los hijos de Israel.

E. La depuración y purificación de los cautivos y el botín

  Según 31:13-24, tanto los cautivos como el botín tuvieron que ser depurados y purificados.

1. Matan a todos los varones de entre los niños y a toda mujer que haya conocido varón

  Moisés mandó que mataran a todos los varones de entre los niños y a toda mujer que hubiera conocido varón (vs. 13-18). Si carecemos de una perspectiva espiritual de la situación, podríamos pensar que este mandato fue cruel e inhumano. Pero si tenemos una perspectiva espiritual, comprendiendo que los madianitas tipifican la inmundicia de la concupiscencia de la carne, reconoceremos que el mandato de Moisés fue apropiado.

2. Los que han dado muerte a una persona y los que han tocado muerto acamparán fuera del campamento por siete días y se purificarán a sí mismos y a sus cautivos

  El versículo 19 dice: “Vosotros, cualquiera que haya dado muerte a una persona y cualquiera que haya tocado muerto, acampad fuera del campamento por siete días; purificaos al tercer día y al séptimo, vosotros y vuestros cautivos”. Los que habían dado muerte a una persona y los que habían tocado muerto, se habían contaminado; por tanto, necesitaban ser purificados. Esta purificación se efectuó en el tercer día y de nuevo en el séptimo día. En tipología, el tercer día significa resurrección, y el séptimo día significa compleción.

3. Purifican toda vestidura, toda prenda de pieles, todo objeto de pelo de cabra y todo objeto de madera

  El pueblo debía purificar toda vestidura, toda prenda de pieles, todo objeto de pelo de cabra y todo objeto de madera (v. 20). Estas cosas eran purificadas con agua, ya que no podían pasar por el fuego.

4. Depuran y purifican todo metal, y purifican todo lo que no resiste el fuego

  Todo metal —el oro, la plata, el bronce, el hierro, el estaño y el plomo— debía ser depurado haciéndolo pasar por fuego, y luego era purificado con el agua para la impureza. Todo lo que no resistía el fuego, debía ser purificado haciéndolo pasar por agua.

5. Lavan sus vestidos el séptimo día

  “Lavaréis vuestros vestidos el séptimo día, y quedaréis limpios; después podréis entrar en el campamento” (v. 24). Lavar nuestras ropas representa el lavamiento de nuestra conducta y de todo lo que somos.

  Lo dicho con relación a depurar y purificar a los cautivos y el botín nos muestra que todo lo relacionado con Dios debe estar limpio, habiendo sido depurado, purificado o lavado. Tenemos que observar este principio cuando toquemos las cosas que guardan relación con Dios. Todo lo que se haya ensuciado, contaminado, con muerte, tiene que ser limpiado o purificado o lavado.

F. La repartición del botín, constituido por personas y ganado

  En 31:25-47 se nos habla de la repartición del botín, constituido por personas y ganado.

1. Parten el botín, la mitad para los hombres que salieron a la batalla y la otra mitad para toda la asamblea

  “Tomad la cuenta del botín capturado, así de los hombres como de las bestias, tú y el sacerdote Eleazar y los cabezas de las casas de los padres de la asamblea, y partid el botín, la mitad para los hombres diestros en la guerra que salieron a la batalla y la otra mitad para toda la asamblea” (vs. 26-27). Aquí vemos algo maravilloso: los que pelearon recibieron la mitad del botín, y la otra mitad fue dada a los que se quedaron y que seguramente oraron por los que fueron a la guerra.

2. Apartan para Jehová el tributo de los hombres que salieron a la batalla: un ser viviente por cada quinientos, así de las personas como del ganado

  “Apartad para Jehová el tributo de los hombres de guerra que salieron a la batalla: un ser viviente por cada quinientos, así de las personas como de las reses, de los asnos y del rebaño” (v. 28). Este tributo debía ser una especie de memorial delante de Dios.

3. Toman el tributo para Jehová y lo dan al sacerdote Eleazar, para la ofrenda elevada de Jehová

  “Tómalo de la mitad que les corresponde y dáselo al sacerdote Eleazar, para la ofrenda elevada de Jehová” (v. 29). Debido a que Eleazar, el sacerdote, era uno con Jehová, todo cuanto los combatientes daban a Jehová a manera de tributo era entregado a Eleazar el sacerdote. Lo que le fue dado a Eleazar se convirtió en una ofrenda elevada. Esto significa que el tributo era puesto en ascensión para servir de memorial delante de Jehová y, al final, dicho tributo pasaba a ser la porción del sumo sacerdote.

4. De la mitad correspondiente a la asamblea, toman uno de cada cincuenta y los dan a los levitas, que están a cargo del tabernáculo de Jehová

  “De la mitad correspondiente a los hijos de Israel, tomaréis uno de cada cincuenta de las personas, de las reses, de los asnos y de los rebaños, de todas las bestias, y los daréis a los levitas, que están a cargo del tabernáculo de Jehová” (v. 30). Así que, el sumo sacerdote recibía su porción, y los levitas también recibían su porción. Esto se hizo en conformidad con la sabiduría de Moisés, que él recibió de parte de Dios.

  En la repartición del botín participó toda índole de personas entre los israelitas. Tanto los que fueron a la guerra como los que no fueron participaron en dicha repartición. También participaron en ella el sumo sacerdote y los levitas. En cuanto a la manera en que se repartió el botín, no hay constancia alguna de que hubiera habido otras opiniones o propuestas. El pueblo recibió su porción sin expresar ninguna opinión y sin hacer propuesta alguna.

G. Las ofrendas hechas a Jehová por los oficiales del ejército

  Los versículos del 48 al 54 hablan de las ofrendas hechas a Jehová por los oficiales del ejército.

1. Hacen las ofrendas porque ninguno ha faltado de los hombres de guerra

  Los oficiales y los capitanes dijeron a Moisés: “Tus siervos han sumado el número de los hombres de guerra que están a cargo nuestro, y ninguno ha faltado de nosotros” (v. 49). Ésta fue la razón por la que los oficiales trajeron ofrenda a Jehová. Los oficiales no tenían obligación de hacer tal ofrenda; ellos hicieron esto voluntariamente de su propia iniciativa.

2. Presentan objetos de oro para hacer expiación por sus almas delante de Jehová

  “Hemos presentado a Jehová la ofrenda, cada uno de lo que ha obtenido, objetos de oro, brazaletes, pulseras, anillos de sellar, zarcillos y pendientes, para hacer expiación por nuestras almas delante de Jehová” (v. 50). Esto indica que los oficiales eran perspicaces y conocedores, pues conocían su condición delante de Dios. Ellos comprendieron que había algo con respecto a ellos mismos que no era correcto o no era apropiado y que, por tanto, debían hacer expiación por ellos mismos delante de Dios a fin de apaciguar la situación conflictiva suscitada entre ellos y Dios. Esta expiación fue hecha con objetos de oro.

3. Moisés y el sacerdote Eleazar reciben los objetos de oro de la ofrenda elevada ofrecida a Jehová y los introducen en la Tienda de Reunión como un memorial

  Moisés y el sacerdote Eleazar recibieron de parte de los oficiales los objetos de oro de la ofrenda elevada ofrecida a Dios y los introdujeron en la Tienda de Reunión como un memorial para los hijos de Israel delante de Jehová (vs. 51-54). Su ofrenda fue una ofrenda elevada, algo ofrecido en ascensión.

  En 31:13-54 vemos un hermoso cuadro de la unanimidad. La situación imperante entre las diferentes categorías de personas era pacífica, agradable y armoniosa. Además, la relación del pueblo con Dios era pacífica. Toda la situación era agradable porque todos ellos eran unánimes.

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