Mostrar cabecera
Ocultar сabecera
+
!
NT
-
Navega rápidamente por los libros de vida del Nuevo Testamento
AT
-
Navega rápidamente por los libros de vida del Antiguo Testamento
С
-
Mensajes del libro «Estudio-Vida de Números»
Чтения
Marcadores
Mis lecturas


Mensaje 8

CONFORMAN UN EJÉRCITO

(7)

  Lectura bíblica: Nm. 6:1-5

  En verdad admiro el orden en que fueron colocados los capítulos del libro de Números. Los capítulos del 1 al 4 narran la formación del ejército divino, el cual combate por Dios y sirve a Dios. Inmediatamente después de este relato viene un capítulo que trata sobre tomar medidas con respecto a la contaminación. Luego se nos habla de la prueba de nuestra castidad, con la cual se determina si somos fieles, puros y castos para con Aquel a quien amamos. Después de esto viene un capítulo sobre los nazareos. En este mensaje empezaremos a considerar este capítulo sobre los nazareos.

VII. SER SANTIFICADOS: PARA SER NAZAREOS

  Dios desea que todos los de Su pueblo sean nazareos. Ser nazareo significa ser santificado, apartado, para Dios de manera absoluta y definitiva. En este sentido, ser santificado significa no estar dedicado a ninguna otra cosa excepto a Dios mismo.

  La sección que trata sobre las medidas tomadas con respecto a la contaminación nos muestra que Dios desea que Su pueblo sea limpio, justo y fiel. La prueba de la castidad indica que Dios quiere que lo amemos únicamente a Él, que lo amemos con nuestro corazón, con nuestra mente, parte emotiva y voluntad, y con nuestra fuerza física (Mr. 12:30). Dios quiere que nada ni nadie más que Él sea nuestro primer amor y nuestro único amor. Incluso si lo amamos a tal grado, quizás aún no estemos entregados a Él de manera absoluta y definitiva.

  Podemos usar la vida matrimonial como ejemplo de lo que es amar al Señor sin estar entregados absolutamente a Él. Tal vez Dios lo haya favorecido con una esposa que verdaderamente lo ama. Sin embargo, a pesar de que ella lo ama y es totalmente casta, es posible que no viva entregada a usted de manera total, absoluta y definitiva. Aun la esposa más amorosa todavía vive para sí misma en ciertas áreas.

  El tema del nazareato pone a prueba nuestra entrega absoluta. Si queremos ser nazareos, debemos entregarnos a Dios de manera absoluta, total y definitiva.

A. Representa al Señor Jesús quien, en Su humanidad, vive entregado a Dios

  Según la tipología, entre los miembros del linaje humano el único nazareo es el Señor Jesús. Por tanto, un nazareo tipifica a Cristo. El nazareo representa al Señor Jesús quien, en Su humanidad, vivió entregado a Dios.

B. Hace un voto especial a fin de apartarse para Jehová

  Números 6:2 habla de un hombre o una mujer que hacía “un voto especial, el voto del nazareo, a fin de apartarse para Jehová”. Aquí vemos que el nazareo se santificaba haciendo un voto especial a fin de apartarse para Dios. En ocasiones es posible que le hayamos hecho un voto al Señor, pero que no lo hayamos hecho de una manera muy firme ni absoluta y, por ende, no lo hayamos cumplido. ¿Puede usted hacer un voto y cumplirlo fielmente por el resto de su vida?

1. La separación, la santificación, de uno mismo para con Dios es la consecuencia de haber tomado medidas con respecto a toda contaminación

  Existe una diferencia entre separarse y santificarse. Separarnos tiene un sentido negativo, y santificarnos tiene un sentido positivo. Por un lado, debemos separarnos de las personas mundanas; por otro, debemos santificarnos, es decir, entregarnos a Dios. Primero nos separamos, y luego nos santificamos.

  La separación, la santificación, de uno mismo para con Dios debe ser la consecuencia de haber tomado medidas con respecto a toda contaminación (cap. 5). Esto es lógico, pues las medidas que tomamos con respecto a la contaminación deben preceder al voto del nazareato.

2. Los sacerdotes son tales por nacimiento

  Los sacerdotes, que son tales por nacimiento, son ordenados por Dios a iniciativa de Dios mismo. Un sacerdote debe ser un nazareo, una persona entregada absolutamente a Dios. Esto concuerda con lo que Dios ha ordenado. Llegar a ser sacerdote es algo dispuesto por Dios a iniciativa de Dios mismo; no depende de lo que la persona hace, sino de lo que Dios hace con respecto a ella.

3. Los nazareos son constituidos como tales mediante un voto

  Los nazareos, constituidos como tales mediante un voto, se apartan para Dios por iniciativa propia. Esto significa que aunque una persona no es un nazareo por nacimiento, llega a ser tal al hacer un voto especial. Por consiguiente, los sacerdotes son ordenados por Dios según Su iniciativa, mientras que una persona llega a ser un nazareo al hacer un voto por iniciativa propia. Hoy estamos en el recobro del Señor por la iniciativa de Dios y también por nuestra iniciativa. Ambas cosas son necesarias.

4. Para cumplir el propósito de Dios se requiere de la cooperación del hombre a fin de complementar la ordenación dispuesta por Dios

  Para cumplir el propósito de Dios se requiere de la cooperación del hombre a fin de complementar la ordenación dispuesta por Dios. Esto es ilustrado por el caso de Samuel. Samuel fue un nazareo que complementó al deficiente Elí, un sacerdote que Dios había ordenado como tal. En su vejez, Elí tenía ciertas deficiencias. Sin embargo, Samuel, de su propia iniciativa, vino a llenar el vacío causado por las deficiencias de Elí y, de esa manera, complementó al deficiente Elí.

C. Se abstiene de vino y de todo lo relacionado con su fuente

  “Se mantendrá apartado absteniéndose de vino y de bebidas embriagantes; no beberá vinagre de vino ni vinagre de bebida embriagante, ni beberá ningún zumo de uvas, ni tampoco comerá uvas frescas ni secas. Durante todos los días de su nazareato no comerá producto alguno de la vid de uva, desde el granillo hasta el hollejo” (vs. 3-4). Aquí vemos que el nazareo debía abstenerse de vino y de todo lo relacionado con su fuente. Esto significa abstenerse del disfrute y placer terrenal (cfr. Sal. 104:15; Ec. 10:19). Abstenerse de toda índole de vino es abstenerse de toda clase de disfrute y placer terrenal.

  Debemos tener cuidado de toda cosa terrenal que nos haga sentir alegres. Los placeres terrenales conducen a una conducta y propósitos concupiscentes. Los deleites y placeres terrenales contaminan al nazareo.

  Un nazareo debía abstenerse del vinagre hecho del vino, del zumo de uvas y de las uvas frescas y secas. Esto significa abstenerse de todo lo que proporcione disfrute o placer terrenal. El vinagre es clasificado junto con el vino porque provienen del mismo origen. Beber vino, vinagre o zumo de uvas estaba prohibido. Esto nos muestra que una persona absolutamente entregada a Dios está completamente separada de todo lo relacionado con los placeres terrenales. Esto nos muestra cuán absoluta es la entrega del nazareo.

D. No se afeita la cabeza

  “Todos los días del voto de su nazareato no pasará navaja sobre su cabeza. Hasta que sean cumplidos los días durante los cuales se apartó para Jehová, será santo; dejará crecer las guedejas del cabello de su cabeza” (Nm. 6:5). No afeitarse la cabeza significa no rechazar la autoridad del Señor como cabeza (cfr. 1 Co. 11:3, 6).

  Para ser nazareos, debemos hacer dos cosas. Primero, no debemos tener nada que ver con el placer terrenal. Segundo, debemos permanecer completamente sujetos a la autoridad, completamente sujetos a la autoridad del Señor como cabeza.

  Afeitarse la cabeza significa rechazar la autoridad del Señor como cabeza. En términos espirituales, afeitarnos la cabeza significa desechar la autoridad del Señor sobre nosotros. El nazareo debía dejarse crecer el cabello (libremente); es decir, debía permanecer en sujeción a la autoridad del Señor como cabeza, en lo cual estriba el poder (Jue. 16:17).

  La época en que vivimos es una de iniquidad. Si nos deshiciéramos del servicio de la policía y cerráramos los tribunales, la sociedad se llenaría de ladrones y asesinos. No podríamos vivir en una situación semejante. Los Estados Unidos es un país que posee una excelente constitución y, con base en ella, se han elaborado leyes firmes y se cuenta con muchos tribunales que se encargan de hacer cumplir dichas leyes. Todo el que comparece ante los tribunales debe someterse a las leyes del gobierno de los Estados Unidos. Si no fuese así, la sociedad entera sería destruida.

  El linaje caído es un linaje rebelde. La naturaleza rebelde todavía subsiste en nosotros. Por consiguiente, sería peligroso estar en una situación en la que no hay autoridad delegada. Ésta es la razón por la cual Dios estableció el gobierno humano (Gn. 9:5-6). El gobierno en su totalidad constituye una autoridad delegada que representa la autoridad de Dios. A este respecto Pablo dice: “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste” (Ro. 13:1-2a). Los maestros, los empleadores y los oficiales de policía son autoridades delegadas. En todas partes de la tierra hay autoridades delegadas.

  Apliquemos este asunto de la autoridad delegada a la iglesia. ¿Existe la autoridad delegada en la iglesia? Si no existe autoridad delegada en la iglesia, entonces ¿por qué hay ancianos? Recientemente, algunos han dicho que en el Nuevo Testamento no hay autoridad delegada. Si esa afirmación fuese cierta, ¿por qué nos dice el Nuevo Testamento que hay ancianos en las iglesias? No hay duda de que Cristo es la Cabeza, y que la autoridad es el Espíritu; sin embargo, todavía necesitamos que haya ancianos en la iglesia. Sin los ancianos, la iglesia estaría en una condición de anarquía.

  La autoridad delegada también se encuentra en nuestra vida familiar. Los padres son la autoridad delegada para los hijos (Ef. 6:1), y los maridos son la autoridad delegada para las mujeres (5:23). Pablo incluso dice que la mujer debe temer a su marido (v. 33). El hecho de que la mujer tema a su marido significa que ella lo considera la autoridad delegada. Puesto que la autoridad delegada se encuentra aun en una familia, que es pequeña, ¡con mayor razón debe haber autoridad delegada en la iglesia!

  Dos características particulares, o dos señales, de un nazareo son éstas: primero, que él no participa de ningún placer mundano y, segundo, que siempre se mantiene sujeto a alguna autoridad. Estos son asuntos muy solemnes. Como personas que desean vivir entregadas absolutamente a Dios, debemos abstenernos de los placeres terrenales. Además, no debemos afeitarnos la cabeza; es decir, debemos respetar la autoridad y permanecer sujetos a la autoridad de nuestro Señor como cabeza en todo sentido.

Biblia aplicación de android
Reproducir audio
Búsqueda del alfabeto
Rellena el formulario
Rápida transición
a los libros y capítulos de la Biblia
Haga clic en los enlaces o haga clic en ellos
Los enlaces se pueden ocultar en Configuración