Mensaje 5
Los capítulos 7 y 8 de Oseas abordan los pecados cometidos por Israel al abandonar a Jehová y los castigos que Jehová inflige a Israel debido a que ellos le abandonaron.
Los pecados cometidos por Israel pertenecían a dos categorías: los pecados en su vida social cometidos en medio del pueblo y sus gobernantes, y las maldades que cometieron en su relación con Jehová. Así pues, Israel estaba mal con los hombres y también mal con Dios.
Oseas 7:1-7 habla de los pecados cometidos por Israel en su vida social.
Los pecados cometidos por Israel en su vida social incluyeron la falsedad, el hurto, el saqueo, las maldades, las mentiras, la intoxicación y el escarnio (7:1-3, 5). En el día de la fiesta del rey, los príncipes se enfermaron con el calor del vino, y el rey extendió su mano con los escarnecedores.
El adulterio era practicado por todo el pueblo. En su concupiscencia ellos ardían como un horno, devoraban a sus jueces (los sacerdotes) y hacían caer a todos sus reyes (vs. 4, 6-7). Oseas usó la parábola de un hornero para describir la concupiscencia ardiente de Israel. Ni aun los reyes podían oponer resistencia a la ardiente concupiscencia en ellos.
En los versículos del 8 al 16, Oseas habla sobre las maldades cometidas por Israel en su relación con Jehová.
Ellos anduvieron errantes alejándose de Jehová, sin volverse a Jehová ni buscarle (vs. 13, 10, 16a, 14).
Efraín (otro término para el reino norteño de Israel) fue comparado a una torta no volteada (v. 8). Esto simboliza que ellos fueron obstinados, al punto de permanecer “quemados como carbón” y no estar dispuestos a volverse a Jehová.
Los versículos 11 y 12 dicen: “Efraín se ha hecho como paloma incauta, / sin entendimiento: / llaman a Egipto, / acuden a Asiria. / Cuando vayan, / tenderé sobre ellos Mi red, / les haré caer como aves del cielo; / les disciplinaré conforme a lo que se ha anunciado en su asamblea”. Que Israel fuese comparado a una paloma incauta simboliza que ellos carecían del conocimiento apropiado de Dios en Su economía. Muchos de los cristianos en la actualidad carecen del conocimiento de la economía de Dios. Ellos no comprenden que la actual disciplina de Dios sobre Israel y Su castigo sobre las naciones redundarán en la manifestación de Cristo para traer la restauración.
En el versículo 16a Israel es comparado a un arco engañoso. Esto simboliza que ellos eran rebeldes contra Dios y que no eran fieles para combatir la batalla por el reino de Dios.
El capítulo 8 describe los castigos que Jehová inflige a Israel debido a que ellos le abandonaron.
El enemigo vendría como águila contra la casa de Jehová debido a que ellos habían transgredido el pacto de Jehová —el cual consiste en que Jehová ata a Israel en Sus santos requisitos y justas condiciones— y debido a que ellos habían transgredido contra la ley de Jehová, por la cual Jehová regula a Israel en conformidad con lo que Él mismo es, esto es: amor, luz, santidad y justicia (8:1).
Israel había desechado el bien, y el enemigo lo perseguiría (v. 3).
Ellos habían puesto reyes, mas no escogidos por Jehová. Ellos habían puesto príncipes, mas sin el reconocimiento de Jehová (v. 4a). Ellos tenían su propia manera de establecer una autoridad, y Jehová la desaprobaba.
De su plata y su oro hicieron ídolos para sí, para ser ellos mismos destruidos (v. 4b).
El versículo 5a dice: “Tu becerro te ha desechado, oh Samaria; / se ha encendido Mi ira contra ellos”. Samaria era la capital del reino norteño de Israel, y su “becerro” era un ídolo, la imagen de un becerro de oro (cfr. 1 R. 12:28; Éx. 32:4). Este ídolo había desechado a Israel, y la ira de Jehová se había encendido contra ellos.
El versículo 5b continúa diciendo: “¿Hasta cuándo serán incapaces de alcanzar inocencia?”. Aquí, ser incapaces de alcanzar inocencia significa ser incapaces de no hacerse ídolos. Israel carecía de la capacidad de dejar de hacerse ídolos; es decir, ellos tenían mucha capacidad y eran muy activos en lo referente a hacerse ídolos. Por tanto, Oseas les preguntaba cuándo perderían su capacidad de hacerse ídolos, cuándo ellos ya no podrían hacerse ídolos. La situación en que actualmente se encuentra la humanidad es la misma. Los seres humanos tal vez no puedan entender la Biblia ni conocer a Dios, pero son muy capaces respecto a convertir muchas cosas en ídolos.
Oseas 8:6 dice: “¡Pues el tal procede de Israel! / Un artífice lo hizo; / así que no es Dios. / El becerro de Samaria / será deshecho en pedazos”. Un día Dios vendrá a deshacer ese ídolo despedazándolo.
Al hacerse ídolos ellos habían sembrado viento y habrían de segar torbellino (v. 7a). Debido al torbellino, les faltaría el alimento. Por esta razón, a continuación el versículo 7b dice: “El trigo no tiene espiga; si diera brote, / no produciría harina; / y si diera algo, / los extranjeros se lo tragarían”.
Israel había sido tragado y ahora estaba entre las naciones como vasija en que nadie se deleitaba (v. 8). Ellos habían subido a Asiria como un solitario asno salvaje. Efraín se había alquilado amantes (v. 9). Aunque ellos los alquilasen entre las naciones, Jehová los juntaría para su castigo, y ellos comenzarían a menguar a causa de la carga del rey de los príncipes (v. 10). En la actualidad hay una pequeña nación en Palestina que tiene a Jerusalén como centro, pero ¿qué nación se deleita en Israel?
Puesto que Efraín multiplicó altares, los altares sólo le servirían para pecar (v. 11).
Jehová escribió a Efraín millares de cosas respecto a Su ley, pero ellos las tuvieron por cosa extraña (v. 12). Esto quiere decir que Efraín, el reino de Israel, no le dio la debida importancia a la ley de Dios. Sin importar de cuántas cosas Dios les escribió, Efraín no atendió a ellas.
En cuanto a los sacrificios de las ofrendas de Jehová, ellos sacrificaron carne y la comieron, pero Jehová no se complació en ellos. Él se acordaría de su iniquidad y castigaría sus pecados, y ellos volverían a Egipto (v. 13).
Israel se había olvidado de su Hacedor y había edificado palacios, y Judá había multiplicado ciudades fortificadas. Pero Jehová enviaría fuego a sus ciudades, el cual devoraría sus ciudadelas (v. 14).
Los profetas menores hablaron de las maldades, la podredumbre y la corrupción de Israel, pero Israel fue obstinado y no quiso escucharles. A la postre, Dios se vio obligado a enviar a Nabucodonosor y el ejército babilonio a manera de fuego que habría de juzgar, castigar y disciplinar a Su pueblo rebelde y apóstata.