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Mensajes del libro «Estudio-Vida de Proverbios»
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Mensaje 5

LOS PRECEPTOS DETALLADOS SEGUN LOS CUALES EL HOMBRE LLEVA UNA VIDA HUMANA APROPIADA

(2)

  Lectura bíblica: Proverbios 10—30

  En este mensaje, consideraremos más de los preceptos detallados que el hombre debe observar, a fin de llevar una vida humana apropiada. Cada uno de estos preceptos es una gema del libro de Proverbios.

B. Amonestaciones y enseñanzas

  Los capítulos del veinte al veintinueve contienen muchas amonestaciones y enseñanzas.

1. En cuanto a la glotonería, al amor al vino y a los placeres

  El vino es escarnecedor, la sidra alborotadora, y cualquiera que por ellos yerra no es sabio (Pr. 20:1). El que ama el deleite será un hombre necesitado, y el que ama el vino y el aceite no se enriquecerá (Pr. 21:17). No estés con los bebedores de vino, ni con los comedores de carne; porque el bebedor y el comilón empobrecerán, y el sueño hará vestir vestidos rotos (Pr. 23:20-21). Cuando te sientes a comer con algún señor, considera bien quién está delante de ti, y pon cuchillo a tu garganta, si tienes gran apetito. No codicies sus manjares delicados, porque es pan engañoso. No comas el pan del envidioso, ni codicies sus manjares delicados; porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él. Come y bebe, te dirá; mas su corazón no está contigo. Vomitarás la parte que comiste, y perderás tus suaves palabras (vs. 1-3, 6-8). Los versículos del 29 al 35 dicen: “¿Para quién será el ay? ¿Para quién el dolor? ¿Para quién las rencillas? ¿Para quién las quejas? ¿Para quién las heridas en balde? ¿Para quién lo amoratado de los ojos? Para los que se detienen mucho en el vino, para los que van buscando vinos mezclados. No mires al vino cuando rojea, cuando resplandece su color en la copa, cuando entra suavemente; mas al fin como serpiente muerde, y como áspid da dolor. Tus ojos mirarán cosas extrañas, y tu corazón hablará perversidades. Serás como el que yace en alta mar, o como el que está acostado en la punta de un mástil. Y dirás: Me hirieron, mas no me dolió; me azotaron, mas no lo sentí; ¿Cuándo despertaré? Buscaré más que beber”.

2. En cuanto a la ira y a la contienda

  Honra es del hombre apartarse de la contienda; mas todo insensato se mete en ella (Pr. 20:3). No entres apresuradamente en pleito, no sea que no sepas qué hacer al fin, después que tu prójimo te haya avergonzado (Pr. 25:8). Sin leña se apaga el fuego, y donde no hay chismoso, cesa la contienda. El carbón para brasas, y la leña para el fuego; y el hombre rencilloso para encender contienda (Pr. 26:20-21). El necio da rienda suelta a toda su ira, mas el sabio al fin la sosiega. El hombre iracundo levanta contiendas, y el furioso abunda en transgresiones (Pr. 29:11, 22).

3. En cuanto al pecado

  ¿Quién podrá decir: Yo he limpiado mi corazón, limpio estoy de mi pecado? (Pr. 20:9). El que encubre sus transgresiones no prosperará; mas el que las confiesa y las abandona alcanzará misericordia (Pr. 28:13). Proverbios 28:13 es un buen versículo. Debemos pedir al Señor que nos ayude a no encubrir nuestras transgresiones sino a confesarlas y abandonarlas. En 22:8, vemos que aquel que siembre iniquidad, iniquidad segará, y la vara de su ira fallará.

4. En cuanto a la falsedad y a la perversidad

  Pesa desiguales y medidas desiguales, ambas cosas son abominación a Jehová. Abominación son a Jehová las pesas desiguales, y la balanza falsa no es buena (20:10, 23). Espinos y lazos hay en el camino del perverso; el que guarda su alma se alejará de ellos (Pr. 22:5). Sabroso es al hombre el pan de falsedad; pero después su boca será llena de cascajo (Pr. 20:17).

5. En cuanto al orgullo, a la confianza en sí mismo, a la jactancia, y a la honra propia

  Pr.  21:24 declara que altivo, arrogante y escarnecedor son los nombres del que obra en la insolencia de su presunción. La soberbia del hombre le abate; pero el humilde de espíritu obtendrá la honra (Pr. 29:23). El que confía en su propio corazón es necio; mas el que camina en sabiduría será librado (Pr. 28:26). No te jactes del día de mañana; porque no sabes qué traerá el día. Alábete el extraño, y no tu propia boca; el ajeno, y no los labios tuyos (Pr. 27:1-2). No te alabes en presencia del rey, ni estés en el lugar de los grandes; porque mejor es que se te diga: Sube acá, y no que seas humillado delante del noble a quien han mirado tus ojos (Pr. 25:6-7).

6. En cuanto a buscar gloria propia

  ¿Hallaste miel? Come sólo lo que necesites, no sea que hastiado de ella la vomites. Comer mucha miel no es bueno, ni el buscar la propia gloria es gloria (vs. 16, 27).

7. En cuanto a la pereza y al amor por el sueño

  El perezoso no ara a causa del invierno; pedirá, pues, en la siega, y no hallará. No ames el sueño, no sea que te empobrezcas; abre tus ojos, y sáciate de pan (20:4, 13). Dice el perezoso: ¡Hay un león fuera! ¡Seré muerto en la calle! (Pr. 22:13). Porque el bebedor y el comilón empobrecerán, y el sueño hará vestir vestidos rotos (Pr. 23:21). Leamos Pr.  24:30-34: “Pasé junto al campo del hombre perezoso, y junto a la viña del que carece de cordura; y he aquí que por toda ella habían crecido los espinos, ortigas habían ya cubierto su faz, y su cerca de piedra estaba ya destruida. Cuando miré, y reflexioné sobre ello; lo vi, y recibí instrucción. Un poco de sueño, un poco de dormitar, y cruzar por un poco las manos para reposo; así vendrá como salteador tu pobreza, y tu necesidad, como hombre armado”. Dice el perezoso: Hay un león rugiente en el camino; hay un león en las calles. Como la puerta gira sobre sus quicios, así el perezoso se vuelve en su cama. Mete el perezoso su mano en el plato; se cansa de llevarla a su boca. El perezoso es más sabio ante sus propios ojos que siete que den una respuesta discreta (Pr. 26:13-16). El deseo del perezoso le mata, porque sus manos no quieren trabajar (Pr. 21:25).

8. En cuanto a salir por fiador

  Pr. 20:16 dice: “Quítale la ropa al hombre cuando sale fiador por el extraño, y toma prenda cuando sale fiador por los extraños”. No seas de aquellos que dan manos en prenda, ni de los que salen por fiadores de deudas. Si no tienes para pagar, ¿por qué han de quitar tu cama de debajo de ti? (Pr. 22:26-27). Quítale la ropa al que sale fiador por el extraño; y recibe en empeño al que fía a una mujer extraña (Pr. 27:13).

9. En cuanto a la boca y a la lengua

  El que guarda su boca y su lengua, su alma guarda de angustias (Pr. 21:23). El que anda en chismes descubre secretos; por tanto, no te asocies con el que mucho abre sus labios (Pr. 20:19). Proverbios 29:20 dice: “¿Has visto hombre precipitado en sus palabras? Más esperanza hay del necio que de él”. Lazo es al hombre decir apresuradamente: Es santo, y después de hacerlo, reflexionar (Pr. 20:25).

10. En cuanto a los necios

  Como nieve en el verano, y como lluvia en la siega, así la honra no conviene al necio. Como el gorrión en revoloteo, y como la golondrina en vuelo, así la maldición sin causa no llega a su destino. El látigo para el caballo, el cabestro para el asno, y la vara para la espalda del necio. Nunca respondas al necio de acuerdo con su necedad, para que no seas tú también como él. Responde al necio de acuerdo con su necedad, para que no se estime sabio ante sus propios ojos. Se corta los pies y bebe violencia, el que envía recado por mano de un necio. Como las piernas del cojo que penden, así es el proverbio en la boca del necio. Como quien liga la piedra en la honda, así hace el que da honra al necio. Como espinas hincadas en mano del embriagado, tal es el proverbio en la boca de los necios. Como arquero que a todos hiere, es el que toma a sueldo a los insensatos o a los que pasan. Como perro que vuelve a su vómito, así es el necio que repite su necedad. ¿Has visto hombre sabio ante sus propios ojos? Más esperanza hay del necio que de él (Pr. 26:1-12).

11. En cuanto a la mujer rencillosa

  Gotera continua en día de lluvia y la mujer rencillosa, son semejantes; El que la contiene refrena al viento, y recoge aceite con su mano derecha (Pr. 27:15-16). Mejor es vivir en un rincón del terrado que en una casa con mujer rencillosa. Mejor es morar en tierra desierta que con la mujer rencillosa e iracunda (Pr. 21:9, 19; 25:24).

12. En cuanto a las mujeres extrañas y las rameras

  Fosa profunda es la boca de la mujer extraña; aquel contra el cual Jehová esté airado caerá en ella (Pr. 22:14). Porque abismo profundo es la ramera, y pozo angosto la adúltera. También ella, como ladrón, acecha, y multiplica entre los hombres los pérfidos (Pr. 23:27-28). El que frecuenta rameras malgasta los bienes (Pr. 29:3b).

13. En cuanto a las riquezas

  Los bienes que se adquieren de prisa al principio, no serán al final bendecidos (Pr. 20:21). El hombre fiel abundará en bendiciones; mas el que se apresura a enriquecerse no quedará sin castigo. Se apresura a ser rico el hombre envidioso, y no sabe que le ha de venir pobreza (Pr. 28:20, 22). Proverbios 23:4-5 dice: “No te afanes por hacerte rico; deja de pensar en ello. Cuando pones en ello tus ojos, ya no está, porque la riqueza se hará alas como alas de águila que vuela hacia los cielos”. Amontonar tesoros con lengua mentirosa es aliento fugaz, un lazo de muerte. Hay quien todo el día codicia; pero el justo da, y no detiene su mano (Pr. 21:6, 26). El príncipe falto de entendimiento también es gran opresor; mas el que aborrece las ganancias injustas prolongará sus días (Pr. 28:16). De más estima es el buen nombre que las muchas riquezas, y el hallar favor más que la plata y el oro (Pr. 22:1). Mejor es el pobre que camina en su integridad, que el de perversos caminos, aunque sea rico (Pr. 28:6).

14. En cuanto a la verdad, la sabiduría, y el conocimiento

  Hay oro y abundancia de corales; mas los labios instruidos son joya preciosa (Pr. 20:15). En Pr. 24:13-14, el escritor declara: “Come, hijo mío, de la miel, porque es buena, y de la que destila el panal, la cual es dulce a tu paladar. Sabe que así es a tu alma la sabiduría; si la hallas, entonces habrá un porvenir, y tu esperanza no será cortada”. Con sabiduría se edifica la casa, y con entendimiento se afirma; y con conocimiento se llenan las cámaras de todo bien preciado y agradable (vs. 3-4). El hombre que ama la sabiduría alegra a su padre (Pr. 29:3a). Pr. 23:23 nos exhorta, diciendo: “Compra la verdad, y no la vendas; la sabiduría, la instrucción y el entendimiento”. Y el versículo 19 dice: “Oye, hijo mío, y sé sabio, y endereza tu corazón al camino”.

15. En cuanto a la paciencia y a la suavidad

  Con larga paciencia se persuade al príncipe, y la lengua suave quebranta los huesos (Pr. 25:15).

16. En cuanto al trabajo

  Leamos Proverbios 22:29: “¿Has visto hombre hábil en su trabajo? Delante de los reyes estará; no estará delante de los hombres de baja condición”. Los planes del diligente tienden a la abundancia; mas todo el que se apresura, sólo va a la pobreza (Pr. 21:5).

17. En cuanto a la corrección de los hijos

  La necedad está ligada en el corazón del muchacho; mas la vara de la corrección la alejará de él (Pr. 22:15). La vara y la reprensión dan sabiduría; mas el muchacho dejado a sí mismo avergüenza a su madre (Pr. 29:15). Proverbios 23:13-14 dice: “No rehuses corregir al muchacho; porque si lo castigas con vara, no morirá. Si lo castigas con vara, librarás su alma del Seol”. Pr. 22:6 nos exhorta a enseñar al niño en el camino en que debe andar, y aun cuando sea viejo no se apartará de él. Finalmente, 29:17 nos amonesta, declarando: “Corrige a tu hijo, y te dará descanso, y dará alegría a tu alma”.

18. En cuanto a los azotes y a la reprensión

  Los azotes que hieren purifican del mal, y los golpes llegan a lo más profundo del ser (Pr. 20:30). El hombre que reprendido endurece la cerviz, de repente será quebrantado sin remedio (Pr. 29:1).

19. En cuanto a las oraciones

  El que cierra su oído al clamor del pobre, también él clamará, y no será oído (Pr. 21:13). El que aparta su oído para no oír la ley, aun su oración es abominable (Pr. 28:9).

20. En cuanto al sacrificio

  Hacer justicia y juicio es a Jehová más aceptable que sacrificio. El sacrificio de los impíos es abominación; ¡cuánto más ofreciéndolo con maldad! (Pr. 21:3, 27).

21. En cuanto a la alabanza del hombre

  El crisol prueba la plata, y la hornaza el oro, y al hombre la alabanza que recibe (Pr. 27:21).

22. En cuanto a las compañías

  No hagas amistad con el iracundo, ni te acompañes con el hombre de enojos (Pr. 22:24). No te entremetas con los veleidosos (Pr. 24:21b). El que anda en chismes descubre secretos; por tanto, no te asocies con el que mucho abre sus labios (Pr. 20:19). El que guarda la ley es hijo entendido; mas el que es compañero de glotones avergüenza a su padre (Pr. 28:7).

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