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Mensajes del libro «Estudio-Vida de Proverbios»
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Mensaje 7

LOS PRECEPTOS DETALLADOS SEGUN LOS CUALES EL HOMBRE LLEVA UNA VIDA HUMANA APROPIADA

(3)

  Lectura bíblica: Proverbios 10—30

  En este mensaje seguiremos considerando las amonestaciones y enseñanzas presentadas en los capítulos del veinte al veintinueve. Posteriormente analizaremos las palabras generales de sabiduría que se hallan en el capítulo treinta.

23. En cuanto a la manera en que el Señor se relaciona con el hombre

  Muchas porciones de Proverbios hablan de la manera en que el Señor se relaciona con el hombre.

a. Ordena los pasos del hombre

  Por Jehová son ordenados los pasos del hombre; ¿cómo, pues, entenderá el hombre su camino? (Pr. 20:24).

b. Controla el corazón del hombre

  Como arroyos de agua es el corazón del rey en la mano de Jehová; a donde le place, El lo inclina (Pr. 21:1).

c. Pesa el corazón del hombre

  Todo camino del hombre es recto a sus propios ojos; pero Jehová pesa los corazones (v. 2).

d. Da justicia al hombre

  Muchos buscan el favor del príncipe; mas de Jehová viene la equidad para cada uno (Pr. 29:26).

e. Da victoria al hombre

  No vale sabiduría, ni entendimiento, ni consejo, frente a Jehová. El caballo se alista para el día de la batalla; mas la victoria es de Jehová (21:30-31).

f. Preserva al hombre con Sus ojos

  Los ojos de Jehová custodian el conocimiento; mas El trastorna las palabras del pérfido (Pr. 22:12).

g. Encubre del hombre los asuntos

  Gloria de Dios es encubrir un asunto; pero la gloria de los reyes es escudriñarlo (Pr. 25:2).

24. En cuanto a la manera en que el hombre se relaciona con el Señor

  Los proverbios también disertan sobre la manera en que nos relacionamos con el Señor.

a. Temer al Señor

  Riquezas, honra y vida son la remuneración de la humildad y del temor de Jehová (Pr. 22:4). No tenga tu corazón envidia de los pecadores, antes vive en el temor de Jehová todo el tiempo (23:17). Bienaventurado el hombre que siempre teme; mas el que endurece su corazón caerá en el infortunio (28:14).

b. Buscar al Señor

  Los hombres malos no entienden el juicio; mas los que buscan a Jehová entienden todas las cosas (Pr. 28:5).

c. Esperar al Señor

  No digas: Devolveré el mal; espera a Jehová, y El te salvará (Pr. 20:22).

d. Confiar en el Señor

  Leamos Proverbios 22:19: “Para que tu confianza sea en Jehová, te las he hecho saber hoy a ti también”. El codicioso suscita contiendas; mas el que confía en Jehová prosperará (Pr. 28:25). El temor del hombre pondrá lazo; mas el que confía en Jehová será exaltado (Pr. 29:25).

e. Usar el espíritu del hombre como lámpara del Señor para escudriñar lo más profundo del hombre

  Lámpara de Jehová es el espíritu del hombre, la cual escudriña lo más profundo de su ser (Pr. 20:27).

25. En cuanto a la manera de relacionarse con los padres

  Al que maldice a su padre o a su madre, se le apagará su lámpara en oscuridad tenebrosa (Pr. 20:20). En 23:22, el autor declara: “Oye a tu padre, a aquel que te engendró; y cuando tu madre envejezca, no la menosprecies”. El que roba a su padre o a su madre, y dice: “No es transgresión”, compañero es del hombre destructor (Pr. 28:24). Leamos Proverbios 23:25: “Alégrense tu padre y tu madre, y gócese la que te dio a luz”.

26. En cuanto a la manera de relacionarse con otros

  Hacer acepción de personas no es bueno; hasta por un bocado de pan transgredirá el hombre (Pr. 28:21). El temor del hombre pondrá lazo; mas el que confía en Jehová será exaltado (Pr. 29:25).

27. En cuanto a la manera de relacionarse con los vecinos

  Proverbios 25:17 dice: “No frecuente tu pie de la casa de tu vecino, no sea que hastiado de ti te aborrezca”. El hombre que lisonjea a su prójimo, red tiende delante de sus pasos (Pr. 29:5). Como el que enloquece, y echa llamas y saetas y muerte, tal es el hombre que engaña a su prójimo, y dice: ¿Acaso no estaba yo bromeando? (Pr. 26:18-19). Maza y espada y saeta aguda es el hombre que habla contra su prójimo falso testimonio (Pr. 25:18). Proverbios 25:9-10 nos exhorta diciendo: “Discute tu causa con tu prójimo, y no descubras el secreto de otro, no sea que te deshonre el que lo oye, y tu infamia no se te quite”. Según Pr. 22:28 y Pr. 23:10-11, no debemos remover los linderos antiguos que marcaron nuestros padres, ni entrar en la heredad de los huérfanos; porque el Redentor de ellos es fuerte, el cual juzgará la causa de ellos contra nosotros.

28. En cuanto a la manera de relacionarse con los pobres

  El que da al pobre no pasará necesidad; mas el que cierra sus ojos tendrá muchas maldiciones (Pr. 28:27). El que cierra su oído al clamor del pobre, también él clamará, y no será oído (Pr. 21:13). El que oprime al pobre para aumentar sus ganancias, y el que da al rico, ciertamente se empobrecerá. No robes al pobre, porque es pobre, ni oprimas en la puerta al afligido (Pr. 22:16, 22).

29. En cuanto a la manera de relacionarse con los hombres malos

  Pr. 24:1 nos exhorta a no envidiar a los hombres malos, ni desear estar con ellos. No debemos enfurecernos por causa de los malhechores, ni tener envidia de los impíos (v. 19).

30. En cuanto a la manera de relacionarse con los enemigos

  En cuanto a los enemigos, no debemos decir que devolveremos el mal, sino que debemos esperar a Jehová, y El nos salvará (Pr. 20:22). No digamos: “Como me hizo, así le haré; daré el pago al hombre según su obra” (Pr. 24:29). Cuando caiga nuestro enemigo, no nos regocijemos, y cuando tropiece, no se alegre nuestro corazón; no sea que Jehová lo mire, y le desagrade, y aparte de sobre él su enojo (vs. 17-18). Si nuestro enemigo tiene hambre, debemos darle de comer pan; y si está sediento, debemos darle de beber agua; porque ascuas amontonaremos sobre su cabeza, y Jehová nos lo pagará (Pr. 25:21-22).

31. En cuanto a uno mismo

  Como ciudad derribada y sin muro es el hombre cuyo espíritu no tiene rienda (v. 28). Bienaventurado el hombre que siempre teme; mas el que endurece su corazón caerá en el infortunio (Pr. 28:14).

32. En cuanto a las visiones

  Donde no hay visión, el pueblo se desenfrena (Pr. 29:18a).

C. Palabras generales de sabiduría

  El capítulo treinta contiene palabras generales de sabiduría.

1. El no tener conocimiento del Santo

  Leamos los versículos del 2 al 4: “Ciertamente más torpe soy yo que ninguno, ni tengo entendimiento de hombre. Yo ni aprendí sabiduría, ni tengo conocimiento del Santo. ¿Quién subió al cielo, y descendió? ¿Quién encerró los vientos en sus puños? ¿Quién envolvió las aguas en su manto? ¿Quién afirmó todos los términos de la tierra? ¿Cuál es su nombre, y el nombre de su hijo, si sabes?”

2. Cada palabra de Dios es probada

  Toda palabra de Dios es probada; El es escudo a los que en El se refugian. No añadas a Sus palabras, no sea que te reprenda, y seas hallado mentiroso (vs. 5-6).

3. Se piden dos cosas

  En los versículos del 7 al 9, el escritor pide dos cosas. El declara: “Dos cosas te he pedido; no me las niegues antes que muera: Falsedad y mentira aparta de mí; no me des pobreza ni riquezas; dame a comer mi porción de pan; no sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová? O que siendo pobre, hurte, y profane el nombre de mi Dios”.

4. No se difama al siervo ante su señor

  El versículo 10 nos exhorta a no difamar al siervo ante su señor, no sea que nos maldiga y seamos hallados culpables.

5. Cuatro generaciones detestables

  Los versículos del 11 al 14 hablan de cuatro generaciones detestables: “Hay generación que maldice a su padre y a su madre no bendice. Hay generación pura ante sus propios ojos, si bien no se ha limpiado de su inmundicia. Hay generación cuyos ojos son altivos y cuyos párpados están levantados en arrogancia. Hay generación cuyos dientes son como espadas, y sus mandíbulas como cuchillos, para devorar a los afligidos de la tierra, y a los menesterosos de entre los hombres”.

6. La sanguijuela tiene dos hijas

  La sanguijuela tiene dos hijas, que dicen: ¡Dame! ¡dame! Tres cosas hay que nunca se sacian; cuatro que nunca dicen: ¡Basta! El Seol, la matriz estéril, la tierra que no se sacia de aguas, y el fuego que jamás dice: ¡Basta!” (vs. 15-16).

7. El ojo que escarnece a su padre

  El ojo que escarnece a su padre y menosprecia la obediencia debida a su madre, los cuervos de la cañada lo saquen, y lo devoren los hijos del águila (v. 17).

8. Tres cosas son maravillosas

  En los versículos del 18 al 19, el escritor habla de tres cosas que le son maravillosas, y la cuarta tampoco conoce: el rastro del águila en el aire; el rastro de la culebra sobre la peña; el rastro de la nave en medio del mar; y el rastro del hombre en la doncella. Este es el proceder de la mujer adúltera: Come, y limpia su boca y dice: No he hecho maldad (v. 20).

9. Por tres cosas se alborota la tierra

  Por tres cosas se alborota la tierra, y la cuarta ella no puede sufrir: Por el siervo cuando reina; por el necio cuando se sacia de pan; por la mujer odiada cuando se casa; y por la sierva cuando hereda a su señora (vs. 21-23).

10. Cuatro cosas son pequeñas y a la vez las más sabias

  Cuatro cosas son pequeñas en la tierra, pero son sumamente más sabias: Las hormigas, pueblo no fuerte, y en el verano preparan su comida; los tejones, pueblo nada esforzado, y ponen su casa en la piedra; las langostas que se enjambran no tienen rey, y salen todas por cuadrillas; la lagartija se puede agarrar con las manos, y está en palacios de rey (vs. 24-28).

11. Tres cosas majestuosas en su marcha

  Hay tres cosas majestuosas en su marcha, y cuatro de elegante caminar: El león, fuerte entre todos los animales, que no vuelve atrás por nada; el gallo que anda ceñido de lomos; asimismo el macho cabrío; y el rey, que tiene un ejército consigo (vs. 29-31).

12. Es insensato enaltecerse

  Leamos el versículo 32: “Si neciamente has procurado enaltecerte, o si has pensado hacer mal, pon la mano sobre tu boca”.

13. El que procura la ira causará contienda

  Ciertamente batiendo la leche se saca mantequilla, y apretando la nariz sale sangre; y forzando la ira se produce contienda (v. 33).

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