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Mensajes del libro «Estudio-Vida de Rut»
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Mensaje 3

RUT EJERCE SU DERECHO

  Lectura bíblica: Rt. 2

  Después que el marido de Rut falleció, ella tenía dos opciones: permanecer en Moab o ir con Noemí para vivir como forastera en Israel. Rut escogió ir a la tierra de Israel probablemente debido a que había escuchado mucho sobre Dios, Su promesa y la buena tierra. Ella había escuchado las buenas nuevas lo suficiente como para hacer una maravillosa elección. Después que llegó a la tierra de Israel con Noemí, Rut ejerció su derecho. Este asunto es presentado en el capítulo 2.

I. DIOS ATIENDE A LOS NECESITADOS ENTRE SUS ELEGIDOS MEDIANTE EL MANDAMIENTO DADO A ISRAEL CON RESPECTO A LA SIEGA DE LA MIES

  El mandamiento dado por Dios con respecto a la siega de la mies indicaba que Jehová bendeciría a los hijos de Israel si ellos reservaban las esquinas de sus campos y la rebusca para que fuese cosechada por los pobres, los peregrinos, los huérfanos y las viudas. Al respecto, Levítico 23:22 dice: “Y cuando seguéis la mies de vuestra tierra, no segarás completamente los rincones de tu campo, ni espigarás la rebusca de tu mies: la dejarás para el pobre y para el peregrino”. Algo similar se halla en Levítico 19:9-10. Deuteronomio 24:19 dice: “Cuando siegues tu mies en tu campo y olvides alguna gavilla en el campo, no volverás para recogerla; será para el peregrino, el huérfano y la viuda, a fin de que te bendiga Jehová tu Dios en todo lo que emprendas”. Esto no solamente manifiesta la benevolencia amorosa de Dios y cuán grande, fino y meticuloso Él es, sino que además manifiesta cuán rico es el producto de la buena tierra.

  Dios quería bendecir la siega de la mies que efectuaban los israelitas en la buena tierra, pero esta bendición tenía un requisito previo: ellos debían dejar algo para los pobres. A las personas no se les permitía recoger toda la mies en las esquinas de sus campos. Sin embargo, en la ordenanza de la ley dada por Dios mediante Moisés con respecto a la siega, no se especificó el tamaño de las esquinas de los campos; dicho tamaño dependía de la fe en Jehová que tuviera el dueño de aquella parcela. Cuanto mayor era su fe en Jehová, mayor sería el tamaño de las esquinas de sus campos. Creo que Booz tenía la práctica de obedecer esta ordenanza. Él ciertamente tenía gran fe en Jehová. Por la soberanía de Dios, esta ordenanza parecía haber sido escrita teniendo en mente a una persona: Rut.

II. NOEMÍ REGRESA A BELÉN CON SU NUERA RUT AL COMIENZO DE LA SIEGA DE LA CEBADA

  Noemí regresó a Belén con su nuera Rut al comienzo de la siega de la cebada (Rt. 1:22b). La cebada, que madura antes que los demás granos, tipifica al Cristo resucitado (Jn. 6:9-10, 56-58).

III. NOEMÍ TIENE UN PARIENTE DE SU MARIDO, HOMBRE DE MUCHA RIQUEZA, QUE SE LLAMA BOOZ

  “Noemí tenía un pariente de su marido, hombre de mucha riqueza, de la familia de Elimelec; y su nombres era Booz” (Rt. 2:1). Dios es soberano, y conforme a Su soberanía Él trajo a Rut de Moab a la ciudad de Belén. Antes que ella llegara a Belén, Él había preparado para ella un hombre generoso y rico llamado Booz.

IV. RUT OBTIENE EL PERMISO DE NOEMÍ PARA SALIR A ESPIGAR

  Rut obtuvo el permiso de Noemí para salir a espigar (vs. 2-3). Rut le pidió a Noemí que la dejara ir al campo y recoger espigas detrás de aquel ante cuyos ojos hallara favor. Noemí le dijo a Rut que fuera, así que ella fue y espigó en el campo tras los segadores; y aconteció que espigó en la parte del campo que pertenecía a Booz.

V. BOOZ CONOCE A RUT

  Finalmente, Booz llegó a conocer a Rut (vs. 4-7). Él vino de Belén y le dijo a los segadores: “Jehová sea con vosotros”, a lo cual ellos respondieron: “Jehová te bendiga” (v. 4). Cuando Booz preguntó al joven encargado de los segadores sobre Rut, el joven le explicó que ella era la joven moabita que había regresado con Noemí del país de Moab y que había pedido permiso para espigar y recoger tras los segadores entre las gavillas. Lo que este joven le dijo a Booz con respecto a Rut indica que él estaba contento de que Rut estuviera allí, pues la consideraba una mujer leal y virtuosa.

VI. BOOZ LE HABLA A RUT PALABRAS DE GRACIA

  Del versículo 8 al 13 vemos que Booz le habla a Rut palabras de gracia. Él le dijo a ella: “Oye, hija mía. No vayas a espigar a otro campo ni pases de aquí, sino quédate junto a mis mozas. Fija tus ojos en el campo donde siegan; síguelas. He mandado a mis mozos que no te toquen. Y cuando tengas sed, irás a las vasijas y beberás de lo que sacan los mozos” (vs. 8-9). Al escuchar estas palabras, Rut se postró sobre su rostro, se inclinó a tierra, y le preguntó a Booz: “¿Por qué he hallado favor ante tus ojos para que me reconozcas, siendo yo extranjera?” (v. 10). Booz le respondió que todo cuanto ella había hecho por su suegra desde que murió su marido Elimelec le había sido relatado. Además, le dijo que sabía cómo ella había dejado a su padre, a su madre y la tierra de su nacimiento para venir a un pueblo que anteriormente no conocía. Entonces le dijo: “Que Jehová recompense tu obra, y que recibas pleno galardón de parte de Jehová, el Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte” (v. 12). En respuesta a ello, Rut pidió hallar favor ante sus ojos, porque la había consolado y le había hablado con benevolencia (v. 13).

VII. BOOZ ES GENEROSO CON RUT

  Booz no solamente le habló a Rut con benevolencia, sino que también fue generoso con ella (vs. 14-16). A la hora de comer, Booz la invitó a comer, dándole del trigo tostado, y ella comió y se sació. Cuando ella se levantó a espigar, Booz le mandó a sus mozos que le permitieran espigar entre las gavillas y no la reprendieran por ello. Después, les dijo: “Y también sacad de los manojos para ella; dejadlo para que lo recoja, y no la reprendáis” (v. 16).

VIII. RUT RELATA LO SUCEDIDO A NOEMÍ

  Al regresar de los campos, Rut relató lo sucedido a Noemí, contándole a su suegra la experiencia que tuvo con Booz (vs. 17-21). Cuando Rut le dijo a Noemí que había espigado en el campo de Booz, Noemí le dijo: “Sea él bendito de Jehová, que no ha rehusado Su benevolencia amorosa ni a los vivos ni a los que han muerto” (v. 20a). Entonces, Noemí le dijo a Rut que aquel varón era uno de sus parientes, uno de los más cercanos (v. 20b).

IX. NOEMÍ EXHORTA A RUT

  En el versículo 22 Noemí exhorta a Rut diciéndole: “Es bueno, hija mía, que salgas con sus mozas, para que no te encuentren en otro campo”. Como veremos al examinar el capítulo 3, lo que estaba en el corazón de Noemí no solamente era que Rut participara de las riquezas de Booz y pudiera saciarse, sino también que ella pudiese obtener al propio Booz como su marido y engendrase un hijo que mantuviese el nombre de Elimelec.

X. RUT PERMANECE JUNTO A LAS MOZAS DE BOOZ

  Rut permaneció junto a las mozas de Booz y espigó hasta que se acabó la cosecha de la cebada y la del trigo; y ella habitó con su suegra (v. 23).

XI. RUT EJERCE SU DERECHO A PARTICIPAR DEL RICO PRODUCTO DE LA HERENCIA DEL PUEBLO ELEGIDO POR DIOS

  En todo esto Rut, como alguien que había vuelto a Dios dejando atrás su pasado pagano, ejerció su derecho a participar del rico producto de la herencia del pueblo elegido por Dios. Rut, una moabita, había venido a la buena tierra como una peregrina. Según su estatus triple de peregrina, pobre y viuda, ella ejerció su derecho a espigar la mies. Aunque ella era pobre, no se convirtió en un mendigo. Al espigar, ella no mendigaba, sino que hacía uso de sus derechos.

  El libro de Rut nos muestra el camino, la posición, los requisitos y el derecho que le corresponde a los pecadores de participar en Cristo y disfrutarle. Según lo dispuesto por Dios, hemos sido hechos aptos y estamos en posición de reclamar el derecho a disfrutar de Cristo. Esto significa que hoy en día no tenemos que mendigar rogándole a Dios que nos salve. Podemos acudir a Dios a fin de reclamar Su salvación para nosotros. Estamos en posición de reclamar para nosotros la salvación provista por Dios, hemos sido hechos aptos y tenemos derecho a ello. Ésta es la norma más elevada respecto a recibir el evangelio.

XII. LA TIPOLOGÍA IMPLÍCITA EN ESTE RELATO AROMÁTICO

  El libro de Rut es una narración preciosa, conmovedora, persuasiva y subyugadora. En el relato aromático del capítulo 2 se hallan implícitos cuatro tipos.

A. Booz, quien posee abundantes riquezas

  Booz, quien poseía abundantes riquezas (2:1), tipifica a Cristo, quien es rico en la gracia divina (2 Co. 12:9).

B. El campo de la buena tierra prometida por Dios

  El campo de la buena tierra prometida por Dios (Rt. 2:2-3) tipifica al Cristo todo-inclusivo, la fuente de todo fruto espiritual y divino que sirve de suministro de vida a los elegidos de Dios (Fil. 1:19b).

C. La cebada y el trigo

  La cebada y el trigo (Rt. 2:23) tipifican a Cristo como el material con el cual se hace el alimento de Dios y de Su pueblo (Lv. 2; Jn. 6:9, 33, 35).

D. Rut, una moabita, una pecadora gentil

  El hecho de que a Rut, una moabita (Dt. 23:3), una pecadora pagana ajena a las promesas de Dios (Ef. 2:12), se le otorgase el derecho a participar de la rebusca de la mies del pueblo elegido por Dios tipifica que a “los perrillos” gentiles se les conceda el privilegio de tener parte en las migajas bajo la mesa de la porción de los hijos elegidos por Dios (Col. 1:12; Mt. 15:25-28).

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