Lectura Bíblica: Sof. 1; Sof. 2; Sof. 3
En este mensaje consideraremos el libro de Sofonías. La revelación contenida en este libro es muy simple y trata sobre dos asuntos: el juicio de Jehová y Su salvación.
Las palabras de introducción están en Sofonías 1:1.
En hebreo el nombre Sofonías significa “Jah esconde” o “Jah atesora”. Este nombre probablemente significa ser escondido por Jehová como Su tesoro en el día de Su furor (2:3). En el día del furor de Dios, debemos ser el tesoro que está escondido en Él.
En 1:1 se nos dice que Sofonías era “hijo de Cusi, hijo de Gedalías, hijo de Amarías, hijo de Ezequías”. Como descendiente de Ezequías, un buen rey, Sofonías era descendiente de la familia real. Uno de sus ancestros fue otro buen rey: Josías.
El período de tiempo en que transcurrió el ministerio de Sofonías fue alrededor del año 630 a. C., en tiempos de Habacuc y Jeremías, poco antes del inicio del cautiverio babilónico.
El lugar donde Sofonías desempeñó su ministerio fue Judá.
El ministerio de Oseas tuvo por destinatario el territorio de Judá y Jerusalén, la capital de Judá.
El tema de la profecía de Sofonías es el juicio de Jehová sobre Israel y las naciones, y Su salvación para los gentiles e Israel. Jehová juzga tanto a Israel como a las naciones, y Él salva tanto a las naciones como a Israel. Su juicio y Su salvación son universales.
El juicio de Jehová sobre Israel y sobre las naciones, así como Su salvación para los gentiles e Israel, responden a un orden particular: primero viene Su juicio sobre Israel y después Su juicio sobre las naciones, pero Su salvación viene primero a los gentiles y después a Israel. En la actualidad, miles de gentiles han sido salvos, pero muy pocos de entre los millones de judíos han sido salvos. En la economía de Dios, ésta es la era para que Su salvación llegue a los gentiles.
El pensamiento central de Sofonías consiste en que Jehová es el Dios que juzga y salva tanto a Israel como a las naciones, lo cual redunda en que Él reine en medio de Israel (3:15b) y en que Israel cante y se regocije en su restauración (v. 14).
En este libro la revelación con respecto a Cristo consiste en que Él es el Rey de Israel, quien está en medio de Israel en la restauración (3:15).
El libro de Sofonías tiene tres secciones: palabras de introducción (1:1); el juicio de Jehová (1:2—3:8), que incluye Su juicio sobre Israel (1:2—2:3; 3:1-7) y sobre las naciones (2:4-15; 3:8); y la salvación de Jehová (3:9-20) para los gentiles (v. 9) y para Israel (vs. 10-20).
Procedamos ahora a considerar el juicio de Jehová.
En Su juicio sobre Israel, Jehová eliminará al hombre, a la bestia, a las aves, a los peces, los tropiezos, a los malvados, al remanente de Baal, a los idólatras, a los sacerdotes idólatras junto con los sacerdotes, a los adoradores del ejército del cielo, a los adoradores de Malcam y a quienes se apartaron de ir en pos de Jehová (1:2-6).
En Su juicio sobre Israel, Jehová también habría de preparar como Su sacrificio a Jerusalén con sus príncipes, a los hijos del rey, a todos los que visten ropa extranjera y a todos los que hicieron violencia y engañaron; además, Él llamaría a los caldeos, a quienes Él santificó, para que vengan y coman de Su sacrificio al despojar a Jerusalén de su riqueza y desolar las casas y viñas en Jerusalén (vs. 7-13). Dios preparó a Sus elegidos pecaminosos en calidad de sacrificio Suyo ofrecido al ejército invasor de los caldeos (Ez. 39:19-20; Jer. 25:9). El ejército caldeo, en calidad de langostas que cortan, que pululan, que lamen y que consumen, destruiría a Israel, y esta destrucción sería equivalente a que ellos comieran de tal sacrificio.
En los versículos del 14 al 18 el profeta dijo que el gran día de Jehová estaba cercano. Éste sería el día de la ira desbordante, día de angustia y de aprieto, día de desolación y de ruina, día de tinieblas y de lobreguez, día de nublado y de densa oscuridad, y día de trompeta y de alarma contra las ciudades fortificadas y contra las almenas altas. Jehová habría de traer angustia sobre los hombres de modo que andarían como ciegos. Su sangre habría de ser derramada como el polvo y sus entrañas como estiércol. Ni su plata ni su oro podrían librarlos. Toda la tierra habría de ser devorada por el fuego de la ira y el celo de Jehová, porque Él acabaría con todos los habitantes de la tierra mediante una destrucción repentina.
En 2:1-3 encontramos la amonestación del profeta al desvergonzado pueblo de Israel.
“Congregaos, sí, congregaos, / oh nación sin vergüenza, / antes que tenga efecto el decreto / (el día pasa como el tamo), / antes que venga sobre vosotros / la ira encendida de Jehová, / antes que venga sobre vosotros / el día del furor de Jehová” (vs. 1-2). Aquí el profeta les instó a reunirse a fin de arrepentirse ante Jehová antes que viniese sobre ellos la ira encendida de Jehová.
“Buscad a Jehová / todos los mansos de la tierra, / que habéis puesto por obra Sus juicios. / Buscad justicia, / buscad mansedumbre; / quizás seréis escondidos / en el día del furor de Jehová” (v. 3). Aquí el profeta los amonestó a que buscasen a Jehová, a que buscasen la justicia y buscasen mansedumbre de modo que fuesen escondidos en el día del furor de Jehová.
En 3:1-7 el profeta habla acerca de la degradación de Jerusalén durante sus tiempos. Esta degradación fue la causa de que Dios viniera a juzgarlos, corregirlos y disciplinarlos.
El juicio de Jehová sobre las naciones incluiría Su juicio sobre los filisteos (2:4-7), sobre Moab y Amón (vs. 8-11), sobre los cusitas (v. 12), sobre Asiria (vs. 13-15) y sobre todas las naciones (3:8).
En 3:9-20 tenemos una palabra acerca de la salvación de Jehová para los gentiles y para Israel.
En Su salvación para los gentiles, Jehová, en el tiempo de la restauración, cambiará “el lenguaje de los pueblos / a un lenguaje puro” (v. 9). Cambiar el lenguaje de la gente es cambiar su cultura, pues la cultura está totalmente contenida en el lenguaje. El lenguaje original de todo pueblo es sucio e impuro; pero en Su salvación, Dios cambiará el lenguaje de los pueblos volviéndolo un lenguaje puro. Cuando el lenguaje de una persona se ha hecho puro, esto indica que esa persona ha sido completamente salva.
En los versículos del 10 al 20 el profeta nos habla acerca de la salvación de Jehová para Israel. La salvación de Israel efectuada por Jehová tiene como finalidad que Cristo sea el Rey de Israel. En estos versículos primero vemos la liberación efectuada por Jehová (vs. 10-13, 15-20), lo cual redunda en que Israel cante y se regocije (v. 14).
