Mensaje 105
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Lectura bíblica: Éx. 27:1-8; 38:1-7; 40:6, 29; He. 13:10
En el mensaje anterior mencioné que no es fácil entender el relato acerca del altar en Exodo. Algunos aspectos de este relato son muy confusos. Exodo 27:5 habla sobre “el cerco del altar abajo”. Es difícil decidir cómo traducir la palabra hebrea para cerco. Una versión dice compás, otra versión dice borde y otra habla acerca de un margen o cerco. Un cerco sirve para sostener algo y es una protección. Algunos estudiosos de la Biblia piensan que el cerco estaba fuera del altar. Según su entendimiento, los sacerdotes que ministraban se paraban sobre el cerco que estaba alrededor del altar. Aquellos que apoyan esta opinión se basan en Levítico 9:22, un versículo que dice que Aarón “descendió después de haber hecho la expiación”. También hacen referencia a 2 Crónicas 30:16, al decir que los sacerdotes tomaron “su lugar”, a saber, en el cerco. Por lo tanto, con estos dos versículos como su fundamento, ellos entienden que el borde o cerco estaba fuera del altar y era un lugar en el cual los sacerdotes se podían parar.
¿Qué era el cerco y dónde se encontraba? Estas preguntas no son fáciles de responder. Sin embargo, estoy casi seguro de que el cerco estaba dentro del altar. El versículo 4 dice: “Y le harás un enrejado de bronce de obra de rejilla, y sobre la rejilla harás cuatro anillos de bronce a sus cuatro esquinas”. Según el versículo 5, la rejilla llegaba “hasta la mitad del altar”. El altar medía tres codos de alto, cinco de largo y cinco de ancho. El enrejado, la rejilla de bronce, que estaba dentro del altar se extendía horizontalmente de lado a lado en medio del altar. La madera se ponía sobre este enrejado y los sacrificios se ponían sobre la madera. A medida que el sacrificio y la madera se quemaban, las cenizas caían a través del enrejado al fondo del altar. Además, el versículo 5 nos dice claramente que el enrejado se colocaba dentro del cerco de la parte inferior del altar. Es muy rara la forma en que está escrito este versículo, pero en hebreo dice “dentro del cerco del altar abajo” El hecho de que el enrejado estuviese dentro del cerco indica que el cerco no podía estar fuera del altar. El enrejado no sólo estaba dentro del cerco; estaba debajo del cerco. Si el cerco hubiese estado afuera ¿cómo es posible que el enrejado que estaba dentro del altar estuviese debajo del cerco? Por lo tanto, definitivamente creo que el cerco estaba dentro del altar.
El altar estaba hecho de madera de acacia cubierto de bronce. El fuego del altar ardía constantemente. ¿No parece raro que el calor del fuego no pasara a través de la cubierta de bronce, quemando así la madera de acacia? Por esa razón pienso que el cerco protegía las cuatro paredes del altar del calor del fuego o de lo contrario se hubiese quemado.
La Biblia no nos dice de que material estaba hecho el cerco. No obstante, creo que estaba hecho de bronce. Por lo tanto, pienso que encima del enrejado y alrededor de las cuatro paredes había un cerco de bronce que protegía las paredes del calor del fuego. Esta debe ser la razón por la cual el versículo 5 dice que el enrejado no sólo estaba dentro del altar, sino también debajo del cerco.
Un escritor sugirió que la rejilla estaba al fondo del altar y que llegaba hasta la mitad de las paredes laterales. Además, este escritor también supone que cuando se preparaba el altar, este se colocaba sobre dos montoncitos de tierra a fin de permitir que el viento fluyera. Sin embargo, tal interpretación se presta a muchas suposiciones. No obstante, si me pregunta cómo podía entrar el aire, yo le contestaría que no sé, ya que las Escrituras no proporcionan ese detalle.
El hecho de que el altar poseía cierto elemento enigmático tiene un significado espiritual. De hecho el altar debería ser muy fácil de describir, aun más fácil que las otras cosas en el tabernáculo. Sin embargo, como ya hemos dicho, el relato del altar es un tanto enigmática. Aunque es simple, es de igual manera difícil de entender. Esto significa que nos es imposible entender por completo la cruz de Cristo. Si, el Nuevo Testamento revela la cruz. Claramente se nos dice que Cristo fue crucificado, en 1 Corintios 1 Pablo usa la expresión “la palabra de la cruz”, aclarándonos que la palabra de la cruz es el poder de Dios (v. 18). Sin embargo nosotros somos incapaces de comprender por completo el misterio de la obra redentora de Cristo. Cuando comencé en el ministerio hace cincuenta años, muchas veces traté de dar mensajes acerca de la cruz. No obstante, cada vez que me levantaba a hablar, no tenía el denuedo. Esto se debe a que es muy difícil hablar acerca de la cruz de Cristo.
Y usted, ¿puede hablar de la cruz de una manera adecuada? Claro está, usted podría decir que la cruz fue el lugar en que Cristo murió. También que Cristo llevó nuestros pecados a la cruz, a fin de que fuésemos crucificados con El, y que aun el diablo fue terminado en la cruz. ¿Pero qué de los misterios de la muerte de Cristo? Aun aquellos que han estado enseñando por años las Escrituras, encuentran difícil hablar en cuanto al misterio de la muerte todo-inclusiva de Cristo. Los cristianos pueden colocar la cruz en el lugar más alto de sus alabanzas o hasta pueden llevar una cruz con ellos. Sin embargo, no pueden hablar sobre la cruz adecuadamente. Podemos leer el Nuevo Testamento cuando se refiere a la cruz o a la crucifixión de Cristo. No obstante, luego de leerlo, todavía no podemos comprender cabalmente el misterio de la muerte de Cristo. La muerte de Cristo es un gran misterio. Debido a esto, no tenemos la manera de describirla adecuadamente.
Otro asunto enigmático está relacionado con el enrejado o la rejilla dentro del altar. La rejilla tiene cuatro anillos en las cuatro esquinas. Sin embargo, estos anillos también se usaban para meter las varas utilizadas para cargar el altar (38:5). El enrejado estaba en el interior, pero los anillos estaban por fuera. ¿Cómo podrían, entonces, los anillos estar unidos al enrejado? Vemos claramente que los anillos están sobre las cuatro esquinas de la rejilla, y que los anillos podrían estar afuera del altar. De otro modo, las varas no se hubieran podido meter dentro de los anillos. Es un misterio la manera en que los anillos podían estar unidos a la rejilla y de todos modos estar por fuera.
Si sólo estuvieran las cuatro paredes del altar sin el enrejado dentro del altar, este estaría vacío. El significado del altar depende completamente del enrejado, de la rejilla, con los cuatro anillos. Si, los anillos son para mover el altar, pero están conectados al enrejado que está dentro del altar. Sin el enrejado, no habría anillos, y sin los anillos, no se podría mover el altar. Esto nos lleva a un asunto muy importante: sin el enrejado no habría manera de tener el fuego que se usaba para quemar los sacrificios. Por tanto, el enrejado con los cuatro anillos era necesario tanto para quemar los sacrificios como para mover el altar.
Podemos comparar el enrejado y los anillos con las partes internas de nuestro cuerpo físico. Nuestras entrañas son mas vitales que nuestra piel y nuestro pelo. Siguiendo el mismo principio, el enrejado es la parte más importante del altar. Sin el enrejado, el altar sería una caja vacía, sin ningún uso. El contenido del altar es el enrejado con los anillos.
Es importante descifrar el significado del enrejado. El enrejado estaba hecho de bronce. En tipología, el bronce representa el juicio justo de Dios. Este también debe ser el significado del enrejado hecho de bronce. En el mensaje anterior dijimos que el altar debe estar relacionado con una persona, ya que estaba hecho de madera de acacia cubierta de bronce. Esto significa que Cristo se hizo hombre para morir en la cruz y llevar así el juicio de Dios en nuestro lugar. La cruz no es simplemente una cosa; está relacionada con una persona, como lo indica el hecho de que el altar, un tipo de la misma, estaba hecho de madera de acacia, la cual representa la humanidad del Señor Jesús. Por ende, ésta se relaciona con una persona y esta persona es Cristo.
El enrejado de bronce que está dentro del altar indica que el juicio de Dios llega hasta las partes internas de Cristo. El juicio de Dios sobre Cristo, como nuestro sustituto, no es simplemente externo. El fuego sagrado del juicio de Dios no estaba por fuera de Cristo, sino que también ardía dentro de El. Vemos esto en el Salmo 22, el cual se refiere a los sufrimientos de Cristo cuando estaba en la cruz. El versículo 14 dice: “He sido derramado como aguas, y todos mis huesos se descoyuntaron; Mi corazón fue como cera, derritiéndose en medio de mis entrañas”. Esto indica que cuando Cristo pasó por el juicio de Dios, este juicio llegó a Su corazón, a Sus entrañas. Sus huesos se descoyuntaron, pero Su corazón se derritió sobre Sus entrañas. Esto quiere decir que el juicio de Dios sobre Cristo fue experimentado más internamente que exteriormente.
Muy pocos predicadores cristianos han hablado acerca del aspecto interno de los sufrimientos de Cristo en la cruz. La mayoría de los que predican acerca de los sufrimientos de Cristo hablan del aspecto externo de estos. Repetimos, Cristo soportó el juicio de Dios no sólo externamente, sino también internamente. De hecho, El sufrió mas interna que externamente. El enrejado no estaba fuera de El; éste estaba dentro de El. Por lo tanto, el lugar donde ardía el fuego sagrado del juicio de Dios era en las entrañas del Señor Jesús.
Hemos dicho que en las cuatro esquinas del enrejado, es decir, la rejilla, había cuatro anillos de bronce. En tipología, estos anillos representan al Espíritu eterno mencionado en Hebreos 9:14: “¿Cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a Sí mismo sin mancha a Dios, purificará nuestra conciencia de obras muertas para que sirvamos al Dios vivo?” La sangre de Cristo es eficaz debido a que El se ofreció a Sí mismo a Dios mediante el Espíritu eterno. El Espíritu eterno, tipificado por los anillos de la rejilla, es la fuente de la eficacia de la cruz de Cristo. El Espíritu eterno es el poder, la fuerza, de la cruz de Cristo. Sin el Espíritu eterno, la obra redentora de Cristo no podría ser eficaz; ni poderosa, ni llena de fuerza. Digo nuevamente, el Espíritu eterno es el poder, la fuerza, la eficacia de la redención de Cristo.
Si al enrejado se le quitaran los cuatro anillos de bronce se caería. Los cuatro anillos sostenían el enrejado. Esto tiene mucho significado espiritual. Nosotros podemos hablar de la cruz, de la muerte de Cristo en la cruz y del hecho de que hemos sido crucificados con El. Sin embargo, sin el Espíritu, son sólo vanas palabrerías. Sin el Espíritu eterno, la muerte de Cristo no tiene efectividad. Es muy crucial que nos demos cuenta de que la eficacia y el poder de la obra redentora de Cristo dependen del Espíritu eterno.
Si el altar no tuviese los cuatro anillos el enrejado no se podría mantener en su lugar. Entonces el altar no tendría ningún contenido. Además, no habría manera de moverlo. Por tanto, los cuatro anillos son muy cruciales. Gracias a los cuatro anillos, el enrejado podía mantenerse en su lugar, a la mitad de la altura del altar. Gracias a los cuatro anillos, se podía cargar el altar. Aunque los anillos eran tan importantes, estos no eran el sacrificio. Cristo mismo es el sacrificio, pero el poder que salva y que mueve está en el Espíritu. Sin los anillos, el enrejado perdería su eficacia. La cruz no tendría ningún poder para salvar ni fuerza alguna para mover el altar.
La muerte de Cristo va mas allá de nuestro entendimiento. La muerte de Cristo es un misterio. No debemos pensar que podemos comprenderlo todo por completo, pues no tenemos la manera.
No podemos entender completamente el misterio de la muerte de Cristo en la cruz, pero sabemos que la redención fue llevada a cabo por medio del Espíritu eterno. ¿Saben por qué la predicación de la muerte de Cristo no tiene poder hoy? Se debe a que en esta predicación no hay suficiente Espíritu eterno. Cristo se ofreció a Sí mismo como la ofrenda por el pecado mediante el Espíritu eterno. Por lo tanto, por causa del Espíritu lo que El realizó en la cruz es poderoso y eficaz. No obstante si predicamos acerca de la cruz sin el Espíritu, no tendremos el poder para mover a otros, ni para tocar su corazón ni su espíritu. Esto debe ser llevado a cabo por el Espíritu.
En Exodo 27 no se habla en detalle acerca del cerco. Sin embargo, los cuatro anillos son descritos claramente. No obstante, es un tanto misteriosa la manera en que estos anillos estaban conectados al enrejado fuera del altar y a la vez estar drento del mismo. Esto significa que aunque el Espíritu verdaderamente se manifiesta, también es misterioso. El Espíritu se manifiesta exteriormente, pero está conectado a algo dentro del altar. Los anillos estaban fuera del altar, pero estaban conectados al enrejado que estaba dentro de éste.
No podemos entender la muerte de Cristo completamente. Por un lado, el Espíritu se manifiesta; por otro, es misterioso, pues el Espíritu está relacionado con la redención de Cristo. Los cuatro anillos que representan al Espíritu eterno están conectados al enrejado, el cual representa el contenido interno de la redención de Cristo. Esto indica que el Espíritu Santo está conectado con el contenido interior de la redención que Cristo efectúa. Si en realidad tenemos la redención de Cristo, tenemos el Espíritu. El Espíritu está conectado a esta realidad. Es decir, si tenemos los cuatro anillos, tenemos el enrejado. Si tenemos el Espíritu eterno, también tenemos la redención completa de Cristo.
Estoy muy agradecido por el cuadro presentado en Exodo 27. A través de éste, podemos ver que el Espíritu eterno está involucrado con la redención completa que Cristo efectúa. ¿Qué es el enrejado? El enrejado es el contenido interno de la redención de Cristo. ¿Qué son los cuatro anillos? Los cuatro anillos son un tipo del Espíritu eterno, quien da eficacia a la redención de Cristo y quien es el poder para el mover de la cruz de Cristo. La palabra de la cruz es poderosa debido a que está unida con el Espíritu eterno. Cuando predicamos acerca de la cruz junto con la redención de Cristo, esta predicación debe estar conectada con el Espíritu eterno. Entonces tendremos en nuestra experiencia el enrejado, con los cuatro anillos, la redención de Cristo conectada al Espíritu eterno.
El altar viajó con el pueblo de Israel, por más de treinta y ocho años a través del desierto. Mientras cargaban el altar, el fuego dentro del mismo aún ardía. El fuego del altar ardía constantemente. Este fuego no tuvo su origen en la iniciativa humana. La Biblia nos dice que este fuego provenía del Señor (Lv. 9:24). Por tanto, era un fuego celestial que ardía continuamente a medida que el altar era llevado a través del desierto. Mientras el altar se movía, el fuego ardía. Esto indica que mientras se predica la redención realizada en la cruz por Cristo, el fuego arde. Dondequiera que el altar iba, el fuego ardía.
La movilidad del altar no dependía del fuego; dependía de los cuatro anillos. Esto significa que la movilidad del altar depende del Espíritu eterno. Sin embargo, que el fuego arda depende del fuego mismo y no del Espíritu. Debemos ver que hay dos cosas que suceden simultáneamente: el arder del fuego y el mover del Espíritu. Los cuatro anillos del altar están relacionados tanto con el arder como con el mover. Ya vimos que si no fuera por los anillos, el enrejado no se podría mantener en su lugar, a la mitad del altar. Para quemar algo sobre el altar se necesitaban los cuatro anillos para sostener el enrejado en su lugar. Además, para poder mover el altar también se necesitaban los cuatro anillos. El quemar y la movilidad dependían de los cuatro anillos.
En cuanto al cerco, también podemos decir que éste representa el poder fortalecedor que sostenía a Cristo mientras estaba bajo el juicio de Dios. Cristo fue sostenido por este poder mientras sufría el juicio de Dios en la cruz. La madera de acacia cubierta de bronce representa a Cristo en Su humanidad bajo el juicio de Dios. Sin duda alguna, en el momento de la crucifixión, el Señor Jesús necesitaba ser fortalecido, sostenido, cubierto y protegido. Creo que el cerco en el altar servía para esto.
Hemos visto que probablemente el cerco protegía la madera de acacia que estaba cubierta de bronce, del calor del fuego. Sin ninguna protección, indudablemente, la madera de acacia se hubiese carbonizado a causa del calor que se trasmitía a través del bronce. En el altar el fuego ardía constantemente, semana tras semana y mes tras mes. Es imposible que el calor no dañara la madera a menos de que ésta estuviese protegida de algún modo. Por lo tanto, creo que el cerco también tenía como propósito proteger la madera. Esta debe ser la razón por la cual Exodo 27 nos dice que el enrejado estaba debajo del cerco del altar. El hecho de que la madera de acacia podía resistir el ardor indica que Cristo, en Su humanidad, podía llevar el juicio de Dios.
Exodo 27:6 y 7 dicen: “Harás también varas para el altar, varas de madera de acacia, las cuales cubrirás de bronce. Y las varas se meterán por los anillos, y estarán aquellas varas a ambos lados del altar cuando sea llevado”. Las varas servían para mover el altar. Estaban hechas de madera de acacia cubiertas de bronce y representaban a Cristo como un hombre bajo el juicio de Dios. Estas varas se metían por los anillos lo cual representa el mover de la cruz por el Espíritu. Además, las varas a ambos lados del altar eran llevadas por hombres. Esto representa el mover de la cruz a través de la coordinación de los creyentes como el testimonio.
Las varas dentro de los anillos es una evidencia contundente de que el altar era llevado por hombres. Este no se ponía sobre una carreta ni era llevado por animales. El altar era llevado en los hombros de los hombres. En la actualidad los hombres deben predicar acerca de la cruz. No obstante, aquellos que la predican deben hacerlo en coordinación como un testimonio. Esta es la razón por la cual el Señor Jesús envió a los discípulos a predicar de dos en dos. Dos es el número para testimonio. En coordinación y como testimonio los creyentes llevan a cabo la redención de Cristo mediante el poder del Espíritu a los cuatro extremos de la tierra.
El versículo 8 dice: “Lo harás hueco, de tablas; de la manera que te fue mostrado en el monte, así lo harás”. El altar estaba hecho de tablas a fin de que fuera hueco y lo suficientemente grande para contener todos los utensilios del tabernáculo. Esto significa que la cruz de Cristo contiene todas nuestras experiencias de Cristo. La experiencia inicial de la cruz de Cristo al momento de nuestra regeneración es la base para todas las otras experiencias de Cristo que le siguen. Todas nuestras experiencias de Cristo están basadas en el principio de la cruz de Cristo.
La carga de este mensaje se relaciona con la necesidad del Espíritu tanto para el mover como para el arder. Es muy significativo e importante que Cristo haya llevado el juicio de Dios internamente más que externamente. Además, el Espíritu eterno está conectado con la plena redención de Cristo. El Espíritu es necesario interiormente para quemar y exteriormente para mover. Hoy día se debe predicar la cruz por medio de un Espíritu que arda y se mueva. Nosotros los que predicamos la cruz debemos ser personas que viven en coordinación, llevando el testimonio. Entonces estaremos calificados para llevar el altar de viaje por la tierra.
Todavía hoy se lleva el altar. Se quema interiormente y se mueve exteriormente. ¡Alabado sea el Señor por el enrejado, que representa el contenido interno de la redención de Cristo! ¡Alabado sea también porque tenemos el enrejado y los anillos! Tenemos el Espíritu eterno que arde y se mueve.
