Mensaje 106
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Lectura bíblica: Éx. 27:1-8
Cuando leemos el relato acerca del altar del holocausto en Exodo 27:1-8, parece que no tenemos mucho que decir acerca del altar. No obstante, mientras consideraba este asunto, me di cuenta de que en principio, debe haber algo muy importante en esto, ya que el altar es tipifica la cruz de Cristo.
En el Nuevo Testamento la revelación de la cruz no es conforme a nuestro entendimiento natural o humano. Si la cruz fuese presentada de esta manera, con toda probabilidad uno de los principales escritores del Nuevo Testamento; Pablo, Juan o Pedro, nos hubiese dado una larga definición del significado de la cruz de Cristo. Desde el punto de vista humano necesitamos de este tipo de explicación. Sin embargo, tal definición no se encuentra en el Nuevo Testamento. La revelación acerca de la cruz en el Nuevo Testamento es dada en fragmentos, esto es, en diferentes partes de la revelación, como piezas de un rompecabezas, se encuentran aquí y allá a lo largo del mismo. Por ejemplo, en Gálatas 2:20 vemos algo acerca de la cruz, y un poco más en Juan 12:24, 1 Pedro 2:24 y en Hebreos 2:14.
Los cristianos entienden muchos de los versículos relacionados con la cruz de una manera superficial. Por ejemplo, 1 Pedro 2:24 dice: “quien llevó El mismo nuestros pecados en Su cuerpo sobre el madero, a fin de que nosotros, habiendo muerto a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados”. Algunos predicadores citan a menudo la primera parte de este versículo, mencionando que Cristo llevó nuestros pecados en Su cuerpo sobre el madero. Sin embargo, no consideran los asuntos que aparecen en este versículo profundamente.
La cruz no se describe de una manera detallada ni en la tipología del Antiguo Testamento, ni en la revelación del Nuevo. Debe haber una razón para esta falta de detalles en cuanto a la cruz de Cristo.
Los cuatro anillos son un punto muy significativo en este relato de Exodo 27 acerca del altar. Al principio yo pensaba que debían haber dos grupos de anillos, unos por dentro del altar y otros por fuera. Como vimos anteriormente, el enrejado se encuentra dentro de la pared. No obstante, los cuatro anillos, los que tendrían que estar por fuera, estarían en las cuatro esquinas del enrejado. Por lo tanto, podemos pensar que había dos grupos de anillos: el primero a los extremos del enrejado por dentro de la pared, y el segundo por fuera para las dos varas. Esto sería posible si sólo tuviéramos la narración que se encuentra en 27:1-8. No obstante, en 38:5 y 7 dice claramente: “También fundió cuatro anillos a los cuatro extremos del enrejado de bronce, para meter la varas ... y metió las varas por los anillos a los lados del altar, para llevarlo con ellas”. A la luz de estos versículos, no podemos no podemos sostener la idea de que había dos grupos de anillos: uno por dentro y el otro por fuera. Sólo podía haber un grupo de anillos. Estos anillos estaban a los cuatro extremos del enrejado por dentro de la pared, no obstante, estaban por fuera para poder meter las varas.
Aún ahora, no sé como explicar esto. Las Escrituras no nos dicen cómo podían estar pegados del enrejado los anillos y al mismo tiempo estar fuera del altar. Sin embargo, mientras consideraba este asunto, la luz comenzó a brillar y se fue abriendo la revelación que se encuentra en el Nuevo Testamento acerca de la relación entre la obra redentora de Cristo y el Espíritu eterno. El Nuevo Testamento presenta algunos puntos importantes acerca de esta relación.
En los cuatro evangelios tenemos un cuadro del enrejado. Si deseamos comprender el enrejado, necesitamos entender los evangelios. ¿Conoce usted lo que nos presentan los cuatro evangelios? Los cuatro evangelios nos muestran un enrejado que nos redime, un enrejado donde se lleva a cabo la redención.
Luego en el libro de los Hechos tenemos al Espíritu como la definición para los cuatro anillos. Hechos 1:8 dice: “Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y seréis Mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”. Los cuatro anillos sirven para extenderse a las cuatro esquinas de la tierra.
Más adelante en las epístolas tenemos la definición de estos cuatro anillos. Según Hebreos 9:14, Cristo se ofreció a Sí mismo a Dios y llevó a cabo la redención mediante el Espíritu eterno. Por el Espíritu eterno se lleva a todos los confines de la tierra la redención que Cristo efectuó. A raíz de esto vemos que se necesita casi todo el Nuevo Testamento para definir el enrejado con los cuatro anillos.
Repetimos, el enrejado es presentado en los evangelios; la unión de los cuatro anillos con el enrejado se ve en Hechos; y en las epístolas siguientes vemos la definición de los cuatro anillos. Por ejemplo, 1 Corintios 15:45 revela que Cristo llegó a ser el Espíritu vivificante En las epístolas vemos al Espíritu mediante el cual Cristo llevó a cabo la redención todo-inclusiva.
¿Se da cuenta de cuál es la situación del cristianismo hoy día en cuanto al enrejado y a los anillos? La situación es ésta: los anillos han sido separados del enrejado. Los fundamentalistas tienen el enrejado sin los anillos; los pentecostales tienen una clase de anillos separados del enrejado. En el recobro del Señor, los cuatro anillos han sido unidos nuevamente al enrejado.
Sufrimos oposición, no por el enrejado, sino debido a nuestro testimonio respecto a los anillos. La oposició surge debido a nuestra enseñanza del enrejado. Saben que he dado mensajes acerca de que Cristo se hizo en semejanza de carne de pecado. En estos mensajes mencioné que en la cruz Cristo tomó la forma de la serpiente (Jn. 3:14). Algunos opositores distorsionaron mis palabras y me acusaron de enseñar que Cristo tenía la naturaleza de la carne caída. Tal acusación proviene de su ceguera. ¿Acaso estos opositores nunca se han fijado en la palabra contundente de Pablo en 2 Corintios 5:21? En este versículo Pablo dice que Cristo fue hecho pecado. En mis mensajes recalqué que según Romanos 8:3, Cristo tenía la semejanza de carne de pecado. Además, haciendo referencia a la serpiente de bronce levantada por Moisés, sobre una vara en el desierto, yo dije que la serpiente de bronce tenía la forma de una verdadera serpiente, pero esta no tenía la naturaleza venenosa. De igual modo, Cristo tenía la semejanza de carne de pecado, pero El no tenía la naturaleza pecaminosa. Aquellos que se oponen a esta verdad sólo tienen un entendimiento superficial de Cristo como nuestro Salvador y Redentor. No han sido iluminados por la Palabra para ver que Cristo tenía la semejanza de carne de pecado y hasta llegó a ser pecado.
Como ya dijimos la mayor oposición surge a raíz de nuestro testimonio de que Cristo ahora es el Espíritu vivificante todo-inclusivo. En cuanto a la mezcla, algunos han llegado a acusarnos de tener enseñanzas panteístas o de la deificación del hombre. Las acusaciones acerca de que Cristo sea el Espíritu vivificante incluyen a la Trinidad, la persona de Cristo y la mezcla. Todos estos asuntos están relacionados con los cuatro anillos, o sea, con el Espíritu.
En la actualidad muchos cristianos tienen un altar al que le falta la unión apropiada de los cuatro anillos con el enrejado. Algunos tienen el enrejado sin los cuatro anillos, pero otros tienen los anillos sin el enrejado. Los que tienen el enrejado sólo lo tienen de una manera superficial sin la unión de los anillos, y aquellos que sólo tienen los anillos tal vez tengan en realidad una clase de anillos incorrecta que no están unidos al enrejado.
Hemos dicho que el enrejado estaba colocado a la mitad del altar, entre la parte superior y el fondo. Esto quiere decir que había un codo y medio debajo del enrejado y un codo y medio sobre éste. Esto equivalía a la altura del arca del testimonio. Las dimensiones del arca eran dos codos y medio de largo y de ancho y un codo y medio de alto. Así que, la altura del arca era la mitad de este. Por lo tanto, el enrejado que representaba la plena redención todo-inclusiva estaba colocado al nivel de la altura del arca.
Encima del arca del testimonio estaba la cubierta del propiciatorio. Sobre ésta, todos los requisitos de la justicia, la santidad y la gloria de Dios eran satisfechos. Esto le permitía a Dios venir y tener comunión con el hombre sobre la cubierta del propiciatorio. Ya que los requisitos de Dios habían sido satisfechos, este lugar era llamado el trono de la gracia (He. 4:16). El hecho de que el enrejado del altar estaba al nivel de la cubierta del arca indica que la redención de Cristo fue llevada a cabo conforme al nivel de los requisitos de Dios. Había un codo y medio por encima y por debajo del enrejado. Esto indica que la redención de Cristo no fue llevada a cabo conforme a un nivel más bajo que el de los requisitos de Dios. Más bien fue llevada a cabo a un nivel que alcanzaba la altura de los requisitos de Dios. Además, el hecho de que medía un codo y medio encima del enrejado indica que la efectividad y la eficacia, de la redención de Cristo también están al nivel de los requisitos de Dios.
Repetimos que el altar del holocausto tiene una altura de tres codos divididos en dos secciones de un codo y medio cada una. El codo y medio por debajo del enrejado representa a Cristo, quien llevó a cabo la redención conforme al nivel elevado de los requisitos de Dios. El codo y medio por encima del enrejado representa la eficacia de la obra redentora de Cristo que también está al nivel de estos requisitos. Por lo tanto, tenemos dos asuntos cruciales: el Espíritu eterno y el nivel de los requisitos de Dios. Cristo se ofreció a Sí mismo para llevar a cabo la redención mediante el Espíritu eterno, y el nivel para este cumplimiento era el nivel de los requisitos de Dios. También el nivel de la eficacia de la obra redentora de Cristo equivale a la altura de los requisitos de Dios.
El Nuevo Testamento abarca dos asuntos: el Espíritu eterno y el nivel de los requisitos de Dios. La redención de Cristo es poderosa porque está unida al Espíritu eterno. Es efectiva porque fue llevada a cabo de acuerdo con el nivel de los requisitos de Dios y su eficacia corresponde a estos requisitos. Esta es la revelación acerca de la cruz de Cristo en el Nuevo Testamento.
Aunque el relato acerca del altar en Exodo 27 es simple y corto, es muy rico en significado espiritual. El significado del altar se ve en los cuatro anillos unidos al enrejado, y en la localización del enrejado a la mitad del altar. Debido a que estos puntos son importantes, son recalcados en la narración divina. Por el contrario, al cerco no se le da ninguna importancia.
Definitivamente creo que el cerco protegía las cuatro paredes del altar del calor del fuego que ardía en el enrejado. De lo contrario, la madera que estaba dentro de la capa de bronce se hubiese quemado con el fuego constante. Por esta razón, no creo que el cerco estuviese hecho de madera. Más bien, creo que estaba hecho de bronce.
El cerco que estaba a los cuatro lados del altar también limitaba el espacio para quemar. Ya que el altar medía cinco codos de ancho y de largo, el cerco podía medir medio codo de ancho a cada lado. Esto dejaba un área de cuatro codos por cuatro codos para quemar los sacrificios, lo cual permitía que algunos utensilios fueran guardados allí.
Aunque estoy bastante seguro del significado de los cuatro anillos, ciertamente no insisto en mi entendimiento del cerco. En cuanto a esto, simplemente hago una deducción, ya que no existen evidencias fidedignas en la Palabra escrita. No obstante, si el cerco no servía de protección, ¿cómo estaban protegidas las paredes del calor del fuego? Debía haber algún tipo de protección y esta protección debía ser proporcionada por el cerco.
Necesitamos tener mas entendimiento, mayor percepción, de la cruz y de la redención de Cristo según el Nuevo Testamento. Ya que la revelación acerca de la cruz está presentada pieza por pieza, no es tan fácil ver el cuadro completo. Sólo lo podemos ver cuando todas las piezas del rompecabezas están unidas. ¡Alabamos al Señor por ayudarnos a ver más acerca de la cruz!
Lo que entendemos con respecto a la cruz no debe ser sólo doctrina para nosotros. Necesitamos la experiencia verdadera de esto. ¡Aleluya, tenemos a Cristo y tenemos el Espíritu eterno! De hecho, Cristo mismo es el Espíritu eterno. En la cruz, El era el Cristo redentor. Sin embargo, en nuestra experiencia El es el Espíritu vivificante. Los cuatro anillos estaban estrechamente unidos al enrejado. Además, el enrejado y los anillos eran del mismo material, bronce. Por tanto, había una verdadera identificación del bronce del enrejado con el bronce de los anillos. Esto indica que el enrejado era idéntico a los cuatro anillos, es decir, que Cristo hoy es idéntico al Espíritu vivificante.