Mensaje 131
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Lectura bíblica: Éx. 28:36-43; 39:27-31
Hasta este punto hemos cubierto las vestiduras que solamente usaba el sumo sacerdote: el efod, las hombreras, el pectoral, y el manto largo con las granadas y las campanas de oro. El pectoral y las hombreras estaban agarrados del efod, y éste se ponía sobre el manto. Debajo del manto largo estaba la túnica, la cual era igual a la que llevaban los otros sacerdotes.
Exodo 28:36 dice: “Harás además una lámina de oro fino, y grabarás en ella como grabado de sello, SANTIDAD A JEHOVA”. Exodo 39:30 se refiere a esta lámina como “la lámina de la diadema santa de oro puro”. Levítico 8:9 también habla acerca de “la lámina de oro, la diadema santa”. La palabra hebrea traducida como lámina en 28:36 también se puede traducir como retoño (flor). Esta lámina es un retoño (flor), y ésta es una diadema santa. Esta lámina o diadema, se colocaba sobre la mitra (28:37).
La mitra que llevaba el sumo sacerdote era una especie de sombrero o tocado. El sumo sacerdote llevaba sobre su cabeza este tipo de cubierta hecha de lino. La lámina de oro puro se colocaba sobre la mitra, o sea la cubierta de la cabeza hecha de lino. Por lo tanto, la lámina y la mitra van juntas.
Según 28:40, las túnicas se hacían para Aarón y sus hijos. Esto indica que éstas eran tanto para el sumo sacerdote como para los otros sacerdotes. La túnica era un manto largo, posiblemente un poco más corto que el manto que usaba el sumo sacerdote. Para el sumo sacerdote esta túnica era un manto interno. Pero para los otros sacerdotes, era el externo, ya que no llevaban un manto largo sobre ésta.
Los versículos 39 y 40 también indican que el sumo sacerdote y los otros sacerdotes usaban cintos. El versículo 39 habla acerca de “un cinto de obra de recamador”. El versículo 40 dice que se harían cintos para los hijos de Aarón. Los versículos 42 y 43 hablan acerca de los calzoncillos que usaban Aarón y sus hijos: “Y les harás calzoncillos de lino para cubrir su desnudez; serán desde los lomos hasta los muslos. Y estarán sobre Aarón y sobre sus hijos cuando entren en el tabernáculo de reunión, o cuando se acerquen al altar para servir en el santuario, para que no lleven pecado y mueran. Es estatuto perpetuo para él, y para su descendencia después de él”. Estos calzoncillos de lino eran unos pantalones cortos, que les llegaban hasta la rodilla, a fin de cubrir su desnudez desde los lomos hasta los muslos. Por lo tanto, representan a Cristo quien cubre la desnudez de la carne caída. El hecho de que los usaran cada vez que servían indica que necesitamos que Cristo nos cubra cada vez que servimos como sacerdotes.
En 28:36 tenemos cinco cosas: la lámina, la mitra, la túnica, el cinto y los calzoncillos. El sumo sacerdote era el único que usaba la lámina de oro puro, pero todos los otros sacerdotes usaban las otras cuatro cosas. El sumo sacerdote usaba una túnica, el manto largo con las granadas y las campanillas, el efod, las hombreras, el pectoral y la diadema. Todos los otros sacerdotes usaban una túnica, una mitra, un cinto y los calzoncillos. En mensajes anteriores, estudiamos el significado del efod, las hombreras, el pectoral, y el manto con las granadas y las campanillas de oro. Todavía nos falta ver el significado de la lámina de oro que estaba sobre la mitra de lino. Además, necesitamos conocer el significado de las ropas que usaban los sacerdotes: la mitra de lino, el cinto, y los calzoncillos.
Si queremos entender el significado de todos los diferentes aspectos de las vestiduras sacerdotales, necesitamos ver el principio de que todas estas tienen como propósito de una expresión. Estas son señales, símbolos y expresiones. A medida que leemos cuidadosamente el relato acerca de las vestiduras sacerdotales y lo estudiamos, vemos que éstas son señales. Su único propósito no es la hermosura y la gloria, sino que significan, expresan y simbolizan algo más. Además, es importante que nos demos cuenta que 28:36-43 es la palabra final en cuanto a las vestiduras sacerdotales. Por lo general la palabra de conclusión nos da el significado exacto de alguna cosa. Cuando comenzamos a hablar acerca de algo, nuestro hablar tal vez no sea muy claro. Este principio se aplica a la descripción de las vestiduras sacerdotales en Exodo.
La conclusión del relato de las vestiduras sacerdotales incluye la santidad y la justicia. La santidad está claramente representada por la lámina de oro con la inscripción que dice: “SANTIDAD A JEHOVA”. Suponga que frente a usted se presentara un sacerdote con todas sus vestiduras. Vería el manto, el efod, las hombreras, el pectoral, y la mitra. Sobre la mitra tendría una lámina de oro con un grabado: “SANTIDAD A JEHOVA”. Seguramente se impresionaría con el asunto de la santidad. La santidad era la marca de las vestiduras del sumo sacerdote, hasta estaba grabado sobre la lámina de oro. Por lo tanto, la impresión de las vestiduras del sumo sacerdote era la santidad de Dios.
Segundo, la mitra, la túnica, el cinto, y los calzoncillos estaban hechos de lino. Conforme a la tipología de la Biblia, el lino representa la justicia. Por ejemplo, Apocalipsis 19:8 dice que el lino fino es la justicia de los santos, Por ende, la lámina de oro es una señal de santidad, y la mitra, la túnica, el cinto y los calzoncillos, todos hechos de lino, son una señal de justicia.
A medida que estudiamos las vestiduras que usaba el sumo sacerdote, vemos el oro en las hombreras, en el pectoral y en la lámina de la cabeza. El oro es el elemento principal de las hombreras y del pectoral. Pero es mucho más significativo que la lámina de la cabeza estuviese hecha completamente de oro. Otro elemento principal en las vestiduras sacerdotales era el lino. Como mencionamos, el oro representa la divinidad, y el lino representa la humanidad. Con la divinidad recibimos la impresión de la santidad, y con la humanidad, la de la justicia. La santidad no es un asunto de perfección sin pecado. Es más bien, la naturaleza divina. Por ende, la santidad siempre está relacionada con la divinidad. La justicia, sin embargo, es una virtud de la humanidad. La virtud humana más importante, la cual incluye todas las demás, es la justicia. Si usted no es una persona justa, no tiene ninguna otra virtud. Pero si es justo, su justicia incluirá otras virtudes. Tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo, se enfatiza la santidad y la justicia.
El Señor Jesucristo tiene dos naturalezas, la divinidad y la humanidad. Nosotros los que creemos en El también tenemos dos naturalezas, la humana y la divina. Tanto el Señor como nosotros tenemos la naturaleza divina para la santidad y la humana para la justicia. Por lo tanto, somos santos y justos, divinos y humanos. La santidad es el principal atributo divino, y la justicia es la principal virtud humana. En Efesios 4:24 Pablo dice que el nuevo hombre, la iglesia, es creado en justicia y en santidad de la realidad. Por un lado, somos santos en la naturaleza divina; por el otro, debemos ser justos en nuestra humanidad.
Luego de cubrir los asuntos de la santidad y la justicia, debemos continuar hablando acerca de los sacerdotes como tal. Los sacerdotes eran las personas más normales y apropiadas. Si como ser humano usted no es un sacerdote sirviendo a Dios, no es normal. Un ser humano apropiado es uno que es un sacerdote, uno que sirve a Dios. Si un abogado o un profesor no le sirve a Dios, no es una persona apropiada Si no somos sacerdotes que le sirven a Dios, somos anormales. Puede que se considere muy bueno, tal vez hasta excelente. Pero no importa cuan buenos podamos ser, sino somos sacerdotes somos impropios y anormales. ¡Alabado sea el Señor porque podemos declarar que somos los sacerdotes servidores de Dios! Esto significa que somos personas normales y apropiadas.
A fin de ser sacerdotes, debemos ser santos y justos. Esto quiere decir que debemos tener las virtudes de la santidad hacia Dios y la justicia hacia los hombres. Esta santidad y justicia están representadas por las vestiduras sacerdotales. Debemos preguntarnos a nosotros mismos que tipo de vestiduras estamos usando. Si somos sacerdotes, aquellos que son normales y apropiados, estamos usando la santidad y la justicia como nuestras vestiduras. Nuestras vestiduras sacerdotales son la santidad y la justicia.
La palabra de conclusión en la sección acerca de las vestiduras sacerdotales es que éstas son la expresión de la santidad y la justicia. Este es el significado de las vestiduras sacerdotales, y ésta es la expresión de una persona normal y apropiada, alguien que es un sacerdote sirviendo a Dios. Un sacerdote siempre usa la santidad y la justicia como sus vestiduras, la santidad en la naturaleza divina y la justicia en la humanidad.
Estudiemos ahora en más detalles la lámina que estaba sobre la mitra, la túnica, el cinto y los calzoncillos. La lámina de oro era una corona, una diadema santa. Esta era de oro puro; es decir, era de la naturaleza divina pura. La inscripción “SANTIDAD A JEHOVA” indica que todo el sacerdocio está santificado para el Señor. Por lo tanto, las vestiduras sacerdotales representan la santidad en la naturaleza divina. Los sacerdotes estaban separados para el Señor de todo lo que no fuera Dios. Este es el significado del grabado “SANTIDAD A JEHOVA”. Como ya mencionamos, ésta santidad es la expresión de la naturaleza divina. No obstante, debido a que les falta la revelación, muchos cristianos tienen un entendimiento diferente de la santidad, uno que está muy lejos de ser bíblico.
El versículo 37 dice: “Y la pondrás con un cordón de azul, y estará sobre la mitra; por la parte delantera de la mitra estará”. El hecho de que la lámina de oro se colocaba sobre el cordón de azul indica que estaba sostenida por una fuerza celestial. Una fuerza celestial sostiene la lámina de la mitra. Esto indica que la santidad genuina se relaciona con lo celestial. Cualquier cosa terrenal no es santa. Pero si algo es santo, debe ser celestial, ya que la santidad se relaciona con lo celestial.
El versículo 37 nos dice que la lámina de oro se ponía frente de la mitra. Esto significa una declaración. La lámina sobre la mitra que usaba el sumo sacerdote declaraba que el era santo para el Señor. Cuando el Señor Jesús estaba en la tierra, sobre su frente había una declaración a todos los ángeles, demonios, y al universo entero de que El es santo para Dios.
El versículo 38 dice: “Y estará sobre la frente de Aarón, y llevará Aarón las faltas cometidas en todas las cosas santas, que los hijos de Israel hubieren consagrado en todas sus santas ofrendas; y sobre su frente estará continuamente, para que obtengan gracia delante de Jehová”. Este versículo indica que Aarón llevaba la responsabilidad de santificar las ofrendas santas de los hijos de Israel a fin de que fueran aceptadas delante del Señor. Esto es difícil de entender.
Todos los hijos de Israel trabajaban la buena tierra y eventualmente cosechaban algún producto. La mejor decima parte del producto se llevaba a las fiestas y se ofrecía a Dios como ofrenda santa. El versículo 38 habla acerca de las ofrendas santas y no de sacrificios santos. Un sacrificio conlleva la redención y la remisión del pecado. Pero esto no es así con las ofrendas. Por ejemplo, si alguien le da un regalo, esto no quiere decir que éste lo haya ofendido y le quiera dar algo a fin de ser perdonado. No, una ofrenda o regalo tiene el propósito de comunión y es señal de una relación íntima.
Durante las fiestas, los hijos de Israel daban ofrendas por el pecado y por la transgresión. Pero de los cinco tipos de ofrendas principales, sólo dos estaban relacionadas con la redención o la remisión del pecado. Las otras tres: el holocausto, la ofrenda de harina, y la ofrenda de paz, eran para tener comunión con Dios. La ofrenda de paz hacía la paz con Dios, la de harina debía ser disfrutada y comida con Dios, y el holocausto era para la comunión completa con Dios. El término “santas ofrendas” significa paz, comunión y disfrute con Dios. En el momento de las fiestas, los hijos de Israel llevaban el mejor producto de la tierra para ofrecerlo a Dios a fin de de tener paz, disfrute y comunión con El. Estas eran las santas ofrendas.
Una porción de las santas ofrendas dadas a Dios se separaba para Su disfrute, y el resto era para el pueblo. Primero el pueblo trabajaba la tierra y recogían la cosecha. Luego llevaban la mejor decima parte del producto a la fiesta y la ofrecían a Dios para hacer la paz, tener disfrute y tener comunión con El. Parte de lo que se ofrecía se separaba para Dios; el resto era para la gente. La parte separada para Dios debía ser guardada completamente para El. No podía ser usada por nadie más, a excepción de ciertas partes designadas para los sacerdotes. Sólo los sacerdotes tenían el derecho a disfrutar de esta porción. Esta ordenanza, esta regulación debía ser cumplida estrictamente. Era la responsabilidad de Aarón, como el sumo sacerdote, atender este asunto. Si esa porción era tocada por cualquier otra persona que no fuera sacerdote, esto hubiese sido una transgresión seria. Hubiera sido una ofensa grande a los ojos de Dios, y el sumo sacerdote sería responsable de tal iniquidad.
Ahora podemos entender con más claridad el significado de las palabras “SANTIDAD A JEHOVA”. Aquí tenemos una santidad cuádruple. En primer lugar la gente trabajaba la tierra santa. Segundo, como resultado de su labor, cosechaban el producto santo. Tercero, se ofrecía un diezmo de este producto santo a Dios. Esto significa que el diezmo también era santo. Cuarto, la mejor decima porción se separaba para Dios: era santa para El. Los que no sirven a Dios como sacerdotes no pueden tocarla. Una parte de esto, se quemaba sobre el altar y se ofrecía a Dios para Su satisfacción; el resto era disfrutado por los sacerdotes. Los que no eran sacerdotes no podían disfrutar de esta porción, ya que era totalmente para el Señor. Esto es santidad absoluta, y este es el significado de “SANTIDAD A JEHOVA”.
¿Pueden ver estas cuatro etapas de santidad? Estas incluyen la tierra santa, el producto santo, el diezmo santo y la porción santa separada para Dios y Sus sacerdotes. Esta era la parte más santa. Por lo tanto, vamos desde el primer nivel de santidad, la tierra, al segundo, el producto santo; del segundo al tercero, el diezmo santo; y del tercero al cuarto, la porción separada para el Señor. El sumo sacerdote era responsable por esa parte más santa. Esa era absolutamente para Dios y para Sus sacerdotes. Cualquier otra persona que la tocara quebrantaría la ordenanza de la santidad de Dios. Dios hizo a Aarón responsable de tal quebrantamiento. Esto quiere decir que el sumo sacerdote debía guardar esa parte santa sólo para el Señor. Por esto, el usaba la lámina de oro que declaraba “SANTIDAD A JEHOVA”.
Como aquellos que han creído en Cristo, todos somos santos, los santos. Sin embargo, debemos preguntarnos en que etapa, o nivel de santidad estamos. ¿Es usted santo en el primer nivel o es santo en el segundo, tercero o cuarto nivel? ¿Tiene usted una santidad cuádruple o sencilla, doble o triple? ¿Se podría comparar su santidad con la tierra santa, el producto santo, o las ofrendas santas? Ya vimos que las ofrendas santas eran separadas para ser ofrecidas a Dios en las fiestas. En el momento de las fiestas, el pueblo de Dios disfrutaba de estas ofrendas santas. De estas la mejor porción se separaba para Dios y Sus sacerdotes. Ni siquiera todos los levitas podían participar de éstas. A medida que estudiamos los niveles de santidad, debemos darnos cuenta de dónde estamos hoy. Si, somos santos. Pero, ¿somos santos en la tierra santa? ¿con el producto santo? ¿con las ofrendas santas? o ¿con la mejor porción de las ofrendas separada absolutamente para Dios? Estas ofrendas santas están completamente bajo la responsabilidad de Cristo, nuestro Sumo Sacerdote. Debe haber la porción de santidad para el disfrute de Dios.
Cristo, como nuestro Sumo Sacerdote, lleva una grande responsabilidad. El es responsable de atender el nivel más alto de santidad. Vimos que las vestiduras sacerdotales en primer lugar representan la santidad en la naturaleza divina. Ahora esta santidad debe llegar al nivel más alto, es decir, debe progresar de la tierra santa, el producto santo, y las ofrendas santas a la ofrenda santa más elevada. Esta es la santidad más elevada siendo atendida por Cristo. Por lo tanto, El usa la lámina de oro que declara “SANTIDAD A JEHOVA”. El lleva la responsabilidad de hacernos santos no solamente en el primer, segundo o tercer nivel, sino en el cuarto también. El lleva la responsabilidad de llevarnos a una santidad cuádruple.
Exodo 28:39 dice: “Y bordarás una túnica de lino, y harás una mitra de lino; harás también un cinto de obra de recamador”. Aquí tenemos la túnica, la mitra y el cinto. La túnica de lino fino bordada representa la cubierta perfecta de la justicia en una humanidad que ha sido disciplinada. La mitra de lino fino representa la gloria de la justicia perfecta. El cinto de obra de recamador representa la fuerza de la obra de constitución efectuada por el Espíritu.
Los versículos 40 al 43 hablan acerca de las vestiduras de los sacerdotes. Los versículos 40 y 41 dicen: “Y para los hijos de Aarón harás túnicas; también les harás cintos, y les harás tiaras para gloria y hermosura. Y con ellos vestirás a Aarón tu hermano, y a los hijos con él; y los ungirás, y los consagrarás y santificarás, para que sean mis sacerdotes” (heb.). Las túnicas representan a Cristo experimentado como la hermosura; los cintos a Cristo experimentado como la fuerza; y las tiaras, a Cristo expresado como la gloria.
El versículo 42 dice en cuanto a los hijos de Aarón: “Y les harás calzoncillos de lino para cubrir su desnudez; serán desde los lomos hasta los muslos”. Estos versículos hablan acerca de la desnudez, en particular la parte del cuerpo de los lomos a los muslos. Esta puede ser considerada la parte más inmunda del cuerpo humano. La palabra “desnudez” denota a los seres humanos caídos, pecaminosos, e inmundos. Como pecadores, estamos desnudos. La palabra desnudos nos debe recordar la experiencia de Adán y Eva en el jardín del Edén. Luego de que pecaron, ellos vieron su desnudez. Conociendo que estaban desnudos “cosieron hojas de higuera y se hicieron delantales” (Gn. 3:7). Pero Dios vino para hacerles unas cubiertas: “Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió” (Gn. 3:21). Según la Biblia, la desnudez denota a los seres humanos que han llegado a ser pecaminosos a los ojos de Dios.
La mitra, la túnica, el cinto y los calzoncillos tienen relación con cubrir el ser caído de un sacerdote. La mitra cubre su cabeza, y la túnica cubre todo su cuerpo. El cinto servía para reforzar su cubierta. Aunque la túnica cubría los lomos y los muslos, los calzoncillos servían de doble cubierta para ésta parte del cuerpo. Los hombros y el pecho no necesitan de esta doble cubierta. Pero debido a que el área de los lomos y los muslos es tan inmunda, necesita ser cubierta de doble manera. Estas cubiertas de lino representan a Cristo como nuestra justicia para cubrir todo nuestro ser caído a fin de que podamos ser sacerdotes. Un sacerdote es una persona cubierta por Cristo completamente como su justicia.
La aspiración de Pablo era ser encontrado en Cristo, no teniendo su propia justicia que es por la ley, sino la que es por medio de la fe en Cristo, la justicia procedente de Dios basada en la fe (Fil. 3:9). Pablo no quería ser encontrado en ninguna otra cosa que no fuera Cristo como su justicia. Cristo era la mitra, la túnica, el cinto y los calzoncillos de Pablo. Cristo cubría la parte más inmunda de su ser caído.
El versículo 43 dice: “Y estarán sobre Aarón y sobre sus hijos cuando entren en el tabernáculo de reunión, o cuando se acerquen al altar para servir en el santuario, para que no lleven el pecado y mueran. Es estatuto perpetuo para él, y para su descendencia después de él”. Si un sacerdote no estaba vestido apropiadamente, llevaría pecado y moriría. El no llevar la vestimenta apropiada conlleva la muerte. El sacerdocio, por consiguiente, siempre debe mantenerse en la esfera de la vida. Debemos mantenernos alejados del ámbito de la muerte y ser guardados en una atmosfera de vida. Siempre que no estamos totalmente cubiertos completamente con Cristo, llevamos muerte.
Como seres humanos caídos necesitamos estar cubiertos. La desnudez significa que necesitamos a Cristo como la justicia para cubrirnos. No estoy de acuerdo con la práctica religiosa de que los ministros y los pastores usen mantos largos. Pero en un sentido espiritual estoy de acuerdo en tener todo nuestro ser cubierto con Cristo. Un sacerdote está cubierto completamente por Cristo y con El. Cristo es su mitra, túnica, su cinto y sus calzoncillos. Cristo es todo lo que necesitamos para cubrir todo nuestro ser.
Además, el Cristo que nos cubre también debe ser nuestro Sumo Sacerdote, nuestra marca, nuestro sello, y nuestra declaración de que somos santos para el Señor. En nuestra experiencia, el debe ser El que lleva la responsabilidad de hacernos santos de manera cuádruple y de guardarnos en santidad, sin ser tocados por ninguna otra cosa que no sea Dios. Con tal santidad en la divinidad y justicia en la humanidad, tenemos la expresión apropiada de una persona que vive ante Dios y le sirve. Todos debemos ser tales personas. Debemos ser sacerdotes vestidos con santidad y justicia.