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Mensaje 171

Los trabajadores del tabernaculo, el mobiliario, y las vestiduras sacerdotales

(2)

  Lectura bíblica: Éx. 31:1-11; 35:10-19, 30-35; 36:1-2

  En el mensaje anterior, empezamos a considerar los trabajadores del tabernáculo, el mobiliario, y las vestiduras sacerdotales. Vimos que en el libro de Exodo, Bezaleel era el arquitecto, un hombre lleno del Espíritu de Dios en sabiduría, inteligencia, conocimiento, y en todo arte. Enfatizamos el hecho de que la edificación de la morada de Dios, la iglesia, es una obra noble que todos los santos deben llevar a cabo. Cada uno de nosotros debe estar lleno del Espíritu de Dios en conocimiento, inteligencia, sabiduría, y en todo arte porque esta obra no puede ser llevada a cabo en nuestra vida natural o por nuestra capacidad natural. En este mensaje, seguimos y vamos a considerar los detalles relacionados con los trabajadores del tabernáculo, con el mobiliario, y con las vestiduras sacerdotales.

Para diseñar

  Leamos los versículos 4 y 5 “Para inventar diseños, para trabajar en oro, en plata y en bronce, y en artificio de piedras para engastarlas, y en artificio de madera; para trabajar en toda clase de labor”. En la obra de edificación, no usamos ni barro ni ladrillos. Usamos oro, plata, y bronce. Ya hemos visto que el oro representa la naturaleza de Dios, la naturaleza divina, que la plata tipifica la redención de Cristo, y que el bronce representa el juicio justo de Dios. Si deseamos edificar la iglesia, todos los santos deben saber cómo usar la naturaleza divina como oro, la redención de Cristo como plata, y el juicio justo de Dios como bronce. La mayoría de los cristianos contemporáneos no tienen ninguna posibilidad de edificar la morada de Dios, simplemente porque no conocen el oro, la plata y el bronce, y tampoco saben cómo usar estos materiales. Por la misericordia del Señor, aún los jóvenes en Su recobro pueden saber cómo usar el oro divino para la edificación de la iglesia en su localidad. Quizá sepan también cómo usar la plata y el bronce de una manera práctica para la edificación de la iglesia. Las hermanas jóvenes deberían usar también estos materiales para edificar la morada de Dios.

  El versículo 5 menciona el artificio de piedras para engastarlas. Aquí engastar equivale a edificar. Por tanto, engastar piedras sirve para la edificación. Tallar piedras para engastarlas significa ayudar a los santos a ser transformados en piedras y ser ajustados para caber en el edificio de Dios. Cada uno de nosotros debe saber cómo tallar piedras para engastarlas.

  Muchos obreros cristianos no saben cómo tallar piedras para el edificio de Dios, y me preocupa también el hecho de que algunos ancianos en las iglesias locales no sepan cómo tallar piedras para este propósito. No tengo la plena seguridad de que todos los ancianos de las iglesias locales de este país sepan cómo tallar piedras para engastarlas. Si todos esos ancianos pudiesen llevar a cabo esta obra, yo estaría muy feliz en el Señor, pero mi corazón está intranquilo por el hecho de que algunos ancianos no sepan cómo tallar piedras para la obra del edificio.

  Esta palabra acerca de tallar piedras para la edificación ilumina bastante y expone. Es una palabra de advertencia para todos nosotros. Aún las hermanas jóvenes deberían saber cómo tallar piedras para engastarlas. Cuando las hermanas jóvenes tienen comunión una con otra, deberían saber cómo ayudar a los demás a ser transformados y a caber en el edificio de Dios. Una hermana determinada habrá experimentado mucha transformación, sin caber todavía en el edificio. Por tanto, necesita ser tallada. Engastar correctamente unas piedras en la pared requiere siempre una labor de talla. Sin la talla, las piedras no podían caber en el edificio.

  Todos nosotros debemos recordar que no estamos labrando una casa o unos ladrillos; estamos tallando piedras preciosas, materiales transformados, para la edificación de la morada de Dios. Creo que la mayoría de los santos podrán entender mi palabra.

  En el versículo 5 “el artificio de madera” representa el trato con nuestra humanidad. No estamos destinados a ser ni ángeles ni espíritus. Dios nos ha diseñado como ser seres humanos con una humanidad apropiada, representada por la madera. La edificación de la iglesia requiere que los ancianos, los servidores, y todos los hermanos y hermanas, incluyendo a los jóvenes, sepan cómo “tallar” la humanidad. Es una manera de expresar el pensamiento de obrar en la humanidad de los santos para el bien del edificio de Dios. Todos debemos aprender a tener comunión, en las reuniones, y estar en contacto espiritual con los santos con el fin de labrar piedras para engastarlas, y tallar madera. El tallo de las piedras y de la madera sirve para edificar a la iglesia.

  Los hermanos y hermanas en las iglesias no deberían delegar la carga de edificar a la iglesia únicamente a los ancianos. No es justo dejarles toda la carga. Los ancianos no son magos. No podemos esperar de ellos que lleven a cabo toda la obra de edificación. Aparentemente casi todos los santos esperan de ellos que lo hagan de todos modos. Esto es un sueño. Ciertos hermanos proponen que se duplique el número de ancianos en su localidad. El que propone eso deja demasiada carga sobre los ancianos. Si usted sugiere que aumentemos el número de ancianos, yo le contestaría a usted que necesita llevar su parte de la carga como uno de los constructores. No espere que los ancianos hagan toda la obra de edificación. Si la iglesia en su localidad no está edificada, eso significa que muchos santos no llevan su parte de la obra de edificación. No culpe a los ancianos. Tengan la seguridad de que soy totalmente uno con los ancianos. Si ustedes quieren decir que los ancianos no han cumplido sus responsabilidades, primero deberían culparse a ustedes mismos por no llevar a cabo su propia responsabilidad. Les exhortaría a olvidar lo que los ancianos deberían hacer y preocuparse por llevar a cabo su propia obra de edificación.

  Durante varios años, he alentado a los santos a tomar responsabilidades e involucrarse al máximo en la vida de iglesia. Por ejemplo, si una hermana habla conmigo y se queja de que el baño de las damas debe ser aseado, la alentaría a que lo limpiara ella misma. Finalmente, aconsejaron a los santos con quejas a que no viniesen conmigo porque les pediría solucionar el problema ellos mismos. El punto es éste: todos tenemos una parte en la obra de edificación de la iglesia.

Para trabajar en toda clase de labor

  Aparte de la obra en oro, plata, y bronce, en labrar piedras y en tallar madera, la edificación de la morada de Dios requiere toda clase de labores, tales como el hilado, el tejido, el bordado, y el curtido de pieles de animales, etc... Son obras que producen virtudes más finas del carácter humano, con la humanidad elevada de Cristo, y son necesarias para edificar a la iglesia como morada de Dios.

EL ASISTENTE DEL ARQUITECTO

  El versículo 6 menciona el asistente del arquitecto Bezaleel: “He aquí que Yo he puesto con él a Aholiab, hijo de Ahisamac, de la tribú de Dan”. El nombre Aholiab significa “la tienda o el tabernáculo de mi padre”, o sea que alguien se preocupa enteramente por el tabernáculo de Dios. El nombre Ahisamac, el padre de Aholiab, significa un hermano de fuerza o de apoyo. Este asistente del arquitecto era un hombre destinado al tabernáculo de Dios, y disponiendo de fuerza y apoyo. No obstante, este asistente del arquitecto pertenecía a la tribú de Dan, la tribú de extracto inferior. El primer arquitecto, Bezaleel, pertenecía a la tribú de Judá. Judá era una tribú real, la tribu del Señor Jesús, pero el segundo arquitecto, Aholiab, procedía de la tribu más baja, la tribú de Dan. Esto indica que la obra de edificación debe incluir a todos, que procedan de extracto superior o inferior. Por muy elevado o inferior que usted sea, debe ser incluido en la obra de edificación, por ser uno de los hijos de Dios.

  Vemos el mismo principio en la edificación del templo de Salomón (2 Cr. 2:11-14). El arquitecto era el rey Salomón, de la tribú de Judá, pero su asistente procedía también de la tribú de Dan. Su extracto era todavía más inferior que el de Aholiab, porque era hijo de mujer Danita y de padre Tireo ¡Cuán maravillosa es la Biblia! En cuanto al levantamiento del tabernáculo y la edificación del templo, el arquitecto pertenecía a la tribu de Judá, una tribu real, y su asistente precedía de la tribu de Dan, una tribú inferior. No existe coincidencia aquí. Este arreglo corresponde a la soberanía de Dios.

  Exodo 35:34 indica que la tarea principal de Aholiab era enseñar. Sin duda, Aholiab era un hombre sabio, pero debe haber obtenido la mayoría de su conocimiento, comprensión y sabiduría, de Bezaleel. Después de recibir todo eso, enseñó a los demás. Aquí vemos una coordinación hermosa y agradable.

  Exodo 35:34 enseña que Bezaleel y Aholiab se dedicaron a enseñar, pero yo creo que la mayor parte de la enseñanza la llevó Aholiab. Eso indica que la edificación de la iglesia requiere una enseñanza adecuada. Necesitamos que algunos hermanos sean los Aholiab de hoy para enseñar a los santos lo que corresponde al edificio de Dios conforme al conocimiento, comprensión, sabiduría, y talentos recibidos por parte del arquitecto.

  Exodo 35:35 declara que Bezaleel y Aholiab estaban llenos de sabiduría de corazón para hacer toda clase de arte y de invención, y de bordado en azul, en púrpura, en carmesí, en lino fino. ¿Qué diferencia existe entre el artista o el inventor y el obrero? Creo que el artista o inventor poseee un don especial, mientras que un obrero hace su tarea con talento. Los obreros que bordaban, eran probablemente mujeres y trabajaban con el color azul, que representa los cielos; con el púrpura, que tipifica la realeza de Cristo; con el carmesí, que tipifica Su redención; y con el lino fino, que simboliza Su humanidad.

  Exodo 35:35 menciona también el telar, los que hacen toda labor, e inventan todo diseño. Vemos así que el edificio de la morada de Dios es un obra fina y detallada. El hecho de que se usen muchas palabras similares la descripción de los obreros indica que la obra de edificación de la iglesia es fina, delicada y detallada.

LOS OBREROS

Sabios de corazón

  Leamos Exodo 31:6b “ Y he puesto sabiduría en el ánimo de todo sabio de corazón, para que hagan todo lo que te he mandado”. El versículo 36:2 menciona también “todo varón sabio de corazón, en cuyo corazón había puesto Jehová sabiduría”. Estos versículos indican que todos los obreros del tabernáculo eran sabios de corazón. Todos recibieron sabiduría e inteligencia de Dios. Aquí no se menciona el conocimiento. La gente generalmente tiene conocimiento, pero necesitan además sabiduría y comprensión. Con sabiduría y comprensión, seremos sabios de corazón.

Animados por el corazón

  Exodo 36:2 revela que los obreros se sentían movidos al venir a la obra y trabajar en ella. Eso significa tener un corazón ardiente por el edificio de Dios. Este corazón ardiente nos motiva a participar en la edificación de la iglesia. Todos nosotros necesitamos ese corazón. Esta clase de corazón es un motor interior motivándonos a llevar a cabo la obra de edificar la morada de Dios.

LO QUE FUE EDIFICADO

  Exodo 31:7-11 nos proporciona una lista de lo que fue edificado. Leamos los versículos 7 a 9 “el tabernáculo de reunión, el arca del testimonio, el propiciatorio que está sobre ella, y todos los utensilios del tabernáculo, la mesa y sus utensilios, el candelero limpio y todos sus utensilios, el altar del incienso, el altar del holocausto y todos sus utensilios, la fuente y su base; ya hemos visto los detalles de cada uno de estos artículos”. Pueden consultar los mensajes anteriores al respecto. Es suficiente señalar lo siguiente: el arca del testimonio es Cristo como testimonio de Dios, la mesa indica que Cristo es el suplir de vida de los sacerdotes que sirven en el tabernáculo, el candelero de oro indica que Dios es la luz de vida dentro de la morada de Dios, y el altar de incienso muestra que Cristo es el intercesor con el cual nos debemos unir para ofrecer a Dios el incienso de oración con sal. Además, experimentar el altar del holocausto y todos sus utensilios significa experimentar a Cristo como la totalidad de las ofrendas que dirigimos a Dios, en la cruz.

  Leamos el versículo 10 “los vestidos del servicio, las vestiduras santas para Aarón el sacerdote, las vestiduras de sus hijos para que ejerzan el sacerdocio”. Este versículo indica que los obreros confeccionaban también las vestiduras de Aarón y de sus hijos. Estas vestiduras representan las vestiduras de Cristo y de todos Sus creyentes. Necesitamos las vestiduras de Cristo y de todos los servidores para edificar a la iglesia. Una vez más eso nos debe recordar cuánto necesitamos el conocimiento, la comprensión, y la sabiduría para la obra de edificación de la iglesia.

  El versículo 11 concluye: “ el aceite de la unción, y el incienso aromático para el santuario; harán conforme a todo lo que te he mandado”. El aceite de la unción, que representa el Espíritu todo-inclusivo y vivificante, es algo muy importante. He presentado muchos mensajes sobre el aceite de unción desde mi llegada a este país, pero las enseñanzas erróneas de algunos han tergiversado la verdad acerca del aceite de la unción. Esta situación persiste, y seguirá por algún tiempo, yo creo. No obstante, la verdad es la verdad, y el Señor ganará la victoria. La verdad puede ser escondida un tiempo, pero el velo será finalmente quitado y la verdad descubierta.

  Cuanto más hablo del Espíritu todo-inclusivo, más veo confirmado el hecho de que nuestras enseñanzas acerca del Espíritu corresponden a la revelación divina en la Palabra pura de Dios. Puedo testificar de eso. Por tanto, seguiremos presentando la verdad acerca del Espíritu todo-inclusivo, delante del pueblo de Dios. Que nuestros críticos consideren todas las cosas a la luz de la Palabra. Tengan la seguridad de que todos nuestros escritos acerca del Espíritu son redactados con cuidado y con consideración conforme a la Palabra pura de Dios.

  Hemos visto que si queremos llevar a cabo la obra de edificación de la morada de Dios, debemos estar llenos del Espíritu de Dios en conocimiento, inteligencia, sabiduría, y en toda labor. También debemos aprender a trabajar el oro, plata, bronce, a labrar piedras para engastarlas, y a tallar madera. La obra de edificación incluye a los que proceden de un extracto elevado o inferior. Ahora necesitamos ser sabios de corazón, recibir sabiduría e inteligencia de Dios, y ser movidos por nuestro corazón y llevar a cabo la obra noble de edificar a la iglesia, la morada de Dios en la tierra hoy en día.

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