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Mensaje 184

Erigen el tabernaculo

(1)

  Lectura bíblica: Éx. 40:1-38

  En este mensaje y en el siguiente concluiremos el Estudio-vida de Exodo, abarcando los versículos 1 al 38 del capítulo cuarenta.

  Exodo presenta la revelación dada por Dios acerca del tabernáculo y su mobiliario y proporciona instrucciones para hacer el tabernáculo y sus muebles. El capítulo cuarenta de Exodo presenta dos temas. El primero es el mandamiento de Dios en cuanto a la manera de erigir el tabernáculo y de colocar el mobiliario y los utensilios. El segundo muestra que Moisés actuó conforme al mandamiento de Dios. Por supuesto estos dos relatos son casi iguales. En realidad el libro de Exodo contiene cuatro relatos relacionados con el tabernáculo, su mobiliario y utensilios. En el mensaje anterior, recalcamos la razón por la cual la secuencia entre el relato de la revelación del tabernáculo y su mobiliario, y el relato que presenta instrucciones para erigir el tabernáculo y hacer su mobiliario es diferente. Quisiera recalcar ahora que en cada uno de estos cuatro relatos, lo más importante es el arca de testimonio.

DEL LADO DE DIOS Y DE NUESTRO LADO

  Hemos visto que la revelación del tabernáculo y su mobiliario empieza con el arca del testimonio. Dios inicia con el arca del testimonio y prosigue con el patio exterior. No obstante, en nuestra experiencia empezamos con el altar del holocausto y proseguimos hasta que alcanzamos el arca. Vemos aquí el contraste que existe entre el punto de vista de Dios y el nuestro, entre el propósito de Dios y el nuestro. Dios empieza con el arca del testimonio, y nosotros empezamos con el altar del holocausto.

  Si comparamos la epístola a los Romanos con la epístola a los Efesios, veremos también el contraste que existe entre el lado de Dios y el nuestro, entre Su meta y la nuestra. La epístola a los Romanos empieza con nosotros, con el hombre caído. Romanos uno proporciona detalles acerca de lo pecaminoso, y en Romanos tres vemos el altar, pero Efesios empieza con Dios. Podemos ver la intención de Dios desde el primer capítulo de Efesios. Esto significa que en Efesios 1 vemos a Cristo como el arca del testimonio.

  En cuanto al tabernáculo y su mobiliario, el libro de Exodo no empieza con nuestro lado para seguir con el lado de Dios. Empieza más bien con el lado de Dios y prosigue al nuestro.

  Dios está en los cielos y nosotros en la tierra. Preguntémonos cómo Dios puede llegar a nosotros, y no solamente cómo podemos alcanzarlo a El. A Dios no le resulta tan fácil llegar hasta nosotros. Algunos pensarán que por ser soberano y todopoderoso, Dios puede hacer todo lo que El desea y nos puede alcanzar fácilmente. Por supuesto, Dios es soberano y todopoderoso, pero debemos recordar que Dios no ésta fuera de la ley; más bien, El es un Dios de ley, regulaciones y orden. Por ser un Dios de orden, El no puede actuar en oposición a Su propia naturaleza. El no hará nada que sea contrario a Su manera justa. Para alcanzar al hombre, este Dios santo y justo debe actuar de una manera que corresponda a Su santidad y a Su justicia. Por tanto la justicia de Dios debe ser respetada y Su santidad honrada para que El baje de los cielos a la tierra, con el fin de llegar a nosotros. Esto significa que Dios no puede llegar a nosotros de una manera desordenada. La venida de Dios requiere numerosas etapas, o vueltas, desde el arca en el lugar Santísimo, hasta el altar en el patio exterior. Podemos comparar estas vueltas con las vueltas de un automóvil en la carretera. El conductor de un automóvil dará una vuelta a la derecha y luego a la izquierda, y todas estas vueltas son necesarias para llegar a su destino. Del mismo modo, el interior del tabernáculo consta de muchas vueltas

DIOS DESEA CONSEGUIR EL ARCA

  El libro de Exodo revela que la intención de Dios consiste en conseguir el arca. Aquí se refiere al arca del testimonio, y eso convierte el tabernáculo en tabernáculo del testimonio. El arca del testimonio en el tabernáculo del testimonio es lo que Dios desea conseguir, pero nosotros queremos una sola cosa: nuestra propia salvación. Nos preocupamos por nuestra salvación sin pensar en el testimonio de Dios. Nuestra salvación se encuentra en el altar, pero el testimonio de Dios está en el arca. La mayoría de los cristianos contemporáneos no tienen la menor idea de lo que es el testimonio de Dios. Se preocupan básicamente por su salvación. Si hablamos con ellos de otros temas en la Palabra de Dios, nos dirán: “¿Tiene eso algo que ver con mi salvación, esto determinará si voy a ir a los cielos?” Esto refleja el punto de vista de muchos cristianos. Los cristianos de hoy no se preocupan mucho del testimonio de Dios.

  ¿Sabe cual es el tema principal del libro de Apocalipsis, el último libro de la Biblia? Algunos cristianos contestarán que el libro de Apocalipsis es un libro de profecías que menciona una bestia saliendo del mar y de otra procediendo de la tierra. Ese no es el tema principal del Apocalipsis. En el primer capítulo de Apocalipsis, vemos el tema principal de este libro: El testimonio de Jesús. El tema del último libro de la Biblia es el testimonio de Jesús.

  Apreciemos una vez más este hecho maravilloso: la Biblia es verdaderamente la revelación divina. La mente humana no es capaz de concebir tal libro.

  El último de los sesenta y seis libros bíblicos nos habla del testimonio de Jesús. Este testimonio es el arca de Dios. Apocalipsis revela que el arca de Dios se consuma finalmente en un tabernáculo en la Nueva Jerusalén. La Nueva Jerusalén será el cumplimiento final de tabernáculo. La Nueva Jerusalén es la meta eterna de Dios.

  Al leer el libro de Exodo, debemos prestar toda nuestra atención al significado del arca del testimonio. Espero que todos los jóvenes vean la importancia del arca del testimonio en este libro. Al leer y estudiar la Palabra de Dios, no debemos dejar que nuestra mente natural, nuestra religión o cultura nos controlen. Nuestra preocupación principalmente no debe ser que recibamos alguna bendición de parte de Dios. Debemos ver que el deseo de Dios es el arca del testimonio en el tabernáculo de testimonio.

  En la revelación del tabernáculo y su mobiliario, primero se menciona el arca. El arca del testimonio ocupa también un lugar crucial en el hecho de hacer el tabernáculo y su mobiliario en los dos relatos que mencionan este asunto en el capítulo cuarenta. Hemos visto que el arca del testimonio representa a Cristo. El arca fue el primer objeto colocado en el tabernáculo. Por lo tanto, el arca es el objeto central del tabernáculo y de su mobiliario.

DOS COMIENZOS

  En Exodo 40:2 dice: “En el primer día del mes primero harás levantar el tabernáculo, el tabernáculo de reunión.” Dios le ordenó a Moisés que levantara el tabernáculo el primer día del primer mes del segundo año. Este es un hecho muy significativo. Sabemos que el primer mes del primer año era la época de la Pascua. Por lo tanto, transcurrió un año desde la Pascua hasta la erección del tabernáculo.

  En Exodo 12:14, vemos que el pueblo de Dios tuvo dos comienzos. El primer comienzo fue la Pascua, destinada a la salvación de los hijos de Israel. El segundo comienzo fue la morada de Dios. Estos dos comienzos son tipologías o signos muy claros. El primer comienzo consiste en ser salvo, en experimentar la Pascua, en que el juicio de Dios pase sobre nosotros. Todo cristiano auténtico ha experimentado este comienzo. ¿Pero que hay del segundo comienzo, el comienzo relacionado con la edificación de la morada de Dios? Queda patente que muy pocos cristianos están conscientes de la necesidad de tener este segundo comienzo.

  Cuando yo era joven, leí algunos libros acerca de la supuesta segunda bendición. Los cristianos pentecostales declaran que uno debe experimentar el bautismo del Espíritu Santo para conseguir esta segunda bendición. Ellos alientan a lo creyentes a buscar esta segunda bendición. Estos cristianos hacen hicapié en la vida interior yafirman que la segunda bendición es algo interno. Algunos de sus argumentos son: “Usted debe experimentar la cruz de Cristo. Si la experimenta, entonces se sentirá lleno de vida. Esta vida que lo llena en su interior es la segunda bendición.” ¿ Pero alguan vez escuchó hablar de una segunda bendición, de un segundo Abib, en el segundo año? El primer mes del calendario santo es llamado el mes de Abib, que significa espigas tiernas, y representa un comienzo nuevo y fresco en vida.

  Todos necesitamos dos comienzos, uno representado por la Pascua en Exodo 12, y el otro, por la erección del tabernáculo en Exodo 40. Este asunto es muy significativo. El segundo comienzo no está relacionado con el hecho de hablar en lenguas, ni tampoco con el hecho de estar lleno interiormente para llevar una vida interior. Tampoco se trata de la segunda bendición mencionada por algunos cristianos. Estos creeen que recibimos la segunda bendición al recibir la santidad. A partir del libro de Exodo, vemos que el segundo comienzo está relacionado con la edificación de la morada de Dios. Cuando experimentamos la edificación de la morada de Dios de una manera práctica en nuestra vida cristiana, entonces tenemos el segundo comienzo. ¿Cual es la morada de Dios hoy en día? La morada de Dios es la iglesia, llamada la casa del Dios viviente (1 Ti 3:15). La edificación de esta casa es el segundo comienzo, la auténtica segunda bendición, el comienzo que se produce en el primer día del primer mes del segundo año. ¡Me alegra tener la certeza de haber experimentado el segundo comienzo! Muchos hermanos que se reúnen con nosotros también tienen esta certeza. ¡Es toda una bendición! Este segundo comienzo con la edificación de la morada de Dios es muy superior al hecho de hablar en lenguas, de estar lleno interiormente, y de la santidad. No se puede comparar ninguna de estas cosas con la edificación de la morada de Dios, su iglesia.

  Al oir eso, algunas personas dirán: “Witness Lee siempre está hablando de la iglesia. Adondequiera que va, él enfatiza a la iglesia, porque ésta es su carga.” En realidad no estoy promoviendo mi “carga;” mas bien estoy promoviendo la carga de Dios. ¿Que vemos al final de Exodo? Vemos la morada de Dios. Vemos el tabernáculo que Dios ocupa y posee de una manera gloriosa para ser Su expresión. Vemos lo mismo al final de la Biblia. En los últimos capítulos del libro de Apocalipsis, vemos un tabernáculo, la Nueva Jerusalén, ocupada y poseída por Dios, de una manera gloriosa para Su expresión. En Exodo 40:34 vemos que “la gloria de Jehová lleno el tabernáculo,” y en Apocalipsis veintiuno vemos que la Nueva Jerusalén posee la gloria de Dios (Ap. 21:10-11). Tanto al final de Exodo como al final de Apocalipsis vemos la gloria de Dios llenando el tabernáculo, Su morada.

MOISÉS HIZO LO QUE LE MANDO EL SEÑOR

  Veamos Exodo 40:16: “Y Moisés hizo conforme a lo que Jehová le mandó; así lo hizo.” Vemos repetidas veces la expresión: “Conforme a todo lo que Jehová le mandó (vs. 19, 21, 23, 25, 27, 29 y 32). En mi juventud leí esta porción de la Palabra, y pensé que era demasiado repetitivo. Me parecía suficiente mencionar hasta el final que Moisés hizo todo conforme a lo que mandó Dios. No obstante, el hecho de que la expresión ”conforme a lo que Jehová le mandó" se repita, indica algo importante.

  El relato del capítulo cuarenta no es muy largo, pero proporciona muchos detalles. Primero vemos que “Moisés hizo levantar el tabernáculo, y asentó sus basas y colocó sus tablas, y puso sus barras, e hizo alzar sus columnas” (v. 18). Luego vemos que Moisés “Levantó la tienda sobre el tabernáculo, y puso la sobrecubierta encima del mismo”. (v. 19). Las cortinas fueron colocadas encima del techo, y la sobrecubierta fue colocada encima de las cortinas para formar el techo exterior. Por tanto, adentro las cortinas formaban el techo interior, y afuera la sobrecubierta formaba el techo exterior.

  Los versículos 20 y 21 hablan del arca: “Y tomó el testimonio y lo puso dentro del arca, y colocó las barras en el arca y encima el propiciatorio sobre el arca. Luego metió al arca en el tabernáculo, y puso el velo extendido, y oculto el arca del testimonio, como Jehová había mandado a Moisés.” El versículo 20 describe la cubierta del arca como el propiciatorio. Una versión usa la expresión “ asiento de misericordia.” El Nuevo Testamento enseña que el propiciatorio es el trono de gracia (He. 4:16), donde Dios se reúne con Su pueblo. Después de colocar el arca en el tabernáculo, se extendía el velo para cubrir el arca de testimonio.

SE NECESITA LA REALIDAD

  El versículo 22 revela que Moisés puso la mesa en el tabernáculo de reunión, al lado norte de la cortina, fuera del velo. Luego él puso los panes sobre la mesa. El pan sirve para nutrir. Al lado opuesto de la mesa, en el lado sur del tabernáculo, Moisés puso el candelero, y encendió las lamparas delante de Jehová. Después de eso, Moisés puso también el altar del incienso delante del velo. Entonces, siguiendo lo que el Señor le había mandado, él quemó sobre el altar incienso aromático. En este altar los sacerdotes podían orar e interceder por el pueblo de Dios.

  En el capítulo 40 de Exodo, se menciona el pan junto con la mesa; las lamparas junto con el candelero, y el incienso junto con el altar del incienso. Esto indica que no debemos tener una mesa sin pan, un candelero sin luz, o un altar de incienso sin incienso. En cuanto la mesa esta se colocaba en el Lugar Santo, y se le ponía pan encima. Del mismo modo, en cuanto el candelero estaba colocado frente a la mesa, y se encendían las lamparas. Además, cuando el altar del incienso estaba colocado delante del velo, se quemaba incienso encima de él. Todo aquel que entraba en el Lugar Santo podía ver el pan , y la luz y oler el incienso. Esto indica que en el recobro del Señor, no deberíamos tener cosas exteriores sin la realidad de las mismas. Por ejemplo, el bautismo debe ser acompañado de la realidad de la muerte y resurrección del Señor, y la mesa del Señor debe contener la realidad del Cuerpo de Cristo. Sin realidad, sólo tendremos formalismos vacíos.

TERMINAR LA OBRA

  Exodo 40:28 dice: “Puso asimismo la cortina a la entrada del tabernáculo.” Una vez colocada esta cortina, el tabernáculo estaba terminado. Por consiguiente, el versículo 30 prosigue y menciona el lavacro y el altar del holocausto, y el versículo 33, habla del atrio que fue erigido alrededor del tabernáculo, del altar y de la cortina colocada a la entrada del atrio. Luego el versículo 33 concluye con estas palabras : “Así acabó Moisés la obra.” En ese momento preciso, toda la obra de la erección del tabernáculo y del patio exterior estaba terminada. En el mensaje siguiente, el último mensaje del estudio-vida de Exodo, veremos que la nube cubría la tienda de reunión y que la gloria del Señor llenaba el tabernáculo.

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