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Mensaje 70

Las implicaciones, indicaciones y el significado de las ordenanzas de la ley

(1)

  Lectura bíblica: Éx. 20:24-26; 21:2, 13-14; 22:21-23, 25-27, 28

  Puesto que la Biblia es la revelación divina, no debemos leerla de manera superficial. Debemos buscar profundamente en la Palabra para sacar sus riquezas. Podemos encontrar muchas cosas preciosas en lo profundo de la Palabra. Puesto que muchas riquezas se encuentran debajo de la superficie, conocer la Biblia simplemente por palabras impresas no es suficiente. Debemos indagar en la Palabra y descubrir las cosas preciosas debajo de la superficie.

  Vengo de un país que produce el cristal de la más alta calidad. Un día, un amigo me mostró una piedra grande y redonda. El me dijo que dentro de ella se encontraba un cristal hermoso. Entonces él cortó la piedra y sacó el cristal que estaba escondido en ella. Podemos comparar la Biblia con esta piedra redonda que contiene cosas preciosas. En cada capítulo de las Escrituras, podemos encontrar cosas valiosas. Muchos diamantes están escondidos bajo la superficie de los capítulos veintiuno al veintitrés de Exodo. En este mensaje y en el siguiente, siento la carga de sacar estos “diamantes” y presentarlos al pueblo del Señor.

  El título de este mensaje usa tres palabras importantes: implicaciones, indicaciones, y significados. Estas palabras señalan tres aspectos de las riquezas que se encuentran en Exodo 21 al 23. En ciertos versículos, encontramos implicaciones; en otros, indicaciones; y en otros, significados. Si deseamos sacar las riquezas de estos capítulos, debemos considerar las implicaciones, indicaciones y significados de las ordenanzas de la ley presentada aquí.

I. LA PROMULGACION DE LA LEY CON TODAS SUS ORDENANZAS INDICA LA CAIDA DEL HOMBRE Y EL HECHO DE QUE EL HOMBRE VIVE EN UNA CONDICION CAIDA

  En el decreto de la ley con sus ordenanzas vemos claramente que el hombre está caído y que vive en esa condición. No podemos encontrar la expresión “caída” o “vivir en la caída” No obstante, palabras como contaminación, desnudez, cautiverio, homicidio, robo, codicia, y brujería señalan claramente la caída del hombre y también el hecho de que vive en una condición caída. Las ordenanzas relacionadas con estos asuntos describen la condición caída del hombre. Si el hombre no hubiera caído, ni hubiera vivido en una condición caída, Dios no hubiera tenido que dar estas ordenanzas. Si prestamos atención a palabras como contaminación, homicidio, mentira, e ídolos, podemos recibir iluminación y ver que el vivir del hombre en una condición caída está indicado. De esta manera, indagamos las profundidades de la Biblia.

  La ley con sus ordenanzas no fue dada a un pueblo inocente y puro. Al contrario, la ley fue dada a la humanidad caída, a gente que vivía en una condición caída. Debido a la caída del hombre y a que vive en esa condición, Dios necesitó venir y promulgar la ley con sus ordenanzas.

  En estos capítulos, vemos un cuadro de la condición caída del hombre. ¡Cuán oscuro está el escenario! Aquí vemos la contaminación, la desnudez, la brujería, la idolatría, el adulterio, la fornicación y la codicia. Detrás de todas estas cosas negativas se encuentra Satanás. Estos capítulos no mencionan a Satanás, pero su existencia detrás de las cosas negativas está implícito. Los demonios también están implícitos. La brujería involucra el contacto con los demonios. Sin demonios, no habría brujería. Por consiguiente, la palabra “brujo” implica la existencia de brujería y demonios.

  En estos capítulos, las ordenanzas implican también el hecho del pecado que mora en nosotros. En Romanos 7, Pablo habla de codicia, de avaricia de toda clase. Pablo aborrecía el pecado de avaricia, pero no tenía ninguna posibilidad de vencerlo. Cuanto más lo odiaba, más se activaba. Incluso Pablo dijo: “De manera que ya no soy yo quien obra aquello, sino el pecado que mora en mí” (Ro. 7:17). El hecho de que se menciona la avaricia implica el pecado que mora en nosotros. Además, este pecado que mora en nosotros en realidad es Satanás con su lujuría. Reconocemos que Exodo 21 al 23 no contiene ninguna referencia específica de Satanás. No obstante, a la luz de toda la revelación de las Santas Escrituras, podemos remontar el origen de la palabra avaricia al pecado que mora en nosotros, y este pecado a Satanás. Por consiguiente, el pecado que mora en nosotros está escondido detrás de la codicia, y escondido detrás del pecado que mora está Satanás, el diablo, con sus apetitos.

  Estos capítulos no solamente indican que el pecado que mora en nosotros; sino también de los pecados externos. El homicidio, la mentira, y el robo ciertamente son pecados. Por consiguiente, como lo vemos en la epístola a los Romanos, el pecado que mora en nosotros queda implícito y se indica claramente también los pecados externos. En Romanos, Pablo habla de los pecados en los capítulos uno al tres y del pecado que mora en nosotros en los capítulos cinco al ocho. Por el lado negativo, las ordenanzas en Exodo 21 al 23 señalan a Satanás, los demonios, al pecado que mora en nosotros, y a los pecados exteriores.

  En estos capítulos la descripción de los puntos por el lado negativo es algo oscuro y desolado. No obstante, el cuadro de los puntos por el lado positivo es resplandeciente y glorioso. Primero, estos capítulos revelan que Dios es amable y lleno de gracia, y que se preocupa mucho por nosotros. Como Aquel que tiene más gracia, El cuida de las viudas, de los huérfanos, y de los forasteros. Al preparar ciudades de refugio en las cuales podía huir una persona, El aún provee por el error que comete alguien que mata a otro sin quererlo. Además, Dios proporciona también la manera para que una persona que se haya vendido como esclavo puede ser liberada después de seis años. Todas estas ordenanzas nos muestran que Dios es amable, lleno de gracia, y amoroso, y que El se preocupa por la humanidad.

  En estos capítulos, tenemos también un cuadro de Cristo. Cristo es tipificado por los sacrificios (20:24-26). Con Cristo, por medio de El y por El, podemos adorar a Dios. Cristo no está destinado a los ángeles, sino al hombre caído. Las ordenanzas acerca de la adoración a Dios por medio del altar y de los sacrificios estaban destinadas al hombre caído y no a los ángeles. Cristo queda también implícito por la ciudad de refugio y por el sábado. Además, aún el año sabático es un cuadro de Cristo.

  La cruz de Cristo queda implícita por el altar que se menciona en el capítulo veinte. Este altar no es para los ángeles, sino para el hombre caído. Los ángeles son espectadores, observan a Cristo y a la cruz, pero nosotros somos participantes, lo disfrutamos a El y a la cruz.

  En estos capítulos, tenemos por el lado negativo, a Satanás, a los demonios, al pecado que mora en nosotros, y a los pecados exteriores. Por el lado positivo, tenemos a Dios, a Cristo, y a la cruz. También tenemos la redención, el perdón, la justificación y la reconciliación. Ciertamente, ninguna ley humana tiene estas implicaciones, indicaciones y significados. Como estudiantes de la Palabra de Dios, debemos considerar todas las implicaciones, indicaciones y significados que encontramos en estos capítulos.

II. EL ALTAR Y LOS SACRIFICIOS PARA LA ADORACION DE DIOS INDICAN QUE EL HOMBRE CAIDO DEBE SER REDIMIDO, ANIQUILADO Y REEMPLAZADO POR CRISTO Y lA CRUZ

  Exodo 20:24-26 enseña que el altar y los sacrificios para la adoración a Dios muestran que para adorar a Dios, el hombre caído debe ser redimido, aniquilado, y reemplazado. Dios requiere que el hombre lo adore por medio de un altar y con un sacrificio. Además, aquel que adora a Dios debe imponer su mano sobre la cabeza del sacrificio y así identificarse con él. Entonces el sacrificio se mataba y colocaba en el altar. Todo esto indica que el hombre caído debe ser redimido, aniquilado, y reemplazado por Cristo con Su cruz. Somos redimidos y aniquilados por el altar, pero somos sustituidos por Cristo.

  Antes de poder apreciar estos asuntos, debemos darnos cuenta de que somos pecadores, y que nuestro caso no tiene remedio. Si no fuésemos pecadores, no habría ninguna necesidad de ser redimidos por Dios. Si hubiera una solución a nuestro problema, Dios no exigiría que fuésemos aniquilados y reemplazados. El hecho de que necesitemos la redención, el aniquilamiento y el reemplazo, indica que somos pecaminosos, y sin remedio.

  Un hermano no debe esperar que su esposa mejore. Por el contrario, ha de reconocer que su caso no tiene solución. El debe darse cuenta de que la necesidad de ella no es mejorarse, sino ser aniquilada. Todos nosotros somos casos sin solución. Y el caso de nuestro marido o esposa es también un caso sin solución. Por tanto, debemos aceptar el hecho de que necesitamos ser aniquilados. Pero después de ser aniquilados por la cruz, entramos en resurrección, y entonces, podemos ser reemplazados por Cristo. Un hermano necesita ver que su esposa no puede mejorarse, pero sí puede ser reemplazada por Cristo. Del mismo modo, una hermana no debe orar para que el Señor mejore a su marido. Esta clase de oración es simplemente ética y religiosa. Por el contrario, ella debería decir: “Señor, Te doy gracias porque Tú puedes reemplazar mi marido contigo mismo. Te pido Señor que lo reemplaces a él”.

  El altar y los sacrificios implican la redención, el aniquilamiento y la sustitución. Además, como lo hemos indicado, la necesidad de redención indica que somos pecaminosos, y la necesidad de aniquilamiento indica que somos un caso sin esperanza. Cuando leo acerca del altar y de los sacrificios, veo a Cristo, mi sustituto, con Su cruz. Ahora puedo decir: “Alabado sea el Señor porque a pesar de ser pecaminoso, he sido redimido, y a pesar de no tener solución, puedo ser aniquilado y reemplazado. Señor, Te doy gracias porque el proceso de ser reemplazado por Ti sigue adelante, y un día, será completado. Llegará el día en que seré plenamente sustituído por Ti”.

III. LA LIBERTAD DE UN ESCLAVO EN EL AÑO SABATICO SIGNIFICA QUE EL HOMBRE CAIDO BAJO EL CAUTIVERIO PUEDE SER LIBERADO POR EL REPOSO DE DIOS

  La liberación de un esclavo en el año sabático significa que el hombre caído bajo cautiverio puede ser liberado por el descanso de Dios (21:2), el cual es Cristo. En Génesis, vemos que después de laborar seis días, Dios descansó el séptimo día. Por consiguiente, el sábado denota el descanso de Dios. En el séptimo año, un año sabático, un esclavo era liberado. ¡Qué buena noticia era eso para el esclavo! Un esclavo sabía que después de servir seis años, en el séptimo año, él estaría libre, y que por el descanso de Dios, él sería liberado.

  En la ordenanza que trata de liberar a los esclavos en un año sabático, vemos las buenas nuevas del Evangelio. La gente caída es esclava. En Romanos 7:14, Pablo se describe a sí mismo como “vendido al pecado”. Cada pecador se ha vendido a la esclavitud. No piense que usted ha sido esclavizado por otros. No, usted es esclavo de sí mismo. Usted se ha vendido a la esclavitud. Pero el evangelio declara las buenas nuevas: cuando Cristo, el descanso de Dios, se nos aparece, nuestra esclavitud está terminada, y somos libres. ¡Esto es verdaderamente una buena noticia!

IV. EL HOMICIDIO Y LA MENTIRA REPRESENTAN EL HECHO DE QUE EL DIABLO, LA FUENTE DEL HOMICIDIO Y EL PADRE DE MENTIRAS, OBRA EN EL HOMBRE

  El homicidio y las mentiras significan que el diablo, la fuente de homicidio y la fuente de mentiras, obra en el hombre caído (21:14; 23:1-2; Jn. 8:44; 1 Jn. 3:12). En Juan 8:44 vemos que el diablo es la fuente del homicidio y el padre de las mentiras. Esto indica que si tenemos el homicidio y las mentiras dentro de nosotros, el diablo está obrando dentro de nosotros. Puesto que el diablo obra en el hombre caído, es muy fácil que la gente mienta. Los niños mienten automáticamente, sin que se les enseñe a mentir. Podemos mentir no solamente en palabras, sino también en gestos y expresiones faciales. La mentira es una señal de que el diablo vive y obra en nosotros. Los hombres caídos son mentirosos porque según la vida natural, todos somos hijos del diablo.

  En realidad, Exodo 23:1 no usa la palabra mentira. Por el contrario, este versículo habla de dar un falso testimonio. El propagar rumores y dar falsos testimonios puede ser peor que la mentira.

  Mientras una persona tenga tendencia al homicidio y a la mentira, el diablo, la fuente de homicidio y el padre de mentiras obra en ella. Si remontamos el homicidio y las mentiras a su origen, encontraremos al diablo.

V. EL QUE MATA A UNA PERSONA ACCIDENTALMENTE REPRESENTA EL HECHO DE QUE A LOS OJOS DE DIOS EL HOMBRE CAIDO ES UN PECADOR POR ERROR, QUE PUEDE HUIR HACIA CRISTO

  Exodo 21:13: dice: “Mas el que no pretendía herirlo, sino que Dios lo puso en sus manos, entonces yo te señalaré lugar al cual ha de huir”. Esto indica que aquel que mata a otro por error tiene el derecho de huir a un refugio señalado por Dios. Esto indica que a los ojos de Dios, el hombre caído peca por error y que puede huir hacia Cristo. Cuando el Señor Jesús estaba en la cruz, El oró: “perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lc. 23:34). Esta oración abrió el camino para que Dios el Padre entrara y perdonara a los pecadores equivocados. Todos aquellos que pecan por error están calificados para huir hacia Cristo como su ciudad de refugio. ¡Cuán maravilloso es el hecho de que Dios nos mira a nosotros como aquellos que pecaron por error y nos provee a Cristo como nuestra ciudad de refugio!

  ¿Peca usted por error, o voluntariamente? Su arrepentimiento hacia Dios indica que usted peca por error. Si usted fuese un pecador voluntario, ¿Por qué se arrepentiría? El arrepentimiento significa que usted confiesa que está equivocado y que lo lamenta. Todo pecador que se arrepiente peca por error, y puede ser perdonado por la gracia de Dios.

  Según 21:14, una persona que mató a otra voluntariamente debería morir. Veamos este versículo: “Pero si alguno se ensoberbeciere contra su prójimo y lo matare con alevosía, de mi altar lo quitarás para que muera”. Esto indica que los pecadores voluntarios deben morir. Mueren porque se niegan a arrepentirse. El hecho de que cierta persona no se arrepiente indica que no peca por error, sino voluntariamente. Si una persona se arrepiente, Dios considerará que ha pecado por error y la perdonará. Esta persona puede huir hacia Cristo. No obstante, si alguien rechaza el evangelio y no se arrepiente, Dios lo considerará como un pecador voluntario, como alguien destinado a morir. El arrepentimiento es lo que determina si un pecador es pecador por error; si no se arrepiente, es un pecador voluntario.

  En 21:13 y 14, vemos un asunto precioso relacionado con Cristo. Cristo está implícito en 21:13. El fue entregado en manos de pecadores por error. Si Dios no hubiera entregado al Señor Jesús en manos de los judíos y de los romanos, el Señor no hubiera sido crucificado. Después de que Dios lo entregara en manos de aquellos que lo crucificaron, el Señor Jesús oró por las personas a las cuales El fue entregado. El pidió al Padre que los perdonara, porque no sabían lo que hacían. Parece que Dios el Padre contestó: “Sí, fui Yo el que Te entregué en manos de ellos. Ahora estoy listo para contestar tu oración y perdonarlos”. Por tanto, según lo indica 21:13, Cristo es Aquel que fue entregado en manos de pecadores por equivocación y que fue muerto por ellos. Nosotros matamos a Cristo, pero lo matamos por error. Dios nos entregó a Cristo en Su soberanía, y nosotros lo matamos por error. Por consiguiente, 21:13 no indica solamente a Cristo, sino que lo señala a usted y a mí. Según este versículo, nosotros los que matamos a Cristo por error ahora podemos huir hacia El como nuestra ciudad de refugio.

  Saulo de Tarso fue una persona que mató a Cristo por equivocación. Cuando él perseguía a los creyentes, el Señor Jesús se le apareció y le dijo: “Saulo, Saulo ¿por qué me persigues”? (Hch. 9:4). Según Saulo, él estaba persiguiendo a Esteban y a otros creyentes, y no al Señor Jesús. El simple hecho de que Saulo preguntara quién era el Señor implica que él lo estaba persiguiendo por error. El no se dio cuenta de que estaba equivocado. Por esta razón, él pudo decir de sí mismo en Primera de Timoteo 1:13 “habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador; mas me fue concedida misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad”. Por ignorancia y equivocación, Saulo persiguió a los creyentes y blasfemó en contra de Dios. Pero Dios lo perdonó y le abrió la puerta hacia Cristo como ciudad de refugio. Este es el evangelio. ¡Qué buena nueva el hecho de que los pecadores por equivocación pueden huir hacia Cristo!

  Exodo 21:13 es el único versículo bíblico que indica que Dios entregó al Señor Jesús en manos de personas que pecaron por equivocación. En Hechos 2:23, vemos que Cristo fue entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, y Romanos 4:25 afirma que El fue entregado por nuestras ofensas. No obstante, estos versículos no dicen a quienes fue entregado. Sólo en 21:13 vemos que Dios entregó al Señor Jesús en nuestras manos para que muriera por nuestras culpas.

VI. EL ROBO SIGNIFICA QUE EL HOMBRE CAIDO NO ESTA SATISFECHO CON EL ARREGLO SOBERANO DE DIOS E INTENTA CONSEGUIR GANANCIA MALIGNA AL TRANSGREDIR LAS REGULACIONES DE DIOS

  El robo significa que el hombre caído, así como Satanás, no está satisfecho con el asrreglo soberano de Dios, e intenta conseguir ganancia maligna al transgredir las regulaciones de Dios (22:1-5). Quizá, en Su arreglo, Dios no le asigne muchas riquezas a usted. Por el contrario, El arregla las cosas para que usted sea pobre. ¿Está usted satisfecho con las circunstancias en las cuales Dios lo ha colocado? En caso de que usted no esté satisfecho, quizá decida robar, transgredir las regulaciones de Dios para conseguir ganancias malignas. La Biblia enseña que el robo está totalmente condenado por Dios. No obstante, en sí mismo, el robo no es siempre grave. Lo grave acerca del robo es que transgrede las regulaciones de Dios.

  Todos debemos estar satisfechos con el arreglo soberano del Señor en nuestras circunstancias. Dios es nuestro creador y somos sus criaturas; por esta razón, debemos estar satisfechos con las circunstancias que El nos asigna. Si estamos satisfechos, no quebrantaremos las regulaciones de Dios. Robar significa no estar satisfechos con la asignación divina y quebrantar las regulaciones divinas. En el pasado, supe de algunas mujeres chinas que robaban las agujas de coser de otros miembros de la familia cuando no tenían agujas. En principio, no eran mejores que los asaltantes de bancos. En ambos casos, los que robaban no estaban satisfechos con el arreglo soberano de Dios, sino que quebrantaban Sus regulaciones.

VII. LA CODICIA REPRESENTA LA NATURALEZA LUJURIOSA DE SATANAS QUE SE CONVIERTE EN EL PECADO QUE MORA DENTRO DEL HOMBRE CAIDO PARA AMORTECER SU CUERPO

  Las ordenanzas acerca de la codicia (22:7-15) significa que la naturaleza lujuriosa de Satanás se ha convertido en el pecado que mora dentro del hombre caído y amortece su cuerpo (Ro. 7:8, 17, 20, 24). En Romanos 7, Pablo nos dice que él no pudo acabar con el pecado de codicia dentro de él. Finalmente, él describe a la codicia como un pecado que mora en nosotros. El no lo consideraba simplemente una cosa o un asunto, sino una persona, incluso Satanás personificado. En realidad, el pecado de avaricia es la naturaleza lujuriosa de Satanás. Por ser todos pecadores caídos, somos dados a la codicia. El robo proviene de la codicia. Si una persona no codiciara nada, nunca robaría. La codicia es la naturaleza lujuriosa de Satanás que mora dentro de nosotros. Por consiguiente, cuando somos glotones o avaros, debemos darnos cuenta de que eso es la consecuencia de la operación de Satanás como pecado que mora en nosotros.

VIII. EL ADULTERIO REPRESENTA LA NATURALEZA PECAMINOSA DE SATANAS QUE CORROMPE AL HOMBRE, LO CONFUNDE Y LO HACEO QUEBRANTAR LAS REGULACIONES DE DIOS

  Las ordenanzas acerca del adulterio (22:16-17, 19) significan que la naturaleza pecaminosa de Satanás obra en el hombre para corromperlo, y confundirlo al quebrantar las regulaciones de Dios en cuanto a las relaciones que el hombre debería tener con Dios, con la gente, y con las demás cosas. Según Jacobo 4:4, el amor por el mundo convierte a una persona en un adultero, pues trae confusión a nuestra relación con Dios.

  Así como una esposa no debe amar a un hombre que no sea su marido, tampoco debemos amar nada que no sea Dios. Esto es fornicación. Según Apocalipsis 17, la iglesia degradada es llamada prostituta. La iglesia debe amar solamente a Cristo; sin embargo, la iglesia degradada ama muchas cosas y no a Cristo. Por esta razón, la iglesia caída no solamente se convierte en adúltera, sino también en fornicadora, prostituta. Si una esposa se involucra con alguien que no es su marido, eso es adulterio. Pero si ella se involucra con muchos otros, eso es fornicación. Por consiguiente, la fornicación es más grave que el adulterio. La iglesia caída no es solamente adúltera sino también fornicadora, y por esta razón es llamada prostituta en Apocalipsis 17.

  A los ojos de Dios, la tierra hoy en día está llena de fornicación, de confusión. El hombre está confundido en su relación con los demás y con muchas cosas. La Biblia enseña que la fornicación se refiere al hecho de estar equivocado y confuso en nuestras relaciones. Por ejemplo, el no mantener una relación correcta con el gobierno es fornicación.

IX. LOS FORASTEROS, LAS VIUDAS, LOS HUERFANOS Y LOS POBRES REPRESENTAN AL HOMBRE CAIDO QUE LLEGA A SER FORASTERO A LA BENDICION DE DIOS, UNA VIUDA SIN CRISTO COMO MARIDO, UN HUERFANO SIN DIOS COMO PADRE, Y UN POBRE DESPROVISTO DE LAS RIQUEZAS DE DIOS

  Las ordenanzas acerca de los forasteros, viudas, huérfanos, y pobres significan que el hombre caído se ha convertido en extranjero a las bendiciones de Dios, una viuda sin Cristo como marido, un huérfano sin Dios como padre, y el pobre queda desprovisto de las riquezas de Dios (22:21-27; 23:9). Efesios 2:12-19 indican que antes éramos extranjeros y advenedizos. ¿No era usted un extranjero para Dios antes de ser salvo? ¿No era usted una viuda y un huérfano, y no está también entre los pobres? Esta es la situación de los que no son salvos hoy en día. Pero Dios es un Dios que cuida a los extranjeros, viudas, huérfanos, y a los pobres.

X. LA SUMISION A DIOS Y A SU AUTORIDAD SIGNIFICA LA SUMISION DE LA NATURALEZA REBELDE DE SATANAS DENTRO DEL HOMBRE

  Las ordenanzas que requieren sumisión a Dios y a Su autoridad representan el sometimiento de la naturaleza rebelde de Satanás dentro del hombre (22:28). Por ser rebeldes, debemos ser sometidos, y debemos someternos a la autoridad delegada de Dios. La rebelión es una actividad de la naturaleza rebelde de Satanás. Este elemento rebelde dentro de nosotros debe ser sometido.

XI. LLEVAR EL GANADO PERDIDO A SU ENEMIGO Y AYUDAR AL QUE NOS ABORRECE CON SU ANIMAL CARGADO REPRESENTA A CRISTO, QUIEN LLEVA LAS COSAS PERDIDAS DE LA VIDA (GANADO) AL HOMBRE CAIDO Y LO AYUDA PARA ALIVIAR SU CARGA

  En 23:4 y 5, las ordenanzas representan a Cristo que lleva las cosas perdidas de la vida al hombre caído y lo ayuda a aliviar su carga. Estas ordenanzas significan también que debemos reconciliarnos a nosotros mismos, por la vida de Cristo, con nuestros enemigos y con los que nos aborrecen. Como pecadores, perdimos todo lo relacionado con la vida. Pero Cristo vino y restauró todas las cosas de la vida. El también ha venido a liberarnos de nuestra carga. ¿No ha hecho Cristo estas cosas por usted? ¿No le ha restaurado los asuntos de vida ni lo ha liberado de su carga pesada? ¡Alabado sea el Señor por haber hecho esto!

  Estas ordenanzas significan también que, por la vida de Cristo, debemos reconciliarnos con nuestros enemigos y con los que nos aborrecen. Si un israelita veía que el animal de su enemigo sufría bajo su carga, él debía dejar lo que hacía y ayudar a liberar el animal. Supongamos que usted ve a su enemigo con su automóvil descompuesto. ¿Estaría dispuesto a detenerse para ayudarlo? En principio, Cristo ha hecho esto con nosotros. Ahora debemos hacer lo mismo por otros, mediante Su vida.

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