Mostrar cabecera
Ocultar сabecera
+
!
NT
-
Navega rápidamente por los libros de vida del Nuevo Testamento
AT
-
Navega rápidamente por los libros de vida del Antiguo Testamento
С
Чтения
Marcadores
Mis lecturas


Mensaje 95

La cubierta del tabernaculo

(1)

  Lectura bíblica: Éx. 26:1-14; 36:8-13

I. LA PRIMERA CAPA DE LA CUBIERTA

  Exodo 26:1 y 6 hablan acerca del tabernáculo. El versículo 1 dice: “Harás el tabernáculo de diez cortinas de lino torcido, azul, púrpura y carmesí”. La última parte del versículo 6 dice: “Y se formará un tabernáculo”. En este mensaje comenzaremos a estudiar las cuatro capas de la cubierta del tabernáculo. La primera capa, la capa interna, estaba hecha de diez cortinas de lino fino torcido.

  La mayoría de las traducciones usan la palabra tabernáculo en los versículos 1 y 6 del capítulo veintiséis. Sin embargo, algunas versiones usan la palabra tienda. De hecho, el tabernáculo era una tienda. Una tienda es una morada temporera y móvil usada principalmente para acampar. De acuerdo con el relato de la Biblia, el tabernáculo, o sea, la tienda de Dios, no tenía piso. Ya que el tabernáculo era portátil, estaba levantado sobre el suelo. Por cuarenta años, los hijos de Israel acamparon en el desierto, y Dios acampó con ellos. El pueblo de Dios levantaba sus tiendas alrededor del tabernáculo. En los primeros capítulos de Números vemos que las doce tribus acampaban en cuatro direcciones alrededor del tabernáculo. De tal modo que en el desierto tanto Dios como el pueblo vivían en tiendas.

  En 26:1 vemos que se usaban diez cortinas para hacer la tienda de Dios, el tabernáculo. El versículo 2 da las dimensiones de las cortinas: “La longitud de una cortina de veintiocho codos, y la anchura de la misma cortina de cuatro codos; todas las cortinas tendrán una misma medida”. Estas diez cortinas estaban agrupadas en dos grupos de cinco cortinas cada uno. El versículo 3 dice: “Cinco cortinas estarán unidas una con la otra, y las otras cinco cortinas unidas una con la otra”. En el versículo 4 la “primera unión” se refiere a las primeras cinco cortinas, y la “segunda unión” al segundo grupo de cinco. El versículo 4 dice: “Y harás lazadas de azul en la orilla de la última cortina de la primera unión; lo mismo harás en la orilla de la cortina de la segunda unión”. La última cortina en cada grupo se refiere a la orilla de la misma. Los versículos 5 y 6 indican como estos dos grupos estaban unidos: “Cincuenta lazadas harás en la primera cortina, y cincuenta lazadas harás en la orilla de la cortina que está en la segunda unión; las lazadas estarán contrapuestas la una a la otra. Harás también cincuenta corchetes de oro, con los cuales enlazarás las cortinas la una con la otra, y se formará un tabernáculo”. Cuando los dos grupos se unían, se obtenía una sabana grande que medía cuarenta codos por veintiocho codos. Cuando se levantaba el tabernáculo, esta sabana de cortinas de lino se tendía sobre las tablas en pie. Entonces la sábana de lino formaba una tienda.

  El tabernáculo como tal tenía treinta codos de largo y diez codos de alto y de ancho. Vimos que la sábana de lino medía cuarenta codos por veintiocho codos. Esto indica que había una colgadura en la parte de atrás y a los lados del tabernáculo. (No había una colgadura al frente, ya que esa era la entrada del tabernáculo.) Por lo tanto, había una colgadura de diez codos atrás del tabernáculo y de nueve codos a cada lado. En la Biblia el número nueve no se compone de cuatro más cinco, sino de tres veces tres. Esto demuestra al Dios Triuno en resurrección. Cuando visualizamos la sábana de lino tendida sobre las tablas en pie, podemos ver una tienda con una superposición a los lados y en la parte de atrás.

A. Tipifica la humanidad de Cristo

  La primera capa de la cubierta, o sea, las diez cortinas de lino fino, tipifica la fina humanidad de Cristo. También podemos decir que tipifica a Cristo como un hombre fino y perfecto.

B. Diez cortinas

  El número diez en la Biblia representa la perfección y lo completo del ser humano, un ser completo sin defecto. Nuestros diez dedos también demuestran esto. Si tuviésemos cuatro dedos en una mano y cinco en la otra, tendríamos un defecto en lugar de estar completo. Además, Dios le dio al hombre los Diez Mandamientos. Estos mandamientos fueron dados al hombre para su perfección y para completarlo. Es significativo que Dios no le dio nueve mandamientos u once, sino que le dio diez a fin de representar la perfección humana.

  Además, el número diez se compone de cinco veces dos. Cinco es el número de responsabilidad y dos es el número de testimonio. Por lo tanto, cinco veces dos representa dos veces la responsabilidad a fin de tener un testimonio. Como dijimos anteriormente, el número cinco se compone de cuatro más uno. El número cuatro representa a la criatura, y el uno representa a Dios, el único Creador. Así que, Dios más el hombre equivale a cinco, el número de responsabilidad.

  Las diez cortinas tipifican a Cristo como un hombre, que es perfecto y completo. En El no hay defecto ni deformación. Como lo tipifican las diez cortinas, Cristo es hombre perfecto y completo.

  Vimos que en el tabernáculo había un excedente de cortinas a cada lado. Sin duda alguna, este excedente era balanceado; era igual a ambos lados. Un ejemplo de este excedente balanceado pueden ser las partes de nuestro cuerpo físico, las cuales están ordenadas en pares. Tenemos dos ojos, dos orejas, dos hombros, dos brazos, dos manos, dos piernas y dos pies. En todo lo que hacemos: ver, oir, sentarnos, pararnos y caminar debe haber un par. Por ejemplo, si tuviésemos un solo pie, no podríamos caminar apropiadamente. En lugar de caminar paso a paso, tendríamos que saltar en un pie. De igual modo, si sólo tuviésemos una oreja, sería difícil escuchar. Como un hombre completo y perfecto, Cristo tiene un excedente balanceado, que es igual a ambos lados.

  Dijimos que la sábana de lino que colgaba a cada lado tenía un largo de nueve codos. También vimos que el número nueve representa al Dios Triuno en resurrección. El Señor Jesús es un hombre verdadero, pero Su excedente es el Dios Triuno en resurrección. Además, este excedente no está desproporcionado ni se inclina hacia un lado; por el contrario, es uniforme y balanceado de todas formas.

  Debemos recordar que las diez cortinas de lino representan a la humanidad de Cristo y que el excedente representa al Dios Triuno en resurrección. Esto revela que en Su humanidad Cristo expresa al Dios Triuno en resurrección. Los cuatro evangelios registran que durante el curso de Su vida en la tierra, el Señor Jesús fue un hombre perfecto y completo con un excedente balanceado. Hasta Su excedente revela que El es un hombre, pero un hombre que expresa al Dios Triuno en resurrección. Como un hombre, el Señor es representado por el número diez, pero el número nueve representa a Su excedente. Esto significa que El es un hombre que sobresale con el Dios Triuno en resurrección.

C. Lino fino

  Las diez cortinas estaban hechas de lino fino. Según Apocalipsis 19:8, el lino fino representa una conducta justa. Exodo 26:1 dice que el lino no sólo era fino, sino que también era torcido. Fino significa igualdad, y torcido indica que el lino no estaba suelto. Cristo nunca fue rudo en Su conducta, más bien siempre fue muy fino. A menudo nosotros somos rudos y groseros. La conducta de Cristo también era torcida, esto quiere decir que nunca fue suelta, o sea, que nunca actuó de manera licenciosa. Nuestra conducta, por el contrario, es a menudo suelta; no ha sido tratada apropiadamente para hacerse torcida.

  Al estudiar más la persona de Cristo que se revela en los cuatro evangelios, esto es, una persona fina y perfecta en todo, más nos damos cuenta de que los evangelios fueron escritos bajo la inspiración divina. Pero algunos incrédulos sostienen que es imposible que haya existido una persona, como la que se describe en los evangelios. En una ocasión un filósofo francés dijo que si los evangelios no fuesen ciertos y confiables, es decir, si estos no describen a una persona que en realidad existió, entonces el autor de los evangelios está calificado para ser tal persona. La mente humana no es capaz de redactar escritos tales como los evangelios, ya que en ellos vemos la descripción de un hombre que es fino, perfecto y completo. La mente humana nunca podría concebir una persona así. Además, la mente del hombre no tiene la sabiduría para escribir los evangelios.

  Los evangelios revelan que el Señor Jesús es muy fino y hace todo con un propósito. Nunca es desproporcionado, sino que siempre es restringido y controlado. Es imposible encontrar la más mínima rudeza en El. Nadie se puede comparar al Señor Jesús en su fineza. Pablo era muy bueno, pero en algunas ocasiones él era algo rudo. Por ejemplo, en 1 Corintios 4:21 él dice: “¿Qué queréis? ¿Iré a vosotros con vara, o con amor y espíritu de mansedumbre?” Me parece que aquí Pablo se expresó rudamente. Yo dudo que el Señor alguna vez hubiese dicho semejante cosa. Aunque los dichos de los apóstoles eran bastante finos, a veces eran rudos. Las palabras del Señor Jesús, sin embargo, siempre son finas. Si usted compara los dichos del Señor que aparecen los evangelios con los de Pablo registrados en Hechos y en las epístolas, verá que el Señor Jesús siempre era fino y que Pablo, por lo menos en algunas ocasiones, era un poco rudo.

D. Azul

  Exodo 26:1 menciona los colores azul, púrpura y carmesí. El azul representa algo celestial tanto en naturaleza como en apariencia. Como se revela en el Evangelio de Juan, el Señor Jesús era totalmente celestial en Su humanidad y vivir humano. El no vivió como un hombre terrenal, sino como un hombre celestial, tanto en naturaleza como en apariencia. Por tal razón, El podía decir que El descendió del cielo y que era el pan del cielo, el pan de vida (Jn. 6:32, 35).

E. Púrpura

  El púrpura es un color de realeza. Denota aquello que es real tanto en posición como en conducta. Aunque el Señor Jesús era un nazareno, El se conducía como un rey. El Evangelio de Mateo describe al Señor Jesús como Aquel que actúa y se conduce como un rey.

F. Carmesí

  El carmesí es un color rojo oscuro. Este color representa al pecado y también representa el derramamiento de sangre para la redención. Isaías 1:18 habla de los pecados de la gente que son como el carmesí. Esto muestra que el carmesí representa el pecado. Sin embargo, como se ve en el Evangelio de Lucas, el carmesí también representa el derramamiento de sangre para la redención de los pecadores. Por lo tanto, el carmesí en la primera capa de la cubierta del tabernáculo representa el derramamiento de la sangre de Jesús para la redención.

G. Querubines de obra de un bordador

  El versículo 1 también habla de “querubines de obra primorosa”. Los querubines representan la gloria de Dios manifestada en Jesús como se muestra en el Evangelio de Marcos. Los querubines denotan la gloria de Dios manifestada en la criatura. El que no se mencione cuantos querubines estaban bordados en las cortinas de lino indica que la gloria de Dios manifestada en Sus criaturas es inmensurable. También se indica la gloria inmensurable de Dios por el hecho de que no se dan las dimensiones de los querubines sobre la cubierta del propiciatorio del arca. No se nos dice el tamaño de los querubines del arca, ni tampoco se nos dice el número de los querubines en las cortinas. La omisión en el relato bíblico en ambos casos indica que la manifestación de la gloria de Dios es sin medida.

  En el libro de Ezequiel vemos que los querubines son criaturas vivientes en las cuales se ve la gloria de Dios. Cuando el Señor Jesús estaba en la tierra, El, como un hombre, era una criatura manifestando la gloria divina. La Biblia revela que Cristo es tanto el Creador como una criatura. Según Colosenses 1:15, Cristo es el Primogénito de la creación. Como un hombre genuino, el Señor Jesús tenía un cuerpo de sangre, carne y huesos. ¿Acaso estos no son los elementos de un ser creado? Por lo tanto, en Su humanidad Cristo era una criatura, pero una criatura sobre la cual se manifestaba la gloria de Dios. Este es el significado de los querubines bordados en las cortinas de lino.

  En el Evangelio de Marcos vemos que el Señor Jesús era un esclavo. Sin embargo, sobre este esclavo se manifestaba la gloria de Dios. ¡Cuán maravilloso es que los cuatro evangelios cubren los aspectos de la humanidad de Cristo tipificados por los colores azul, púrpura y carmesí y por los querubines!

  Los querubines en las cortinas de lino eran el trabajo de un obrero adiestrado o de un bordador. Aquí el obrero denota alguien adiestrado en el arte del bordado. La obra de un bordador representa el trabajo que constituye el Espíritu Santo en el Señor Jesús. Por lo tanto, el Espíritu Santo es el obrero adiestrado, el bordador. Hoy el Espíritu Santo está haciendo el bordado en nosotros. El usa muchas “agujas”, grandes y pequeñas para lograr Su trabajo.

H. La medida

  El versículo 2 dice que las cortinas tenían veintiocho codos de largo y cuatro codos de ancho. El número veintiocho se compone de cuatro veces siete, donde cuatro es el número de la criatura y siete es también el número de perfección. Por lo tanto, el largo de cada cortina también representa la perfección del Señor Jesús como un hombre.

  Dijimos que el número cuatro representa la criatura. Ya que habían diez cortinas, de cuatro codos de ancho cada una, también tenemos el número cuarenta. En la Biblia el número cuarenta es el número de prueba y trato. Esto indica que como un hombre el Señor Jesús fue probado. Debido a que Su perfección y lo completo de El fueron probados, El es un hombre aprobado tanto por Dios como por el hombre.

I. Dos grupos de cinco cortinas cada uno

  El versículo 3 dice: “Cinco cortinas estarán unidas una con la otra, y las otras cinco cortinas unidas una con la otra”. Por lo tanto, habían dos grupos de cinco cortinas cada uno. El cinco es el número de responsabilidad. Cinco cortinas unidas una de la otra representan una vida continua. Estos grupos representan la responsabilidad que existe en una vida continua. Una sola cortina no podía formar un grupo, sino que éste se formaba con cinco cortinas, cada una siguiendo a la otra. Esto demuestra que la vida del Señor Jesús que se revela en los cuatro evangelios era una vida continua. Mateo, Marcos, Lucas y Juan concuerdan en que en la vida del Señor no había ninguna interrupción. Además, los dos grupos de cinco cortinas indican un testimonio de una vida continua, que testifica que el Señor Jesús es un hombre completo y perfecto.

J. Lazadas de azul

  Los versículos 4 y 5 nos dicen que en la orilla de la cortina de los extremos en cada grupo, había cincuenta lazadas de azul. Estas representan la disponibilidad para la unión, y el color azul indica algo que es celestial. El hecho de que estas lazadas estaban en la orilla de la cortina extrema en cada grupo indica que eran el resultado de la vida de responsabilidad para un testimonio.

  Estas lazadas se aplican a nuestra experiencia espiritual. Por ejemplo, un hermano puede tener las virtudes de ser valiente y estable. Pero es posible que falte algo que conecte estas dos virtudes. No obstante, con el Señor Jesús la valentía está conectada a la humildad, la humildad con la paciencia y la paciencia con la bondad. Todas las virtudes del Señor Jesús están conectadas; no hay interrupción entre ellas. Sin embargo, debido a que hay interrupciones entre nuestras virtudes, para nosotros es difícil estar unidos a otros. Si no hay conexión entre la valentía de un hermano y su estabilidad, se le hará difícil unirse a otros.

  Había cincuenta lazadas a la orilla de cada grupo de cortinas. Cincuenta se compone de diez veces cinco y denota una responsabilidad cabal. Diez es el número de lo completo del hombre, y cinco es el número de responsabilidad. Por lo tanto, el cincuenta compuesto de diez multiplicado por cinco significa una responsabilidad cabal. Además, ya que había cincuenta lazadas en cada grupo de cortinas, había un total de cien lazadas, que indican un testimonio completo de la responsabilidad cabal. Esto revela que la vida de Jesús satisfacía diez veces el requisito de los Diez Mandamientos.

  Según el versículo 5, las lazadas en cada grupo estaban en frente una de la otra. Esto representa la confirmación para el testimonio. En la humanidad del Señor Jesús todo se confirma. Todas Sus virtudes: Su bondad, Su justicia, Su paciencia, están confirmadas. Esto confirma el testimonio.

K. Cincuenta corchetes

  Exodo 26:6 dice: “Harás también cincuenta corchetes de oro, con los cuales enlazarás las cortinas la una con la otra, y se formará un tabernáculo”. Los corchetes de oro representan el poder que une de la naturaleza divina. Aquí el número cincuenta representa una responsabilidad cabal. La unión de las cortinas una con la otra forma un tabernáculo, que significa que éste constituye un testimonio.

  El poder que une de la humanidad de Jesús proviene de Su naturaleza divina. De igual modo, en la vida de iglesia sólo tenemos el poder que une de la naturaleza divina; no de acuerdo con nuestra vida humana.

  Los cuatro evangelios revelan que todas las virtudes del Señor Jesús forman un testimonio. Este es el significado de la unión de las cortinas del tabernáculo. Como resultado de esta unión, hay un testimonio perfecto, completo e integro.

  A la luz de los puntos cubiertos en este mensaje, quisiera decir una palabra en cuanto a nuestra necesidad de conocer al Señor Jesús en Su humanidad. Muchos de nosotros hemos escuchado acerca del Señor Jesús desde que éramos jóvenes. Sin embargo, debido a que estamos familiarizados con las historias de la Biblia acerca de Cristo, no debemos pensar que tenemos un conocimiento adecuado y apropiado de El. Si usted estudia todos los asuntos representados en 26:1-6, se dará cuenta de que en realidad conoce muy poco del Señor. En estos versículos vemos una descripción detallada de la humanidad completa y perfecta del Señor. Debido a que muchos aspectos de la humanidad de Cristo son indescriptibles, necesitamos el cuadro provisto por estos versículos. Necesitamos ver el cuadro de la humanidad del Señor representado por la primera cubierta del tabernáculo. Aunque no tengamos las palabras para describir los detalles de la humanidad de Cristo, podemos obtener algún entendimiento de ellos al orar estos versículos. Cuanto más examimos el significado de estos detalles, más nos damos cuenta de la humanidad maravillosa del Señor. Lo vemos en el lino fino torcido, en los colores azul, púrpura y carmesí, en los querubines, en las lazadas y en los corchetes. Todos debemos conocer al Señor Jesús de una manera detallada.

  Al examinar la primera capa de la cubierta del tabernáculo, vemos que las cortinas enlazadas no son simplemente una cubierta, sino una cubierta protectora. Esta cubierta protege todo lo que está debajo de ella. La tienda o el tabernáculo, no es simplemente una morada; también es un contenedor. Contiene el arca, la mesa, el candelero, el altar de incienso y cubre todas las tablas que están en pie. Ya que las tablas nos tipifican y están cubiertas por las cortinas, podemos decir que la primera capa de la cubierta nos cubre, nos protege y nos abraza. Así que, la humanidad del Señor Jesús nos cubre, nos protege y nos abraza. Diariamente yo estoy bajo la cubierta de la tienda de Dios y protegido por ella, también soy abrazado por esta cubierta e incluso estoy dentro de ella. Aquí, bajo la cubierta, la protección, y el abrazo del Señor Jesús, disfruto a Cristo como el arca, la mesa con el pan y como el candelero.

  No es suficiente leer los evangelios y las epístolas en el Nuevo Testamento para obtener un entendimiento adecuado de Cristo. También necesitamos los tipos y los cuadros del Antiguo Testamento, especialmente los que están relacionados con el tabernáculo. Espero que todos los santos lleguen a apreciar la fineza de la humanidad del Señor que es representada por estos tipos. Cuando entramos en el tabernáculo, vemos que el techo, la primera cubierta, es la expresión interna del Señor Jesús en Su humanidad. Esta expresión se compone del lino, el azul, el púrpura, el carmesí, los querubines, las lazadas y los corchetes. Aquellos que no han venido a Cristo no pueden apreciarlo en Su belleza y gloria. Como veremos en el próximo mensaje, externamente Cristo tiene la apariencia de la piel áspera de tejones, algo que puede resistir todas las tormentas y los elementos del clima. Sin embargo, cuando vemos a Cristo por dentro, sabemos que El es celestial, pertenece a la realeza, es el Redentor y es glorioso. ¡Alabado sea el Señor por el cuadro de Cristo en la primera cubierta del tabernáculo!

Biblia aplicación de android
Reproducir audio
Búsqueda del alfabeto
Rellena el formulario
Rápida transición
a los libros y capítulos de la Biblia
Haga clic en los enlaces o haga clic en ellos
Los enlaces se pueden ocultar en Configuración