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Mensaje 96

La cubierta del tabernaculo

(2)

  Lectura bíblica: Éx. 26:7-14; 36:14-19; 40:19

  En el mensaje anterior estudiamos la primera capa de la cubierta del tabernáculo. Dijimos que a esta capa se le llama el tabernáculo en sí. Exodo 26:1 habla de hacer el tabernáculo con diez cortinas de lino fino. En este mensaje examinaremos las otras tres capas de la cubierta.

  Los versículos 7 y 8 dicen: “Harás asimismo cortinas de pelo de cabra para una cubierta sobre el tabernáculo; once cortinas harás. La longitud de cada cortina será de treinta codos, y la anchura de cada cortina de cuatro codos; una misma medida tendrán las once cortinas”. En el último mensaje mencionamos que el tabernáculo es una tienda. Ahora en el versículo 7 vemos que la segunda capa de la cubierta es una tienda sobre el tabernáculo. Así que, la segunda capa es una tienda que cubre la primera capa, la cual es el tabernáculo. El tabernáculo estaba hecho de diez cortinas, cada una medía veintiocho codos por cuatro codos. La segunda capa está hecha de once cortinas, cada una mide treinta codos por cuatro codos. La primera capa es llamada el tabernáculo, y la segunda capa es llamada la tienda.

  Es significativo que haya diez cortinas en la primera capa y once en la segunda capa. En la Biblia diez es el número de la perfección y lo completo del ser humano, y doce es el número de la perfección en la administración divina. Además, el diez se compone de dos veces cinco. Por ejemplo las diez vírgenes en Mateo 25 se dividen en dos grupos de cinco, y los Diez Mandamientos fueron grabados cinco sobre las dos tablas de piedra. Vimos que, el número cinco se compone de cuatro, el cual representa a la criatura; más uno, el cual representa a Dios el Creador. El número once está entre diez y doce. Es más que lo completo del ser humano y menos que la perfección de la administración divina. Por lo tanto, el número once en la Biblia indica algo pecaminoso. Por un lado, indica algo que tiene demasiado en cuanto a lo completo del ser humano; por otro, que algo está corto de la perfección en la administración divina. Por lo tanto, este número indica pecado.

  Las diez cortinas que forman la primera capa del tabernáculo muestran al Señor Jesús como un ser humano completo y perfecto. El es el verdadero número diez, ya que en El no hay defecto, deformación, falta o exceso. El también tiene los colores azul, púrpura y carmesí, los cuales representan respectivamente lo celestial, la realeza y la redención. Además, los querubines de oro bordados en las cortinas de lino significan que Cristo, como una criatura, expresa la gloria de Dios. Por lo tanto, las diez cortinas de lino de la primera capa revelan que Cristo es perfecto, completo y un ser humano totalmente bello.

  La segunda capa de la cubierta tipifica un aspecto muy diferente de Cristo. En esta capa no hay nada azul, púrpura o carmesí y no hay nada bordado. En lugar de esto, hay once cortinas de pelo de cabra. Todo es sencillo, natural y sin belleza. Además, son once cortinas en lugar de diez, algo que excede lo completo del hombre, pero que está por debajo de la perfección del gobierno de Dios. Las once cortinas de pelo de cabra significan que Cristo fue hecho pecado por nosotros. Durante las últimas tres horas que El estuvo en la cruz, desde el mediodía hasta las tres en punto de la tarde, El fue juzgado como si hubiese sido un pecador ante los ojos de Dios. Esta fue la hora en que El clamó a gran voz, diciendo: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (Mt. 27:46). En esas horas El fue desamparado por Dios ya que Dios lo consideraba un pecador, como Aquel que fue hecho pecado por nosotros (2 Co. 5:21). De esta manera el Señor Jesús, perfecto y completo, llegó a ser un pecador bajo el juicio de Dios. El Justo, fue juzgado por Dios en lugar del injusto.

  En la Biblia el lino fino representa la conducta apropiada de un ser humano puro y perfecto. Sin embargo, las cabras representan a aquellos que son malignos y condenados por Dios (Mt. 25:33, 41). Las cabras representan a los pecadores, y el pelo de las cabras sus pecados, sus actos malignos. Así que, la segunda capa está compuesta de los pecadores con todos sus pecados.

  Luego de examinar el número de cortinas en las primeras dos capas, pasamos ahora a sus medidas. En la primera capa cada cortina medía cuatro codos de ancho. Diez cortinas multiplicadas por cuatro codos nos da el número cuarenta. En la Biblia el cuarenta puede ser un número positivo. Tal vez el uso más impresionante de este número con respecto a Moisés, quien se quedó con Dios en la montaña por cuarenta días. Vimos que el número cuarenta representa las pruebas y la disciplina. Los cuarenta días que Moisés estuvo en la montaña fueron una prueba tanto para él como para el pueblo de Israel. Aunque Moisés fue aprobado por Dios durante este período de tiempo, el pueblo de Israel fue expuesto. Además, fueron probados durante los cuarenta años que vagaron en el desierto. También, el Señor Jesús pasó cuarenta días en el desierto. Esto significa que El fue tratado, probado y finalmente aprobado. Según los cuatro evangelios, el Señor fue probado y tratado a lo largo de Su vida. Al final de Su vida, El fue juzgado conforme a la ley de Dios y a la ley del imperio romano. El fue juzgado tres veces por las autoridades judías y tres más por los oficiales del imperio romano según la ley romana. Por lo tanto, durante la última noche de Su vida, fue probado seis veces, pero no se halló ningún mal en El. El fue totalmente aprobado. Así que, El era un número cuarenta perfecto. En lo que al Señor Jesús se refiere, este número es muy positivo.

  Cuando se unían las cortinas de la primera capa, formaban un rectángulo que medía cuarenta codos por veintiocho codos. De estos cuarenta codos, veinte cubrían el Lugar Santo, diez cubrían el Lugar Santísimo y diez colgaban de la parte de atrás del tabernáculo, cubriendo así la parte trasera. Además, como mencionamos en el mensaje anterior, había una colgadura de nueve codos a los dos lados del tabernáculo. El nueve, compuesto de tres veces tres, representa al Dios Triuno en resurrección. Cristo, quien es perfecto, tiene un excedente a cada lado, y este excedente es el Dios Triuno en resurrección. Al examinar la persona del Señor Jesús en los evangelios, vemos que El es un ser humano perfecto con un excedente del Dios Triuno en resurrección.

  Cada una de las cortinas en la segunda capa medía treinta codos por cuatro codos. Cuando todas las cortinas se unían, se obtenía un rectángulo que medía cuarenta y cuatro codos por treinta codos. Esta segunda capa cubría y protegía completamente la primera capa. El lino fino no es útil para proteger, pero el pelo de cabras sirve de protección. Según el versículo 9, la sexta cortina estaba doblada en el frente de la tienda. Esto servía de protección y refuerzo. La colgadura en la parte trasera cubría completamente la primera capa. Además, con la segunda capa de la cubierta había una colgadura de diez codos a ambos lados. Ya que la primera capa tenía una colgadura de sólo nueve codos, era cubierta completamente por la segunda capa. Esto significa que ninguna parte de las cortinas de lino estaba expuesta al sol, al viento o a la lluvia.

  El número treinta en la Biblia se compone de dos maneras: de cinco veces seis y de tres veces diez. Cinco es el número de responsabilidad, y seis es el número de los pecadores. Por lo tanto, el treinta compuesto de cinco veces seis representa la responsabilidad por los pecadores. Cuando el Señor Jesús fue hecho pecado por nosotros, El llevó toda la responsabilidad de nosotros como pecadores. Sin embargo, cuando el número treinta se compone de tres veces diez, representa la vida de resurrección en lo completo del ser humano. El Señor Jesús, Aquel que fue hecho pecado por nosotros, está lleno de vida de resurrección en Su humanidad. En la humanidad completa de Cristo, representada por el número diez, vemos la resurrección, la cual en realidad es el mismo Dios Triuno, representado por el número tres.

  Con el Señor Jesús quien fue hecho pecado por nosotros, tenemos los números treinta y cuarenta y cuatro. Cuarenta y cuatro era el largo de la segunda capa cuando se unían todas las cortinas. Este número significa que Cristo fue tratado como un pecador.

  Debemos ser impresionados con lo que estas dos primeras capas de la cubierta representan. La primera capa significa que el Señor Jesús en Sí mismo es glorioso y maravilloso. La segunda capa significa que Aquel que es maravilloso fue hecho pecado por nosotros. En Su ser, Cristo es maravilloso, pero como nuestro sustituto, El llegó a ser pecado ante los ojos de Dios. Hemos señalado que la segunda capa protege la primera. Por esto vemos que Cristo nos protege siendo nuestro sustituto, quien fue juzgado por nosotros y murió por nosotros. La sustitución de Cristo, por lo tanto, llega a ser nuestra protección.

  Los números en cada capa son muy significativos. Dios es el mejor diseñador, y todos los números fueron determinados por El. Por lo tanto, es significativo que las dimensiones de la primera capa de diez cortinas sean cuarenta por veintiocho, mientras que las dimensiones de la segunda capa de once cortinas mide cuarenta y cuatro por treinta. No es una casualidad que la primera capa fuese hecha de lino fino y que la segunda fuese de pelo de cabras. En resumen, estas dos capas significan que el hombre perfecto, el Señor Jesús, fue hecho pecado a los ojos de Dios para obtener nuestra redención. Ahora, como nuestro sustituto, El es nuestra cubierta y protección. Como veremos en el próximo mensaje, debajo de estas dos capas de la cubierta estaban las tablas de madera, las cuales nos representan a nosotros los creyentes. Nosotros somos las tablas de madera bajo la cubierta y protección de Jesucristo, el hombre perfecto, quien fue hecho pecado por nosotros.

  Si no tuviésemos este tipo, no podríamos conocer al Señor Jesús de manera detallada. No podríamos ver tan claramente que El es un hombre perfecto, y que murió en la cruz por nuestros pecados como nuestro sustituto y fue juzgado por Dios en nuestro lugar.

  Todos los detalles de estas dos capas de la cubierta: el lino fino, el pelo de cabras y todos los números, están relacionados con Cristo. Por ejemplo, vimos que el seis es el número de los pecadores. Indica algo en exceso. Seguramente el odio y el robo son cosas que existen en exceso. Por lo tanto, el número seis es el número del pecado. Según el Nuevo Testamento, el anticristo, el hombre de pecado será el número seiscientos sesenta y seis. Esto revela que él estará constituido completamente de pecado. En contraste, el Señor Jesús es el ochocientos ochenta y ocho, ya que El es una persona constituida de la resurrección. El resucitó al octavo día, el primer día de la semana. Si no aceptamos este entendimiento de los detalles de las cubiertas, ¿cómo podremos entenderlos? La manera apropiada de interpretarlos es como tipos de Cristo.

  Muchos cristianos adoptan una enseñanza que no toma en consideración los tipos del Antiguo Testamento a menos que esté referido explícitamente en el Nuevo Testamento. De acuerdo con esta visión, debemos aceptar como tipos sólo aquellas cosas que el Nuevo Testamento diga claramente que son tipos. Por ejemplo, debido a que Juan 1:29 habla de Cristo como el Cordero de Dios, podemos considerar el cordero en Exodo 12 como un tipo de Cristo. Sin embargo, cuando Pablo estaba interpretando la tipología del tabernáculo en Hebreos 9, él nos dijo que tenía mucho que decir, pero no tenía el tiempo. Esto indica que esos asuntos, a los cuales Pablo no se refiere como tipos puede que lo sean. Por lo tanto, muchas personas y cosas en el Antiguo Testamento también pueden ser tipos genuinos, aunque no son reconocidos como tal en el Nuevo Testamento. Tomemos a José como un ejemplo. Muchos cristianos reconocen a José como un tipo de Cristo. Sin embargo, el Nuevo Testamento no dice que José sea un tipo del Señor Jesús. Muchos cristianos no hacen caso de tipos importantes en el Antiguo Testamento por mantener la visión de que sólo lo que el Nuevo Testamento indica que es un tipo debe ser considerado como un tipo.

  Muchos lectores de la Biblia consideran el tabernáculo como un tipo de la iglesia. Sin embargo, ¿dónde dice directamente en el Nuevo Testamento que el tabernáculo tipifica a la iglesia? Aunque esto no aparece directamente en el Nuevo Testamento, hay indicios de esto. Si aceptamos esto ¿cuál debe ser nuestro entendimiento de las primeras dos capas del tabernáculo? ¿qué posición tienen éstas en nuestro entendimiento? Para estar seguro, es necesario llegar a las conclusiones apropiadas acerca de estas capas e interpretarlas como tipos de Cristo.

  El Antiguo Testamento es un libro de figuras, y el Nuevo Testamento es un libro de interpretación. Lo que se revela en el Nuevo Testamento corresponde a lo que está en el Antiguo Testamento. No es necesario que el Nuevo Testamento diga específicamente que algo en el Antiguo Testamento es un tipo. Es adecuado y apropiado encontrar todos los significados de todos los aspectos de los tipos del Antiguo Testamento en el Nuevo Testamento. Todos estos asuntos relacionados con el tabernáculo deben ser entendidos de acuerdo con el principio del Nuevo Testamento. Nosotros entendemos el Antiguo Testamento a la manera del Nuevo Testamento y por eso vemos un cuadro detallado tanto de Cristo como de la iglesia.

  Yo puedo testificar que luego de conocer más detalles del Señor al estudiar los tipos del Antiguo Testamento, comencé a amar más al Señor. Además, este entendimiento de la Biblia refuerza mi fe en que la Biblia es verdaderamente inspirada por Dios. Es imposible que alguien aparte de Dios pudiera diseñar una estructura como la del tabernáculo y darnos un relato como éste acerca del mismo.

II. LA SEGUNDA CAPA DE LA CUBIERTA

A. Tipifica a Cristo quien fue hecho pecado por nosotros

  Vimos que la segunda capa de la cubierta, era una tienda de pelo de cabras, que representa a Cristo quien fue hecho pecado por nosotros (2 Co. 5:21).

B. El pelo de cabras son los pecados de los pecadores

  Según Mateo 25:33 y 41, las cabras representan a los pecadores. El pelo de cabras representa los pecados de los pecadores.

C. Once cortinas

  Anteriormente mencionamos que once es más que diez, un número que representa lo completo del ser humano, y menos que doce, que representa la perfección en la administración divina. También vimos que el once se compone de cinco más seis, donde cinco representa la responsabilidad y el seis indica un exceso. La sexta cortina, es un exceso e indica que Cristo fue hecho pecado por nosotros. Aunque en Sí mismo no tenía nada excesivo, El cargó nuestros pecados. El fue hecho pecado para llevar nuestros pecados. Ese era el exceso de Cristo.

D. La medida

  El largo de cada cortina de pelo de cabra era treinta codos. Por un lado, treinta se compone de cinco veces seis, lo que indica responsabilidad para los pecadores. Por otro, se compone de tres veces diez, lo que indica que el Dios Triuno es la vida de resurrección en lo completo del hombre.

  Cada cortina medía cuatro codos de ancho. El número cuatro representa la criatura. Las once cortinas que miden cuatro codos de ancho nos dan el número cuarenta y cuatro. Este número significa que Cristo fue tratado como un pecador; El fue tratado como un hombre que tenía un exceso.

E. Dos grupos de cortinas

  Exodo 26:9 dice: “Y unirás cinco cortinas aparte y las otras seis cortinas aparte; y doblarás la sexta cortina en el frente del tabernáculo”. El primer grupo de cortinas representa la responsabilidad, mientras que el segundo grupo representa a los pecadores. Ya que Cristo llevó la responsabilidad por los pecadores, El llegó a ser el número once.

F. Cincuenta lazadas

  El versículo 10 dice: “Y harás cincuenta lazadas en la orilla de la cortina, al borde en la unión, y cincuenta lazadas en la orilla de la cortina de la segunda unión”. Estas cincuenta lazadas eran igual a las lazadas de la primera capa de la cubierta, con excepción del hecho de que no eran azules. Como un hombre perfecto, Cristo es celestial. Pero cuando El se hizo un pecador por nosotros, ya no era celestial. Por esta razón, las lazadas en la segunda capa no son azules.

G. Cincuenta corchetes

  Exodo 26:11 dice: “Harás asimismo cincuenta corchetes de bronce, los cuales meterás por las lazadas; y enlazarás las uniones para que se haga una sola cubierta”. Estos corchetes representan al poder que une. El bronce o cobre, representa el juicio de Dios (Éx. 27:2; Nm. 16:39; 21:8-9). El altar del holocausto estaba cubierto de bronce. Los pecadores y todas las cosas malignas son juzgados en este altar. Para cubrir este altar se usaron los incensarios de bronce que pertenecían a los doscientos cincuenta rebeldes. Esto sustenta la idea de que el bronce representa el juicio divino y que el altar es el lugar de juicio. Sobre el altar se juzgaba el sacrificio en lugar de la persona que lo ofrecía. Además, la serpiente de bronce sobre el asta representa el juicio; este es un tipo de Cristo quien fue juzgado por Dios en nuestro lugar. Como señal del juicio, los corchetes en la segunda capa eran de bronce, mientras que los corchetes en la primera capa eran de oro.

  El versículo 11 dice que los corchetes unían la tienda y la hacían una cubierta. Esto significa que aún cuando El estaba bajo el juicio de Dios, Cristo permaneció integro. Si nosotros estuviésemos bajo el juicio de Dios, nos quebrantaríamos. Sin embargo, aunque el juicio justo de Dios juzgó y probó a Cristo, El se mantuvo íntegro. En otras palabras, luego de ser juzgado por Dios conforme a Su ley justa, el Señor Jesús estaba todavía completo.

  En conclusión, el número cincuenta representa una responsabilidad cabal. Esta es la responsabilidad de unir la tienda y mantenerla completa bajo el juicio de Dios. De hecho, cuanto más probado y juzgado fue el Señor Jesús, más manifestaba que El era una persona completa.

H. La sexta cortina se doblada al frente de la tienda y la mitad de la cortina que sobraba en la parte de atrás del tabernáculo

  El versículo 9 dice: “Y doblarás la sexta cortina en el frente del tabernáculo”, y el versículo 12 dice: “Y la parte que sobra en las cortinas de la tienda, la mitad de la cortina que sobra, colgará a espaldas del tabernáculo”. Esto indica que Cristo llegó a ser pecado y fue juzgado por Dios en nuestro lugar. El llegó a ser la cubierta y protección de los creyentes, quienes constituyen la morada de Dios.

I. Sobraba un codo de lino fino a cada lado del tabernáculo

  El versículo 13 dice: “Y un codo de un lado, y otro codo del otro lado, que sobra a lo largo de las cortinas de la tienda, colgará sobre los lados del tabernáculo a un lado y al otro, para cubrirlo”. Sobraba un codo de lino fino a cada lado del tabernáculo; eso representa al Cristo redentor que llega a ser la protección del tabernáculo en sus dos lados, norte y sur, bajo cualquier situación. El norte denota dificultad, y el sur denota facilidad. Por lo tanto, bajo cualquier situación, ya sea difícil o fácil, Cristo el redentor es nuestra cubierta. En cualquier circunstancia Cristo es nuestra protección.

III. LA TERCERA CAPA DE LA CUBIERTA ERA UNA CUBIERTA DE PIELES DE CARNEROS

  El versículo 14 dice: “Harás también a la tienda una cubierta de pieles de carneros teñidas de rojo, y una cubierta de pieles de tejones encima”. Los carneros son machos y representan a Cristo como un hombre fuerte. La cubierta de pieles de carneros teñidas de rojo representa a Cristo sufriendo la muerte y derramando Su sangre. Antes de que pudiesen haber pieles de carneros para hacer la tercera cubierta, estos carneros tuvieron que morir. Además, las pieles de carneros estaban teñidas de rojo. Esto representa el derramamiento de la sangre a fin de obtener la redención.

  Aunque en la primera capa de la cubierta estaba el color carmesí, ni la primera capa, ni la segunda capa estaban teñidas de rojo. En cambio la tercera capa, es completamente roja. Esto indica que Jesucristo, el hombre perfecto, quien fue hecho pecado en nuestro lugar, logró la redención. Por lo tanto, la primera capa representa al hombre perfecto, Jesús; la segunda, a Cristo como nuestro sustituto; y la tercera, la redención. Jesús, el hombre perfecto fue el sustituto que llevó nuestros pecados. Esto le permitió llevar a cabo la redención. Ahora, la redención obtenida por Cristo cubre a los elegidos de Dios y a Su pueblo redimido. ¡Alabado sea el Señor porque estamos bajo las pieles de carnero teñidas de rojo! Estamos cubiertos por la obra redentora y completa de Cristo. Cristo mismo es nuestra redención; El es nuestra cubierta de pieles de carnero.

  La tienda de pelos de cabras es más fuerte que el tabernáculo de lino fino, y la cubierta de pieles de carnero es más fuerte que la tienda de pelos de cabras. En primer lugar, Cristo era un hombre perfecto. Luego, nos sustituyó en la cruz. Después de esto, El llegó a ser nuestra redención para cubrirnos ante Dios.

IV. LA CUARTA CAPA DE LA CUBIERTA ERA UNA CUBIERTA DE PIELES DE TEJONES

  Según el versículo 14, la cuarta capa, o sea, la capa externa, era una cubierta de pieles de tejones. Estas pieles de tejones tipifican a Cristo como Aquel que puede resistir cualquier ataque. También significan que Cristo es rudo y duro para con Satanás, los principados y los demonios. Cristo, tipificado por las pieles de carnero, nos permite estar ante Dios, pero, como las pieles de tejones nos ayuda a enfrentar a Satanás y todos sus ataques. También, protege la morada de Dios de las tormentas, la lluvia y la nieve. El agua puede penetrar la piel de los carneros; pero no puede penetrar la capa de pieles de tejones. Las pieles de tejones no nos protegen del juicio de Dios, sino de los ataques del enemigo. Cristo, como las pieles de tejones, no tiene ningún atractivo o belleza (Is. 53:2). Frente a los ataques del enemigo, El es verdaderamente rudo y duro.

V. UNA CAPA ERA PRODUCIDA POR LA VIDA VEGETAL Y TRES CAPAS POR LA VIDA ANIMAL

  La primera capa de la cubierta se origina de la vida vegetal, pero las otras tres de la vida animal. El lino fino viene de las plantas, mientras que las cabras, los carneros y los tejones son animales. Esto muestra que la vida de Cristo está compuesta de la vida vegetal para vivir y producir, y de la vida animal para redimir. Además, la vida animal del mar suple protección.

  Agradecemos al Señor por los detalles relacionados con Cristo que se revelan en las cuatro capas de la cubierta del tabernáculo. Al examinar estos detalles, nuestra apreciación por el Señor se aumenta grandemente.

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