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Mensajes del libro «Comunión en cuanto a la urgente necesidad de los grupos vitales»
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COMUNION EN CUANTO A LA URGENTE NECESIDAD DE LOS GRUPOS VITALES

MENSAJE VEINTE

LA VISION NECESARIA PARA PONER EN PRACTICA LOS GRUPOS VITALES

  Antes de que empecemos a movernos, a trabajar y a actuar en la predicación del evangelio, quisiera expresarles muy seriamente la pesada carga que tengo.

  Algunos tal vez se pregunten por qué usamos la expresión grupos vitales. Esta es una frase muy especial. La razón por la cual necesitamos tener esta clase de entrenamiento con estos grupos es que por siglos la iglesia del Señor en esta tierra se ha venido degradando. Recientemente el Señor levantó el recobro. Bajar es fácil, pero subir no es tan fácil. Inclusive permanecer de pie donde uno está y donde debe estar también es bastante difícil. El recobro ha estado entre nosotros por setenta años, pero lamentablemente hemos estado descendiendo gradualmente hasta llegar a una situación que no puede considerarse normal, y se ha convertido en una situación anormal.

  Cuando decidí regresar a Taiwán en 1984, me di cuenta de que nuestra tasa de aumento en el recobro del Señor había bajado. La verdadera situación del recobro sobre la tierra en aquel entonces no me era completamente clara. Finalmente, mi ida a Taiwán para poner en práctica la manera ordenada por Dios a fin de edificar la iglesia provocó mucha oposición. Algunos se llenaron de ambición. Estos planearon, a modo de conspiración, la manera de apoderarse del recobro. Lo dicho por estos rebeldes fue devastador en cuanto a la verdad.

  Con este trasfondo, recibí una carga genuina de llevar a cabo este entrenamiento en cuanto a los grupos vitales. Además del entrenamiento de tiempo completo, necesitamos este entrenamiento. El entrenamiento de tiempo completo es un entrenamiento de la iglesia en común, pero este entrenamiento para los grupos vitales es muy especial. Este entrenamiento tiene como fin rescatar al recobro de esta clase de degradación.

  Necesitamos ver que la degradación del cristianismo se debe completa y absolutamente a la ausencia y la escasez de revelación divina. Proverbios 29:18 dice que sin visión, el pueblo se desenfrena. Este versículo puede aplicarse al cristianismo de hoy. La historia de la iglesia nos muestra que muchos cristianos están desenfrenados, sin restricción ni control. La situación del cristianismo puede compararse con la situación que reinaba durante el período del libro de Jueces. En Jueces se narra que en aquellos días cada uno hacía lo que bien le parecía (21:25). Necesitamos ser rescatados de esta clase de degradación.

  En este mensaje quisiera hablarles breve y claramente con la esperanza de que esto sea una verdadera visión para ustedes. Lo que quiero compartir con ustedes es el extracto o la esencia de todos los mensajes que di en Atlanta en las conferencias del fin de semana de Acción de gracias de 1992. El título de estos mensajes fue “La constitución y la edificación del Cuerpo de Cristo”. Luego quisiera compartir el extracto de los dos mensajes que di a los ancianos después del entrenamiento de invierno de 1992 sobre el libro de Job. Estos dos mensajes se titularon “El ministerio del Nuevo Testamento”, y “La enseñanza y la comunión de los apóstoles”.

  En las conferencias del fin de semana de Acción de Gracias di seis mensajes acerca del Cuerpo de Cristo. Estos seis mensajes abarcan cuatro puntos: la constitución del Cuerpo de Cristo, el crecimiento de Cristo en Su Cuerpo para que éste crezca, la transformación de los santos que están en el Cuerpo de Cristo, y la edificación del Cuerpo de Cristo. La constitución, el crecimiento, la transformación y la edificación se llevan a cabo por medio de la vida o con la vida. Los mensajes que di a los ancianos después del entrenamiento de invierno de 1992 abarcan otros tres puntos cruciales: el ministerio del Nuevo Testamento, la enseñanza de los apóstoles, y la comunión de los apóstoles. Todos necesitamos tener una visión de estos siete puntos.

LA CONSTITUCION DEL CUERPO DE CRISTO ES VIDA

  La constitución del Cuerpo de Cristo es vida. El Cuerpo de Cristo, la iglesia, no ha sido constituido por ordenanzas ni con estatutos, sino con Cristo mismo como el elemento de vida. El Dios Triuno que estaba en la eternidad vino en encarnación para ser el sembrador que se sembró como semilla en el corazón humano (Mt. 13:3, 19-23). Esto muestra la forma en que el Cuerpo de Cristo fue concebido y cómo se produjo. Se produjo por la constitución de Cristo mismo como la corporificación del Dios Triuno como la semilla de vida sembrada en nuestro ser. Por consiguiente, todos nosotros llegamos a ser los muchos granos que salieron de esa sola semilla (Jn. 12:24).

  Posteriormente, el grano que fue sembrado en nosotros llegó a ser los muchos granos, y los muchos granos son los componentes del Cuerpo de Cristo pero no la constitución del mismo. Somos sólo los componentes, pero lo que constituye al Cuerpo es Cristo mismo como vida. El Cuerpo de Cristo está compuesto de los creyentes, pero está constituido de Cristo como elemento de vida. Pocos cristianos ven o conocen lo que es la constitución y la composición del Cuerpo de Cristo. Para los cristianos de hoy y según lo dicho por los maestros cristianos, la iglesia es simplemente una especie de agrupación de creyentes. No han visto que el Cuerpo de Cristo es una verdadera constitución.

  Nuestro cuerpo humano es una representación del Cuerpo de Cristo. Nuestro cuerpo no es sólo una composición sino una constitución. Un mueble de madera es meramente una composición que no tiene vida, es inorgánico. Pero debido a que nuestro cuerpo físico es orgánico, está constituido de una vida interna. Si se le quita la vida interior a nuestro cuerpo, los componentes de éste se convertirán en un montón de ruinas. Al tener la vida, nuestro cuerpo se convierte en una constitución. El Cuerpo de Cristo es igual.

  El Cuerpo de Cristo no está simplemente compuesto de creyentes de muchas nacionalidades. Todos nacimos en el Cuerpo de Cristo. Nuestro estómago y nuestros dos ojos nacieron en nuestro cuerpo. Ellos orgánicamente constituyen nuestro cuerpo. Nosotros nacimos de la misma forma, constituidos orgánicamente en el Cuerpo de Cristo. Yo no considero a cada uno de ustedes como los componentes de una organización; sino que considero a cada uno de ustedes como un miembro viviente y orgánico que ha llegado a constituir el Cuerpo de Cristo por medio de la regeneración con el mismo Cristo a quien recibieron y en quien creyeron. El Cuerpo de Cristo está constituido del Cristo todo-inclusivo como el elemento de vida. Hoy ustedes no están en una organización como si fueran una especie de composición; están en un organismo, en una constitución. Este organismo está constituido no sólo según la verdad sino con el mismo Cristo como el elemento todo-inclusivo de vida.

EL CRECIMIENTO EN VIDA

  Cristo, quien es el elemento de vida que constituye Su Cuerpo, ha sido sembrado en nosotros, y ha hecho de nuestro corazón tierra fértil. En dicha tierra este Cristo, quien es el elemento de vida para Su Cuerpo, está creciendo. Estamos acostumbrados a decir que nosotros estamos creciendo. Pero en realidad, es El quien está creciendo. Cuando El crece en nosotros, entonces crecemos nosotros. Crecemos por medio de Su crecimiento. Colosenses 2:19 revela que nosotros crecemos por el crecimiento de Dios en nosotros. Hay un ser vivo dentro de nosotros que está utilizando nuestro corazón como Su tierra y está creciendo allí. Por medio de Su crecimiento crecemos nosotros. Este es el crecimiento de Cristo dentro de Su Cuerpo, dentro del corazón mismo de los creyentes que son los miembros de Su Cuerpo.

  En el libro titulado La constitución y la edificación del Cuerpo de Cristo, vimos en los escritos de Juan, Pedro y Pablo, la edificación del Cuerpo de Cristo que se da por el crecimiento en vida. Los tres escritores principales del Nuevo Testamento hablaron del crecimiento en vida. Este crecimiento tiene una base, un camino y una meta. Estar en el recobro del Señor no es sólo un asunto de conocer las verdades del recobro sino dar al Cristo residente en nosotros la oportunidad de crecer. El Señor dejó esto muy claro en Mateo 13. Para que Cristo como elemento de vida crezca en nosotros, debemos tratar con nuestro corazón, la tierra. Debemos tratar con el corazón humano que es como la tierra al lado del camino, con un corazón superficial que tiene piedras escondidas, y con un corazón lleno de espinos, lo cual se refiere a la ansiedad de esta era y al engaño de las riquezas. Por Su gracia debemos tratar con nuestro corazón y mantenerlo puro para que El crezca en nosotros. La constitución del Cuerpo de Cristo es vida, y la edificación del Cuerpo de Cristo se da por el crecimiento en vida.

LA TRANSFORMACION POR VIDA

  La edificación del Cuerpo de Cristo también se da por la transformación de los miembros del Cuerpo de Cristo (2 Co. 3:18; Ro. 12:2a). La transformación no es un cambio exterior que se consigue por medio de mejoras personales. Necesitamos ver la diferencia que hay entre las mejoras exteriores y la transformación verdadera. La transformación no es un cambio exterior, una mejora ni una superación. La transformación es una transacción metabólica que se da en nuestro interior. Por el metabolismo un nuevo elemento es añadido a nuestro ser para desalojar y reemplazar el elemento viejo. La transformación no consiste en que una persona rápida llegue a ser una persona lenta. Esto puede ser meramente un cambio exterior y un mejoramiento. La transformación significa que nosotros recibimos más del elemento de Cristo mientras El crece dentro de nosotros para reemplazar todas nuestras cosas viejas, como por ejemplo nuestra vida, naturaleza, manera de ser, carácter y hábitos viejos. Necesitamos un reemplazo, no un cambio exterior. Este reemplazo es el Cristo viviente, el Cristo residente. Día tras día mientras le amamos más y le damos más terreno en nosotros, El se añade y crece en nosotros para ser el elemento que reemplaza lo demás. El reemplaza nuestra creación vieja. Este es el verdadero significado de la transformación.

LA EDIFICACION POR MEDIO DE LA VIDA

  Cuando estamos constituidos de vida y tenemos el crecimiento de Cristo en vida y la transformación por la vida, estamos listos para ser edificados. Necesitamos estar constituidos con la vida, y necesitamos crecer en vida, y ser transformados por vida, y edificados por medio de vida. Todo lo relacionado con el Cuerpo de Cristo tiene que ver con la vida, está en vida y se realiza por la vida. ¿Quién es la vida? La vida es el Cristo todo-inclusivo, el Dios Triuno procesado y consumado (Jn. 14:6a). El Dios Triuno procesado y consumado es la vida que nos constituye, la vida que crece, y la vida que transforma. Esta vida llega a ser el factor mismo de la edificación del Cuerpo de Cristo dentro de nosotros y entre nosotros.

  Necesitamos recordar estas cuatro cosas: la constitución, el crecimiento, la transformación y la edificación. Espero que todos podamos ver que el Cuerpo de Cristo está constituido de Cristo como elemento de vida. Entonces Cristo crece en Su Cuerpo para añadirse a nosotros más y más, a fin de que crezcamos en vida. Luego con esta misma vida somos transformados. La vieja creación es reemplazada por Cristo mismo como el elemento y factor de la nueva creación. Por consiguiente, estaremos capacitados y tendremos el nivel apropiado para ser edificados por la misma vida. Esta vida es el Dios Triuno corporificado en Cristo. Todos tenemos que ver esto. Esta revelación revolucionará nuestro ser y cambiará nuestro vida cristiana.

EL MINISTERIO DEL NUEVO TESTAMENTO

  Los últimos tres puntos que necesitamos ver son el ministerio del Nuevo Testamento, la enseñanza de los apóstoles y la comunión de los apóstoles. Cuando nosotros hablamos del ministerio, nos referimos al ministerio del Nuevo Testamento que edifica el Cuerpo de Cristo. En 2 Corintios 4:1 Pablo dijo que todos nosotros hemos recibido este ministerio. Más adelante, Efesios 4:12 dice que los apóstoles, los profetas, los evangelistas y los pastores y maestros perfeccionan a los muchos santos para que hagan la obra del ministerio. El ministerio es singular y la obra también es singular. Hay una sola obra en toda la tierra. Desde el día de Pentecostés, el Señor empezó una sola obra por medio de un solo ministerio; pero esta obra se ha llevado a cabo por miles de obreros, y este ministerio ha sido llevado a cabo por medio de miles de ministros.

  Si uno lee 2 Corintios 3 y 4, puede ver los ministros (plural) y el ministerio (singular). Todos los ministros del Nuevo Testamento (3:6) tienen parte en el ministerio neotestamentario (4:1). El ministerio de Pedro era parte del ministerio; el ministerio de Pablo era parte del ministerio; el ministerio de Juan era parte del ministerio, y el ministerio de Timoteo era parte del ministerio (2 Ti. 4:5). Cuando yo vine a este país y usé el término el ministerio me refería al ministerio neotestamentario que edifica el Cuerpo de Cristo. No digo con esto que es solamente mi ministerio. Espero que todos veamos esto.

  En 1969 un hermano que estaba entre nosotros dijo que nosotros recibimos el ministerio de un solo hombre, mientras que él deseaba recibir todos los ministerios. Pero en realidad, aunque dijo que recibía todos los ministerios, no recibía, por lo menos, mi ministerio. Cuando le dije esto; él dijo que él recibía selectivamente todos los ministerios. Pero al usar la palabra selectivamente en realidad dijo que él no recibía todos los ministerios. De hecho, todos los ministerios apropiados de todos los ministros adecuados son el ministerio, el cual es el único ministerio neotestamentario (2 Co. 4:1; Ef. 4:12).

  Cuando el Señor me trajo a Su recobro, desde el primer día mis ojos fueron abiertos. Pude ver que lo que el hermano Nee ministraba estaba dentro de la línea de la revelación del eterno plan de Dios. Este plan es Su economía, Su arreglo eterno, el plan que ha tenido por los siglos. El hermano Nee estaba en la línea del plan eterno de Dios con respecto a Cristo y a la iglesia en vida y con el Espíritu. Mis ojos fueron abiertos para ver que éste es el verdadero ministerio del Nuevo Testamento. No es simplemente enseñar tipología ni profecía sino enseñar acerca de la economía neotestamentaria de Dios para que el Cuerpo de Cristo sea edificado. Esta enseñanza se llama la enseñanza de los apóstoles.

LA ENSEÑANZA DE LOS APOSTOLES

  Algunos han dicho erróneamente que la enseñanza de los apóstoles es exclusivamente aquella enseñanza que los doce apóstoles recibieron de Jesús y pasaron a los creyentes. Sin duda, el Señor les enseñó muchas cosas a Sus discípulos en los Evangelios, especialmente en Mateo y en Juan. Sin embargo, en Juan 16 el Señor les dijo que El tenía muchas cosas que decirles, las cuales ellos no podían sobrellevar en ese entonces. El no les podía comunicar estas cosas hasta que el Espíritu de realidad viniera y les revelara todas estas cosas (vs. 12-13). Esto significa que después de la muerte y resurrección del Señor, el Espíritu de realidad vendría a los apóstoles y les revelaría más cosas.

  El apóstol a quien el Espíritu le reveló más fue el apóstol Pablo. Por lo tanto Pablo dijo en Colosenses 1:25 que a él se le había encomendado completar la palabra de Dios. Allí la palabra de Dios se refiere al misterio (v. 26), el cual es Cristo como misterio de Dios (Col. 2:2) y la iglesia como misterio de Cristo (Ef. 3:4). Sin las catorce Epístolas de Pablo, la palabra santa acerca de la revelación divina de este misterio no se habría podido completar.

  El Espíritu de realidad también reveló más cosas al apóstol Juan en Apocalipsis. ¿Quién podría escribir un libro como Apocalipsis, donde se habla de los siete candeleros, los siete Espíritus, los siete sellos, las siete trompetas y las siete copas? Fue escrito por el Señor Jesús como el Espíritu por medio de Su discípulo Juan. Juan recibió en su espíritu la revelación del misterio de Cristo (Ap. 1:10). Por lo tanto, Juan dijo que después del libro de Apocalipsis, nadie podía añadirle ni quitarle nada (22:18-19). Desde Mateo hasta Apocalipsis está la enseñanza completa del Nuevo Testamento que es la enseñanza de los apóstoles.

  En los tiempos de Pablo algunas personas enseñaban las genealogías del Antiguo Testamento y la ley. Otros enseñaban gnosticismo y ascetismo. Estas diferentes enseñanzas no eran el ministerio, por supuesto. Todas las obras (los ministerios) que enseñan cosas aparte de la enseñanza de los apóstoles, la cual lleva a cabo la economía neotestamentaria de Dios, no están incluidas en el ministerio del Nuevo Testamento (1 Ti. 1:3-4). Los llamados ministerios son los factores que han producido las muchas denominaciones de hoy. La enseñanza del bautismo por inmersión produjo la denominación bautista. La enseñanza acerca de la administración de la iglesia por parte del presbiterio, de tener un cuerpo de ancianos, dio como resultado el establecimiento de la denominación presbiteriana. Todas las denominaciones tienen sus propios ministerios. En el recobro del Señor no tenemos muchos diferentes ministerios; tenemos un solo ministerio. Si recibimos todos los llamados ministerios, como por ejemplo, los ministerios de las denominaciones, tendríamos que recibir el ministerio de los presbiterianos, los bautistas, los metodistas, los episcopales, etc. Estos diferentes ministerios y enseñanzas producen divisiones.

LA COMUNION DE LOS APOSTOLES

  En el Nuevo Testamento hay un solo ministerio y una sola enseñanza y una comunión. Los primeros creyentes perseveraban en la enseñanza y la comunión de los apóstoles (Hch. 2:42). La comunión de la vida divina se da entre los apóstoles y los creyentes (1 Jn. 1:1-3a), entre los apóstoles y el Dios Triuno (v. 3b), y también entre todos los creyentes (vs. 2-3, 7). Esta comunión no es como la fraternidad de una escuela. Es posible que los estudiantes de una escuela tengan su fraternidad, pero esta fraternidad no tiene el fluir de la vida divina, el crecimiento de la vida divina ni el producto de la vida divina. La comunión divina fluye, crece y se reproduce. Este es el resultado de la vida eterna, y es, de hecho, el fluir de la vida eterna en todos los creyentes, quienes han recibido y tienen la vida divina. La comunión de los apóstoles es la comunión de la vida divina, la comunión del Espíritu Santo en todos los creyentes (2 Co. 13:14), y la comunión del Cuerpo de Cristo en la unidad del Espíritu (Ef. 4:3-4a).

  Necesitamos prestar mucha atención a los siete aspectos arriba mencionados: la constitución, el crecimiento, la transformación, la edificación, y también un solo ministerio, una sola enseñanza y una sola comunión. Si todos los cristianos pudieran mantenerse en estas siete cosas, ¿quién podría causar división? Como miembros de los grupos vitales, debemos tener esto muy en claro. Si no tenemos claridad en esto, no estamos capacitados para ser miembros de los grupos vitales. Tal vez estemos en un grupo, pero puede ser que ese grupo no sea vital.

  Cuando entré al recobro, tomé una decisión firme de tomar el ministerio que edifica el Cuerpo, es decir, el ministerio que está en la línea del plan eterno de Dios, que es un ministerio de vida y por el Espíritu. En sesenta y un años no he cambiado. Yo he sido absolutamente uno con el ministerio.

  Debido a que todos hemos visto esto, debemos vivir en el Espíritu, andar en el Espíritu y hacer todo en el Espíritu. ¿Cómo podemos tener la victoria? ¿Cómo podemos ser vencedores? Debemos vivir, andar y obrar en el Espíritu. ¿Cómo podemos ser santos? Debemos vivir, andar y obrar en el Espíritu. ¿Cómo podemos ser espirituales? Debemos vivir, andar y obrar en el Espíritu. No debemos actuar hasta que nos demos cuenta de que estamos en el Espíritu. No debemos hablar hasta que podamos decir: “Sí, estoy en el Espíritu”. El cristianismo degradado complica las cosas, pero en realidad la vida cristiana, la vida de iglesia, es la vida más sencilla que hay. Es una vida en el Espíritu. Debemos mantenernos firmes en la revelación divina y practicar la vida cristiana, eso es, debemos vivir, andar y actuar en el Espíritu.

  Si somos personas así, estaremos listos para movernos con el Señor. Tenemos que darnos cuenta de que nosotros, los miembros de Cristo, somos los sacerdotes neotestamentarios del evangelio. La primera cosa que los sacerdotes debían hacer era ofrecer sacrificios a Dios. Hoy en día en el Nuevo Testamento, nuestros sacrificios no son de ganado, ni de ovejas ni de bueyes. Nuestros sacrificios son los pecadores salvos que se convierten en los miembros de Cristo (Ro. 15:16; 1 P. 2:5, 9). Los ofrecemos como miembros del Cuerpo de Cristo. A los ojos de Dios, ellos son los sacrificios vivos (Ro. 12:1). Esto es lo primero que tenemos que hacer.

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