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Mensajes del libro «Comunión en cuanto a la urgente necesidad de los grupos vitales»
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COMUNION EN CUANTO A LA URGENTE NECESIDAD DE LOS GRUPOS VITALES

MENSAJE SEIS

PRACTIQUEMOS LOS GRUPOS BAJO EL ARREGLO Y LIDERAZGO APROPIADO

  Oración: Señor, enséñanos a orar en cuanto a Tu mover tocante al agrupamiento. Necesitamos Tu dirección. No queremos orar con palabras vanas. Deseamos tocar Tu corazón y tocar los puntos cruciales. Señor, límpianos otra vez con Tu preciosa sangre para que tengamos en nuestra comunión una conciencia clara, con un espíritu claro como cristal. Danos paso a paso todas las cosas que necesitamos para seguir adelante en este asunto de los grupos. Necesitamos Tu dirección para saber lo que debemos hacer en cuanto a este asunto en todas las iglesias en Tu recobro. Parece ser que no sabemos nada cuando llegamos a los pasos prácticos. Señor, ¿cómo debemos hacer esto? En esta mañana, desesperados acudimos a Ti buscando Tu clara dirección. Señor, derrota al enemigo. Nos escondemos en Ti. Amén.

FORMEMOS LOS GRUPOS POR MEDIO DE ORACION Y COMUNION BAJO EL LIDERAZGO APROPIADO

  Yo creo que debemos ver que tomar el camino de los grupos vitales no es meramente algo nuevo sino una parte adicional de la obra en el recobro. En nuestra conversación en cuanto a los grupos vitales, no necesitamos usar términos tales como “la manera vieja” o “la manera nueva”. Al igual que la formación de un ejército por una nación, el recobro del Señor está formando un ejército. Para formar este ejército, no necesitamos detener nada de lo que actualmente existe en la vida de iglesia. Podemos permitir que todo continúe tal como va.

  Actualmente formar los grupos vitales es muy práctico. Somos como una nación sin ejército. Ahora sentimos la necesidad de fortalecer nuestra “nación”. Para edificar nuestra nación, necesitamos un ejército. Para formar un ejército, podemos reunir los voluntarios que hay en cada iglesia. Luego necesitamos estudiar cómo formar los grupos. También tenemos que considerar quiénes serán los líderes. Luego necesitamos entrar en la práctica paso a paso. En la formación y práctica de los grupos, los principios tienen que ser los mismos en cada iglesia, pero los pasos particulares no tienen que ser los mismos. La iglesia en cierta localidad puede seguir un camino apropiado para su situación, mientras que la iglesia en otra localidad puede seguir otro camino. Sin embargo, en principio, todo debe ser iniciado por los ancianos.

  Al principio tenía el concepto de que los santos en las iglesias deben formar sus propios grupos, pero después de considerar el asunto más detenidamente, me parece que probablemente no sea la manera más adecuada de seguir adelante. Creo que los hermanos responsables en cada iglesia deben reunir a los que estén dispuestos y explicarles lo que queremos hacer y cómo lo vamos a hacer. Luego por un tiempo deben orar y tener comunión en cuanto a la formación de los grupos. Esto debe ser algo aparte de las actividades normales de la iglesia, y significa que no hacemos nada sin primero orar. Debemos orar, tener comunión y aseguramos de que los santos interesados estén claros. Luego debemos formar los grupos con siete u ocho miembros en cada grupo, y también seleccionar líderes para cada grupo.

No demos demasiado énfasis al liderazgo

  Si damos demasiado énfasis al liderazgo, caeremos en una trampa. Simplemente tenemos que decirles a los líderes que ellos deben llevar a cabo su responsabilidad sin asumir la posición de líder. En el mundo a todos les gusta asumir el liderazgo. Sin embargo, en el Nuevo Testamento, aunque el Señor designó a los doce apóstoles (Mt. 10:1-4; Mr. 3:13-19; Lc. 6:12-16), después, en Mateo 23:8, El dijo algo que aparentemente contradijo Su nombramiento: “Pero vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque uno solo es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos”. Aquí el Señor parece disminuir el apostolado y considerar que todos los apóstoles eran meramente hermanos. En contraste, al principio de casi todas sus epístolas Pablo dijo que él era un apóstol. Si alguien tiene la capacidad, la carga y la comisión del Señor tal vez sea necesario que asuma el apostolado. Si los que no tienen la capacidad, la carga, o la comisión del Señor asumen el apostolado, la situación será un desorden. En la época de Pablo, había una situación desordenada. Por esta razón, Pablo, al escribir sus epístolas, tuvo que afirmar su apostolado. Los corintios dudaban del apostolado de Pablo, y los judaizantes pretendían ser apóstoles con el objeto de anular el apostolado de Pablo (1 Co. 9:1-3 y la nota 3 del versículo 1; 2 Co. 10:12, 18; 11:5, 12-15, 21-23a; 12:11; 13:3, 5-6). Por lo tanto, fue necesario que Pablo vindicara su apostolado. Sin embargo, los líderes de los grupos no necesitan asumir el liderazgo. Simplemente deben encargarse de su responsabilidad y llevar a cabo su deber sin ninguna clase de pensamiento ni sentimiento de que ellos son los líderes. Asumir el liderazgo está relacionado con las obras de los nicolaítas (Ap. 2:6).

La necesidad de un arreglo y un liderazgo

  Nuestras experiencias en el pasado y nuestros experimentos en los últimos años nos han llevado a la siguiente conclusión: aunque la vida de iglesia debe ser orgánica, por el Espíritu, en el Espíritu y con el Espíritu, todavía existe la necesidad de algún arreglo. Este entendimiento ha sido confirmado firmemente en los últimos siete años y medio. Durante estos años yo he enseñado que la vida de iglesia debe ser orgánica, sin ningún arreglo que esté bajo algún liderazgo. Sin embargo, con respecto a la práctica de la manera ordenada por Dios, el resultado no ha sido tan satisfactorio como debiera. Esto puede indicar que es necesario tener el liderazgo en una forma adecuada.

LA PRACTICA EN LOS GRUPOS

  ¿En qué principio basaremos la formación de los grupos? Nosotros no debemos formar los grupos meramente según la situación geográfica ni la edad de los santos, y con seguridad no debemos formarlos según nuestra preferencia. Escoger de acuerdo a nuestro propio interés siempre trae muerte.

  Al comienzo podemos formar los grupos con siete u ocho miembros. En un año cada grupo debe duplicarse y dividirse; un grupo de dieciséis se convertirá en dos grupos de ocho.

  El requisito más necesario para el agrupamiento es la intimidad. Después de algunas semanas los siete u ocho miembros del grupo deben llegar a ser una sola persona en una intimidad profunda. Luego, dentro del círculo íntimo el grupo debe practicar la comunión y también la alimentación. La predicación del evangelio no es algo que se practica en el círculo íntimo. La comunión requiere mucho estudio y mucha práctica, porque o no nos comunicamos en absoluto o nos reunimos y simplemente chismeamos. En realidad, el chismorreo no es comunión; está lleno de levadura y corrupción. Necesitamos evitar cualquier clase de chismorreo.

  También necesitamos practicar la intercesión, o sea, orar los unos por los otros. La intercesión depende de la comunión y se basa en ella. Además de la intercesión necesitamos practicar el pastoreo y el cuidado mutuos. El pastoreo se incluye en el cuidado del uno por el otro. Además debemos practicar la enseñanza en mutualidad. Esta clase de enseñanza es muy parecida a la alimentación. No debe darse que un solo hombre enseñe; más bien, debemos practicar la enseñanza mutua por medio de una mutualidad de preguntas y respuestas. Si permitimos que solamente un hombre enseñe, el resto no podrá profetizar. La enseñanza mutua es un fundamento de la práctica del profetizar. En las reuniones de grupo necesitamos edificar todas estas cosas.

  Se requieren aproximadamente cuatro meses para practicar todas estas cosas. Luego practicaremos la última: salir a visitar a otros llevándoles el evangelio. Para esto necesitamos mucha práctica. Es necesario estudiar para conocer la necesidad de la gente y averiguar a quién debemos visitar. Necesitaremos aproximadamente cinco meses para formar los grupos, ser adiestrados y ponerlo todo en práctica. Creo que si hacemos esto, seremos eficaces cuando salgamos a visitar.

  Si es posible guardaremos el principio de visitar personas únicamente por recomendación. Necesitamos pedirles a los santos que nos den los nombres de sus familiares y conocidos. Algunas recomendaciones pueden ser hechas aun por correspondencia. Luego podemos hacer los arreglos necesarios para llamar o tener contacto con aquellas personas que han sido recomendadas.

  Aunque es algo difícil ganar la raza caucásica, usando todos estos medios creo que lo lograremos. Nadie podrá bloquearnos. Conforme a nuestra práctica actual, es posible que nos bloqueen aquellos que están en el cristianismo organizado. De cierto, ellos ya nos han bloqueado en el condado de Orange. Si seguimos el camino de reunirnos como grupos, creo que podremos saltar el bloqueo.

  Introducir a los nuevos creyentes en la iglesia debe hacerse de acuerdo con la situación. Tal vez nos parezca que algunos de los nuevos después de un corto tiempo ya estén listos para asistir a una reunión de la iglesia. Algunos hasta pedirán venir a una reunión. Espero que las reuniones de la iglesia sean mejoradas en gran manera. Creo que el mover actual del Señor en la formación de los grupos inspirará y elevará la vida de iglesia.

  En la formación de los grupos tenemos que tomar en consideración la edad. Aquellos mayores de edad deben permanecer en sus hogares orando por los grupos. Podemos comparar la formación de los grupos vitales con la formación de un ejército. No todos los ciudadanos están capacitados para ingresar al ejército. Tenemos que hacer saber a la iglesia que los grupos vitales son como un ejército. Aquellos que tienen la carga bien pueden participar, pero deben considerar si su ingreso a los grupos será de ayuda o no. Si no es de ayuda, es mejor que permanezcan en casa y oren por los grupos.

  Para las etapas iniciales de la enseñanza en los grupos, tal vez sea beneficioso usar las lecciones de vida (véase Lecciones de vida publicado por Living Stream Ministry). Las cuarenta y ocho lecciones serán suficiente para un año. Para que estas lecciones sean usadas apropiadamente en las reuniones de grupo, necesitamos mucho adiestramiento. No debemos permitir que las reuniones de grupo se lleven a cabo sin algunas directrices; tiene que haber cierta regulación.

  La duración de las reuniones de grupo debe ser de aproximadamente noventa minutos, máximo dos horas. Podemos dividir las reuniones en cuatro secciones de veinte minutos cada una. Los primeros veinte minutos deben dedicarse a la comunión, y las siguientes secciones de veinte minutos, a la intercesión, el pastoreo y la enseñanza, cada una sucesivamente. Las reuniones de grupo no serán como las reuniones generales de la iglesia; más bien, serán como un ejército. Podemos adiestrar a todos los miembros del grupo, pero tal vez no podamos adiestrar a todos los miembros en la vida de iglesia, algunos tal vez no puedan recibir el adiestramiento.

APRENDAMOS A SER DILIGENTES EN LA OBRA DEL SEÑOR

  Cuando el hermano Nee escribió los tres tomos de El hombre espiritual, él estaba gravemente enfermo con tuberculosis. Escribió esos tres volúmenes en aproximadamente un año, de 1926 a 1927. Después que terminó, estaba agotado, y a punto de morir. La gravedad de su enfermedad se debió en parte a su labor en ese libro. Luego un día el Señor sanó al hermano Nee; fue una verdadera sanidad divina. Hasta donde sé, el hermano Nee raramente tenía paz mientras laboraba para el Señor; por el contrario, él continuamente luchaba y batallaba en contra de todo tipo de problemas.

  Todos los hermanos que sirven deben aprender a ser diligentes, haciendo todo con diligencia pero sin prisa. Para servir al Señor tenemos que ser como soldados en el servicio militar. Una vez que una persona ingresa al servicio militar, está sujeta a reglamentos veinticuatro horas al día. Desde el momento en que se levanta por la mañana hasta el momento en que se va a la cama por la noche, en todo es regulado. En el recobro del Señor, si no nos ejercitamos y conducimos apropiadamente, sufriremos daño. Con la manera en que hacemos las cosas actualmente, si el recobro fuera un negocio, no tendríamos éxito. En el área del comercio, todo es una batalla. Sin embargo, en el recobro puede ser que no nos demos cuenta de que estamos en una batalla. Parece que todo lo tomamos sin preocupación. Esto no está bien. En el sentido espiritual, debemos ser, en la obra del Señor, como aquellos que compiten en los negocios para obtener ganancias (Lc. 19:13b).

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