
En este mensaje veremos más acerca de la iglesia como complemento de Cristo.
La iglesia como complemento de Cristo es tipificada por Eva, quien fue el complemento de Adán (Ef. 5:31-32). Adán en Génesis 2 es tipo, figura (Ro. 5:14), de Cristo. Figurativamente hablando, podemos decir que Adán era Cristo. Cuando vemos a Adán en Génesis 2, vemos a Cristo. Aparentemente Eva era solamente una mujer, la esposa de Adán, su complemento. Sin embargo, si tenemos la visión espiritual que nos da Efesios 5, veremos que Eva en el huerto era tipo, figura, de la iglesia. Si tenemos esta perspectiva, comprenderemos que todo cuanto le sucedió a Adán en Génesis 2 constituye una experiencia de Cristo, y que todo lo sucedido con Eva está relacionado con la iglesia. En figura, Adán era Cristo y Eva era la iglesia.
Dios creó los cielos, los cuales son para la tierra, y creó la tierra, la cual es para el hombre. Después, Él creó al hombre, quien es para Dios; dicho hombre fue creado con un espíritu a fin de que recibiera a Dios. Adán tipifica a Dios en Cristo como verdadero Marido universal que busca una esposa para Sí.
Después que Adán fue creado, Dios dijo: “No es bueno que el hombre esté solo; haré ayuda idónea para él” (Gn. 2:18). Aunque Adán era perfecto, no estaba completo. Este mismo principio se aplica a Dios en Cristo como verdadero Marido. Aunque Dios es absoluta y eternamente perfecto, Él no está completo. Afirmar que Dios es imperfecto sería una blasfemia. Nuestro Dios es eternamente perfecto. Sin embargo, sin la iglesia Él no estaría completo. Por tanto, cuando Dios dijo que no era bueno que Adán estuviera solo, ello indicaba que Dios mismo estaba incompleto y que no era bueno que Él estuviera solo. La necesidad que Adán tenía de una esposa como su complemento tipifica y retrata la necesidad que Cristo tiene de la iglesia como Su complemento. Si vemos esto, todos los aspectos de Génesis 2 estarán claros para nosotros.
La primera pareja en la Biblia, Adán y Eva, presenta un cuadro significativo y completo de Cristo y la iglesia. Según el libro de Génesis, Dios no creó al hombre y a la mujer al mismo tiempo ni del mismo modo. Primero, Dios formó el cuerpo del hombre del polvo de la tierra. Después, Él sopló en su nariz aliento de vida, y llegó a ser el hombre alma viviente (Gn. 2:7). Después de crear al hombre, Dios declaró que no era bueno que el hombre estuviera solo y que habría de hacerle un complemento. Los animales y las aves fueron traídos delante de Adán, quien les dio nombre; mas para Adán “no se halló ayuda idónea” (v. 20). En Adán había el deseo de obtener un complemento, alguien que le correspondiese. Pero entre el ganado, los animales del campo y las aves no se halló un complemento para Adán. A fin de producir tal complemento, “Jehová Dios hizo caer un sueño profundo sobre el hombre” (v. 21). Mientras Adán dormía, el Señor tomó una de las costillas de Adán y la usó para edificar una mujer (v. 22). En vida, naturaleza y forma, la mujer era igual al hombre. Por tanto, cuando Dios trajo la mujer a Adán, éste exclamó: “Esta vez sí que es hueso de mis huesos, / y carne de mi carne” (v. 23). Adán sabía que finalmente había encontrado su complemento.
Debido a que no había complemento para Cristo en el universo creado, Dios hizo que Cristo muriera en la cruz. La muerte de Cristo está tipificada por el sueño profundo que Dios hizo caer sobre Adán. Mientras el Señor Jesús “dormía” en la cruz, Su costado le fue abierto y salió sangre y agua (Jn. 19:34). Debido a que en Génesis 2 el problema del pecado todavía no estaba presente, este capítulo sólo menciona que la costilla fue extraída del costado de Adán; no dice nada acerca de la sangre. Pero en Juan 19 se hace referencia a la sangre, la cual resuelve el problema del pecado. El agua representa la vida de Cristo que fluye, la vida eterna, la cual produce la iglesia. Esta vida también es tipificada por la costilla que fue tomada del costado de Adán. Según Juan 19, ni uno de los huesos del Señor fue quebrado cuando Él estaba en la cruz. Los huesos no quebrados de Cristo representan Su vida eterna inquebrantable. Por tanto, la costilla de Adán tipifica la vida inquebrantable de Cristo. Con esta vida eterna la iglesia es edificada como complemento preparado para Cristo. En esta edificación de Su complemento, Cristo obtiene la iglesia en calidad de pareja para Sí mismo. Así como Eva, el complemento de Adán, formaba parte de Adán, también la iglesia, el complemento de Cristo, forma parte de Cristo.
Después que la mujer fue edificada de la costilla de Adán y fue traída ante él, éste exclamó: “Esta vez sí que es hueso de mis huesos, / y carne de mi carne” (Gn. 2:23a). En tipología, esto indica que la iglesia forma parte de Cristo; ella es nada menos que Cristo mismo.
La iglesia, el complemento de Cristo, es el elemento de Cristo que está en los creyentes. La suma total de este elemento presente en los muchos creyentes equivale a la iglesia. Esto indica que la iglesia no está compuesta por personas de diferentes razas, nacionalidades y culturas; por el contrario, la iglesia es la totalidad del Cristo que está en todos Sus creyentes. Aunque somos personas regeneradas, si vivimos y actuamos conforme a nuestro hombre natural, no somos en realidad miembros de Cristo, partes de Su complemento. Un miembro de Cristo es una persona producida con el elemento de Cristo, quien es el Espíritu vivificante en nuestro espíritu. Cristo como Espíritu vivificante mora en Sus creyentes. Cuando este Cristo que está en Sus creyentes es sumado, la suma total equivale a la iglesia, Su complemento, el cual forma parte de Cristo mismo.
Eva formaba parte de Adán porque ella procedía de Adán. Asimismo, la iglesia como complemento de Cristo forma parte de Cristo porque ella procede de Cristo. Génesis 2:22a dice: “De la costilla que Jehová Dios había tomado del hombre, edificó una mujer”. Aquí vemos que la costilla, el hueso, procedente de Adán fue edificado para convertirse en una mujer: Eva, el complemento de Adán. Efesios 5 indica que esto es un tipo de Cristo que produce la iglesia. Así como Eva procedió del costado de Adán, también la iglesia procede del costado de Cristo.
El hueso mencionado en Génesis 2 es un tipo de la vida de resurrección del Señor, la cual es inquebrantable y fue liberada mediante Su muerte. Esta vida de resurrección inquebrantable tiene por finalidad producir la iglesia, la Eva espiritual, la esposa espiritual que es pareja de Cristo.
Todo aspecto de la muerte del Señor fue determinado por la soberanía de Dios. Bajo la soberanía de Dios, ninguno de los huesos del Señor fue quebrado (Jn. 19:31-33, 36). Que el Señor no tuviera ninguno de Sus huesos quebrados fue tipificado por los huesos del Cordero pascual. Al instituir la Pascua, Dios dispuso que ninguno de los huesos del cordero fueran quebrados (Éx. 12:46; Nm. 9:11-12). Éste fue un tipo maravilloso. Después, en Salmos 34:20, esto mismo fue profetizado. Tanto el tipo como la profecía se cumplieron en la muerte del Señor en la cruz.
En Génesis 2:21-23 hallamos la primera mención en las Escrituras referentes a un hueso, el cual era una costilla que fue tomada de Adán a fin de producir y edificar a Eva como pareja de Adán. Eva era un tipo de la iglesia, la cual es producida con la vida de resurrección de Cristo, vida que fue liberada de Su interior mediante la muerte. En otras palabras, la iglesia proviene de la vida de resurrección, la vida inquebrantable, de Cristo. Su vida es una vida que jamás puede ser herida, dañada o quebrada. Así como Eva provino del hueso de Adán, también la iglesia proviene de la vida de resurrección de Cristo, la cual es tipificada por el hueso de Adán. Eva fue hecha de un hueso, y la iglesia es producida mediante la vida divina.
El costado del Señor fue traspasado, pero ninguno de Sus huesos fue quebrado. Esto significa que aunque la vida física del Señor fue aniquilada, Su vida de resurrección, la vida divina, no puede ser lastimada ni dañada por nada. Ésta es la vida con la cual la iglesia es producida y edificada.
Después que Eva salió de Adán, ella le fue presentada a él. Adán dijo acerca de ella: “Ésta será llamada Varona, / porque del Varón fue tomada” (v. 23b). Esto revela claramente que Eva provino de Adán. En tipología, esto indica que la iglesia, como complemento de Cristo, proviene de Cristo.
Después que Eva, quien forma parte de Adán, salió de Adán, ella retornó a Adán. Esto se halla indicado en Génesis 2:22b, donde se nos dice que Jehová Dios “la trajo al hombre”. En tipología esto indica que la iglesia, la cual forma parte de Cristo y ha salido de Cristo, retorna a Cristo. Únicamente aquello que sale de Cristo puede ser reconocido por Cristo. Únicamente aquello que sale de Cristo puede retornar a Cristo y corresponderle. Únicamente aquello que sale de la vida de resurrección de Cristo puede ser Su complemento, Su pareja. Únicamente aquello que procede de Cristo y que, en realidad, es Cristo mismo, puede ser uno con Él como Su complemento.
Génesis 2:24 dice: “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”. Adán y Eva finalmente llegaron a ser una sola carne, una unidad completa. Esto nos muestra que la esposa, Eva, era el complemento para su marido, Adán. Sin Eva, Adán estaba incompleto. Eva fue tomada de Adán y retornó a Adán a fin de que los dos llegaran a ser una sola carne. Esto es una figura, la cual representa a Dios en Cristo como Marido y a Su pueblo redimido como Su complemento, quienes son unidos como una sola entidad. En tipología, Adán y Eva llegaron a ser una sola carne. En realidad, Cristo y la iglesia son un solo espíritu, porque aquel que se une al Señor es un solo espíritu con Él (1 Co. 6:17). Según lo dicho por Pablo en Efesios 5, la unión matrimonial entre marido y mujer representa el gran misterio con respecto a Cristo y la iglesia.
Dios desea ser uno con el hombre. Esta meta ha sido lograda mediante la muerte y resurrección de Cristo, lo cual produjo la iglesia. La iglesia representa la humanidad apropiada que corresponde a Dios en Cristo como Marido. En esta unión, la cual perdurará por la eternidad, la humanidad que ha sido redimida, regenerada y transformada es uno con la divinidad. La Nueva Jerusalén que viene en el cielo nuevo y la tierra nueva será la máxima consumación de la unión del Dios Triuno procesado con Su pueblo redimido, pues la Nueva Jerusalén será una unidad viviente y completa compuesta por la divinidad y la humanidad.
Juntos, Adán y Eva conforman una unidad completa. Según el mismo principio, Cristo y la iglesia forman una unidad completa. Podemos decir que la iglesia es “la otra mitad” de Cristo. Sin el Señor, no estamos completos. Asimismo, sin la iglesia, Cristo no está completo. Es un hecho maravilloso que Cristo y la iglesia hayan sido unidos a fin de formar una unidad completa.
Debido a que Eva formaba parte de Adán, habiendo salido de Adán, ella poseía la vida y la naturaleza de Adán. Puesto que Adán y Eva en Génesis 2 son un tipo de Cristo y la iglesia, esto significa que la iglesia tiene la misma vida y naturaleza que Cristo tiene.
En la iglesia como complemento de Cristo, no hay cabida para nuestra vida natural y nuestra naturaleza humana caída. La vida y naturaleza humanas no son adecuadas para corresponder a Cristo. A fin de ser Su complemento, debemos llegar a ser uno con Cristo en vida y naturaleza. Esto significa que Cristo y la iglesia, al constituir una sola unidad, comparten la misma vida y naturaleza. No debiéramos simplemente saber esto como una doctrina, sino ver esto como una visión celestial. Debemos ver por qué tenemos que recibir a Cristo como nuestra vida y ser hechos participantes de Su naturaleza divina (2 P. 1:4). Debido a que la iglesia es el complemento de Cristo, los que conformamos la iglesia tenemos que experimentar a Cristo como nuestra vida y ser participantes de Su naturaleza divina.
Eva, quien tenía la vida y naturaleza de Adán, también tenía la imagen de Adán. Esto indica que la iglesia porta la misma imagen que Cristo. Además, en cuanto a su estatura, Eva era casi igual a Adán. Esto indica que la iglesia debe tener la misma estatura que Cristo. Si vemos esto como una visión celestial, comprenderemos por qué debemos ser “transformados de gloria en gloria en la misma imagen” (2 Co. 3:18). También comprenderemos por qué la iglesia tiene que alcanzar la medida de la estatura de la plenitud de Cristo (Ef. 4:13). Debido a que hemos de ser el complemento de Cristo, debemos ser plenamente transformados a Su imagen y crecer plenamente hasta que lleguemos a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.
El resultado del sueño profundo que sobrevino a Adán durante el cual su costado le fue abierto para liberar una costilla, fue que él obtuvo a Eva como su complemento, su pareja, para que le correspondiese. Esto significa que el resultado de la muerte de Cristo en la cual Su costado fue traspasado para liberar Su vida divina fue que Él obtuviera la iglesia como Su complemento, Su pareja. A partir de entonces, Dios ya no está solo, pues Cristo ha obtenido un complemento que le corresponde. Por tanto, Apocalipsis 21 y 22 nos muestran que la Nueva Jerusalén como consumación de la iglesia será la esposa de Cristo a fin de ser Su complemento plenamente de modo que le corresponda por la eternidad.
Que todos podamos ver la visión celestial de la iglesia como complemento de Cristo. La iglesia, el complemento de Cristo, forma parte de Cristo, ha salido de Cristo y es edificada con Cristo. Finalmente, la iglesia retorna a Cristo y llega a ser uno con Él al poseer Su vida, naturaleza, imagen y forma. De este modo, la iglesia llega a ser la pareja de Cristo, Su complemento.