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Mensajes del libro «Cuatro elementos cruciales de la Biblia: Cristo, el Espíritu, la vida y la iglesia, Los»
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CAPÍTULO NUEVE

LA IGLESIA

(1)

  Lectura bíblica: Sal. 84:1-12; Mt. 16:16-18; 18:15-17; Hch. 8:1; Ef. 1:22-23; 2:22; 4:24; 5:25-32; 6:11-13; Ap. 1:4; 4:5; 5:6; 21:10-14; 22:1-2, 16-17

LOS HIMNOS SON LA MANIFESTACIÓN DE UN ENTENDIMIENTO CABAL DE LA VERDAD

  Nuestros himnos no fueron escritos según nuestras propias ideas, sino conforme a las verdades de la Biblia. Explicar las verdades bíblicas no es una tarea fácil. Expresar las verdades en poemas y en lírica requiere, sobre todo, poseer un entendimiento cabal de las verdades. Si deseamos estudiar y continuar adentrándonos en las verdades profundas de la Biblia, debemos hacerlo usando nuestro himnario junto con la Biblia y apoyándonos en los Estudios-vida y otros libros espirituales. A veces una sola línea de un himno puede estar llena de las riquezas de la verdad.

  Yo compilé nuestro himnario actual en 1966. Ustedes no podrán encontrar un himnario en el cristianismo que sea como el nuestro, con un contenido tan rico en verdades. Tan sólo la tabla de contenido abarca cinco páginas, mostrándonos la secuencia de las verdades, de tal modo que al leerla, uno fácilmente puede recibir luz. Simplemente estudiar este himnario es estudiar la teología más elevada en el recobro del Señor. Si quisiéramos estudiar la tabla de contenido de nuestro himnario hasta entenderla cabalmente y encontrar la base de la verdad bíblica en cada himno, esto nos tardaría al menos cuatro años. Nuestros libros espirituales y los Estudios-vida son una manifestación de la verdad en palabras escritas, y los himnos son esas palabras convertidas en poemas y lírica. Componer himnos es alcanzar la cumbre, es llegar a la cúspide, del estudio de la verdad.

  En la tabla de contenido de nuestro himnario hay una categoría llamada “La iglesia”. Ésta abarca la iglesia en calidad de misterio de Cristo, aumento de Cristo, plenitud de Cristo, vaso de Cristo y candelero de Cristo. También abarca la definición general de la iglesia, el camino de la iglesia, así como la fe, la unidad, el fundamento, la edificación, la atracción, la coordinación y la comunión propia de la iglesia. Himnos, #351 provee la definición general de la iglesia, mientras que Himnos, #365 habla acerca de la atracción de la iglesia. Quizás muchos de nosotros hayamos estado en la vida de iglesia por varios años, pero aún no tengamos claridad con respecto a la definición de la iglesia, ni sepamos cuál es el precio que debemos pagar cuando somos atraídos por la iglesia. Estos dos himnos nos revelan estos dos aspectos de la verdad. Espero que todos podamos estudiar con toda diligencia las verdades contenidas en nuestro himnario.

LOS TIPOS DE LA IGLESIA EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

  En la Biblia, el Antiguo Testamento nunca habla de la iglesia de forma explícita, pero sí contiene tipos de la iglesia. Según los tipos presentados en el Antiguo Testamento, la iglesia es, por un lado, una mujer en calidad de complemento y, por otro, una morada donde Dios reside. Aparte del cordero y las ofrendas, que son tipos de la obra redentora del Señor, la mayoría de los tipos del Antiguo Testamento tienen que ver con estos dos aspectos de la iglesia. Por un lado, la iglesia es tipificada por una mujer como complemento de Dios para Su satisfacción; y por otro, es tipificada por el tabernáculo y el templo como morada donde Dios reside.

  En el Antiguo Testamento, el primer tipo de la iglesia como complemento de Dios es Eva. Eva, la esposa de Adán, fue formada a partir de la costilla de Adán y, por tanto, poseía la misma naturaleza de él. Luego ella le fue devuelta a Adán para que fuese su complemento. Romanos 5:14 dice que Adán es un tipo de Aquel que había de venir: Cristo. Por lo tanto, según la tipología, en el matrimonio de Adán y Eva se ve el hecho de que Cristo toma por esposa a la iglesia. La iglesia procede de Cristo, posee la misma naturaleza de Cristo y le es devuelta a Cristo para que sea Su complemento, como se revela en Efesios 5:25-32. Aunque el Antiguo Testamento no hace mención de la iglesia de forma explícita, sí nos presenta un cuadro tipológico de una manera clara y apropiada.

  En el Antiguo Testamento, el tabernáculo y el templo son tipos de la iglesia, la morada de Dios. En Salmos 84 el salmista nos dice que él anhela y aun ardientemente desea los atrios de Jehová, la morada de Dios. La función de la morada de Dios no es solamente servir de lugar de reposo para Dios, sino también para Su pueblo. Es con base en este salmo que fue escrito Himnos, #364. En los tiempos del Antiguo Testamento, los hijos de Israel cantaban en salmos acerca de la morada de Dios. Esto indica que ellos tenían la experiencia subjetiva del templo santo, la morada de Dios.

LA IGLESIA EN EL NUEVO TESTAMENTO

La iglesia en el Evangelio de Mateo

  En los Evangelios en el Nuevo Testamento, se menciona la iglesia apenas dos veces, en Mateo 16 y 18. En Mateo 16, el Señor ya había estado con Sus discípulos por tres años. Un día Él los llevó a la región de Cesarea de Filipo, que queda al norte de la tierra de Judea, lejos de la atmósfera de Jerusalén. Fue allí que Él les preguntó: “¿Quién decís que soy Yo?”. Pedro le respondió: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”. Inmediatamente el Señor Jesús le dijo: “Sobre esta roca edificaré Mi iglesia” (vs. 15-18). Ésta es la primera vez que se menciona la palabra iglesia de manera explícita en toda la Biblia. Luego en el capítulo 18, el Señor dijo que si un hermano peca contra nosotros y rehúsa oír nuestra amonestación, debemos entonces decírselo a la iglesia (vs. 15-17). Ésta es la segunda vez que se menciona la iglesia.

  Estos dos pasajes de la Palabra revelan dos aspectos de la iglesia. La iglesia revelada en 16:18 es la iglesia universal, que es el único Cuerpo de Cristo, mientras que la iglesia revelada en 18:17 es la iglesia local, la expresión del único Cuerpo de Cristo en una localidad. El capítulo 18 dice que si un hermano peca y rehúsa oír nuestra amonestación, debemos decírselo a la iglesia. Con seguridad, esto se refiere a la iglesia en la localidad donde estamos. Por lo tanto, Mateo 18 habla acerca de la iglesia local. La iglesia es única en el universo, pero se expresa en cada localidad. Ésta es la iglesia según se revela en los Evangelios.

La iglesia en el libro de Hechos

  La iglesia se expresa en cada localidad. ¿Dónde se expresó por primera vez? Para ello debemos remitirnos al libro de Hechos. El versículo 1 del capítulo 8 dice: “La iglesia que estaba en Jerusalén”. La iglesia no se menciona aquí de forma doctrinal, sino de manera práctica. El día de Pentecostés, el Espíritu Santo fue derramado sobre los discípulos de modo que ellos, siendo llenos del Espíritu Santo exteriormente, predicaron el evangelio con gran poder y atrajeron a tres mil personas en una ocasión, y en otra, a cinco mil personas (2:41; 4:4). Por lo tanto, había aproximadamente diez mil creyentes en Jerusalén. Había cristianos en todas partes. Cuando se reunían en la ciudad, aquello era la expresión de la iglesia del Señor en ese lugar, Jerusalén. Por lo tanto, la primera iglesia que se expresó en una localidad fue la iglesia en Jerusalén.

  La iglesia en Jerusalén fue la primera iglesia establecida en una localidad dentro de la jurisdicción de una ciudad, la ciudad de Jerusalén (5:11). Por lo tanto, ella era una iglesia local en su localidad, así como lo indicó el Señor en Mateo 18:17, y era parte de la iglesia universal, que es el Cuerpo de Cristo (Ef. 1:22-23), lo cual el Señor reveló en Mateo 16:18. El relato en cuanto al establecimiento de la iglesia en su localidad es el mismo en todo el Nuevo Testamento (Hch. 13:1; 14:23; Ro. 16:1; 1 Co. 1:2; 2 Co. 8:1; Gá. 1:2; Ap. 1:4, 11).

  En Hechos 13 vemos la iglesia en Antioquía. De Antioquía, el evangelio del Señor se propagó a otras regiones y llegó a diferentes ciudades de Asia Menor. Por lo tanto, 14:23 dice que los apóstoles constituyeron ancianos en cada ciudad. La frase cada ciudad aquí significa cada iglesia local porque sólo existe una sola iglesia en una ciudad (cfr. Tit. 1:5). La palabra griega traducida “iglesia”, la cual se refiere a la iglesia en Jerusalén en Hechos 8 y a la iglesia en Antioquía en el capítulo 13, aparece en forma singular, lo cual indica que a los ojos de Dios, independientemente del número de creyentes, en una ciudad sólo existe una sola iglesia. La iglesia en Antioquía era una sola iglesia. En Asia Menor, cada una de las diferentes ciudades que había allí, como por ejemplo Éfeso y Esmirna, tenía su respectiva iglesia y, por tanto, eran “iglesias”.

  En Mateo el Señor Jesús mencionó sólo de manera breve la iglesia en su aspecto único y universal y en su aspecto local, el de su expresión. Eso fue todo lo que Él mencionó al respecto cuando estuvo en la tierra. Luego, después de Su resurrección, ascensión y descenso, inmediatamente la iglesia se manifestó de lugar en lugar, primero en Jerusalén, luego en Antioquía, después en una ciudad tras otra en Asia, y por último en diferentes ciudades de Macedonia (Hch. 16:8-12).

La iglesia en las Epístolas

  En las Epístolas, especialmente en Efesios, el apóstol Pablo da una explicación detallada de la iglesia. Nos dice que la iglesia es algo que Dios planeó en la eternidad, algo que deseaba en Su corazón; el plan de Dios en Su economía. Antes de que Dios creara los cielos y la tierra, en la eternidad pasada, Él tuvo un deseo en Su corazón, un beneplácito, que consistía en obtener un grupo de personas que fuesen una entidad corporativa, un Cuerpo, Su vaso, y Él pudiese ser la vida de dicho vaso y morar en él, de modo que este Cuerpo corporativo llegase a ser Su expresión. Este Cuerpo corporativo es una sola entidad con Él; Él es la vida de este Cuerpo corporativo, y este Cuerpo corporativo manifiesta externamente Su vivir. Este Cuerpo corporativo es la iglesia.

  La iglesia es el Cuerpo de Cristo, y Cristo, el Salvador, es la Cabeza del Cuerpo. La Cabeza con el Cuerpo, es decir, Cristo con la iglesia, es una persona completa y de gran magnitud en el universo. Cristo como Cabeza es la corporificación del Dios Triuno. En Él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad. Por lo tanto, la Cabeza de esta gran persona universal y completa es el Dios Triuno, y el Cuerpo es la iglesia. Si alguien estuviera delante de nosotros sin cabeza, lo consideraríamos un monstruo. Si viéramos un cuerpo sin cabeza haciéndonos gestos con las manos, nos espantaríamos. Es una lástima que entre los judíos, los gentiles, la Iglesia Católica y muchos en el cristianismo, son muy pocos los que saben que el Dios Triuno es la Cabeza. En la dispensación del Nuevo Testamento, el Dios Triuno llegó a ser la Cabeza del Cuerpo, y Sus redimidos son el Cuerpo. El Dios Triuno, quien es la Cabeza, y Sus redimidos, quienes son el Cuerpo, no son como las partes de una marioneta. La cabeza de una marioneta es una parte que se le ha adherido al cuerpo; en cualquier momento uno puede quitársela y ponerle otra. Sin embargo, el Dios Triuno como Cabeza de la iglesia no es algo que ha sido adherido al Cuerpo; más bien, esta Cabeza, así como la cabeza de una persona real, está llena de vida.

  En Efesios Pablo trata el tema de la iglesia de una manera muy completa. El capítulo 1 dice que la iglesia es el Cuerpo de Cristo; el capítulo 2 dice que la iglesia es la morada de Dios; el capítulo 3 dice que la iglesia es la plenitud de Dios; el capítulo 4 dice que la iglesia como Cuerpo de Cristo es el nuevo hombre; el capítulo 5 dice que la iglesia, el nuevo hombre, es una novia, un complemento, una esposa; y el capítulo 6 dice que la iglesia es un guerrero. En Efesios Pablo aborda el tema de la iglesia en sus diferentes aspectos, a saber: como Cuerpo, morada, plenitud, nuevo hombre, novia y guerrero.

  Pablo no sólo habla del ser interior de la iglesia, sino también de la expresión externa de la iglesia. Tito 1:5 dice: “Por esta causa te dejé en Creta, para que [...] constituyeses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé”. Si comparamos este versículo con Hechos 14:23, podremos ver que la jurisdicción de una iglesia local es la ciudad donde ella está y que en una ciudad solamente debe haber una sola iglesia. El ancianato de una iglesia local debe corresponder a toda la ciudad en donde la iglesia esté ubicada. Este ancianato único en una ciudad resguarda de cualquier daño la unidad única del Cuerpo de Cristo. Esta práctica es un requisito absoluto para mantener el buen orden en una iglesia local.

La iglesia en el Apocalipsis

  Pablo sufrió el martirio poco después que escribió el libro de Efesios. Aproximadamente veinticinco años después, de entre los apóstoles de la primera generación, sólo quedaba vivo Juan, quien era ya muy anciano. Entre los doce apóstoles, él fue el último en morir. Al escribir el libro de Apocalipsis, él señala al comienzo que la iglesia en cada localidad es un candelero de oro, que cada candelero tiene no una, sino siete lámparas, y que dentro de cada una de las lámparas hay una luz resplandeciente. A modo figurativo, el candelero de oro representa la corporificación del Dios Triuno. Primero, la naturaleza del candelero es de oro puro, y en la tipología el oro representa la gloriosa naturaleza y vida del Padre. Además, el candelero de oro no es simplemente un trozo de oro; más bien, el oro ha sido labrado a golpe de martillo hasta obtener la forma de un candelero. Esto significa que Cristo, como corporificación de Dios el Padre, llegó a ser hombre y pasó por sufrimientos y pruebas por causa de la expresión de Dios. Más aún, cada candelero porta siete lámparas. Apocalipsis nos dice claramente que las siete lámparas son los siete Espíritus de Dios (4:5). Por consiguiente, en Apocalipsis el candelero de oro representa la iglesia que es la corporificación del Dios Triuno: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. El que la iglesia sea la corporificación del Dios Triuno concuerda con Efesios 4. Efesios 4:4-6 nos habla de un Cuerpo y un Espíritu, un Señor y un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos y en todos. Esto indica que la iglesia es la mezcla del Dios Triuno con el Cuerpo. Esto concuerda con los candeleros de oro mencionados en Apocalipsis. La iglesia es el Dios Triuno que se mezcla completamente con Sus redimidos en una sola entidad, hasta formar un candelero de oro, que resplandece en la localidad para expresar a Dios mismo. Cuando esta expresión se manifiesta, es el testimonio de Jesús (Ap. 1:2, 9).

  Al final de Apocalipsis, cuando vengan el cielo nuevo y la tierra nueva, el centro de ellos será una montaña de oro, la Nueva Jerusalén. Sobre esta montaña está el trono de Dios, en el cual están Dios y el Cordero, Cristo. Dios es la luz y Cristo es la lámpara (21:23). Por lo tanto, la Nueva Jerusalén es un candelero. Al final, la Nueva Jerusalén es un candelero que es la suma total de todos los anteriores, en el cual Cristo como lámpara y Dios como luz resplandecen desde la montaña de oro. Ésta es la máxima consumación de la iglesia. Al comienzo de Apocalipsis, la iglesia se expresa como muchos candeleros en diferentes localidades, un candelero en cada localidad. En la consumación de la iglesia cuando ésta se manifieste en la eternidad, todos los candeleros juntos llegarán a ser un solo candelero universal, la Nueva Jerusalén.

  En Génesis 2 vemos que Eva, un tipo de la iglesia, es el complemento de Adán, quien es un tipo de Cristo, y en Apocalipsis 21 vemos la novia del Cordero, que es la Nueva Jerusalén (v. 2). En el Antiguo Testamento vemos que el tabernáculo y el templo son tipos de la iglesia, y en Apocalipsis vemos que la Nueva Jerusalén, la consumación de la iglesia, es tanto el tabernáculo como el templo (21:3, 22). Ésta es la iglesia según se revela en toda la Biblia.

CONOCER LA IGLESIA

  Como personas que han sido salvas y como miembros de la iglesia, nosotros debemos conocer la iglesia. Lamentablemente, el cristianismo actual predica el evangelio y enseña la verdad, pero no presta atención a la iglesia. Como resultado, las personas hoy en día piensan que la iglesia es una capilla. Cuando yo era niño, pensaba que la iglesia era un edificio con un campanario y una gran campana que repicaba cada domingo para convocar a las personas a adorar. En aquel tiempo, la gente solía decir: “Vamos a la iglesia a adorar”. Al decir “iglesia” se referían al edificio con el campanario. Aun hasta el día de hoy muchos dicen esto. Me preocupa que muchos santos en el recobro del Señor también piensen que el salón de reuniones es la iglesia. En realidad, la iglesia no es un edificio físico, sino que es la congregación de todos los santos.

  Por más de mil años el cristianismo descuidó y abandonó la iglesia, haciendo de ella una cosa material. En el siglo pasado, cuando los Hermanos en Inglaterra fueron levantados, ellos vieron la luz y les dijeron a las personas que era una herejía decir que la iglesia era un edificio material. Ellos señalaron de manera clara y definida que la palabra griega traducida “iglesia” es ekklesía, la cual se compone de ek, que significa “fuera”, y de un derivado de kaléo, que significa “llamar”. Por lo tanto, la iglesia significa los que han sido llamados a salir, o sea, la congregación, la asamblea. Durante la época de las ciudades-estado de la antigua Grecia, cuando el gobernador de una ciudad convocaba a los ciudadanos para que vinieran de sus hogares a la plaza de la ciudad, esta reunión grande era llamada la ekklesía. Por lo tanto, lo mejor es traducir esta palabra como la congregación de los que han sido llamados a salir o la asamblea de los que han sido llamados a salir. Los Hermanos entendieron acertadamente este significado, por lo que no aprobaron el uso de la palabra iglesia, sino que más bien usaron la palabra asamblea. En su New Translation of the Bible [Nueva Traducción de la Biblia], Darby traduce ekklesía como “asamblea”. El segundo grupo de cristianos que usó la palabra asamblea para referirse a la iglesia fue las Asambleas de Dios. Cuando ellos vinieron a China, ellos tradujeron la palabra griega directamente como “asamblea” en vez de usar la palabra iglesia.

  Con respecto a la iglesia, los Hermanos únicamente trataron el asunto de la posición de la misma. También hablaron algo —aunque no mucho— respecto a que la iglesia es el Cuerpo de Cristo. Además dijeron, y tampoco no mucho, que la iglesia es el complemento de Cristo, la esposa de Cristo. Después de las Asambleas de los Hermanos, no fue sino hasta que el Señor vino a nosotros que Él claramente reveló que la iglesia es el Cuerpo de Cristo, la morada de Dios, el nuevo hombre, la plenitud de Dios, el complemento, el guerrero y el candelero, lo cual constituye la mezcla completa del Dios Triuno con Sus redimidos. Prácticamente todas las publicaciones entre nosotros tratan del Dios Triuno, Cristo, el Espíritu, la vida y la iglesia. Nosotros les decimos a las personas que la iglesia es el Cuerpo de Cristo, la morada de Dios en nuestro espíritu, y el nuevo hombre que ha sido completamente regenerado y transformado para ser lleno de Dios hasta la medida de toda la plenitud de Dios. Asimismo decimos que la iglesia procedió de Cristo a fin de ser Su complemento, así como Eva provino de Adán y le fue devuelta a éste para ser su complemento, y también que la iglesia es un candelero de oro. Especialmente en estos últimos años, hemos dado muchos mensajes acerca del candelero de oro, en los que hemos dicho que la iglesia como candelero de oro es la corporificación del Dios Triuno y la mezcla de los creyentes con el Dios Triuno, lo cual finalmente alcanzará su consumación en la Nueva Jerusalén, el candelero de oro único y sin par en todo el universo. Esto nos permite afirmar que hemos abarcado el tema de la iglesia de forma exhaustiva.

EL TERRENO Y EL CAMINO DE LA IGLESIA

  Ya hemos visto lo que la iglesia es en su sentido normal y apropiado. Ahora debemos ver que los creyentes deben estar en la iglesia después que son salvos. El protestantismo y el catolicismo hoy se han deformado por completo. Después de dos mil años, la iglesia se ha degradado y deformado completamente; ha perdido su condición normal y apropiada, y se halla en un estado de gran confusión. La condición de la iglesia hoy es diferente de cómo era cuando apareció por primera vez. En el cristianismo actual no hay ninguna localidad donde haya una sola iglesia, sino que en una localidad vemos centenares de “iglesias”, como si se tratara de un “mercado de iglesias”. Esta situación es tipificada por la historia de los hijos de Israel en el Antiguo Testamento. Al comienzo los israelitas eran una sola nación, pero después fueron divididos a causa de la degradación. Finalmente fueron llevados cautivos a Asiria, Egipto y Babilonia. Asimismo, la iglesia hoy también ha sido dividida debido a la degradación. ¿Quiénes son la iglesia apropiada? A los ojos de Dios, la iglesia apropiada es un grupo de personas que está firme sobre el terreno apropiado y que es conforme al corazón de Dios.

  Después del cautiverio de Israel, se menciona solamente a los hijos de Israel pero no a la nación de Israel. Cuando se hubieron cumplido los setenta años, Dios mandó a los hijos de Israel a que regresaran de la tierra de cautiverio para formar nuevamente una nación. Sin embargo, no todos ellos obedecieron al mandato de Dios. Los libros de Esdras, Nehemías y Ester nos dicen que sólo un número reducido de ellos regresó para reedificar el templo santo y la ciudad santa. En aquel tiempo todavía había muchos israelitas en Asiria, Egipto y Babilonia. Por lo tanto, en ese tiempo había varios grupos de los hijos de Israel. Así pues, a los ojos de Dios, ¿cuál de esos grupos era la nación de Israel? Era el grupo que regresó a Israel. Debido a que las personas que regresaron tenían el templo santo y la ciudad santa y estaban en la tierra santa, ellos eran la nación de Israel. Los que no regresaron no eran la nación de Israel. Es posible que aquellos que no regresaron se hayan enojado y preguntado por qué ellos no podrían ser la nación de Israel, dado que también eran descendientes de Abraham, Isaac y Jacob. De igual manera, los que están en las denominaciones hoy también pueden preguntar por qué ellos, dado que son cristianos, no son la iglesia.

  Es cierto que todos los que no regresaron eran también israelitas y descendientes de Abraham, Isaac y Jacob, y se reunían en diferentes lugares. Sin embargo, ellos obstinadamente permanecieron en Asiria, Egipto y Babilonia, en las tierras de la cautividad, y no obedecieron al llamado de Dios ni pagaron el precio de regresar a la tierra santa para adorar a Dios. Como resultado, ellos estaban en desolación y se volvieron deformes. Antes de su deformación, eran israelitas apropiados, pero después que se deformaron, fueron esparcidos y divididos. Aunque todavía eran israelitas, ellos habían abandonado el terreno de unidad y ya no eran la nación de Israel. Después que se cumplió el tiempo de la cautividad, Dios mandó a todos los hijos de Israel a regresar al terreno apropiado, el terreno de la unidad, que era Jerusalén. Por consiguiente, ellos no debieron haber permanecido en Asiria o Egipto, y mucho menos en Babilonia, un lugar condenado por Dios. Aun si hubieran regresado a Betania, no habría sido suficiente; ellos tenían que regresar a Jerusalén. A los ojos de Dios, los israelitas que no regresaron a Jerusalén no eran la nación de Israel. De la misma manera, a los ojos de Dios, los cristianos que no regresan al terreno apropiado para adorar a Dios no son la iglesia en la práctica.

  Los judíos hoy son un ejemplo de esta situación. En la actualidad hay aproximadamente catorce millones de judíos en toda la tierra. Sin embargo, la nación de Israel está en la tierra de Palestina. Hay sólo tres millones y medio de judíos en Palestina, pero tan solo en Nueva York hay más de tres millones de judíos, y aparte de éstos hay más de siete millones de judíos en otros lugares. ¿Cuál de todos estos grupos es, por tanto, la nación de Israel? Los judíos en Nueva York tal vez estén muy dispuestos a contribuir donando dinero para ayudar a la reconstrucción de la defensa nacional de Israel, así como su desarrollo económico, pero aun así, no son la nación de Israel. A fin de ser la nación de Israel o ser parte de la nación de Israel, uno tiene que regresar a la tierra de Israel y cumplir con sus obligaciones como ciudadano, pagando impuestos y prestando servicio militar. En esto estriba la diferencia; la reunión de muchos israelitas no es necesariamente la nación de Israel. Sólo los israelitas que están en el terreno apropiado son la nación de Israel. Asimismo, es posible que haya muchos cristianos reunidos y no sean la iglesia; sólo aquellos que estén en el terreno único que Dios ha ordenado son la iglesia. Este ejemplo es muy claro.

  Al principio la iglesia estaba compuesta de todos los cristianos. Sin embargo, la iglesia cayó en desolación y fue dividida en la cautividad. Apocalipsis 17 y 18 hablan acerca de Babilonia la Grande. Los maestros de la Biblia reconocen que Babilonia la Grande en el capítulo 17 se refiere a la Iglesia Católica Romana. La Iglesia Romana es la gran Babilonia religiosa que llevó cautivo al pueblo de Dios. En Apocalipsis, Babilonia es una gran ramera que produjo muchas hijas (17:5). Las iglesias protestantes se separaron de la Iglesia Católica en nombre y llegaron a ser muchos grupos sectarios, pero en principio, muchos de ellos no se separaron de la enseñanza, prácticas y tradiciones de la Iglesia Católica. Por lo tanto, dichos grupos han llegado a ser sus muchas hijas. El cristianismo hoy ha apartado a los cristianos de la condición apropiada y normal de la iglesia, y finalmente los ha dispersado. Éste es el cumplimiento del tipo de la nación de Israel en el Antiguo Testamento.

  Estando en su cautiverio, algunos cristianos vieron la revelación de Dios y supieron que debían regresar de la tierra de su cautiverio. Sin embargo, algunos sólo vieron la necesidad de regresar, mas no el terreno apropiado al cual debían regresar. Como resultado, se detuvieron a medio camino y vinieron a ser lo que el hermano Nee llamó “cabañas a medio camino”. Damos gracias al Señor porque nosotros hemos regresado al terreno apropiado. Hoy en día somos de aquellos que han regresado de la tierra de la cautividad. No estamos en la Iglesia Católica, ni en las denominaciones ni en una “cabaña a medio camino”; más bien, estamos sobre el terreno apropiado.

  En la antigüedad, todos los hijos de Israel sabían que tenían que regresar, pero sólo un número reducido de ellos regresó. Hoy sucede lo mismo. Solamente nosotros, muy pocas personas, hemos regresado. Por lo tanto, la iglesia apropiada y normal hoy no es la Iglesia Católica, ni las diferentes denominaciones y grupos cristianos, sino los pocos de nosotros que hemos regresado. Los creyentes que han sido salvos en la Iglesia Católica y en las diferentes denominaciones y grupos cristianos también forman parte de la iglesia, pero no son la iglesia en la práctica. Esto es semejante a la situación de los israelitas que estaban en diferentes lugares. Puesto que son israelitas, ellos debieran ser los componentes de la nación de Israel. Sin embargo, debido a que no regresaron a la nación de Israel, ellos no tienen parte en la formación de la nación de Israel. Hoy en día, la mayoría de los cristianos se encuentran dispersos en la Iglesia Católica y en diferentes denominaciones y grupos cristianos. Como verdaderos cristianos que son, ellos forman parte de la iglesia, pero están separados de la iglesia y no tienen parte en la iglesia. Por lo tanto, a los ojos de Dios, ellos no son la iglesia, así como los hijos de Israel que estaban dispersos en diferentes lugares no eran la nación de Israel.

  Solamente los israelitas que regresaron eran la nación de Israel. Esto se debe a que ellos regresaron a Jerusalén para recobrar la adoración apropiada a Dios y reedificar el templo y la ciudad. Como resultado, Dios también pudo regresar a Sion (Zac. 8:3), y la gloria de Dios pudo nuevamente expresarse por medio de ellos. En figura, hoy solamente nosotros, quienes hemos salido de la Iglesia Católica y de las diferentes denominaciones y grupos cristianos, somos la iglesia. Esto se debe a que nos hemos apartado de las opiniones y organización humanas, y hemos regresado al terreno original de la iglesia, el terreno de una sola localidad donde hay una sola iglesia, a fin de reunirnos y adorar en espíritu como un testimonio del Señor (Jn. 4:24). Por lo tanto, todo creyente que ha sido salvo debe venir a la iglesia normal en lugar de permanecer en el cristianismo deformado.

LA PRÁCTICA DE LA IGLESIA

  Tanto Mateo como Hechos nos muestran que la práctica de la iglesia es que la única iglesia en el universo se expresa en cada localidad conforme al principio de que debe haber una sola iglesia en una localidad. Al comienzo, cuando el Señor trajo por primera vez Su recobro a los Estados Unidos, a fin de que éste se propagara a los estadounidenses caucásicos, no prestamos mucha atención a la obra de habla china. En lugar de ello, laboramos activamente con los caucásicos. Por esta razón, perdimos a algunos hermanos y hermanas que emigraron de Taiwán a este país. Muchos de estos hermanos y hermanas que emigraron a los Estados Unidos, un país de habla inglés, no podían hablar inglés. Tampoco podían entender los mensajes ni orar en las reuniones. Debido al creciente número de chinos que han emigrado a los Estados Unidos por los cambios en las leyes inmigratorias, hemos también empezado a prestar atención a la obra de habla china. El Señor ha confirmado lo que estamos haciendo dándonos muy buenos resultados.

  Sin embargo, debemos tener claro que llevar a cabo la obra de habla china no es realizar una obra aparte de la obra de la iglesia. Hacemos esto únicamente por causa del idioma. Cambiar de idioma no es nada fácil. Los estudiantes chinos que han obtenido un doctorado en los Estados Unidos pueden hablar de lo que han aprendido en su campo, pero son incapaces de hablar sobre las verdades bíblicas. Por consiguiente, necesitamos tener una obra de habla china todo el tiempo. Sin embargo, la obra de habla china no se lleva a cabo fuera de la iglesia; más bien, forma parte de la obra de la iglesia local. Ésta existe únicamente debido a que en la iglesia hay personas de habla china que no entienden inglés y, por tanto, necesitan valerse del chino como alternativa. Esto significa que la iglesia puede tener únicamente los límites de la localidad, mas no las limitaciones del idioma. No debemos formar una iglesia debido al idioma, ya que en la iglesia no hay diferencias de nacionalidad, raza o idioma (Col. 3:10-11).

  Por consiguiente, la obra de habla china en todo lugar en los Estados Unidos debe llevarse a cabo en la comunión de la iglesia local. Nunca hagan de la obra de habla china una unidad de habla china aparte de la iglesia local. Hacer eso sería crear división y caer en Babilonia. La primera iglesia, la iglesia en Jerusalén, también experimentó el problema del idioma, pero pudieron propagarse y ser edificados en unanimidad al guardar la comunión de los apóstoles (Hch. 6:1-7). Del mismo modo, los hermanos y hermanas que participan en la obra de habla china en todo lugar también deben someterse a los ancianos en sus respectivas iglesias locales y ser edificados conjuntamente independientemente del idioma. Si hacen esto, la iglesia será enriquecida y crecerá. Por otro lado, los ancianos no deben permitir que la obra de habla china tenga una libertad ilimitada de modo que se convierta en una unidad separada. Los ancianos siempre deben brindar su comunión, orientación y supervisión por el bien del testimonio de la unidad entre el pueblo de Dios.

  Damos gracias al Señor porque bajo Su soberanía Él ha traído a tantos chinos a los Estados Unidos, y también ha traído Su recobro a este país. En 1938 yo estaba laborando en Peiping, que ahora es Beijing; en aquel tiempo jamás soñaba con venir a los Estados Unidos. Cierta santa que había estudiado en los Estados Unidos me envió dos cheques y me dijo: “Hermano Lee, siento que usted debería ir a los Estados Unidos. Los estadounidenses necesitan oír las verdades que usted predica. Adjunto le doy dos cheques: uno por la suma de mil seiscientos dólares estadounidenses para sus gastos de viaje, y otro por la suma de mil doscientos yuanes chinos para cubrir los gastos de sostenimiento de su familia por un año. Espero que usted pueda ir a los Estados Unidos para laborar allí por un año”. En respuesta, le dije a esa hermana que no tenía ninguna carga de ir a los Estados Unidos. Ella contestó: “Quizás no tenga la carga ahora, pero creo que más tarde el Señor lo enviará allí. Por lo tanto, quédese con esos dos cheques. Vaya cuando el Señor lo envíe”. Posteriormente, su profecía se cumplió. Veinte años más tarde pasé por los Estados Unidos, y tres años después, vine a los Estados Unidos para empezar la obra oficialmente.

  No vinimos a los Estados Unidos a buscar refugio; antes bien, trajimos el recobro del Señor a los Estados Unidos. Verdaderamente es la misericordia del Señor que tantos chinos estén en los Estados Unidos. Por lo tanto, debemos ser fieles expresando este testimonio en nuestro vivir y presentándolo a los estadounidenses para que haya una verdadera propagación y multiplicación en cada iglesia. En lugar de producir una unidad de habla china, debemos realizar la obra de habla china sólo por causa del problema del idioma y usar esta obra como un puente para que los hermanos y hermanas sean edificados, y así nuestro Señor no sufra una gran pérdida. Por lo tanto, la obra de habla china en cada lugar debe escuchar a la iglesia y ser uno con la iglesia. No hagan nada sin la comunión de la iglesia; tampoco hagan nada que la iglesia desapruebe o algo en lo cual la iglesia rehúse participar. Esto es un principio que debemos guardar. Sólo de esta manera podremos guardar el terreno de unidad de la iglesia.

  Las iglesias locales son expresiones de la iglesia en las localidades. La iglesia es el Cuerpo de Cristo; por lo tanto, una iglesia local es la expresión del Cuerpo de Cristo a nivel local. El Cuerpo de Cristo es uno solo, y en él no hay diferencias en cuanto a nacionalidad, raza, idioma o estrato social. En vez de ello, Cristo es el todo y en todos (Col. 3:10-11). El idioma está relacionado con la práctica, pero a fin de considerarse apropiada cualquier práctica de la iglesia, ella debe llevarse a cabo dentro del límite de la localidad y con miras a guardar el terreno de unidad.

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