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Mensajes del libro «Economía de Dios y el misterio de la transmisión de la Trinidad Divina, La»
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CAPÍTULO OCHO

EL MISTERIO DE LA TRINIDAD DIVINA SEGÚN EL EVANGELIO DE MATEO

  El tema del Dios Triuno no es una doctrina teológica superficial. Necesitamos creer en el misterio de la Trinidad Divina y entrar de lleno en él. En la Biblia el Evangelio de Juan y el libro de Efesios hablan claramente acerca del misterio de la Trinidad Divina; el Evangelio de Mateo también nos revela esta verdad divina.

LA TRINIDAD DIVINA EN EL EVANGELIO DE MATEO

No se trata de estar “en el nombre del Señor”, sino de que el Dios Triuno se mezcle con el hombre

  Mateo 28:19, el penúltimo versículo de todo el libro de Mateo, dice: “Bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”. Algunas versiones no toman en cuenta que la palabra griega aquí traducida “en” indica unión. Muchos en el cristianismo citan este versículo durante el bautismo, y la razón por la cual lo hacen es simplemente hacer algo “en nombre de”. Para los chinos, hacer algo en nombre de alguien equivale a llevar su bandera, indicando que representan a esa persona. Por lo tanto, según este razonamiento, cuando usted hace algo en nombre del Dios Triuno, esto significa que está “llevando la bandera del Dios Triuno” y que lo está representando. Por ejemplo, cuando un ejército porta la bandera de los Estados Unidos, aun si entre el ejército hay mexicanos, su bandera indica que ellos están combatiendo por los Estados Unidos. Otro ejemplo es que durante la época monárquica, cuando un eunuco venía con una orden imperial, todos los funcionarios, independientemente de su rango, tenían que inclinarse y recibirla; si alguien se oponía a la orden que traía el eunuco, en realidad se estaba oponiendo al emperador. Las personas del cristianismo tradicional se deleitan en bautizar a las personas “en el nombre del Señor”, pero desconocen el significado más profundo de Mateo 28:19 en cuanto a la unión y mezcla de Dios y el hombre.

  Después de estudiar la Biblia a fondo por muchos años, he visto que bautizar a las personas introduciéndolas “en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” es mucho más significativo que simplemente bautizarlas en nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. La palabra griega traducida “en” indica unión. Por lo tanto, aquí bautizar a las personas “en el nombre” del Dios Triuno equivale a introducirlas en una unión espiritual y mística con el Dios Triuno.

El Dios Triuno según Mateo 1

  El Evangelio de Mateo hace referencia al Dios Triuno desde el comienzo del primer capítulo. El versículo 23b contiene la frase: “Dios con nosotros”. ¿De qué manera está Dios con nosotros? ¿Significa eso simplemente que aunque nosotros estábamos en la tierra y Él estaba en el cielo, un día Él descendió del cielo para estar con nosotros porque nos ama? A fin de explicar esto, debemos usar la Biblia para interpretar la Biblia. En primer lugar, debemos ver cómo Él vino y qué hizo después que vino. La primera mitad del versículo 23 dice: “Una virgen estará encinta y dará a luz un hijo, y llamarán Su nombre Emanuel”. Por lo tanto, Él vino al ser concebido de una virgen, y también vino para ser Emanuel, que traducido es: “Dios con nosotros”.

  Ahora proseguiremos a ver cómo la virgen concibió un hijo. El versículo 20 dice: “Porque lo engendrado en ella, del Espíritu Santo es”. Esto significa que Aquel que era del Espíritu Santo había sido engendrado en María. ¿Quién es Él? El que había sido engendrado en ella era Dios mismo. Esto es una verdad extremadamente grande. Sin embargo, casi todas las versiones de la Biblia, incluyendo la versión popular de la Biblia en chino mandarín, no traduce este versículo acertadamente y, por ende, no da a conocer esta gran verdad. La mayoría de las traducciones dicen: “Porque lo concebido en ella del Espíritu Santo es”. Esto es prácticamente lo mismo que decía el versículo 18 —“María [...] se halló que estaba encinta por obra del Espíritu Santo”— y todavía no es claro quién fue concebido en María. En realidad, el versículo 20 explica el versículo 18, pues muestra claramente que Aquel que ella concibió había sido engendrado en ella por medio del Espíritu Santo. Por lo tanto, no se trataba simplemente de una concepción, sino de un engendramiento, pues este versículo también indica que alguien había sido engendrado en ella. El que esta persona sea del Espíritu Santo significa que Él procede de Dios y viene de parte de Dios; Dios había sido engendrado en ella. Aquí podemos ver a Dios y al Espíritu Santo.

  Los versículos del 21 al 23 dicen: “Y dará a luz un hijo, y llamarás Su nombre Jesús, porque Él salvará a Su pueblo de sus pecados. Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo: ‘He aquí, una virgen estará encinta y dará a luz un hijo, y llamarán Su nombre Emanuel’”. Esto significa que Aquel que nació de María es Jesús así como Emanuel. Él es una persona, pero tiene dos nombres. Él es Jesús, y este Jesús es Emanuel. Jesús es un hombre, pero Su nombre es “Jehová el Salvador”. Esto nos muestra que el Padre llegó a ser Emanuel al pasar por el proceso del Dios Triuno. Este proceso ocurrió al entrar el Padre en una virgen por medio del Espíritu y al nacer de ella con humanidad. Aquel que nació era Jesús, el Hijo. ¿Quién es Jesús? Él es Dios con el hombre. Además, en el nombre Jesús, Je significa Jehová, y sus significa “Salvador” o “salvación”. A estas alturas podemos ver que en Mateo 1 la revelación en cuanto al Dios Triuno es completa y misteriosa.

  En síntesis, con respecto al Dios Triuno, el capítulo 1 de Mateo dice que Dios está con nosotros y que Él llega a ser Emanuel. Pero ¿cómo puede Él estar con nosotros? ¿Y cómo llegó a ser Emanuel? El primer paso es que Él fue engendrado en una virgen humana por medio del Espíritu. El segundo paso es que Él procedió de una virgen humana y nació con humanidad para ser Jesús, quien es el Salvador, y el Hijo, quien es tanto el Hijo del Hombre como el Hijo de Dios. Él en realidad era el Dios Triuno que venía como nuestro Salvador para salvarnos de nuestros pecados. No sólo eso, pues según el tercer paso, Él entra en nosotros para estar con nosotros y ser nuestra vida y nuestro todo. Si estudiamos cuidadosamente Mateo 1, veremos que este capítulo es muy rico y que claramente revela al Dios Triuno desde el comienzo. Sin embargo, no nos habla del Dios Triuno como una doctrina teológica, sino que más bien nos revela cómo el Dios Triuno pasó por diferentes procesos para ser nuestro Salvador, quien nos salva de nuestros pecados y entra en nuestro ser.

  Según la letra, la historia de Mateo 1 es simplemente acerca de cómo María concibió un hijo del Espíritu Santo y engendró un hijo, cuyo nombre era Jesús y a quien los hombres llamaron Emanuel. Al parecer eso es todo lo que nos dice. No obstante, si recibimos revelación, veremos que este capítulo nos dice que el Dios Triuno pasó por un proceso para ser nuestro Salvador, quien nos salva de nuestros pecados y entra en nosotros para ser nuestra vida y nuestro todo, a fin de que el propósito eterno de Dios se lleve a cabo. No debemos estudiar la Biblia simplemente según la letra sin ninguna luz y revelación. Si hacemos esto, lo único que tendremos es simplemente doctrinas según la letra. En vez de ello, debemos pedirle a Dios que nos dé un Espíritu de sabiduría y de revelación.

El misterio de la Trinidad Divina según Mateo 3

  Si bien no es fácil encontrar ninguna alusión al Padre, al Hijo y al Espíritu en Mateo 2, la revelación en cuanto a la Trinidad Divina en Mateo 3 es muy clara. Mateo 3:16-17 dice: “Jesús, después que fue bautizado, en seguida subió del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios descender como paloma y venir sobre Él. Y he aquí, hubo una voz de los cielos, que decía: Éste es Mi Hijo, el Amado, en quien tengo complacencia”. Este pasaje revela al Dios Triuno y es un cuadro de la Trinidad Divina: el Hijo que subió del agua, el Espíritu que descendió sobre el Hijo, y el Padre que habló acerca del Hijo desde el cielo. Esto demuestra que el Padre, el Hijo y el Espíritu existen simultáneamente. Esto tiene por finalidad que se lleve a cabo la economía de Dios.

  Algunos en el catolicismo y el protestantismo concluyen que en el cuadro del bautismo del Señor en Mateo 3 vemos de una manera clara que hay tres Dioses en tres diferentes lugares: el Hijo de pie en el agua, el Espíritu en el aire que desciende sobre el Hijo y el Padre que habla desde el cielo. Sin embargo, espero que todos podamos ver que aunque Mateo 3 claramente dice que el Padre, el Hijo y el Espíritu están en tres lugares diferentes, Juan 10 dice que el Padre está en el Hijo y el Hijo está en el Padre (v. 38). Este versículo revela que Ellos están el uno en el otro en mutualidad. Aquí no se trata de lugar, sino de existencia. Ésta es la manera de estudiar la Biblia. Debemos interpretar la Biblia con la Biblia misma y no únicamente según nuestra lógica humana.

  Alguien podría preguntar: “¿Entonces la Biblia se contradice? ¿Por qué Mateo 3 dice que hay uno en el cielo, otro en el aire y otro en el agua, pero Juan dice que los tres están uno dentro del otro?”. En el universo todas las cosas tienen dos aspectos. Por ejemplo, aunque en la parte frontal de mi cabeza tengo siete “orificios” y en la parte posterior no tengo ninguno, esto no implica que haya contradicción. Nada existe que no tenga dos aspectos; incluso una hoja de papel tiene dos caras. No trate de conciliar estos dos lados; simplemente averigüe los hechos y acéptelos como tales. Sólo los ciegos que son guías de ciegos discuten de forma irracional, aferrándose a un solo aspecto de un asunto e ignorando el otro.

  ¿Cuál es entonces el hecho presentado aquí? El hecho es “el Dios Triuno”. Este término es suficientemente claro en expresión. El Dios Triuno no se compone de tres Dioses; el Dios Triuno es uno solo, pero tiene el aspecto de ser tres. “El Dios Triuno” no se refiere a Sus personas; más bien, se refiere a la sustancia de Su ser. No es una explicación de Sus personas, sino una explicación de la sustancia de lo que Él mismo es. Dios es uno solo, pero en sustancia es tres; por consiguiente, es triuno. Por esta razón, la Biblia únicamente revela que el Padre, el Hijo y el Espíritu moran en coinherencia; además de esto, revela que el Hijo es el Padre (Is. 9:6), que el Hijo llegó a ser el Espíritu (1 Co. 15:45), y que el Hijo es el Espíritu (2 Co. 3:17). Éste es el hecho divino, la verdad divina.

El misterio de la Trinidad Divina según Mateo 28

  Al final del Evangelio de Mateo, el capítulo 28, el Dios Triuno ya ha logrado pasar por la encarnación, ha vivido una vida humana, ha acabado Su obra en la tierra, ha muerto en la cruz y ha resucitado de los muertos, logrando así la redención. Es después de todo esto que Él regresó en resurrección, es decir, regresó después de haber pasado por diferentes procesos exitosamente. La resurrección es la declaración de que Él pasó exitosamente por el proceso. Fue en tal declaración de éxito que Él regresó a Sus discípulos. El Evangelio de Juan nos dice que Él se puso en medio de los discípulos y, soplando en ellos, les dijo: “Recibid al Espíritu Santo” (20:22). Después que se infundió en los discípulos de esta manera, permaneció con ellos por cuarenta días. Al final de estos cuarenta días, Él les habló diciendo: “¡Id!”. Pero ¿cómo irían ellos? Ellos irían con Él porque ya se había infundido en ellos por medio de Su soplo. Originalmente Él era el Dios de la creación, pero ahora vemos que Él se había encarnado, había experimentado el vivir humano, la muerte y la resurrección, había efectuado la redención, había llegado a ser el Espíritu y se había infundido en ellos. Como resultado, ellos ahora irían con Él. Pero ¿qué harían? Irían a bautizar a las naciones, no en agua, sino en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, es decir, en el Dios Triuno procesado. Aquí el Padre, el Hijo y el Espíritu son el Dios Triuno procesado.

  Antes de la resurrección de Cristo, “el Padre, el Hijo y el Espíritu” nunca antes se habían mencionado como un solo nombre. Sin embargo, después de la resurrección de Cristo, como Dios Triuno procesado, Él les dijo a los discípulos que fueran y bautizaran a todas las naciones en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. En la eternidad pasada Dios determinó llevar a cabo la creación, encarnarse, experimentar el vivir humano, ser crucificado y resucitar. En esto consiste Su economía. Luego, después de diseñar Su economía, se puso a trabajar. Primeramente Él entró en el tiempo como Creador, y creó los cielos y la tierra. Después entró en Su criatura, es decir, se encarnó y nació como hombre, vivió entre los hombres por treinta años y en los últimos tres años y medio realizó la gran obra de redención entre los hombres. Después de esto, resucitó para declarar la victoria, es decir, para declarar que Su obra había sido consumada. Éste es el logro inicial de la economía eterna de Dios.

  Luego, Él se reprodujo de forma masiva. Primero envió a Sus discípulos a que predicaran el evangelio a las personas, a fin de que éstas vieran que eran pecaminosas y que estaban lejos de Dios y necesitaban arrepentirse, volverse a Dios y recibirle. Luego, cuando alguien creía, los discípulos lo bautizaban introduciéndolo en el Dios Triuno. Entonces de inmediato él llegaba a ser parte de la reproducción del Dios Triuno procesado, es decir, una parte de la multiplicación, aumento, duplicación y excedente del Dios Triuno. Ésta es la revelación en cuanto al misterio de la Trinidad Divina presentada en Mateo 28.

LA REVELACIÓN DEL MISTERIO EN EL EVANGELIO DE MATEO

  Por un lado, el Evangelio de Mateo nos habla acerca del evangelio del reino, de Cristo como Rey y de la realidad, apariencia y manifestación del reino de los cielos, y nos dice que si vivimos en esta realidad hoy, ella será nuestra recompensa en el futuro. Por otro lado, Mateo nos dice que el Dios Triuno pasó por un proceso. Revela que Él entró en el vientre de una virgen y que nació como hombre para ser Jehová nuestro Salvador, Dios con nosotros. Luego nos dice que Él pasó por la muerte y la resurrección y finalmente envió a Sus discípulos, diciéndoles que fueran llevándolo a Él consigo, para transmitirlo e impartirlo a todas las naciones. Todo el que creyera y recibiera a esta persona que transmite e imparte sería bautizada en el Dios Triuno: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. De este modo, ellos llegarían a ser la reproducción, la duplicación, la multiplicación y el aumento del Dios Triuno. Éste es el misterio de la Trinidad Divina según se revela en el Evangelio de Mateo.

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