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Mensajes del libro «Economía neotestamentaria de Dios, La»
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CAPITULO NUEVE

LA ASCENSION DEL HIJO Y EL BAUTISMO EN EL ESPIRITU

(3)

  Lectura bíblica: He. 6:4-5; Mr. 16:17-18; Jn. 3:3, 6; 1 P. 1:23; 1 Jn. 5:11-12; 2 P. 1:4; Ro. 8:9, 11, 16; Ef. 4:6; 2 Co. 13:5; 3:18; 1 Co. 6:17; 1 Jn. 3:2; 1 P. 5:10

EL SABOR DE LAS OBRAS DE PODER DEL SIGLO VENIDERO

El disfrute de Cristo

  Hebreos 6:4-5 dice: “Los que...gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero”. En este versículo podemos ver claramente que los creyentes, después de gustar del don celestial y ser hechos partícipes del Espíritu Santo, han gustado de dos categorías de cosas: la buena palabra de Dios y las obras de poder del siglo venidero. En Hebreos la Palabra de Dios es de dos categorías. “La buena palabra” mencionada en el 6:5 es “la palabra de los rudimentos de Cristo” (lit., 6:1). La palabra de justicia (5:13), sin embargo, corporifica la verdad más profunda de la rectitud y justicia de Dios en sus tratos dispensacionales y gubernamentales con Su pueblo. En todo el libro de Hebreos, la buena palabra se refiere a Cristo en Su ministerio terrenal, incluso Su encarnación, Su vivir humano, Su crucifixión y Su resurrección; y la palabra de justicia se refiere a Cristo en Su ministerio celestial, y abarca Su ascensión, Su exaltación y todas Sus realizaciones y logros en Su exaltación. El propósito del libro de Hebreos era el de ayudar a los creyentes hebreos a pasar de la buena palabra a la palabra de justicia, a proseguir del disfrute de Cristo en Su ministerio terrenal al disfrute de Cristo en Su ministerio celestial y de esta manera a disfrutar al Cristo que abarca todo y que es todo-inclusivo.

  El libro de Hebreos da énfasis al Cristo celestial en los cielos (1:3). La palabra de justicia concerniente a tal Cristo es para los maduros (5:13-14). Esta clase de palabra se considera como comida sólida, pero la buena palabra, la cual se considera como leche, es para los niños. Tanto la leche como la comida sólida se refieren al Cristo todo-inclusivo. Nuestro disfrute primario que tenemos en el Cristo todo-inclusivo en la época neotestamentaria es como la leche y como la comida sólida. En el recobro del Señor lo principal es recobrar el disfrute perdido del Cristo todo-inclusivo. Le disfrutamos en Su ministerio terrenal, y también le disfrutamos en Su ministerio celestial: le disfrutamos como el Cristo todo-inclusivo en Su Persona todo-inclusiva y en Su obra todo-inclusiva. Le vemos en Su obra terrenal, y le vemos también en Su obra celestial. Este es el disfrute divino, el disfrute espiritual, el disfrute principal y el disfrute máximo de la época neotestamentaria.

Un disfrute secundario

  Para que nuestro Dios lleve a cabo Su economía neotestamentaria, hay también la necesidad de obras milagrosas, los milagros, tales como sanar las enfermedades, echar fuera demonios, consumir el veneno mortífero, controlar al diablo, lo cual se muestra en tomar serpientes en las manos, y hablar en lenguas para disminuir las diferencias, las separaciones y las divisiones de la humanidad. Estas son cosas milagrosas y sobrenaturales que se manifestarán plenamente en el milenio venidero, la época por venir. Isaías 11 y 65 y Apocalipsis 20 nos dan un panorama claro del milenio venidero. Durante esos mil años, los que vivirán en esta tierra no serán salvos a manera de la regeneración, sino que todos ellos serán restaurados a su condición original creada por Dios.

  Debido a la caída del hombre, toda la creación se volvió vieja. Todo empezó a ir cuesta abajo, a decaer, y se introdujeron la enfermedad y la muerte. Debido a la caída, los demonios empezaron a trabajar entre los hombres, y todos los idiomas divisorios entraron a Babel. Toda la raza humana fue dañada y arruinada, y toda la vieja creación se corrompió. El principio de la vieja creación y la raza humana caída es el de descender, decaer, arruinarse, corromperse y enfermarse y morir. Todas las cosas malas son prevalecientes. Cuando venga el milenio, sin embargo, todo será restaurado. Las enfermedades serán sanadas, la muerte será consumida, los demonios serán castigados, Satanás será atado y los idiomas divisorios serán quitados. Esta será una época de restauración, una época de restitución, como lo profetizó el Señor Jesús en Mateo 19:28. Hechos 3:21 también se refiere a este tiempo de restauración. Los creyentes, después de ser bautizados en el Espíritu de poder dentro de una esfera nueva, son introducidos, con el poder y la autoridad de la Cabeza exaltada, en el sabor anticipado de esta restauración venidera, de modo que nosotros podemos echar fuera demonios, hablar en nuevas lenguas, tomar serpientes en las manos, derrotar el veneno mortífero y sanar enfermedades. Esto se revela en Marcos 16:15-20. Hoy día en la vida de iglesia podemos tener un sabor anticipado así. Satanás y los demonios ya no tienen terreno entre nosotros, y la barrera del idioma ya no es problema. Ha sido vencida por medio del hablar todos la misma palabra de Cristo: la palabra concerniente a Cristo. También, estamos siendo sanados, y el veneno mortífero está siendo quitado. Todas las otras personas permanecen todavía en la vieja era, pero nosotros, los creyentes, quienes somos uno de verdad con el Cristo exaltado, hemos sido introducidos en un sabor anticipado de la época venidera. Esta clase de sabor del poder de la época venidera, sin embargo, es secundaria al disfrute del Cristo todo-inclusivo, el cual es el disfrute principal de los creyentes en la época neotestamentaria.

LAS BENDICIONES NEOTESTAMENTARIAS

  Debido a nuestro entendimiento natural y nuestro deseo natural, atesoramos esta clase de sabor de las cosas milagrosas más que las bendiciones neotestamentarias. Debemos diferenciar entre las bendiciones neotestamentarias y las cosas milagrosas de la época venidera. La primera de las bendiciones del Nuevo Testamento es la regeneración (Jn. 3:3, 6; 1 P. 1:23). La regeneración es un nuevo nacimiento, no meramente una restauración o restitución. La segunda bendición que disfrutamos en el Nuevo Testamento es la vida divina (1 Jn. 5:11-12) y la naturaleza divina (2 P. 1:4). Debemos alabar y adorar al Señor que hemos recibido la vida y naturaleza de Dios. El Espíritu residente es otra bendición neotestamentaria (Ro. 8:9, 16). El Espíritu como la consumación máxima del Dios Triuno procesado vive en nosotros (Ef. 4:6; 2 Co. 13:5; Ro. 8:11). La transformación, la cual es el cambio metabólico de nuestro ser, es la cuarta bendición del Nuevo Testamento (2 Co. 3:18). Nuestro ser natural está siendo transformado en un ser divino no por medio de un cambio exterior, sino por medio de un cambio interior y metabólico por la vida divina. Otra bendición neotestamentaria es que nosotros, los seres humanos, podemos mezclarnos con Dios y unirnos a El como uno. Primera Corintios 6:17 dice: “El que se une al Señor, un espíritu es con El”. Finalmente, seremos como Dios y tendremos la misma imagen que la de Dios (1 Jn. 3:2), siendo cambiados de gloria en gloria (2 Co. 3:18) para entrar en la gloria de Dios (1 P. 5:10). La regeneración, la vida y naturaleza divina, el hecho de que el Dios Triuno vive en nosotros, la transformación, la mezcla de Dios con el hombre, la imagen de Dios y la semejanza de Dios, y la gloria de Dios son las bendiciones neotestamentarias. Todas estas bendiciones neotestamentarias son los productos del maravilloso ministerio terrenal y del excelente ministerio celestial del Cristo todo-inclusivo para nuestro disfrute hoy en día.

  En contraste con las bendiciones neotestamentarias que podemos disfrutar en este siglo, hay los hechos de poder de la época venidera. Las bendiciones de milagros del siglo venidero incluyen echar fuera demonios, hablar en nuevas lenguas, tomar serpientes en las manos, sanar enfermedades y vencer al veneno mortífero. Debemos preguntarnos cuál categoría de bendiciones preferimos hoy, ¿las bendiciones neotestamentarias o las del siglo venidero?

  Hoy día, la tragedia es que muchos cristianos nunca hayan recibido ninguna clase de visión de las maravillosas bendiciones neotestamentarias que podemos disfrutar en esta época. No tienen una visión del valor de la regeneración o de la vida y naturaleza de Dios. No saben nada del hecho de que el Dios Triuno vive en ellos, de la transformación, de la mezcla de Dios con el hombre, de la imagen de Dios, de la semejanza de Dios o de la gloria de Dios. Cuando muchos cristianos leen Marcos 16, no obstante, se emocionan. Todos los milagros exteriores han resultado ser cosas atractivas para muchos cristianos, tales como echar fuera demonios, hablar en lenguas, tomar serpientes en las manos, beber el veneno y todavía sobrevivir, y sanar las enfermedades. Muchos cristianos no tienen comprensión alguna de las bendiciones neotestamentarias sino que buscan las señales milagrosas y externas. Pero el Señor no se fiaría de los que buscaban milagros (Jn. 2:23-25). En Juan 3, sin embargo, Nicodemo, quien era un hombre de los fariseos, vino al Señor Jesús. El Señor Jesús no le sanó ni le hizo maravilla alguna, sino que le dijo que necesitaba ser regenerado, nacer de nuevo (v. 3). ¿Cuál es más precioso: la sanidad exterior y física o la regeneración interior? ¿Cuál atesoran ustedes? Puede ser que miles sean sanados pero que nunca reciban ninguna bendición espiritual.

EL CONTENIDO DE LA ECONOMIA NEOTESTAMENTARIA DE DIOS: UNA PERSONA

  Necesitamos una visión clara de que el contenido de la economía neotestamentaria de Dios no es ningún tipo de “ismo”, ninguna clase de religión ni ningún tipo de movimiento. El contenido de la economía neotestamentaria de Dios es una Persona que es tanto divina como humana, una Persona que es tanto Dios como hombre, que ha pasado a través de la encarnación, el vivir humano, la crucifixión, la resurrección y la ascensión y que se ha consumado en el Espíritu todo-inclusivo, procesado, compuesto, vivificante y residente, el cual fue impartido dentro de nosotros en Su resurrección como vida para nosotros, y derramado sobre nosotros en Su ascensión como poder a nosotros a fin de que vivamos la vida divina para expresar a Dios y actuar con el poder divino, económicamente, para llevar a cabo la economía de Dios. Por medio de esta Persona, todos nosotros hemos sido regenerados para recibir la vida divina y participar de la naturaleza divina. Por medio de El aun tenemos al Dios Triuno procesado como el Espíritu todo-inclusivo viviendo en nosotros para transformarnos y mezclarse con nosotros para que llevemos Su imagen y participemos en Su gloria divina. ¡Qué bendición más maravillosa! Esto es mucho más alta que las sanidades, mucho más alta que el hablar en lenguas y mucho más que toda clase de milagro. ¡Que seamos bendecidos de esta manera!

DEBEMOS DISFRUTAR DE Y CENTRARNOS EN LAS BENDICIONES NEOTESTAMENTARIAS

  Debemos alabar al Señor por todas las visiones que hemos visto concernientes a Cristo en Su encarnación, en Su vivir humano, en Su crucifixión, en Su resurrección y en Su ascensión. Debemos aprender cómo disfrutarle en el Espíritu y cómo hablarle con el Espíritu. Debemos emitirle a otros. Debemos ser los que disfrutemos las bendiciones neotestamentarias y, si el Señor quiere, también disfrutaremos las bendiciones secundarias que son las obras de poder del siglo venidero. Sin embargo, no debemos centrarnos en las bendiciones secundarias que disfrutamos como un sabor anticipado de las bendiciones del siglo venidero; debemos centrarnos en las bendiciones neotestamentarias, las cuales son las bendiciones principales.

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