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Mensajes del libro «Ejercicio y la práctica de la manera ordenada por Dios, El»
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EL EJERCICIO Y LA PRACTICA DE LA MANERA ORDENADA POR DIOS

MENSAJE VEINTIUNO

CRIAR A LOS NUEVOS CREYENTES CON LA LECHE PURA DE LA PALABRA COMO A HIJOS DE DIOS QUE ESTAN CRECIENDO

  Lectura bíblica: 1 P. 2:2

CRIAR A LOS NUEVOS CREYENTES

  En este mensaje continuaremos nuestra comunión con respecto al segundo paso de la manera ordenada por Dios, el cual es tener reuniones de hogar con las personas recién salvas y recién bautizadas. Si usted dedica algo de tiempo para considerar lo que se dice en 1 Pedro 2:2, se dará cuenta de que implica más que alimentación. Implica criar hijos, lo cual significa proveerlos de todo lo que necesitan, incluyendo la alimentación, para que crezcan y maduren. La historia de la humanidad ha probado que la sociedad de una nación se edifica por medio de la educación que las familias dan a sus hijos en los hogares individuales.

  Desde que vine al recobro del Señor en 1932, me ha preocupado el bajo índice de asistencia en las reuniones, sin embargo nunca entendí la razón de este problema. Durante los cinco últimos años me he resuelto estudiar a fondo este problema. Por la misericordia del Señor, descubrí que la razón principal por la cual no asiste un gran número de personas a nuestras reuniones es que somos deficientes en cuanto a la educación adecuada de los nuevos creyentes. Hemos tenido reuniones, hemos tenido la obra, y todos los colaboradores han sido diligentes y fieles en su labor; sin embargo no hemos visto mucho fruto. Muchas personas han venido, pero muy pocas han permanecido.

  Yo he estudiado e incluso he explicado Juan 15 por muchos años, no obstante había un punto en el versículo 16 que nunca había visto. Había visto que el Señor nos ha escogido y designado para que vayamos y luego llevemos fruto, pero no había visto el tercer punto: “[que] vuestro fruto permanezca”. El Señor no sólo nos ha designado para que vayamos y llevemos fruto; también nos ha designado para que nos aseguremos de que nuestro fruto permanezca. Si el fruto no permanece, hasta cierto punto es vano que vayamos y llevemos fruto. En el pasado salimos y laboramos para llevar fruto, pero pocos han permanecido. Todos tenemos que entender que nuestro problema anterior, nuestra deficiencia, fue que no vimos que para guardar nuestro fruto, es decir, para asegurarnos de que permanezca, necesitamos llevar a cabo el trabajo de criar a los nuevos creyentes de manera adecuada.

  En el día de Pentecostés, tres mil personas fueron salvas (Hch. 2:41). Creo que en ese mismo día comenzaron a tener reuniones de hogar (Hch. 2:46). Eso no fue algo que se practicó en el Antiguo Testamento. Fue algo totalmente nuevo, algo del Nuevo Testamento. En el día en que la iglesia comenzó a existir, los ciento veinte, más estos tres mil creyentes, comenzaron a reunirse en las casas de modo que el fruto permaneciera. Habría sido muy difícil que tres mil creyentes recién nacidos permanecieran sanos sin que se les cuidara en las reuniones de hogar. Inmediatamente después del nacimiento de un niño, la madre debe encargarse de alimentar a su hijo. Sin embargo, sólo alimentar a este niño no es suficiente; ella también debe criar a este niño. Criar a un niño no es sencillo ni fácil. Hay muchísimos aspectos que debemos atender para criar adecuadamente a un niño.

  Sin duda Pedro vio la situación en el día de Pentecostés y ayudó en la obra de cuidar a esos creyentes recién nacidos. Luego en su primera Epístola, él dice que los niños recién nacidos necesitan la leche de la palabra, no para tener conocimiento, sino para el crecimiento en vida (2:2). El exhorta a los niños recién nacidos a que deseen la leche no adulterada que pertenece a la palabra, a fin de que crezcan en vida para salvación. Aquí la salvación no se refiere a la regeneración, es decir, a la etapa inicial de la salvación, sino al hecho de que, después de ser regenerados, debemos crecer en vida, es decir, debemos ser salvos continuamente, cada día. Después de que un niño nace, hay que cuidarlo continuamente. Si no recibe cuidado, es posible que después de unas pocas horas, muera. Por lo tanto, el cuidado continuo es su salvación. Tal niño debe ser salvo en todo aspecto; esto es lo que significa criar a un niño. Meramente alimentar con leche a un niño no es adecuado; también hay que bañarlo, abrigarlo y hacer que se sienta cómodo. Hay que arreglar todo su ambiente de modo que esté seguro y pueda crecer adecuadamente. Debemos tomar esta manera para criar a los creyentes recién nacidos.

  Tengo una gran carga con respecto a la nueva manera. Casi todos los días he considerado los puntos de la manera ordenada por Dios, y cuanto más he considerado, más me he dado cuenta de que debemos ser entrenados para cuidar a los nuevos creyentes de la misma manera en que las madres y los padres crían a sus propios hijos. La obra de cuidar a los nuevos creyentes debe ser una obra de criar hijos. No debemos producir hijos y dárselos a otros para que ellos los críen. Los pequeños niños deben estar bajo el cuidado directo de su madre. Este cuidado hace una gran diferencia en su crecimiento.

NO PRODUCIR DEMASIADOS HIJOS

  El primer punto con respecto a criar hijos es que uno no puede cuidar adecuadamente a un número excesivo. Cuando usted bautiza a alguien, usted se pone muy contento, pero tiene que darse cuenta de que ahora esta persona es su niño. Usted debe cuidarlo y criarlo como a su propio hijo. Ahora usted es una madre, y tiene que asumir las responsabilidades de una madre. Esto es muy molesto. Toda joven quiere casarse y tener hijos, pero después de tener tres hijos, la joven tal vez llore y diga: “No quiero tener más hijos”. Esto se debe a que criar hijos es muy difícil. Por lo tanto, si usted tiene demasiados nuevos creyentes a quienes cuidar, no podrá hacerlo de manera adecuada.

  Es bueno tener hijos espirituales, pero no es bueno tener demasiados. En Taipei, cuando estuvimos experimentando con la nueva manera, violamos este principio. Pensábamos que cuantos más bautizáramos, mejor. Bautizamos a tantas personas que no pudimos cuidarlas adecuadamente. Parece que entre nosotros sólo había personas que engendraban, pero que no había nadie que alimentara a estos niños recién nacidos. Por medio de esto aprendimos que todo creyente que predique el evangelio también debe cuidar a los nuevos creyentes como una madre que cría a sus propios hijos. Tener reuniones de hogar es la manera de cumplir con esta responsabilidad.

TOMAR LA MANERA DE LAS FAMILIAS INDIVIDUALES

  El propósito de la reunión de hogar es criar a los creyentes recién nacidos, no sólo como a nuestros propios hijos sino también como a hijos de Dios que están creciendo. Esta es la deficiencia singular entre nosotros y también en todo el cristianismo. Dondequiera que haya un grupo de cristianos en el cual exista el cuidado adecuado de los nuevos creyentes, tal iglesia llegará a ser muy grande. Sin embargo, esta obra no puede ser llevada a cabo en gran escala por la iglesia como conjunto; debe ser hecha por medio de las familias individuales.

  En la sociedad es difícil criar hijos a gran escala. Si cada familia cría tres o cuatro hijos en su hogar, con el tiempo serán producidas muchas personas apropiadas que beneficiarán la sociedad. Cada equipo es una familia. Si ustedes son un equipo de tres miembros, ustedes deben llegar a ser una familia que cría a los nuevos creyentes como a sus propios hijos, considerándolos a la vez hijos de Dios. Ustedes sencillamente son madres que amamantan, realizando la tarea de criar a estos hijos de parte de Dios.

  Para llevar a cabo esta clase de obra, ustedes deben guardar ciertos principios. No deben dejar que otros críen a sus hijos. No salgan para hacer otras cosas mientras dejan a sus hijos bajo el cuidado de otros. Ustedes deben “quedarse en casa” y cuidar de sus hijos directamente por sí mismos. Dejar a sus hijos bajo el cuidado de otros, aun por un corto período de tiempo, puede causarles algún daño; ellos tal vez sufran y no crezcan muy bien. La obra de criar a los nuevos creyentes debe estar bajo el cuidado directo de ustedes mismos.

  Luego, ustedes no deben tratar de cuidar a demasiados nuevos creyentes a la vez. Como equipo de tres, deben de ser capaces de cuidar de seis a diez nuevos creyentes. Una vez que tengan esta cantidad, deben dejar de salir y de bautizar más, y deben concentrar su energía, su tiempo y su atención en estas seis o diez personas. Es mejor cuidar a estos nuevos creyentes por aproximadamente dos años. Durante la primera mitad del primer año, deben darles un cuidado intensivo, visitándolos dos veces a la semana por dos meses y luego una vez a la semana por cuatro meses. Durante este periodo de tiempo, dejar a sus hijos como huérfanos para que sean criados por otros les haría mucho daño. En lugar de eso, ustedes deben enamorarse de sus hijos y estar dispuestos a sacrificarse por ellos. Sin los sacrificios hechos por la madre, ningún hijo puede ser criado adecuadamente.

  Basado en mi estudio y en nuestra historia de casi sesenta y cinco años, me he dado cuenta de que la única manera de tener una adecuada vida de la iglesia es por medio de engendrar niños y criarlos como a hijos. Esta es la manera de cumplir el mandamiento del Señor de ir y hacer discípulos a todas las naciones (Mt. 28:19). Para hacer discípulos a las naciones, debemos comenzar por medio de hacer discípulos a individuos, pero no podemos ir solos; debemos ir como equipo. El mejor número para un equipo es tres. Por un lado, tener demasiados en un equipo tal vez permita que se introduzcan muchas opiniones, pero por otro, tener sólo dos en un equipo sería muy poco, porque es posible que estos dos se peleen. Por lo tanto, se necesita un tercer miembro para que los equilibre. Además, si los miembros no son de la misma edad, esto ayudará para equilibrarlos. Todos debemos aprender a trabajar juntos como equipo sin tener ninguna opinión. Entonces nuestro equipo podrá llegar a ser una familia, trabajando juntos todo el año para criar a los hijos del Señor.

CUMPLIR NUESTRA RESPONSABILIDAD

  Al salir para predicar el evangelio, puede ser que usted bautice a algunas personas casi cada vez que vaya. Es posible hacerse adicto a esto. Ser adicto a cierta cosa siempre es perjudicial. Si usted es adicto a bautizar gente, incluso esto puede ser perjudicial. Todos debemos aprender a no bautizar demasiadas personas. Si como equipo ustedes ya han bautizado a ocho personas, eso es suficiente; no traten de bautizar más. Deben dejar de bautizar e ir para “cambiar pañales”. Deben ser equilibrados. No produzcan más niños ni los entreguen luego a otros. Esto no es correcto. Después de que su equipo haya bautizado a unos cuantos, dejen de hacerlo y formen una familia para hacer la tarea de criar a estos nuevos creyentes como a hijos de Dios. Deben hacer todo para ellos continuamente, día tras día, semana tras semana, y mes tras mes. Entonces, verán el resultado correcto. Esto es la manera de edificar la vida de la iglesia por medio de criar a los nuevos creyentes.

  Todos debemos ser responsables por cuidar de las reuniones de hogar. Sin embargo, no debemos tratar de hacer esto a gran escala. Cada miembro del equipo sólo debe tener aproximadamente tres nuevos creyentes a quienes cuidar. Le corresponde a este miembro reunirse continuamente con estos nuevos creyentes en reuniones de hogar. Si una madre que amamanta no se ve obligada, sino que sólo hace las cosas conforme a sus deseos y sus gustos, su niño no crecerá adecuadamente e incluso tal vez muera. En la obra del Señor no hay vacaciones. Ustedes deben ir continuamente, no a muchos hogares, sino a los tres o cuatro hogares de las personas a quienes están cuidando. Deben cumplir su deber tal como madres que amamantan, criando a sus hijos. Hoy en día ustedes están criando no sólo a sus propios hijos, sino también a los hijos de Dios.

CRIAR A LOS NUEVOS CREYENTES CON LA PALABRA DE DIOS

  El segundo punto con respecto a criar a los hijos de Dios es que usted debe criarlos con la palabra de Dios, no con su propia palabra. Siempre debe guardar este principio. No hable mucho su propia palabra. Usted tiene que aprender a tomar, o aprovechar, la oportunidad para inyectar en estos nuevos creyentes la palabra de Dios. Aliméntelos con la leche de la Palabra de Dios. Esta es la razón por la cual publiqué las Lecciones de la verdad y las Lecciones de vida. En estos tomos he recopilado los versículos más apropiados para ayudar a los nuevos creyentes. Les animo a todos ustedes que están trabajando en la nueva manera del Señor a que se familiaricen con las cuarenta y ocho lecciones de las Lecciones de vida. Todos los temas de estas lecciones fueron seleccionados cuidadosamente, conforme a mi conocimiento y experiencia, para satisfacer las necesidades de los nuevos creyentes. Estudien estas lecciones y aprendan a usar todos estos versículos de oro. Sería mejor si ustedes pudieran recitar todos estos versículos, pero al menos debe saber dónde están en la Biblia. Entonces, si no puede recitar un versículo, puede encontrarlo rápidamente. A veces, aun si usted puede recitar el versículo, es mejor abrir la Biblia en ese versículo y dejar que el nuevo creyente lo lea. Cualquier cosa que usted haga, la debe hacer de manera viva, y debe tratar de abarcar al menos un punto específico, usando los mejores versículos.

  La primera cosa que debemos inyectar en los nuevos creyentes es el hecho de que nuestro Salvador es el Espíritu, y que nosotros, como personas salvas, tenemos un espíritu regenerado. Necesitamos dedicar al menos tres o cuatro reuniones de hogar para impartirles este asunto.

  La segunda categoría de las cosas que debemos comunicarles debe incluir las prácticas básicas de la vida cristiana. Como cristianos debemos leer la Biblia, la Palabra de Dios. Debemos orar a Dios, lo cual es respirar a Dios. Además, debemos tener la vigilia matutina. Cada mañana debemos levantarnos temprano para tener un tiempo matutino con el Señor. También debemos enseñarles cómo practicar la vigilia matutina por medio de leer algunos versículos y luego orar-leer estos versículos. Tiene que encargarles que asistan a las reuniones cristianas. Luego, también tiene que ayudarles a hacer lo mismo que usted ha hecho por ellos, o sea, predicar el evangelio a otros. Estas son las prácticas básicas de la vida cristiana.

  Los próximos asuntos que debemos abarcar con ellos son todos los varios aspectos de la salvación de Dios. La salvación de Dios es todo-inclusiva, y dentro de la salvación de Dios hay muchos aspectos. Tenemos el asunto del lavamiento de nuestros pecados, del perdón de nuestros pecados, de la redención, de la reconciliación, de la justificación, de la regeneración y así sucesivamente. Todos estos asuntos son tratados en las cuarenta y ocho lecciones de las Lecciones de vida. Usted tiene que encargarse de todos estos asuntos, y para hacerlo se requiere muchas semanas.

  Si ustedes comparten estas tres categorías adecuadamente, las personas que están a su cargo serán bien criadas. Espontáneamente, crecerán y llegarán a ser estables. La reunión de hogar es como el kinder, y la reunión de grupo es como la primaria. En los mensajes que siguen tendremos mucha comunión acerca de las reuniones de grupo.

PREGUNTAS Y RESPUESTAS

  Pregunta: Recientemente, antes de que fuéramos a una reunión de hogar, tuvimos comunión y nos pareció bueno compartir de modo sólido y cabal el asunto de invocar el nombre del Señor. Así que, lo estudiamos en Hechos 2:21 (nota 1), y también leímos el Estudio-vida de Romanos donde se habla en detalle de este asunto (Mensaje 23). Cuando fuimos a la reunión de hogar, asistieron seis miembros de la familia. Comenzamos cantando algunos cantos acerca de invocar el nombre del Señor, pero mientras ellos cantaban pudimos ver que no querían adentrarse en el asunto. Luego, compartimos la importancia de invocar el nombre del Señor, no sólo para nuestra salvación, sino también para que participemos en todas las riquezas del Señor después de que somos salvos. Leímos versículo tras versículo, y después de cada versículo tratamos de animarles a practicar, diciendo algo así: “Practiquemos invocar el nombre del Señor ahora mismo. ¡Señor Jesús!” Pero pudimos ver que, por alguna razón, sencillamente no querían invocar al Señor. Esto nos contristó porque realmente queríamos que tocaran al Señor. Así que, seguimos compartiendo, repasando el Antiguo Testamento y luego el Nuevo Testamento, mostrándoles todos los versículos que tienen que ver con invocar al Señor. Finalmente nos sentimos como si hubiéramos dado un mensaje a algunas personas que no querían saber nada acerca de invocar al Señor. Hablamos la Palabra de Dios y no nuestra propia palabra, pero también nos pareció que la reunión fue un fracaso. Nuestra meta era introducirlos en el asunto de tocar su espíritu, pero no logramos eso. ¿Podría usted hacer algunos comentarios acerca de este caso?

  Respuesta: En primer lugar, lo que enseñaron no fue apropiado para la reunión de hogar. La reunión de hogar es el kinder, pero ustedes enseñaron algo que pertenece al nivel de postgraduados. No tengan reuniones de hogar en un nivel tan alto. No se olviden de que en las reuniones de hogar, están cuidando a “niños”; están alimentando con alimento infantil a los recién nacidos. Usaron la Palabra de Dios, pero usaron demasiados versículos. En la mayoría de los casos, tres o cuatro versículos son suficientes. Cuando ustedes alimenten a estos pequeños bebés, no deben darles demasiado de comer. Siempre deben mantenerlos con un poco de hambre. Si los sobrealimentan, ellos perderán el apetito.

  En segundo lugar, deben alimentar a los niños con algo que tenga buen sabor, algo dulce que los alegre. Si el alimento que les ofrecen es dulce a su paladar, comerán. Lo primero que ustedes tienen que hacer es aprender a hacer que la gente se sienta bien. No se olvide de que el alimento debe ir acompañada por el cuidado tierno. Hay que cuidarlos con ternura primero.

  La mejor manera de ayudar a los nuevos creyentes a invocar el nombre del Señor es cantar. Usted simplemente puede tomar la iniciativa y cantar. A todos, tanto a las personas jóvenes como a las personas mayores, les gusta cantar. No les explique mucho; muchas veces una explicación es agria, no dulce. Cantar es muy dulce. Usted debe ser como una madre que amamanta, haciendo que sus niños pequeños se sientan bien por medio de darles algo dulce. Es mejor no usar el himnario. Usted debe aprender unos cantos y coros breves que sean fáciles de cantar. Es posible que sea necesario cantar un coro muchas veces. Tal vez la primera vez que lo canten, los nuevos creyentes se sorprendan. La segunda vez, tal vez escuchen y comiencen a disfrutarlo. Luego, la tercera vez que ustedes lo canten, puede ser que ellos participen.

  El principio es éste: si quiere ayudar a los niños recién nacidos, siempre debe tratar de hacer que se sientan contentos, hacer que se sientan bien. Entonces recibirán lo que ustedes les den.

  Pregunta: Hemos estado visitando a una mujer de noventa y dos años y a su hija. Les dijimos que queríamos venir y leer la Biblia con ellas. Hemos regresado para hacer esto varias veces. En una de tales ocasiones, les cantamos un canto y les enseñamos a cantarlo. Luego leímos un capítulo del Evangelio de Juan, ejercitándonos un poco mientras leíamos, y tuvimos comunión con ellas con respecto a esa porción de la Palabra. Cada vez que las visitamos, parece que disfrutan el tiempo que estamos juntos, especialmente el cantar, y a veces podemos impartirles algo de la Palabra por medio de leer la Biblia y tener comunión. En una ocasión pudimos conocer a algunos de sus nietos, así que pensamos que su casa tal vez pueda ser la clave para tener contacto con toda la familia. ¿ Qué piensa usted acerca de este caso?

  Respuesta: Todos debemos preguntarnos cuál es nuestro propósito al salir a visitar a la gente. Estamos laborando por el aumento de la iglesia. Es fácil que la gente sea salva y bautizada, pero es difícil que lleguen a ser miembros prácticos y vivientes de la vida de la iglesia. Nuestra carga no sólo es que la gente sea salva y bautizada; nuestro propósito es obtener el aumento adecuado para la vida de la iglesia. Por lo tanto, cuando ustedes salgan para visitar a un nuevo creyente, deben ejercer el discernimiento del Señor para saber si esta persona podría ser llevada fácilmente a la vida de la iglesia. Si nos parece que sería difícil introducir a esta persona en la vida de la iglesia, debemos ayudarle a ser salvo y bautizado, pero después debemos seguir para laborar en otros. De esta manera encontraremos los mejores hijos de paz para la vida de la iglesia.

  Nuestra predicación del evangelio no sólo es para que la gente sea salva y bautizada. Nuestra predicación del evangelio es para la edificación del Cuerpo de Cristo. Por lo tanto, debemos buscar las personas apropiadas que no sean tan difíciles de ganar para la vida de la iglesia. Al visitar a la gente, debemos tener el discernimiento para comprender cuáles serán difíciles de introducir en la vida de la iglesia. Dedicar mucho tiempo para laborar en una hermana de edad tan avanzada, aun si pudiera ser introducida en la vida de la iglesia, no es sabio. Tenemos que ahorrar nuestro tiempo. Dedicar tanto tiempo con la esperanza de ganar a su familia tampoco es sabio. Hay muchos otros hogares y familias a los cuales podemos dedicar nuestro tiempo.

  Aprendan a ser sabios y a no perder su tiempo. Usted tiene una pesquera que contiene miles de peces. Hay miles de casas a las cuales pueden ir. Al salir para salvar y bautizar a la gente, ustedes deben laborar con discernimiento. Después de dos semanas tal vez su equipo haya bautizado a quince. Entonces, deben preguntarse cuáles de estos quince son las personas apropiadas que puedan ser introducidos fácilmente en la vida de la iglesia. Ustedes deben dedicar la mayor parte de su tiempo a estas personas prometedoras. De entre estos quince, tal vez seleccionen a seis. No deben abandonar a los otros nueve, sino que deben visitarlos tal vez una vez cada dos semanas, para mantener el contacto. No obstante, deben dedicar la mayor parte de su tiempo a las personas prometedoras.

  Todos debemos ser entrenados para laborar con discernimiento. Somos como granjeros que tienen demasiados campos que cultivar. Por lo tanto, debemos seleccionar el campo más productivo en el cual trabajar. Si sólo tenemos cinco campos, no tenemos alternativa; debemos laborar en todos ellos. Si sólo hay tres familias en nuestra ciudad, tenemos que tocar a estas puertas. Pero hay cientos de familias en nuestra ciudad, así que debemos ir con discernimiento. También debemos discernir cuáles comunidades son las mejores en las cuales laborar y en qué tipo de personas es mejor laborar. Esto no significa que menospreciamos a cierta clase de persona o que no creemos que todos los pecadores necesiten la salvación de Dios. Estamos saliendo para ganar personas apropiadas para la vida de la iglesia para que el Cuerpo de Cristo sea edificado. La comisión que hemos recibido del Señor no sólo es salvar a pecadores, sino también edificar la vida de la iglesia en el recobro del Señor como testimonio. Por lo tanto, debemos ahorrar nuestro tiempo para trabajar en las personas más promisorias de modo que podamos ganar el aumento adecuado para la iglesia.

  Pregunta: Estamos cuidando a una familia, y la esposa está muy triste porque su marido tiene un problema con respecto al alcoholismo. Recientemente me habló acerca de este problema, y le dije que ahora ella es una nueva persona porque tiene a Cristo por dentro y que por eso es posible vencer los problemas. Luego traté de ayudarla a que supiera cómo recibir más del Señor, de modo que sus problemas no la molestaran tanto, pero ella no lo entendió muy bien. Traté de explicar de otra manera y le leí algunos versículos. Al final oramos juntos, y en nuestra oración oramos por su esposo y para que ella recibiera más del Señor. ¿De qué manera debemos seguir adelante con esta hermana?

  Respuesta: Cuando salimos para visitar a la gente, siempre tenemos que usar el discernimiento que Dios nos ha dado. Aunque esta persona es muy buena, su ambiente es difícil y está lleno de problemas. Es difícil que nuestro trabajo venza todos estos problemas. Hay muchas personas que tienen muchos problemas. Si tratamos de resolver los problemas de todo el mundo, perderemos nuestro tiempo y eso pondrá fin a nuestra obra. Uno puede laborar en esta clase de persona toda la vida, sin embargo es posible que no se produzca casi nada para la edificación práctica del Cuerpo de Cristo. Es mejor salir para visitar otras casas para ganar más nuevos creyentes. Con el tiempo, encontraremos a algunos que serán muy buenos para la vida de la iglesia.

  Vale la pena sacrificar todo para trabajar en Su recobro para la edificación del Cuerpo de Cristo como el testimonio de Dios hoy, pero debemos laborar con sabiduría. Debemos discernir entre los diferentes tipos de personas. Los Estados Unidos es una mezcla que incluye muchas clases de personas. Algunas son personas que tienen muchos problemas. Si vamos a tales personas, nos echamos en un abismo lleno de problemas. Por lo tanto, debemos tener algo de discernimiento con respecto a cuál debe ser la comunidad en la cual debemos trabajar y a cuáles vecindades debemos visitar. Debemos hacer nuestras selecciones con sabiduría.

  Cuando las personas mencionan problemas, ustedes deben considerar cuál punto específico hay que tocar para alimentarlas. En este caso, el punto que tal vez quieran tocar es que ella tiene un espíritu y que puede ejercitar este espíritu para tener contacto con el Señor, para respirar al Señor a fin de disfrutarlo. Usted debe hacer a un lado todos los problemas. No obstante, no pase por alto ni rechace completamente los problemas de ella. Usted podría decir: “Sólo el Señor puede resolver todos nuestros problemas. Usted puede orar acerca de esto”. Esta es la mejor manera de hacer a un lado todos los asuntos innecesarios. Luego, tal vez diga: “Yo quisiera ayudarle a hacer algo. Cada día puede ejercitar su espíritu para orar al Señor. En su oración puede recordarle a El todos estos problemas, pero por favor, no deje que estos problemas le molesten. Si deja que le molesten, esto matará la vida de oración de usted. Aprenda a ejercitar su espíritu para invocar el nombre del Señor”. Simplemente recalque este único punto y pídale que practique este asunto por medio de orar con usted. En este único punto usted la puede ayudar, pero debe dejar todos los problemas intactos. El enemigo siempre está al acecho esperando la oportunidad de estropear nuestra obra. El hace esto por medio de hacer surgir toda clase de problemas a fin de hacer que toda la situación sea turbia o borrosa. Tenemos que seleccionar un solo punto para poder prestar algo de ayuda, olvidándonos de todos los problemas.

  Pregunta: Si un equipo de tres tiene nueve o doce nuevos creyentes a quienes cuidar, ¿debe cada miembro salir solo para cuidar a tres o cuatro o deben los tres salir juntos para visitar a cada uno de estos nuevos creyentes?

  Respuesta: Cada semana su equipo debe reunirse para tener comunión con respecto a todos estos nuevos creyentes. De esta manera pueden conocer las situaciones de ellos y considerar cuáles de entre ellos tal vez no sean muy prometedores y cuáles de ellos tal vez necesiten algún cuidado urgente. A raíz de su comunión, pueden decidir cuál miembro o cuáles miembros deben visitar a los nuevos creyentes esa semana. Todos ustedes deben trabajar juntos de esta manera.

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